Capítulo 19 - ¡¿King?!

Becca Lee

Miércoles 19 de Octubre 2016

—Caroline tiene rasgos psicóticos —declaró Shawn, ante ello no supe como reaccionar.

Vale, deduje que estaba loca, pero no creí que hubiesen papeles y diagnósticos que lo asegurarán.

—Piensa que hace bien las cosas, piensa muchas cosas pero eso no quiere decir que tenga la razón. 

La respiración de mi hermano era pesada, casi alarmante el hecho de que siga de pie.

—¿Cómo permitiste que se quedara con el niño?— cuestioné la duda más grande que llevaba dentro mío.

Se cogió el cabello con ambas manos, de forma desesperante.

—No lo sabía, hasta hace unos meses. Cuando recaí, justo antes —toma aire —recibí una llamada de Caroline, al parecer solo quería saber cómo me iba.

La sonrisa en su rostro es demasiado sarcástica, la mirada la tiene perdida sobre el baúl de juguetes.

—Y escuché su llanto —su expresión es de felicidad mezclada con tristeza, sorbe por la nariz — fue tan... irreal.

Sonrío de forma inconsciente, esto... de alguna manera es bueno para él.

—Cuando le pregunté si era suyo, me dijo que sí. Vi unas fotos y le calculé que como máximo tenía un año y medio; y sacando cuentas tenía coherencia que fuese mío.

<<Un sobrino>>

—El parecido es impresionante — opinó Shane.

—Tú lo sabías ¿no es así? — pregunte a este último en hablar — por eso tú no me dijiste nada con respecto al aborto de Deborah.

Tenía sentido, se habían tapado uno al otro. A pesar de las alturas de los secretos.

—Y hace dos días, aún estando en el sótano... tenía un mensaje de voz en el buzón; era Caroline. En él me decía que Noah estaba en el hospital por quemaduras de primer grado en manos y piernas — la voz se le terminó por romper al acabar de hablar.

El teléfono que llevaba en su mano estaba siendo apretado tanto que sus nudillos estaban blancos de la presión.

—He tramitado el quitarle la patria potestad, hace poco hice los exámenes de paternidad y más el diagnóstico clínico que me facilitó el centro de salud mental de Atlanta- Counseling Institute of Atlanta -, lo tengo asegurado. 

A peleado por su hijo, a escondidas, contra los estereotipos de que la madre es quien debe tener a los niños. 

Y se desahogaba con la droga.

—Voy a ayudar, es mi sobrino y lo quiero aquí; en casa. 

Shawn me sonríe con melancolía.

Y lo recuerdo; Deborah.

—Tenemos que solucionar su metida de pata aquí presente ¿no creen? — señalo a Deborah  con ambas manos.

Alex y Damon se habían retirado antes de que Shawn comenzara a relatar los hechos, seguro no se sentían cómodos en una situación tan personal.

—Espera a que despierte para poder conversar, iré a ver si la abuela ya llegó... — Shane fue interrumpido por un grito que provenía de la sala.

Alarmados por los gritos y discusión a lo lejos, salimos de la habitación-dejando la puerta cerrada- y encontramos una escena digna del programa de Mentes Criminales.

Mi madre, Meredith King, sosteniendo a la abuela del cabello y la última mordiendo el tobillo de su hija.

<<A veces dudo de que sean madre e hija>>

—Suéltame maldita donadora del 50% de mis cromosomas — hasta ese momento había dudado de la existencia del sentido del humor en mi madre, ahora lo confirmaba.

—¿Qué carajos están haciendo? — la voz demandante de mi hermano Shawn resonó por la estancia. 

Observé a mi mejor amigo y Damon en el umbral contrario, tenían los ojos a la expectativa y demasiado abiertos por el asombro que causaba la escena. 

—La bruja de tu abuela nos ha mentido, a todos.

<<¿Más mentiras?>>

—Meredith, cierra la maldita boca. Cállate ¡ahora!

Mi madre no se cohibió ante las palabras de la suya. Eso me impresionó, ella a pesar de ser una mujer tan severa y seca siempre tuvo un especie de idolatría por su madre, un respeto tan excesivo que resultaba hasta enfermo. Y no era para menos, después de todo lo que hizo.

—Es una maldita mentirosa — escupió las palabras mientras se soltaba de la incómoda y rara postura en que se encontraba.

—Meredith King, cálla... — un gran clap resonó con eco y de forma abrupta, dejando así a mi abuela sin habla.

—¡¿King?! — gritó mi madre agitada después de haber abofeteado a la suya — King ¿eh? 

Mi abuela no podía responder, su rostro reflejaba estupefacción. Al igual que yo, ella jamás creyó que mi madre fuese capaz de golpearla de ese modo.

—¡Dile a tus nietos! Ándale, antes de que salgan y lo vean en los periódicos — exige — Porque, viniste por eso ¿no es así? No por el asunto del matrimonio, fue por esto. 

<<¿Periódicos?>>

No daba crédito a los que veía, Fallon Sage estaba con los ojos desbordando de lágrimas y la expresión hecha furia. 

—¡Diles! — gritó Meredith — Diles que no soy hija de mi padre.

No pude responder.

No pude opinar.

No podía hablar.

—Diles que Juniper no es mi padre, ¡vamos!

Mis hermanos, mis amigos, hasta yo misma estaba atónita.

Fallon estaba callada, la vergüenza era clara en sus ojos. 

<<Eso la trajo aquí>>

Quería salvar su pellejo, no el nuestro.

Mi abuelo, Juniper King, junto con mi madre habían sido engañados. Les habían mentido.

—¡Defiéndete! Dime que es mentira, di algo maldita sea — mi madre se encontraba al borde de un colapso nervioso.

Para ella su todo siempre fue su padre, a pesar de formar parte de las decisiones las cuales la hundieron, era mil veces más humano que Fallon.

—Di algo ¡Joder! — tomó a su madre de los lados de su rostro y la sacudió — Dime que esas pruebas mienten — apuntó a un sobre que se encontraba encima del sofá y el tono de su voz se había quebrado en camino a terminar la oración, ella se había quebrado.

—Perdóname.

Eso fue todo cuanto dijo, no se defendió, no lo negó. Solo pidió perdón.

—Mi padre va a sacarte la mierda en la prensa, voy a decir todo y te va a doler más que ese golpe mío —prometió mi madre.

Y la soltó.

Tomó su maleta de mano y subió dando grandes estrépitos por las escaleras.

Corrí a donde se encontraba mi abuela, tome su rostro entre mis manos.

—Viniste para evitar la tormenta que te iba a caer, y acabaste provocando un diluvio.

Abrió sus ojos de forma exagerada, el rojo de su mejilla golpeada hacía contraste con el pálido de su tez. Era la personificación de una mentira que acababa de ser expuesta. 

<<Una mentirosa>>

—Esta sí la pagarás — su expresión desencajada fue reemplazada por una mueca de socarronería.

—Piensa bien que palabras vas a usar, así como la lengua de víbora que heredaste sale a la luz también lo podrían hacer las adicciones de tu hermano — la sonrisa se le ensancho tanto que creí estar viendo al maldito gato sonriente — O las tuyas — me susurró mientras un golpe frío descendía por toda mi columna vertebral. 

<<Vieja de mierda>>

—Oh sí Becca, yo también me he informado de tu secretito — ahora hizo un puchero con los labios con total falsedad — y un consejito, mi niña; mira bien a quien le tiendes la mano, a veces se trepan y te llegan al codo.

Se soltó de mi agarre y se largó por la puerta principal.

Ella lo sabía, lo sabía y lo iba a decir.

Ella me va a hundir, va a decirlo a todo el mundo.

Mi violación nunca puede salir a la luz, jamás.





Nota de Autora:

Hola mis niños hermosos, estamos con nuevo capítulo y tres bombas en este capítulo. ¡JODER!

Ya estamos en el capítulo 19, no me lo creo. Aún recuerdo el capítulo uno en donde parecía la historia cliché y terminó peor que novela mexicana. ¡Y AÚN FALTA!

Pues de pasito les cuento que estoy a dos días de salir de vacaciones :') sí mis niños, su escritora va a terminar su penúltimo año, el otro año acabo ¡JOLIN! Se me viene la universidad.

Adivinen que quiero estudiar y no, no es escritura. (Lo sé, pero pienso seguir escribiendo aquí) 

Voy a ser una Arquitecta :D y me especializaré en diseño de interiores ¡CHULI!

Ahhhhh basta de hablar de mí y sigamos hablando de Good Lie, que me distraigo muy fácil. 

Ojalá les guste como va, es una historia muy compleja, lleva muchos temas que quiero hacer tomar consciencia, tales como; la droga-dicción, la violación, las familias disfuncionales, la violencia en casa, etc. 

Bueno mis niños, me despido con un beso y abrazo del tamaño de siete universos.

¡PUM! ¡TOMEN!

Adriana G.

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