10. Blind decisions
Suspiro, el aire frío que se colaba en sus pulmones era reconfortante, hacía meses que no fumaba y se sentía bien -ya no estaba ansioso como los primeros días- pero ahora el humo le hacía toser y Otabek lo molestaba con eso porque era un idiota que le gustaba su sufrimiento...o eso decía porque ya había comprobado que Beka podía ser aterrador si le hacían daño.
—Se te hará adicción —se quejó abriendo las ventanas.
—Sólo fumo cuando estoy molesto.
— ¿Por que estás molesto?
—El idiota que nos contrato quería que matáramos a un niño también.
Se sorprendió y negó levemente con la cabeza.
—Exacto, ¿qué culpa tiene?
Yuri se abrazo a si mismo y bajo la mirada, se preguntaba cómo es que había gente así.
— ¿Lo...?
—Hice que se suicidara.
Suspiro y asintió, más relajado de alguna manera, recargándose de la baranda. Otabek era bueno con eso de montar las escenas, lo había notado desde que le enseño, desde entonces quería saber si tenía conocimiento forense o algo por el estilo.
—No deberías fumar —le dijo estirando una mano con el cenicero en ella—. Vamos a caminar y te despejas un rato.
El azabache arqueo una ceja, soltó el humo que había contenido en sus pulmones y derrotado apago el cigarro en el pedazo de cristal que le ofrecía el menor. El rubio sonrió al ver que accedía y beso su mejilla como agradecimiento.
—Debemos estar aquí a tiempo para el vuelo.
Asintió y se adelantó dentro, buscando otra chamarra para poder salir.
—Espera, Yuri —cerró la puerta del balcón tras él y le alcanzó, saco el arma que escondía en su tobillo y se inclinó para amarrarla en el tobillo del rubio—. Solo por si acaso, pesará un poco pero es cuestión de acostumbrarse.
—Está bien —sonrió y revolvió los cabellos de Otabek como agradecimiento.
Él no se quejó, solo se peino hacia atrás al levantarse y dejo un beso en su cuello expuesto que le causó escalofríos, ese trato era mil veces mejor que el del comienzo.
—Me pondré los zapatos, ya vuelvo —dijo apresurándose al cuarto con más entusiasmo del usual.
Otabek asintió y bebió del vaso que había dejado antes, se sentó en el sillón y fue cuando sintió mucho sueño...tanto que no pudo luchar con él. La inconsciencia le ganó antes de poder darse cuenta y cayó dormido sobre el mueble, murmurando el nombre de Yuri como tratando de advertirle que algo no estaba bien.
Cuando despertó, estaba amarrado a un poste, con las manos a su espalda y sus pies juntos atados también. Analizó el lugar entre su confusión y descubrió que era la misma bodega donde él y Beka habían desechado el primer cuerpo.
Se mordió el labio y tragó saliva, algo le decía que no fue su compañero quien los había llevado ahí. Se removió incómodo y trató de buscar con la mirada algo que le pudiera ayudar a salir de ahí.
—Oh, Dios mío, Yuri ya despertaste.
Volteo encontrándose con Yuuri, a medias, estaba atado como él y tenía el rostro bañado en lágrimas. Bufo, eso tenía que ser una maldita broma, no habían cometido ningún error, ¿como es que terminaron ahí?
—Tienes que ayudarme a escapar, Viktor ha perdido la razón.
Yuri veía al otro sollozar, llorando como si estuviera aterrado de verdad, pensó que pudo haber sido actor si no estuviera tan loco o si estuviera medicado.
Volvió a la inspección del lugar, ignorando los lloriqueos del azabache, con una visión más clara y con un poco más de calma.
Su corazón dio un vuelco cuando divisó a Beka, estaba atado lejos de él, inconsciente y con una parte del rostro con sangre seca. Quiso levantarse pero sus muñecas adoloridas le recordaron que estaba atado de pies y manos. Maldijo en voz alta y jaloneo un poco sus manos, tratando de zafarlas.
La puerta se abrió de forma estruendosa y Viktor entro, como si fuera una pasarela o una alfombra roja con un arma en la mano. Suspiro y busco la manera de lidiar con ellos de la mejor forma para salir de eso.
—Yuri, te has escondido mucho de mi~ pero al fin pude traerte aquí.
—Déjalo ir, Viktor —suplicó Yuuri, gimoteando y sollozando—. No debe estar aquí.
—Está aquí porque quiero y lo merece.
—Muy bien —no se creyó capaz de soportar todo ese teatro, mejor ser directo—. Es muy divertido todo esto, pero si me sueltan no me enfadaré.
— ¿Que? ¿De qué hablas, Yuri? Él...
—Conozco su jueguito, fingimos ser víctimas, me ayudas a escapar, luego me traicionaras y me daré cuenta que le ayudas y moriré de miedo —suspiro, removiendo despacio las manos, al darse cuenta que podía zafarse si era cuidadoso—. Ahorrémonos todo eso y díganme que quieren de mí.
Yuuri suspiro haciendo una mueca, poniéndose de pie luego.
—No eres divertido, Yuri.
—Habíamos preparado un gran discurso y nos cortas la inspiración.
—En realidad no tengo muchas ganas de oírlo... ¿podría...saber que le pasó? —preguntó haciendo un gesto con la cabeza para señalar a Beka.
—Es un niño insolente e indisciplinado, tuvimos que castigarle —dijo Yuuri, sonando como madre decepcionada.
— ¿Por que? —preguntó aunque tenía miedo de saber.
—Nos dijo cosas...muy feas, teníamos que disciplinarlo, un hijo jamás debe ser irrespetuoso con sus padres...Alek ha cambiado tanto —se limpió los ojos, pues tenía lágrimas acumuladas en ellos.
Se mordió el labio y tragó saliva, aún no sabían que había cambiado su nombre.
— ¿Podrían...soltarme? Solo quiero ver que este bien.
—No, sabemos que te preocupa pero lo mejor será que se quede así un tiempo, debe aprender su lección y tú debes aprender a respetar las decisiones de tus padres.
Asintió, al sentir sus manos libres, quedándose muy quieto para ver al muchacho.
—Te traeremos la cena y una cobija.
Yuuri se inclinó para besar su frente y Viktor acaricio su rostro con dulzura. Era extraño, su comportamiento con él y con Beka.
Espero a que cerrarán la puerta con el candado y entonces dio un último jalón a sus manos para zafarlas por completo, sonrió al verse libre y desató la cuerda de sus piernas, poniéndose de pie casi enseguida para correr al lado de Otabek.
—Beka —le llamo una y otra vez, dando golpecitos suaves en su rostro para tratar de hacerle despertar, sintió pánico porque no reaccionaba y lo abrazo con fuerza para pegarlo a él.
Un quejido bajo y unos latidos débiles fue lo que le devolvió la esperanza. Se alejó y busco con que soltarlo de las amarras, encontró un cuchillo sobre la mesa de trabajo y corrió a su lado de nuevo.
El cuerpo de Otabek cayó sobre el suyo y sus piernas no pudieron sostener el peso de ambos, cayendo al suelo de forma estrepitosa. Se quejó sacándose el cuerpo del azabache de encima y se sintió terrible al descubrir que bajo la camiseta de buen aspecto que llevaba, tenía heridas sangrantes que empapaban la tela color negro.
—Beka, por favor —le llamo, abrazándolo sin mucha fuerza—. Despierta, necesito sacarte de aquí.
—No puedo —las palabras sonaban entrecortadas y cansadas—. Mis piernas no responden...
—Por favor, inténtalo —le apremio, jalándole como podía hacía la salida.
Otabek no mentía, su cuerpo estaba adormecido y parecía que ninguna extremidad le iba a ayudar.
La puerta se abrió haciendo un sonido tétrico y Yuri quiso echarse a correr con Otabek, escucho a su madre pegar un grito al verle ayudando al azabache y su padre se acercaba a pasos agigantados.
Le tomaron del brazo y le alejaron de Otabek por más que quiso zafarse, estaba harto de ser jaloneado por todo el mundo.
— ¡Suéltenme! ¡Necesita ayuda!
—Parece que tú también necesitas una lección.
—No —grito cuando se zafó, lanzándose a tomar el cuchillo que había botado luego de soltar a Otabek.
—Yuri, suelta eso, te vas a lastimar —pidió el de lentes con un rostro serio, tendiéndole una mano—. Ven con mamá, todo estará bien, sólo...
Lanzó el cuchillo al suelo con furia y se inclinó abrazando sus piernas, temblaba y los mayores se sintieron enternecidos, su pequeño estaba haciendo un berrinche. Viktor se acercó despacio para acariciar su cabeza, tratando de que lo acompañara, pero sus intenciones se detuvieron cuando un arma apuntó su cabeza.
—No soy su hijo —dijo con la mirada más fiera que tenía, su mano no temblaba y le apuntaba directo a la cabeza—. Tampoco Otabek lo es.
— ¿Otabek? No, no, su nombre es Alek, mi amor.
—Alek murió en manos de Viktor —alzó la voz, sin desviar la mirada del que intentaba tocarle.
— ¿Que? No, él está ahí.
—Nunca le contaste, ¿verdad?
—Esta mintiendo, Yuuri —dijo el otro tan calmado que su marido no pudo dudar...no mucho.
—Deja de mentir sobre tu padre, es horrible.
—No miento, tú le cuidabas bien, ¿por qué murió de repente entonces? —preguntó levantándose despacio, acercándose a Beka, sin dejar de apuntar a Viktor—. Mamá, él te engaño con Alek, le gustaba más que tú —al menos un poco de tiempo ganaría con todo ese juego que se estaba montando.
— ¡Eso no es cierto! Nadie le gusta más a Viktor que yo —Yuuri estaba perdiendo los estribos y escuchar esa última frase le causó una furia indescriptible.
Yuri iba a seguir pero el mayor le tomó desprevenido, tratando de quitarle el arma.
—Hablar así de mal de tu padre, deberías estar avergonzado —le gruño al oído, mientras forcejeaban.
Yuri negó y busco pegar el arma al cuerpo de Viktor, cualquier parte, y finalmente disparo. El agarre fue suelto casi de inmediato y giró para ver al otro sostenerse el abdomen donde había entrado la bala, la sangre comenzó a brotar en abundancia y Yuuri soltó un grito horrorizado corriendo al lado de su marido.
Tragó saliva, era una sensación extraña la que lo recorría luego de dispararle por primera vez a una persona, pero en ese momento estaba más preocupado por Otabek.
Se inclinó a su lado y comprobó que estuviera respirando aún, moviéndole para que abriera los ojos.
—Necesito que despiertes, si te duermes no podré ayudarte —le decía una y otra vez, el arma a su lado y buscaba las maneras de hacerle reaccionar.
Le sonrió cuando finalmente lo vio abrir los ojos, aunque parecía algo confundido. De repente no supo que estaba pasando, su cuerpo fue lanzado a un lado al mismo tiempo que escucho un disparo y luego otros dos seguidos.
Se levanto con prisa, viendo el cuerpo de Yuuri caer al mismo tiempo que el de Otabek.
— ¿Otabek? —preguntó sin voz, con las manos temblando de forma incontrolable—. ¿Beka? —repitió en voz más alta y temblorosa, removiéndolo con prisa.
Había sangre que manaba de su cuello, sin contar la de todas las heridas en su cuerpo que le habían hecho antes. Gateo hasta el cuerpo sin vida de Viktor y busco en sus bolsillos por un teléfono, marcando en seguida por una ambulancia, negándose a perder a Otabek...aunque se arriesgara demasiado llevándolo a un hospital, se aferraría a lo único que tenía en la vida, o se iría con él en el intento.
Listo el cap de hoy! :3 las dejare con el suspenso hasta el lunes xD me van a matar, lo sé
En fin xD cuéntenme que les pareció el cap :3 sus teorías y demás~ ya tendrán nuevo cap el lunes~
Tengan bonito fin de semana, gracias por leer, comentar y votar, les mando lof *smooches*
Rave, la reina del caos en sus corazones(?)
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