𝚇𝚇𝙸↬𝓡𝓮𝓬𝓸𝓷𝓬𝓲𝓵𝓲𝓪𝓬𝓲𝓸𝓷
Llevé el ramo de flores contra mi pecho. El color amarillo de los girasoles hacia juego con mi suéter del mismo color. Estaban hermosas sin importar que nos encontrarnos en invierno. La esencia perfumada de flores parecían brotadas en plena primavera. Con sus colores avivados, sus pétalos delicados y sus tallos finos nombrando la perfección natural se habían robado mi atención. Espero que a mamá también le gusten. Después de todo se trataban de sus flores favoritas. Como era ella la que estaba destinada a recibirlas pedí que las envolvieran en papel azul, su color favorito, como el de mi hermano mayor.
Últimamente a mi mente le gusta nombrar a la familia entera.
¡Cállate estúpida!
¡Cállate estúpido Soobin!
¿Vieron eso? ¡Ni siquiera me respeta!
Dando tumbo a pie logré alcanzar la casa de mamá. No estaba lejos de mi trabajo e ya había acabado de terminar por hoy. Siempre me ha gustado caminar antes que tomar un taxi, creo que eso lo heredé de Yeonjun ¿Y ven lo que digo? ¡Odio nombrar a ese hijo de puta que no se ha aparecido sin importar lo que le conté de mamá!
Bajo las profundidades de un abismo hurtero de pensamientos llegué a casa de mamá. Aquí en el exterior de su apartamento en el edificio se podía olfatear el sabroso chocolate en el aire. Eso sacó una sonrisa y una calidez en mi interior. No hay dudas que ella pesar todo estaba feliz. Aquel dulce aroma lo sacaba a relucir.
Con dos toques e escondiendo las flores por detrás de mi espalda, la puerta desde el interior fue abierta, mamá me recibió con un abrazo y sus comisuras elevadas.
–– ¡Hijo querido! –– Chilló eufórica denotando la algarabía en su voz –– Entra, entra, Soobinie querido, acabo de terminar de ornear unas galletas de chocolate que están para chuparse los dedos.
–– Gracias mamá –– Sonreí enternecido con esas orbes marrones felizmente emocionadas –– Te traje un obsequio.
La mujer mayor sostuvo las flores mientras daba pequeños saltitos cerca de mí tras olfatearlas. Se veía tan joven que nadie sospecharia que... le quedaba un mes de vida.
–– ¡Mis favoritas! ¡Eres todo un partidazo para cualquier chica por ser tan detallista! Estoy segura que cualquier mujer caerá a tus pies desde que te le presentes.
–– Ni te creas... –– Ironicé riendo tal ocurrencia.
–– ¿Ummmh, hay amor en el ambiente? –– Codea mis costillas –– ¡Cuéntamelo todo y exagera!
Mamá me jaló al interior para sentarme en una de las sillas del comedor. Disparada buscó un jarrón con agua para las florecillas y luego volvió con una bandeja repleta de galletas. Al parecer estaba muy interesada con el tema. Solo espero que no salga el tema de cuándo pienso darle nietos. No estoy preparado para una relación, me encuentro a la espera de si Beomgyu fracasa con Malía para ir a por ella ¿Les parece graciosa esa ocurrencia? Pues en mi defensa mi amigo Jeno está en las mismas.
–– ¿Y cómo se llama la elegida? –– Fue directamente al punto –– ¿La conozco?
–– No estoy seguro que la recuerdes –– Jugueteo con mis dedos –– Vivía cerca de nuestra antigua casa. Se llama Malía Agreste, la hija menor de la familia élite que teníamos de vecinos.
–– La recuerdo, la vi la última vez que vi a Yeonjun. Ella es la víctima de Yeonjun...
La mujer ni se atreve a continuar la frase. Solamente la deja al aire mientras sus ojos se turbian como el agua de un río al removerla las fuertes lluvias.
–– Sí –– Interrumpo agarrandola de la mano –– Malie es una buena chica y a pesar de todo lo que le ha hecho mi hermano es mi mejor amiga. No tienes de qué preocuparte.
–– ¡Será posible! –– Ironiza jocosa transmutando sus expresiones –– ¡¿Qué se traen esos Agrestes que tienen locos a toda nuestra familia?!
¿Qué quiso decir?
Estuve a punto de preguntarle directamente sobre ellos cuando desde el interior se escucha el sonido del timbre. Nunca creí que mamá esperaba a alguien más. Le echo un vistazo, su cara estaba estirada en una expresión de sorpresa, eso significaba que no sabía de quién se trataba, sin embargo, con un poco de suspenso se dirige a la puerta de donde acabé de pasar.
La abre pero se coloca enfrente de mi campo de visión y no puedo ver quién se trata. Soy participe del pequeño silencio suspendido en la sala ¿Y eso? Colocandome de pie con toda la intención de descubrir el porqué de este silencio abrazador.
La mujer que me dio a luz se lanza sobre aquella figura a abrazarla. Y para terminar, el rostro queda a mi vista.
Yeonjun...
No puedo explicarles de sopetón de lo que sentí al ver a mi hermano de vuelta. En mi órgano palpitante una serie de emociones brotaron cual agua del manantial.
<<Felicidad. Desconcierto. Pánico. Resentimiento>>. Eran solo algunas de las que puedo mencionar.
A diferencia de las otras veces: ahora estaba aliviado. No, no me encontraba asustado como aquel día en mi exposición de arte. Ni tampoco histérico como cuando le llamé al teléfono.
Únicamente estaba sereno, aligerado, complacido. Encantado de su decisión por hacer lo corrercto. Tenía a mi hermano frente a frente otra vez y no para discutir. Había esperado demasiado que este día llegara.
Ya venía siendo hora que este momento llegara.
–– Siento mucho la tardanza, mamá.
Las palabras de mi hermano salieron bajitas, débil y temerosas. Más nuestra madre con ojos cristalizado negó con la cabeza y atrapó su rostro entre las manos para picar con un beso su nariz.
–– Está bien. Me alegro de que ya estés de vuelta, querido.
Era una de las escenas más conmovedoras de todas las que puedan existir.
Lo mejor de todo es estar seguro de la sinceridad de tu hermano. No estaba siendo el mismo chico antipático que jugaba con los sentimientos de las personas ni manipulando a todos como un rey del tablero. Estaba abriéndose, mostrándose con todas sus inseguridades a mamá. Estaba siendo ese mismo Yeonjun que cuidó de mí el día que nos separaron.
–– Tener a mis dos hijos juntos nuevamente me hacen ser la mujer más feliz del universo –– Suelta estirando el brazo en mi dirección.
Los ojos de mi hermano caen sobre mí abiertos a sobremanera. No esperaba mi presencia probablemente. Quizás aún no estaba preparado para enfrentarse a mí como con mamá. Tal vez sería más fácil si nos encontrábamos en otro momento.
¿Estaría bien sentir ganas de correr ahora?
¿Soy yo quién aun no estaba preparado para este encuentro?
–– Soobinie...
Ladeo la cabeza hacia otra dirección. No quería que mi hermano me viera temblando como gelatina. Sé perfectamente que a Yeonjun se le da de maravilla identificar los sentimientos de las personas.
–– ¿Qué les parece si toman asiento en la mesa mientras voy por más galletas?
Mamá no lo preguntó, deliberadamente se marchó dejándonos solos. No estoy seguro de que esta sea una gran idea o una pésima.
El sonido de una tos por parte de mi hermano, logra captar mi atención a la par que me alarma cuando lo veo ir en mi dirección.
–– ¿Cómo va todo, her––?
–– No me vengas con toda una charla, Yeonjun. Las cosas no están bien –– Interrumpo –– No hagas como si todo está bien.
–– Solo quiero arreglarlas.
–– Sí, lo sé –– Cruzo mis brazos a la altura de mi pecho –– También puedo ver que estas asustado.
–– ¿Asustado? –– Me ojea frunciendo las cejas.
–– Dios te dio el don de ver a través de las personas pero yo perfeccioné la habilidad de ver a través de ti...–– Expongo para luego dar una pequeña pausa –– Sé que estas asustado porque sabes que puedes perder a Malía, a mamá y a mí en cualquier momento.
–– ¿Y cómo sabes todo eso?
–– Porque te conozco.
–– ¿De verdad? –– Se cruza de brazos como yo. Tal vez intentaba aparentar decisión, pero para una persona que lo conoce tan bien como yo sabe que no es más que una tapadera para ocultar esa inseguridad que soltó junto a mamá.
–– Sí, ¡te he estado siguiendo toda mi vida! Bueno, quiero decir, te he estado siguiendo desde que nací, Yeonjun. Te estudié, te estuve siguiéndote, intentando ser como mi hermano mayor. Así que sí, te conozco mejor que nadie en este mundo.
Creo que esto se me está saliendo de las manos.
No debería mostrar como me siento a alguien que es tan depravado en su interior.
–– ¿Me admiras?
–– Te admiraba –– Rectifico. Ya tengo miedo de mantenerme al lado de alguien como él sin temer salir herido –– Tampoco intentes imitar el cariño fraternal hasta que lo sientas en serio. Tampoco puedo culparte. Es solo...
–– ¿Qué?
–– Desearía que dejarás todo este show que te has inventado, siempre he querido eso. Y vuelvas a ser parte de esta familia deteriorada, vuelvas a ser mi hermano mayor otra vez porque...
–– Y–yo––
–– ...Porque a pesar de todo sigo siendo ese tondo niño de seis años que te quiere y tiene miedo de quedarse solo sin su hermano.
–– Soobin eres mi hermanito, eso nunca lo cambiará.
Y pueda que sean esas palabras las que estuve esperando todo este tiempo.
Creo que al fin se podrá arreglar todo lo que quedó destruido por el fuego y el incendio.
****
Fangirleo intensamente con esta reconciliación familiar🥹🥺
Espero que les gustara el capitulo, os quiero❤️🫶🏻
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