Capítulo 11 - Eso me dijo él
Becca Lee
Domingo 09 de octubre 2016
Si necesitara resumir estos últimos dos días en una palabra creo que usaría: jodido. Eso lo definía a la perfección y se le quedaba corto al mismo tiempo.
Había encerrado a mi hermano mayor en el sótano de la casa. Solo. Sin la maldita hierba que lo mantenía en un círculo de adicción y agonía que le había quitado el poder sobre su propia vida.
Tal vez cualquier otra persona habría internado a su hermano en una clínica de rehabilitación. Yo no podía.
Vivíamos con la constante atención de los medios, que si hubiese internado a Shawn quizás la noticia ya estaría en China.
Tengo una bandeja en mis manos, un cuenco de cereal con leche fresca, un sandwich de jamón y un gran vaso de zumo de naranja. Me detuve al final de las escaleras y con las llaves que solo yo poseía abrí la puerta que separaba a Shawn del exterior y de las drogas.
—¿Shawn? A desayunar — dejo la bandeja sobre la mesa de madera y enciendo la luz, iluminando así toda la habitación.
Mi hermano sale del baño con enojo evidente en su semblante.
—¿Ya me dejarás salir?
—No — le sonrío y extiendo el vaso de zumo, el lo coge y se lo acaba de un sorbo.
Su rostro está demacrado, tiene ojeras y se ha cambiado de playera, seguro que ha vuelto a vomitar. La desintoxicación es un proceso que voy presenciando dos veces y siempre es igual de doloroso de observar.
—Algún día tendré que salir ¿no? —la molestia en su voz es evidente.
<<Está molesto conmigo>>
—Cuando este segura que dejarás de hacer lineas de coca en el garaje, podrás salir — sentencio de forma poco amigable.
Desde que Shane y yo lo encerramos aquí registramos la casa de arriba a bajo. En ese proceso descubrimos su pequeño rincón de Shawn en el garaje, lugar al que pocas veces bajábamos. Allí habían, en un cajón de las estanterías de herramientas, una pipa de cristal. Bolsas de cocaína y una línea de coca que, de seguro, Shawn había olvidado de consumir.
Mi hermano alzó ambas cejas en sorpresa.
—¿Qué hicieron con...?— lo corto.
Le muestro una foto de la pipa de cristal hecha pedazos.
—Mierda, Becca — estaba furioso, aprieta los puños y los nudillos emblanquecen por la fuerza que ejerce.
Shane, al descubrir su pequeño centro de relajación de Shawn, no dudó en arrojar la pipa contra la puerta del garaje, meter toda la coca en una bolsa junto con los restos de la pipa y deshacerse de ello.
—Fue Shane, en realidad —explico — yo quería romperla frente a ti, pero la rabia le ganó — me encojo de hombros y guardo el teléfono.
Le señalo la bandeja con su comida — Será mejor que comas antes de que mi paciencia se agote y te deje aquí sin nada — el buen humor se había esfumado de mi cuerpo.
Él estaba enfadadísimo, furioso. Por la maldita pipa de cristal.
Mi hermano bufó con enojo y termino de comer, recogí todo en la bandeja, salí de allí y cerré con llave de nuevo.
Ese cuarto tenía dos entradas, las dos estaban con llave y las puertas eran aprueba de ruido y robos. Tenía ventanas pequeñas con vidrio antibalas, un baño con ducha, un cuarto con nada más que una cama, una televisión y una sala pequeña con un sofá y un librero.
No tenía nada más, no necesitaba más.
Al estar nuevamente en la cocina me topo con Shane, la vista la tiene perdida en su vaso de agua.
<<¿No ha comido?>>
—Shane — mi hermano sacude la cabeza y me observa, fuerza una sonrisa.
—¿Como fue?— cuestiona.
Sé que esto es difícil para él asumir esto, es su gemelo después de todo. Shane no ah bajado ni una ves a verlo desde que lo encerramos allí y no creo que tenga intención de querer hacerlo.
—Ya sabe lo de la pipa de cristal — arrugo mi entrecejo con incomodidad. Es complicado hablar de eso cuando nosotros no estamos ni de cerca a procesar lo que está pasando.
Somos dos adolescentes combatiendo con la adicción a las drogas de mi hermano, sin supervision ni ayuda adulta, así que estamos yendo a ciegas en esta situación.
—¿Qué dijo?— está preocupado por la reacción de Shawn, no quiere que su hermano lo odie.
—Esta molesto, pero se le pasará — voy a su lado y lo tomo por los hombros, brindándole el apoyo que yo sé que necesita e este momento.
—Eso me dijo él —sonríe con melancolía.
—¿Qué?— la confusión en mi rostro seguro que es evidente. No comprendo.
Mi hermano sonríe, sonríe de verdad, con alegría verdadera que no veo en sus ojos hace mucho.
—Cuando alejamos a ese chico, Garret Coronel. Ese que intentó ligar contigo en primer año —se explica y el recuerdo llega a mi mente.
Recuerdo que Garret fue mi primer beso, un asqueroso primer beso para ser francos. Aunque fuese el prototipo de PlayBoy en el instituto, alguien tenía que decirle que un beso no es sinónimo de robarme mi oxígeno. También recuerdo que antes de eso yo estaba obsesionada con salir con él; alto, rubio, ojos cafés. Digamos que mis gustos eran demasiado estereotipados y para los que creen que ser guapo te da los dotes de besar de forma innata, pues vallan a tomar por culo porque Garret Coronel era la prueba de que no era así.
También recuerdo que Shane y Shawn le dieron el susto de su vida y no se me acercó en una semana, luego de ello no le hablé a mis hermanos por días y después ocurrió ese asqueroso beso y lo mande que escale la punta de la torre de Seattle. No me volvió a hablar y tres meses después me enteré que se había mudado al estado de Virginia.
Sonrío al imaginar a mis hermanos protegerme de un chico.
—También lo dijo cuando tenías cinco años, rompimos tu casa de muñecas. La Dream no sé que cosa — ríe.
También recuerdo eso, mis abuelos habían mandando regalos por navidad. Y yo me llevé el premio mayor, la casa de Barbie, la maravillosa DreamHouse. Estaba en mi nube.
Recuerdo que solo habían pasado unas semanas de que la tenía y recuerdo que a los gemelos les habían dado pistas de carreras. Al parecer a mis hermanos les pareció mejor la idea de jugar a las carreras, solo que sin las pistas de juguete y toda la casa lo era esta vez. Ellos pasaron por sobre mi casa y Shawn calló sobre mi casa de muñecas partiendo la casa en dos, luego Shane calló encima, haciéndola añicos.
—Lloré mucho — menciono con falso enojo.
—Y nosotros te armamos una casa nueva, de cartón — apunta Shane.
Y es cierto, me armaron mi propia casa de muñecas con las cajas de los regalos de ese año. Era tan grande que la tuvimos que dejar en el patio, hasta que llovió y pues, se destruyó sola.
—BeccaHouse — recuerdo.
—Fue idea de Shawn — menciona.
Se me encoge el corazón, siento como se aprieta bajo mi pecho. Como duele, como arde. Como sufre.
—Vamos a sacarlo de esto, lo haremos. ¿Y sabes qué?— Shane me mira con la vista vidriosa —Lo haremos juntos.
Nos estrechamos en un abrazo, Shane llora, yo lloro.
<<Ambos>>
En eso mi portátil se ilumina y el timbre de la puerta suena repetidas veces.
—Mira que es, yo abriré la puerta —mi hermano se levanta y va al corredor que lleva a la entrada.
Desbloqueo el portátil y veo que tengo un mensaje de la editorial del periódico al que le pedí una cita.
<<Mierda, que hayan aceptado>>
Me dispongo a leer, así que abro el mensaje.
Señorita Lee, le escribimos para aceptar su propuesta y si la información que promete es tan polémica e interesante como dice. Estaremos encantados de escucharla.
09:48 a.m Enviado
El resto del mensaje adjuntaba una fecha, hora y lugar aquí en Atlanta para la citación. ¡Habían caído! ¡Joder!
Una sonrisa se dibujo en mis labios.
<<Los tengo donde quería>>
En lo personal no apoyaba las mentiras, pero si es por mi hermano, mi familia y en memoria de Liana. Yo soy capaz de joder todo a mi paso.
Escuchó unos pasos que vienen hacía la cocina, sé que es Shane.
—Shane, adivina quien acaba de engañar al perio...— me quedo muda al ver que Shane viene detrás de la persona que tengo en frente y este primero me hace una señal de que me calle.
—Hola, Lee.
—Hola, Damon.
Nota de Autora:
¡Ahhhhhhhhh! Yo sé que extrañaban a Damon. Los veo mis niños.
Bueno, bienvenidos a otro capítulo de Good Lie, con tal vez no mucha importancia en la trama, tal vez sí. Pero algo que es seguro es que amo esta historia, amo la relación de los hermanos Lee y amo infinitamente a Shane y su preocupación por Shawn. Perdón me emocioné.
Ya vamos por el capítulo ONCE. O-N-C-E. ON-CE. ¿Stranger Things eres tú? Ahre.
Las series están afectando mi mente y mi cordura. ¿Esperen es lo mismo? Buenoooooo.
Este capítulo va dedicado a After:WeCollidedMovie por iniciar las grabaciones el lunes pasado. También va dedicado a Hero Finnes-Tiffin por el simple hecho de que amo que sea mi Hardin, tú Hardin, nuestro Hardin. Tambien lo dedico a @-HouseOfTears por ser mi apoyo escritor. también a mi hermosa @Andrade004 por creer en mi y en mis historias, y también lo dedico a lo que está pasando en nuestro Amazonas, es realmente lamentable; más de 16 días de incendio en el amazonas y miles de criaturas muriendo tras el fuego. ¡Humano toma consciencia del daño que le haces a tu propio hogar!
PD: Dedicado a mi @jhovanaizet que es mi mexicana fav y la amo.
Mis niños no tengo nada más que decir. Me despido con un beso y un abrazo del tamaño de siete universos.
¡PUM! ¡TOMEN!
Adriana G.
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