Esta casa es una pesadilla
Bruce paso una mano por su sien viendo el desastre que era el club que poco después de que la pelea entre sus hijos comenzará y las cosas se salieran de control fue evacuado — Bruce tuvo la sensatez de prender la alarma de incendios en un intento de evitar daño colateral y esperando tal vez que sus hijos dejarán de pelear lo cual no tuvo tanta suerte por qué sinceramente Bruce rara vez la tenía. —
En el lugar tan solo quedaban pedazos de muebles rotos y sus hijos. Sia estaba ligeramente despeinada con un tacón roto y algunos rasguños pero nada grave, Damián por el lado pareció un verdadero desastre y vagamente Bruce se cuestionó si eso tenía que ver con Sia siendo un agente del caos, lo cual tendría que preguntar luego.
— Pensé que tan solo la ibas a recoger. — Dijo a Damián quien estaba asesinando con la mirada a Sia la cual miraba su zapato roto como si fuera el fin del mundo.
— Ella se resistió. — Se defendió e hizo la cabeza hacia atrás evitando el zapato que Sia le lanzó.
— ¡Rompiste mi tacón! ¡Tu monstruo! ¡Son Gabbana! — Lo acusó como si hubiera matado a su primer hijo. — Además ¿Acaso no te enseñaron cómo tratar a una dama? Bueno, primero lección no las agarres a menos de que quieras tener una nariz rota.
— No rompiste mi nariz. — Dijo como si eso debería ser algo en su favor.
— Es una buena nariz, hubiera sido una lástima. — Contesto Sia.
— Espera ¿Estas diciendo que puedes romper mi nariz de querer? — Elevó una ceja viéndole con molestia y Sia respondió con una sonrisa engreída.
— ¿Quieres ir de nuevo niño bonito? — Desafío su hija y aquí Bruce decidió volver a interceder.
— Okay, es suficiente nos vamos a casa y ambos están castigados. — Dictaminó enseguida mirando a Damián que parecía que deseaba refutar pero decidió mantenerse callado y estaba por dar el asunto por terminado hasta que vio a Sia levantar la mano. — ¿Si, Sia?
— ¿Quien es el lindo amargado? — Preguntó curiosa señalando a Damián.
— No sabes quién soy. — Murmuró Damián cómo si no pudiera creer lo que escucho.
— ¿Debería? — Interrogó ligeramente curiosa.
— Sia, es el Damián. — Señaló y por un segundo Sia parecía intentar recordar algo.
— ¡Oh! — sonrió pareciendo emocionada al llegar a la respuesta que quería. — oh. — Murmuró más desanimada al ver a Damián de nuevo, eso complicaba las cosas un poco, pero a Sia siempre le gustó un buen desafío, y de hecho le ayudaba a su misión de probar todos los taboos que imponía la iglesia, eso le enseñaría a esos aburridos que decían cosas malas de su Papá.
Por un segundo Bruce se vio curioso por preguntar qué pasaba por la cabeza de su hija, pero luego finalmente decidió que probablemente no quería saber y dejo el asunto por la paz.
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Alfred estaba por comenzar a hacer la cena cuando algo o mejor dicho alguien llamo su atención.
Sentada sobre el refrigerador revisando su celular estaba la señorita Sia y Alfred no estaba seguro si quería saber la razón por la cual la joven decidió colocarse ahí, pero la curiosidad pudo con él.
— Señorita Sia. — Llamo ganándose su atención.— ¿Podría saber porque decidió que el refrigerador era un buen lugar para pasar el rato?
— Porque Bruce me castigo. — Contesto como si eso fuera lo más obvio del mundo.
— ¿Y eso está relacionado como...?
— ¿Aquí no los mandan a subirse al refrigerador cuando los castigan? — Interrogó pareciendo confundida.
— ¿Quien le dijo que esa era una forma de castigo?
— ¿El internet? Es decir Papá no sabía mucho de castigos que fueran apropiados para niños así que buscamos en el internet y encontramos un post en instagram. — Respondió y ahora esto comenzaba a tener algo de sentido.
— Estoy bastante seguro que lo que usted y su Padre vieron fue un Meme. — Dijo el mayordomo y Sia pestañeo procesando la información.
— Oh... — Murmuró por lo bajo y ahora que lo pensaba siempre le pareció algo extraño... — ¿Entonces que se supone que debo hacer? — Preguntó suspirando bajándose con cuidado.
— Bueno... — Para ser honestos usualmente los castigos en esta casa usualmente involucraban cero patrullaje pero eso no aplicaba a Sia quien no era parte de ese estilo de vida y Alfred solo podía cruzar los dedos para que nunca lo fuera. — Podría ayudarme a hacer la cena.
— ¿En serio? — Preguntó pareciendo emocionada, a Sia le encantaba ayudar a su Papá en la cocina.
— Por supuesto. — Sonrió suavemente
— ¡Eso es fantástico! Y mientras cocinamos te contaré una increíble historia de auto descubrimiento sobre cómo aprendí que si me gusta el queso después de todo. — Comento guardando su celular en su bolsillo para seguir al mayor que empezó a sacar las cosas para la cena.
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El estar castigado no evitó que Damián aprovechará el tiempo para revisar toda la información que pudo sobre su supuesta hermana y cuando no encontró nada incriminador decidió ir con algo más...
Con sigilo entro a la habitación de Sia decidiendo encontrar evidencias de que estaba en la casa como parte de algún plan para acabar con su familia.
Lo primero que hizo fue revisar su maleta pero además de ropa y zapatos no encontró nada de utilidad, por lo que luego reviso debajo de la cama, en los muebles pero no encontró nada.
Bueno al parecer era mejor de lo que aparentaba, al menos en lo que respecta a ocultar cosas.
— Si quieres saber algo, podrías solo preguntarle. — Sugirió su Padre en la puerta y Damián evitó delatar su sorpresa al ser encontrado con las manos en la masa. — Sia no miente.
— Según ella. — Respondió rodando los ojos. — No puedo creer que confíes tan fácilmente en ella.
— Revise su ADN, coincide, al igual que sus antecedentes. — Contesto suspirando, sabía que las cosas con Damián serían difíciles por lo que todo esto estaba dentro de sus cuentas. — Ella solo está intentando ser buena Damián.
— Ya veremos. — Dijo saliendo de la habitación, el mismo sería quien juzgará cuales eran sus intenciones.
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Con ojos atentos a cualquier movimiento Damián observa a Sia desde su lugar en un silla de la cocina.
—¿Comió algo en mal estado? Luce constipado— Preguntó por lo bajo Sia a Alfred.
— El maestro solo es... Cauteloso con las personas que no conoce. — Contesto el mayordomo escogiendo bien sus palabras para no hacerla sentir mal por la desconfianza clara en los ojos del joven amo.
— Eso suena agotador y aburrido. — Murmuró Sia para sí misma, ella siempre estaba encantada de conocer gente nueva, y no entendía porque alguien podría tener problemas por eso. — ¿Todos en la familia son así?
— Algunos más que otros. — Hablo con honestidad y Sia hizo una mental de eso.
— Padre dice que no mientes ¿Por que es eso? — Se acercó Damián una vez se cansó de solo mirar.
— Papá tiene una política de honestidad y cero mentiras, así que yo también. — Contesto de forma honesta, para ella era algo admirable y por supuesto desde temprana edad lo imitó y además la sinceridad siempre era mejor.
— Tu Papá, el diablo.
— El mismo. — Asintió con la cabeza lavándose las manos una vez termino de asistir a Alfred.
— ¿A qué edad te adoptó?
— A los 7.
— ¿porque el abuelo te escondió?
— Según lo que dijo, no confiaba en que Talia te educara de la forma correcta para ser un líder apropiado de la liga, la llamo demasiado emocional, así que me mantuvo como una clase de plan b. — Damian odiaba admitirlo pero si sonaba como algo que su abuelo haría.
— ¿Y si te prometió la liga porque la dejaste? — Ante esa pregunta Sia pareció detenerse un poco meditando la respuesta.
— Porque Papá me ofreció algo mejor. — Dijo con una expresión suave y cariñosa en su rostro más relajada.
— ¿Y eso sería?
— Un hogar y una familia. — Sonrió con dulzura y Damián se quedó analizando su expresión por un instante.
— TT. — Murmuró antes de irse decidiendo dejar su interrogatorio para después, ahora tenía mejores cosas que hacer.
— Así que... Ahora, ¿Postre? — Preguntó Sia a Alfred quien sonrió suavemente.
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Para sorpresa de Bruce Damián se unió a ellos en la cena y aunque una parte de su cerebro le decía que se debía a la desconfianza que tenía de dejar a Sia sin vigilancia, decidió creer que se debía a que su hijo le estaba dando una oportunidad a la chica y sentados juntos comiendo en ligera calma... Bueno, Bruce sintió por unos instantes que eran como una familia normal y ese no era un mal sentimiento, tal vez la adición de Sia a la familia no tenía que ser un total desastre después de todo.
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Nota: Lucifer no tenía idea de cómo criar a un niño humano, y aun así hizo un mejor trabajo que Bruce, quien tuvo a cinco? Más o menos, Lucifer, uno, Bruce, cero jsjsjs.
Gracias por leer y por los comentarios!
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