𝚇𝚇𝚅𝙸𝙸↬conтraтo тerмιnado






Siento tener la culpa de absolutamente todo. Una sensación fuerte subía por mi garganta, quería gritar, destrozar todo y arrancarme el corazón del pecho; sin embargo, me quedé callada y me destroce el alma.

Mi mayor problema es que me guardo todo y prefiero sufrir en silencio.

Por eso lloré hasta caer dormida en mi cuarto, no vi a nadie, no salí en toda la noche ni di acto de presencia. Tenía la estúpida idea de mañana levantarme con una sonrisa falsa, por lo menos una falsa hace creer que todo está bien.

– ¡Llevo media hora dándote voces para que bajes a desayunar y tú nada! – Todo empezó con una Lizzy entrando exasperadamente por la puerta de mi habitación.

Me levanté como un resorte de mi cama, ya había amanecido y un lindo día había roto en la mañana. E intenté, juro que intenté formar esa sonrisa.

En el momento de la verdad, no lo logré ¿La razón? Esa persona la cual te conoce mejor que tú misma. Esa que siempre estuvo advirtiéndome, dándolo todo por cuidarme ¡Soy una estúpida! Debí darme cuenta. Debí escucharla. Definitivamente no debí dejarla a un lado solo por un amor, no por un capricho, ni él valía la mitad de ella. Fui una ciega al preferirlo.

Verla fue como si despeinara toda mi alma, la idea de seguir guardándomelo todo fue inevitablemente imposible. Mi hermana interpretaba mis penas con solo echarme un vistazo con esos ojos azabaches llenos de amor.

– Malía…– Murmuró pasmada. Ya lo había descubierto todo, así de simple, así de sencillo.

– Unnie…

Amargas lágrimas bajaron por mis mejillas en silencio. Vergüenza. Era extraño como eso fue lo que había en mi interior al verla. La había defraudado, me había defraudada a mí misma como una tonta ¡Soy una gran tonta!

– ¿Fue Yeonjun? No me tienes que responder… ¡Joder, lo sabía!

Se lanzó a envolverme entre sus brazos. Tanto mi miedo como mis angustias comenzaron a brotar por el agua salada procedente de mis ojos. Así fue como mantuve una laaarga conversación con mi hermana, narrando todo, absolutamente todo lo que había pasado entre nosotros y siendo consolada por ella.

– Debí… – Sollocé aferrándome a su abrazo  – Debí hacerte caso.

– Todos nos podemos equivocar, Malie.

– Pe-pero yo lo hice amándolo.

– ¡Ese hijo de la gran puta, lo voy a matar! – No sé de dónde salió Jungkook ni tampoco qué había escuchado, pero estaba enfadado. Su mandíbula estaba tensada y si pecho subía y bajaba con violencia – ¡¿Cómo carajos se le ocurre meterse con mi hermanita?! ¡Voy a ir allá y…!

– ¡Jeon Jungkook ni se te ocurra salir de esta casa! – Le gritó su pareja, deteniéndolo en seco.

– Pero amor-

– ¡Te dije que no! Ese imbécil no lo vale. Tenemos que permanecer junto a Malie para poyarla y cuidarla. Lo demás no importa ahora.

– Okey, pero créeme que si ese estúpido se le acerca un solo centímetro de nuevo, ¡lo mato como  la asquerosa rata que es!

– Sí, yo misma te ayudaré es ese caso. Ahora tráeme el ordenador. Vamos a terminar con esta mierda de una vez por todas.

Por un momento la miro desentendida ¿Para qué el ordenador? Probablemente Kook también pensó lo mismo, no obstante, se marcha disparado en busca del aparato electrónico e lo trae, dejándolo sobre los brazos de mi hermana.

– Te voy a cuidar Malie, lo prometo. Eres mi hermanita…

Son las palabras de Jungkook que me hacen retomar la melancolía. Y mientras la mayor teclea algo con gran velocidad, Kook me resguarda entre sus fuertes brazos tal como un hermano mayor más.

– Listo – Anuncia la pelinegra.

Nos mueve la pantalla enfrente de nuestras caras. En dos letras oscuras hay un mensaje “Contrato terminado”. Aunque me tardo unos minutos en procesarlo todo caigo en cuenta de lo qué trata, pero justo en el momento en que lo voy a decir en voz alta, una notificación llega a mi celular.

¿Por qué han terminado nuestro contrato, pequeña? ¿Va todo bien?

Yeonjun.

Los nervios fluyen igual que sangre por mis venas ¿Él siquiera sabía que ya conocía todo su plan? Esto es peor que la verdad. No me imagino poder enfrentarlo en estas condiciones. Entonces como en mi vida nada puede mejorar, y todo va de mal en peor, me empieza a llamar, pero estoy tan ansiadosa que no puedo escoger entre el botón rojo o verde, mi celular cae el suelo con el temblor de mis manos y se rompe en pedazos, creando un fuerte sonido que hace a Lizzy y Kook, quienes anteriormente estaban discutiendo de qué mejor manera ayudarme, mirarme sorprendidos. El sonido de la llamada cesó, convirtiéndose en uno de los mejor sonidos que he escuchado.

Transcurren unos pares de minutos. Mi hermano y Jungkook se quedan conmigo. Solo una podía pensar en la gran mentira que es "Ama y serás amado" ¿De qué sirve tener bonitos sentimientos hoy en día? Ya nadie los valora. Es más, los utilizan para hacerte todo el daño posible.
Si es triste pensar como en el mundo hay más de millones de corazones rotos, más es saber que formas parte de ese porcentaje.

– ¡Malia tu psiquiatra está esperándote en la puerta principal! – Escuchó el grito de Sarah cerca del lugar de encuentro.

Mis alarmas se alteran, comparto miradas como la pareja que se encuentra a mi lado que transmutan su cara de consideración a odio puro.

– ¡¿Cómo se atreve-?! – Chilla una indignada Lizzy.

– ¡Ahora si lo mato!

Jungkook sale como un rayo apretando los puños. Lizzy le sigue por detrás gritando su nombre y luego voy yo, temiendo que mi cuñado cometa una estupidez.

La puerta está abierta e me interpongo entre los chicos para evitar una pelea, mucho más que sea frente a mi casa o se terminen haciendo daño mutuamente. Lizzy agarra por detrás a su pareja, y lo que queda es más que obvio, enfrentar a Yeonjun de una vez por todas.

– ¿Pequeña, qué está pasando?

Luce confundido, pero ya sé que es solo una fachada, probablemente por lo menos debe deducir lo que está pasando. Es muy inteligente para no darse cuenta.

– Pequeña por favor, contestame...

Siento una de mis manos ser acariciada. Descubrí que era la que misma que tenía contra el pecho de Yeonjun para separlo de Kook. Y eso, junto a esa mirada de falso cariño abrieron el grifo emocional que se haya en mí.

– Ba-basta...– Supliqué mirando sus ojos marrones – Ya déjame en paz. Sé lo que intentas hacer. No me hagas más daño, por favor. Solo vete. Te lo imploro...

– Pero Malía no entiendo qué ocurre ¿De qué hablas? – Ambas de sus manos agarraron mis mejillas y acarició el lugar tratando de retener a las innumerables lágrimas – Yo no puedo irme y dejarte... eres mi única pequeña.

– ¡Eso es lo más enfermo que he escuchado en mi vida!

– ¡Jungkook no! – Jadeamos asustadas al ver su expresión escolarizada.

El pelinegro se liberó de las manos de su novia, me hizo a un lado y le metió un fuerte puñetazo en la cara a Yeonjun. El de cabello veteado retrocedió dos pasos mientras llevaba su mano al lugar del impacto.
Algo en mi interior se estremece al ver al chico que amo golpeado, sea como sea, aún lo quiero tanto que será difícil deshacerme de todo lo que siento por él solo por descubrir la verdad.

– Malía no entiendo qué está pasando-

Kook ni lo deja terminar, le grita una injuria y le zampa otro puñetazo. Este le destruye el labio e la mirada de Yeonjun cambia mientras se relame la sangre de ahí.
Sus ojos marrones adquieren una mirada fría e enfadada mientras que los de Kook liberan llamas por así decirlo.

– No interfieras entre mi pequeña y yo.

– Voy a callarte la boca de un puñetazo tan fuerte que jamás volverás atreverte a llamar a mi hermanita de esa forma, asquerosa rata enferma.

– A menos que me mates no lograrás eso.

– Ganas sobran – Mofa el peligro con hastío.

Mis ojos se abrieron a más no poder. Jungkook se truena los nudillos y salta sobre mi ex novio o ex psiquiatra o ex amante, ya no sé ni cómo llamarlo, pero bueno, lo importante es que lo muele a golpes. Puñetazo van y puñetazo vienen, Yeonjun no se defiende ni hace el intento de esquivar nada, por lo que es el único que está ensangrentado.
Mierda. Eso me hace sentir jodidamente mal. No me gusta verlo herido de esa manera. No aguanto más.

– ¡Jungkook para!

Agarro el brazo de mi cuñado instantes antes de que vuelva a caer contra el rostro del que me rompió el corazón. Kook hace el intento de liberarse para terminar, pero me aferro más fuertemente mientras abrazo su brazo. Yeonjun me da una mirada imposible de descifrar

– Por favor Kooki...

Gruñendo obedece de mala gana, se aleja y clava una mirada más agria que un limón en Yeonjun. Este último ni le devuelve la mirada, si no sigue mirándome fijamente de esa manera incomprendible. Una que se vuelve más profunda cual pozo infinito cuando le extiendo la palma abierta para ayudarlo a ponerse en pie.

– ¿Te encuentras bien?

– No sé si quieras en verdad escuchar la respuesta de eso, pequeña.

Jungkook suelta una bajita maldición por la reiterada manera de llamarme mientras observaba molesto como Yeonjun se levanta del suelo con mi ayuda.

– Entiendo – Asiento a sus palabras – Pero te lo vuelvo a pedir de favor, no vuelvas para hacerme daño.

– Te lo repetiré una vez más, pequeña. Ahora seré mucho más claro... – Vuelve a acercarse a mí, está vez directamente a mi oído para susurrar – Me perteneces y soy el único que puede decidir qué hacer contigo. Así que no esperes que solamente desaparezca, volveré a por ti cuando menos lo esperes. Siempre será de esa forma porque eres mía, y solo mía, pequeña...

Una mordida al lóbulo de mi oreja y una mirada soslayo es lo último que hace antes de marcharse caminando firmemente a pesar de estar molido a golpes.
Por mi parte, rompo en llanto nuevamente. Porque ese más que otra cosa se trata de una amenaza.



****

Buenas noches/días/tardes/madrugadas. Tengan un lindo día sea como sea. Solo quiero preguntar si... ¿ya están lista para el final que viene tomándonos los talones? Y lo qué piensan de Yeonjun claramente ¿Qué creen que hará? Xd ese no se va quedar así como así y toood@s lo sabemos perfectamente.

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