inseguridad.

"Hace cuatro meses.

—Agh. —Gruñe el chico al notar el tanque de su auto casi vacío.

Ese día no se podía poner peor.

Primero sus palabras habían sido escuchadas por esa preciosa omega, arruinando cualquier oportunidad que hubiera podido tener, luego la misma le pidió que abandonará inmediatamente su casa por lo cual decidió regresar hasta más tarde para intentar solucionar las cosas. Pero no, Nayeon no volvió aparecer por su hogar y la señora Im solo le decía con las frases más claras y delicadas que era porque se encontraba con su novia, solo buscando hacerle entender que ya no tendría mas chances, no si Myoui estúpida Mina se encontraba ahí, se marcho minutos después de su "platica" con Jessica.

Siente su lobo gruñir ante el recuerdo.

Esa estúpida alfa nunca sería tan buena como ella. Y realmente no lograba entender porque Nayeon la había elegido sobre él. ¿Qué era lo que Mina tenia que BangChan no? 

Él solo se había preocupado por la omega desde que el primer día que la conoció, ¿y de esa forma cruel le pagaba?

Tensa su mandíbula al recordar como la feliz y reluciente omega apareció hasta las diez de la noche. Sí, se quedó con el auto parqueado once horas esperándola para intentar recuperar su amistad por ultima vez y ella estaba con esa alfa de pacotilla.

Nayeon se veía más feliz de lo que alguna vez fue con él. Y le duele. Lo lastima mucho.

Realmente creyó que tendría oportunidad. Pero se equivoco.

Suspira antes de adentrarse a una gasolinera cerca, le pide a uno de los trabajadores que le llene el tanque y se mete a la tienda.

Compra un par de aperitivos distraídamente.

—Buenas noches joven, ¿sabe donde se encuentra esta dirección?

El hombre que está adelante de él le pregunta al despachador mientras deja unos cigarrilos en el mostrador.

El chico niega sin ponerle mucha atención. Bangchan se siente mal por la desilusión del hombre y nota su traje de repartidor de paqueteria.

Se acerca mas y ve la dirección de Nayeon escrita en el papel.

—Ah, esa es la casa de los Ims.

El hombre se voltea rápidamente.

—¿Sabes como llegar? Estás calles son un jodido lío y tengo que entregar este paquete antes de irme o mi jefe me la va a liar.

El alfa asiente y le explica rápidamente cómo estar justo enfrente de la casa de su ex amiga.

El desconocido da una sonrisa algo retorcida antes de marcharse, dándole un cigarro como agradecimiento se despide con muchísima velocidad.

Bangchan frunce su ceño y el avisarle a Nayeon lo que acaba de suceder corre por sus pensamientos. Pero no lo hace. Al fin y al cabo han dejado de ser amigos. Y lo más probable es que ella ni siquiera le responda de vuelta el primer "Hola."

Al final Nayeon tomó su decisión y no fue a él.

Hace una mueca y paga con rapidez sus artículos. Quiere salir de ese jodido país lleno de recuerdos inmediatamente."

Nayeon suspira fuerte una vez se adentra al auto de su pareja.

Las palabras de la señora Im no dejan de flotar en su mente y de molestarla, adentrándose en lo mas profundo de su cerebro e inyectando su veneno cual serpiente.

Esta enfadada. La madre de su novia tiene toda la razón a su parecer, cada punto dicho esta lleno de coherencia. Ella no es una buena opción para alguien como lo es Mina.

—¿Me dirás de qué hablaron? Tengo curiosidad.

Nayeon tensa la mandíbula antes de dejar de mirar por la ventana para por fin enfrentar a esos ojos oscuros que no dejan de aparecer en sus sueños y en sus deseos más profundos.

Quiere ser honesta y decirle que su adorada madre no la quiere junto a ella, quiere contarle que su progenitora odia la idea de que su hija siga estando en una relación con ella y quiere comentarle que la señora Myoui la quiere con ese maldito omega fino y divertido y no con junto a ella.

Pero no puede. Las palabras se le quedan atoradas en la garganta cuando ve el brillo especial en la mirada de su alfa, cuando la sonrisa es tan grande que sus ojos se vuelven dos medias lunas o cuando su aura parece ser la más feliz desde que se conocieron.

Se obliga a mentir. Llevando la mano izquierda a la mejilla de su novia para apretarla sin fuerza, solo como advertencia. —No seas chismosa. Ahora conduce rápido o Momo se pondrá más furiosa de lo que ya esta.

Mina ríe de una forma tan cálida que la hace sentir un calorcito correr por todo su pecho. La nipona asiente antes de aproximarse a ella y unir de forma desesperada sus labios en un beso repleto de diversas emociones que la hacen rozar la locura. El amor se siente en la forma en la que esos belfos se amoldan a los suyos, marcando el compas más perfecto, el más maravilloso baile que ha tenido el placer de tener. Ella quiere comparar las múltiples sensaciones que esa preciosa y torpe alfa hace a su corazón experimentar y falla miserable en el intento. Porque no habrá persona en el mundo que sea capaz de hacerle sentir ni una fracción de lo que las caricias, los momentos, los besos que Mina le da.

Pero, ¿Myoui estará sintiendo tanto como Nayeon? ¿Es solo la omega la que esta cayendo directamente al fondo del pozo mientras que la alfa sigue inspeccionando los alrededores? La omega lo recuerda, lo cruel que llego a ser con ella en los primeros días de sus interacciones y eso la aterra. Sus inseguridades siempre salen a la luz, porque Nayeon en el fondo realmente no cree ser merecedora de todo el amor que ese ser humano tan precioso y lleno de bondad (alias Myoui Mina) le regala.

La alfa se separa con una bella sonrisa, deposita un ultimo beso en la punta de su nariz antes de girarse y encender el automóvil.

—Genial novia, colócate adecuadamente el cinturón por favor. Sabes que yo me muero si algo malo te sucede. 

Mina orienta su vista hacia el frente, sin siquiera ver como esa frase hace que el lobo de su omega aúlle extasiado. Ella no deja de enfocarse en el camino, claro, hasta que el aroma de su novia se vuelve extrañamente mas dulce por lo que voltea a verla y ahora es su propio lobo el que ladra feliz. Nayeon tiene las mejillas sonrojadas y los labios ocultando la sonrisa que amenaza con salir, pero sus ojos, santo cielo, esos ojos lucen tan brillantes, tan encantadores que solo la hipnotizan y la mantienen ahí, a merced de su dulce omega. Nota el amor en esa mirada y le aloca el corazón.

—No tienes por qué decirlo de vuelta, se que tu también sientes lo mismo. Nunca lo olvides Nayeon, te tengo. 

El sonrojo pasa a ser de otro nivel y la omega aparta la vista en un movimiento torpe y veloz.

—Solo conduce, Myoui.

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—Las tortolitas por fin han llegado, todas digan: ¡Hurra!

Sana es la primera en verlas adentrarse en el local.

Mina rueda los ojos mientras que Nayeon se esconde en el torso de su amada. Ambas caminan rápidamente hacia su grupo de amigas, habían quedado para verse en una pizzeria común y cercana para todas, ¿y que mejor que en la que el trio japones había coincidido por primera vez en toda su vida? Myoui aún lo recuerda tal y como si hubiera pasado hace tan solo unos días y no unos cuantos años.

"Ella había escapado de una de las tantas reuniones que su madre había hecho en su hogar, Mina nunca había conseguido encajar entre todas esas personas elegantes, adineradas y groseras con todo aquel que no era de su nivel socio económico.

Ella siempre había sido una persona más fácil, con gustos sencillos como mirar las estrellas, pasar el rato jugando en el jardín o leyendo esos viejos libros en el estante de su abuelo.

Mina se sienta en una de las tantas mesas a un lado del ventanal. Sigue sumida en sus pensamientos, preguntándose por qué mamá está tan obsesionada con la apariencia de su familia, que no nota cuando una cabellera rubia se aproxima a ella de forma sigilosa con un pedazo de pizza en su mano.

—¡Hola! ¡Soy Minatozaki Sana! ¡Soy de Japón! ¿y tú?

Antes de que Mina pueda hablar la niña enfrente suyo la interrumpe.

—Te vi mirando hacia la ventana, pareces triste y lo que yo hago cuando estoy desanimada es comer. ¿Te gustaría comer conmigo?

Dice extendiendo el trozo de masa cocida. Myoui siendo tan tímida como para negarse solo asiente con la cabeza, Sana sonríe y toma su mano para comenzarla a arrastrar por el local hasta llegar a su mesa.

El padre de la chica se presenta y pide una nueva pizza para las dos. Pronto un charla se instala entre ambas, bueno, si es que se le puede decir así a las frases sin sentido alguno que suelta Minatozaki y a los tímidos "Sí" o "Entiendo" que deja salir Mina.

Pero, de repente, las palabras de Sana quedan en el aire al ver a una niña con el cabello atado en dos colitas y con ojos negros. Myuoi sigue su mirada y se encuentra con una aburrida Momo.

Los ojos de la otra alfa pasan a tener un brillo en ellos. Sana se pierde totalmente en aquella omega de aspecto desinteresado, soltando una sonrisa tan bobamente adorable que incluso Momo se sonroja al notar que esos dientes blancos relucientes están dedicados a su persona.

—T-Tú...uhm...¿la conoces?

Murmura casi sin aliento.

Mina ríe levemente y asiente. Tomando su brazo con gentileza para comenzar a caminar en su dirección.

—¡O-Oye! ¡Espera! ¿Q-Qué haces?

Cuestiona exaltada intentando retroceder, sin embargo, su amiga alfa no se lo permite. Pronto están justo enfrente de la omega, Sana tiene todo su rostro y orejas de un tono rojizo intenso, Mina coloca una sonrisa burlona en sus labios y Momo frunce su ceño al notar el cambio de color en la piel de la rubia. 

—Mina...¿Tu amiga se encuentra bien? Se ve muy roja, como un tomate. ¿Tiene fiebre? Si es así por favor aléjala de mi. No me quiero enfermar de nuevo.

La mencionada estalla en risas.

Minatozaki se sonroja aun mas (si es que realmente es posible) Mina invita a la omega a pasar el resto del día con ellas y la misma acepta, y entre diversos juegos de mesa, burlas hacia Sana y las quejas de Momo cuando ella pierde alguna partida se pasan las horas."

La alfa sonríe de forma traviesa.

—¿Estas bien? Te ves como un tomate.

—¡Yah Myoui Mina! ¡Juraste que lo dejarías en el pasado!

Nayeon le da un golpe sin fuerza a su novia quien levanta ambas manos enseñando las palmas, mostrando así que ya parará.

Ambas se miran al notar que no se pueden sentar juntas, pues los asientos están diseñados para tres personas en cada lado.

—Ese es su castigo por llegar tarde, tortolitas. Vengan ya.

Dicta Jihyo. La omega asiente y deposita un pequeño beso en su mejilla antes de sentarse junto a sus amigas.

La platica se reanuda una vez la ultima pareja en llegar toma asiento, otras dos pizzas se deslizan por la. mesa y el ambiente vuelve a ser el mismo. Sin embargo, Nayeon no presta tanta atención a los chismes locales que son contados por las bocas de las demás, se enfoca en terminar esa maldita rebanada de pizza que lleva en su mano desde hace minutos y en intentar no permitir que esos pensamientos sigan alimentando cada una de sus inseguridades con respecto a su relación con Mina.

Antes de que el cerebro siga carcomiéndole la razón Jeongyeon le da una suave palmada en el hombro.

—Vamos afuera, necesitamos hablar.

Nayeon asiente y sale rápidamente mientras la alfa le da un apasionado beso a su novia.

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—Hey—Saluda Jeongyeon con una suave sonrisa. Nayeon la imita al verla. —No comiste nada...

La omega asiente. —¿Te unes a mi? —Cuestiona palmeando el lugar junto a ella.

Su amiga toma asiento a su lado y un cómodo silencio se instala entre ambas.

Nayeon agradece profundamente que la alfa no la presione pero que haya puesto la suficiente atención como para notar que hay algo mal con ella.

La omega suspira antes de dejar caer su cabeza sobre el hombro izquierdo ajeno. Jeongyeon pasa su brazo por atrás y reparte caricias reconfortantes por su espalda.

—¿Recuerdas cuando tenías ese antiguo enamoramiento juvenil por mi? ¡Me seguías a todas partes!

Nayeon tapa con ambas manos su rostro sonrojado mientras la risa de su amiga es lo único que se escucha de fondo.

—¡Oh vamos! ¡No tenía un enamoramiento por ti!

—¡Claro! Solo de forma casual siempre estabas en los mismos lugares en los que yo, en las mismas fechas, horas y ocasiones...

La omega niega con la cabeza, aún con las mejillas de rosa intenso.

—¿Eso qué? Eso no prueba absolutamente nada.

—¿No? ¡Pasabas todas las tardes de los miércoles en el árcade del señor Jung cuando se hacían los torneos en los que yo siempre jugaba aunque en ese tiempo detestabas los videojuegos, los sábados estarías todo el día en el parque "divirtiéndote con tus amigas mientras jugaban voleibol" justo a un lado de pista de skate donde yo estaría pasando el tiempo con los míos y los domingos por la mañana estarías en las misas de diez a once y media, justo en las mismas en las que mi familia me obligaba a ir a pesar de que los Ims solían ir a la de las ocho con treinta minutos hasta las diez!

Nayeon frunce levemente su ceño con una sonrisa confundida.

—¿Lo notaste?

El rostro de Jeongyeon se torna rojo cuando vuelve hablar.

—Yo siempre lo hice. Siempre te noté. Solo actuaba como una estúpida gruñona porque me negaba aceptar que yo...

—¿Qué tu?

La alfa gira su rostro, y con un sonrojo apenas visible vuelve hablar.

—Qué yo estaba tan enamorada de ti.

La omega ríe y se abraza al costado de su amiga.

—Éramos tan jóvenes y tontas...

Después de unos cuantos minutos la alfa pasa su mano por el brazo desnudo de su acompañante y vuelve a unir su miradas.

—Si yo hubiera sido menos cobarde y te hubiera pedido salir conmigo, ¿Cuál habría sido tu respuesta?

Nayeon mantiene sus ojos en los otros y no hay ni un solo rastro de duda en su voz cuando habla.

—Qué sí. Yo habría ido hasta la maldita pista de skate a ver a un montón de alfas sudoroso e inútiles haciendo "trucos horribles" con sus patinetas si eso significa más tiempo contigo.

Jeongyeon la mira intensamente. Siente el calor subirle a sus mejillas cuando la alfa se acerca a ella y deposita un beso en las mismas. Nayeon sonríe y pega sus frentes, adorando la bonita atmósfera que se ha creado tras hablar de sus pasados sentimientos.

—¿Me dirás que sucede?

La omega deja salir un suspiro profundo a la vez que se aleja un poco más.

—Nos tardamos de más porque tuvimos que hacer una parada rápida a casa de Mina, había una reunión de gente rica y caprichosa, todos con vestidos y trajes horrendos.

Menciona apartando la mirada.

—¿Y...?

La alfa toma su mano entre las suyas mientras mueve la cabeza sutilmente, invitándola a seguir contando la razón de su malestar.

—Lo diré sin más rodeos. Conocí a la gran señora Myuoi.

Jeongyeon hace una mueca.

—¿Fue tan malo como tus suspiros me lo hacen creer?

—Fue peor. Doblemente peor. Ella me pidió "gentilmente" que me apartará de su hija si no quería problemas, dijo que alguien como yo nunca sería tanto como ella. Que mi familia nunca estaría a su jodido nivel y que su nieto y futuro heredero debía ser con sangre "pura", con alguien como ese estúpido omega que se la pasa pegado a Mina en la escuela. ¿Y sabes que es lo que más me duele?

Jeongyeon niega.

—¡Que tiene razón! Yo nunca seré tanto como Mina, nunca seré tan bonita, agradable e importante como ella. Mi familia podría intentar infinitamente ser como los Myoui y nunca lo lograría, no estoy destinada a estar con alguien como Mina. Y se qué cuando ella finalmente note que hay mejores omegas, más finos, más elegantes o más preciosos y adinerados que yo inevitablemente se irá de mi lado. Y me volveré a quedar rota, destrozada y-

No puede seguir con su discurso cuando el puño de la alfa se hunde en la piel de su hombro.

No está ocupando toda su energía como para realmente lastimarla pero aún así es lo suficientemente fuerte como para hacerla llevar su mano al lugar dañado y soltar un quejido.

—¿Qué tonterías estas diciendo? ¿Eh? ¿Por qué sigues dejando que el miedo te controle?

Cuestiona con su ceño fruncido y los ojos llenos de molestia.

—Además, tu y la señora Myoui valen exactamente lo mismo. No hay favoritos en lo único seguro que hay en esta vida, la muerte no hace excepciones y sus preciadas mansiones, vestidos horrendos y dinero no se lo llevan a la tumba. Lo único con lo que nos vamos es con la felicidad de haber hecho las cosas bien, de haber amado sin importar lo demás, de haber sido valientes y quitarse los miedos, de haber querido  la persona correcta y haber pasado tipo con ella. Eso es todo lo que te llevas.

La omega siente una caricia ser depositada en sus manos.

—No entiendo porque esa gente se preocupa tanto por las apariencias, pero sobre todo no entiendo porque tu también lo haces. ¿No crees que si Mina solo se fijará en el status social y en el dinero en tu cuenta bancaria ya te habría dejado desde hace tiempo? Si a ella le importaran solo las cosas banales ella ya habría salido de tu vida desde hace meses, pero no. Mina sigue ahí, sin importarle compartir una cama pequeña para una sola persona en vez de ir a su propia casa a dormir sobre su cama King size. Mina sigue ahí sin importarle comer y beber marcas más económicas. Mina sigue ahí, Nayeon. Sigue ahí para ti y para toda tu familia. ¿Entonces por qué te cuesta tanto entenderlo?

—¿E-Entender que?

—Qué Mina te ama. Te ama más que a nada o nadie en este mundo. Que si le dieran a escoger entre morir o que tu sufrieras el mínimo daño, ella inmediatamente elegiría fallecer.

Nayeon siente como su lobo aúlla de acuerdo con lo dicho por su amiga.

—Se que fuiste lastimada, Nabongs. Se que quebraron tu alma y rompieron en pedazos a tu corazón, que te hicieron creer que nunca serias digna de ningún tipo de amor. Pero estaban mal. Tu eres la mejor persona que he conocido en toda mi vida y mereces a alguien que no le importe sacrificarse si eso significa que tu estarás bien, a alguien que te cuide y admire cual obra de arte, a alguien que se desviva por ti. Tú Im Nayeon simplemente mereces a alguien como Myoui Mina.

La omega asiente con unas cuantas lágrimas en los ojos.

Jeongyeon sonríe y extiende los brazos, su amiga no duda ni un segundo en hundirse en ellos.

—Realmente lo necesitaba. Gracias Jeongie.

—Por nada Nabongs.

La omega esta apuntó de cubrir de rojo ese estúpido rostro con los restos de su kimchi.

Quién esta a su lado no era alguien más que el alfa más imbecil que había tenido la mala suerte de conocer. Song TaeJun era uno de los hombres más alfistas con los que había coincidido.

—Hablando enserio, yo no sé por qué estas en una relación con esa tal Mina. ¡Por Dios! Ella ni siquiera sirve como un buen alfa, ¿entiendes? Es tímida, callada y nunca ha querido jugar fuercitas conmigo y con los chicos, además de que los rumores comentan que sigue siendo tan virgen como la madre de Jesús. Me dan escalofríos de tan solo pensar en estar varios días sin estar dentro de una omega, yo no sé cómo ella ha pasado dieciocho años así. De cualquier forma, yo te trataría mejor Nayeon.

Una sonrisa que luce extraña ante los ojos de la coreana pero que el hombre está seguro que está volviendo loca a la omega se instala en sus labios maltratados.

—¿Ah si?

Cuestiona sin interés. Realmente no quiere compartir ni un segundo más con ese perdedor pero Mina aún no aparece, y tenerlo a él a su lado ayuda a asustar a los otros imbéciles que quieren “impresionarla” hablando de sus músculos, sus cabellos y sus jodidas fiestas.

—¡Por supuesto! Yo-

Nayeon bloquea sus oídos de forma automática, mirando de forma compulsiva a su reloj mientras le pide a todos los dioses que su novia por fin llegue a su lado como tanto lo anhela su omega y le dé un buen golpe a TaeJun.

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La omega frunce su ceño al ver el mensaje que su pareja le manda.

mi molestia fav <333333

puedes bajar por favor?

La coreana se asoma por su ventana notando el auto de Mina estasionado. Se coloca las primeras zapatilla que ve y baja a toda velocidad.

—Yah, Im Nayeon. Tengamos una cita.

Dice Mina mirándola firmemente.

Esos ojos vagando sobre los suyos debilitan sus rodillas, casi tropezando de no ser por los fuertes brazos de su novia alrededor suyo.

—¿C-Cita? ¿A-Ahora?

Cuestiona nerviosa.

Nayeon se quiere dar una palmada en la frente por su actitud de una niña de secundaria. ¿Por qué está tan nerviosa? Mina y ella son pareja, y es normal que las mismas tengan citas...

Claro.

Intenta ignorar los sonidos que su lobo hace pero le es difícil.

Ciertamente, la omega no está nerviosa por la idea de la cita.

Ella lo está por lo atractiva que luce la alfa con la espalda recostada contra su auto, con esa maldita camisa azul claro pegada a su increíble y bien formado torso y un pantalón de vestir negro que abraza con fuerza a los músculos de sus piernas.

Se sonroja al imaginar que uso podría darle a esos bíceps que se muestran orgullosos.

Después de volver a su casa y arreglar su terrible conjunto de pantalones de ovejas y playera de barbie a un bonito vestido negro, en un tiempo récord y mandarle un mensaje a su madre avisandole que saldrá con su nuera, la omega sale de su casa, cerrando la puerta con lentitud para intentar calmar los alocados latidos de su pobre corazón.

Pero no sirve, pronto una mano más grande se posa sobre las suyas y una respiración le pega en la nuca, erizandole los vellos de todo el cuerpo y haciéndola arquear la espalda ante el escalofrío que corre por su espina dorsal.

—¿Necesitas ayuda con eso, mi omega?

La mencionada muerde su labio. Está rozando los bordes de aquella línea roja que la mantiene cuerda, y si la nipona sigue actuando tan extrañamente feroz y atractiva, Nayeon se teme lo que podrá suceder el resto de la noche.

Bueno, no lo malinterpreten. Im sabe que quiere pasar el resto de sus celos junto aquella peli negra boba, pero por alguna razón tiende a ponerse tan ansiosa al pensar en ello. Teme que no sea tan buena y que por ello Mina no lo disfrute, teme que su cuerpo no sea del agrado de ella y sobretodo aún sigue temiendo quedar abandonada después de finalizar ese momento. Teniendo en cuenta lo famosa que su novia es entre las omegas, no es una tontería pensar que la alfa ya tiene cierta experiencia.

¿Nayeon sería suficiente para ella?

—¿Amor?

La coreana suspira volviendo al presente.

Toma todo su orgullo y se gira, su cuerpo quedando atrapado entre el torso ajeno y la puerta. Su novia está levemente inclinada sobre ella, lo cual le da un aspecto más rudo y bestial, como si la omega fuera una. presa y la menor un león cazador.

—No necesito tu ayuda para cosas tan simples, no te creas tan importante Minari.

Susurra llevando sus manos al cuello de la camisa de la otra, sus dedos deshacen algunas arrugas antes de dejar un casto beso y salir de ahí para dirigirse directamente al coche.

—¿Vienes o no?

Grita con desinterés fingido.

La alfa sale de su shock y sonríe, se aproxima a ella y le abre la puerta del carro.

—Se que no me necesitas para cosas como estas, pero yo disfruto hacerlo. ¿Sigue estando bien, verdad?

Nayeon se ríe.

Atrae el rostro de Myoui y sin perder el tiempo une sus labios en un delicado beso. Su Mina ha vuelto, su dulce chica preguntando sobre cada simple detalle para intentar ser suficiente para la omega está de vuelta.

A Im le parece tan bonito que la alfa este constantemente cuestionandole qué hacer. La nipona necesita que alguien la guíe y Nayeon no tiene problemas con ser ella la que la ayude.

—Esta bien. Tu estas bien. Yo estoy bien. ¿Nos vamos?

Myoui asiente.

──────────────────────

Cuando Nayeon lo nota ya han llegado a donde su novia quería traerla.

Un hermoso restauran esta frente ellas.

—Wow Mina, esto es...

Las palabras se le quedan en la garganta cuando sus ojos se topan con los de la alfa. El bombeo de sangre se hace más veloz y más fuerte, su alrededor se vuelve un simple borrón y el rostro de su amada es lo único que puede lograr enfocar.

Nayeon lo sabe.

Sabe que está perdida desde ese momento en el que sus palabras se pierden en su garganta y un suspiro de amor sale de sus labios.

¿Cómo es que aquella alfa preciosa puso sus ojos en ella? ¿Como es que Dios le concedió un pedazo de cielo sin haber hecho nada para merecerlo?

—¿Te gusta?

Pregunta extendiendo su brazo hacia su dirección.

La omega sonríe y entrelaza sus manos, acercándose al cuerpo ajeno y reposando su cabeza sobre su hombro.

—Sí. Me gusta.

Ambas caminan hacia la entrada, siendo recibida por una joven y linda beta que les pide que la sigan para llevarlas a su mesa.

Cuando llegan Nayeon vuelve a soltar un jadeo de sorpresa.

La vista es bellísima. Hay un enorme ventanal con vista a la jungla de concreto iluminada por luces y estrellas. Su mesa es circular, con un mantel rojo y finos platos de porcelana.

—¿Precioso, no?

Susurra Mina abrazándose a su espalda.

La coreana se da la vuelta para encararla.

—¿Precioso? Preciosa la compañía...

Murmura, sintiendo a su lobo mover la cola feliz cuando un brillo único parece instalarse en los oscuros ojos de su novia.

—Preciosa tú, mi amor.

Nayeon se sonroja y se aleja al notar a la mesera ir hacia ellas.

Mina rápidamente la ayuda sacando la silla para ella, para después ella misma sentarse.

La mesera deja dos cartas en la mesa y espera pacientemente.

La mayor muerde su labio, no sabe cómo decir alguna maldita palabra de ese estúpido menú para gente refinada y los ceros a los lados de cada comida hacen que un ligero malestar comience a propagarse por su cuerpo.

— ¿Podrías traerme un plato de pappardelle bolognese por favor?

La mesera asiente y anota la orden en su pequeña libreta.

— ¿Tu ya sabes que ordenar, omega?

Nayeon siente que se le va la voz mientras sus orejas y mejillas se pongan de rojo.

—N-No conozco nada de esto...

Dice con un hilo de voz, llena de vergüenza evade las miradas de las dos mujeres que la acompañan.

—Ah, traiga dos órdenes entonces y una botella del mejor vino tinto que tenga en su reserva.

La mesera vuelve asentir tomando las cartas y partiendo hacia la cocina

Genial. Lo ha vuelto a arruinar. Una vez más ha dejado en ridículo a su novia, como aquella vez que se entrometio en mitad de una de las clases de Mina para darle uno de los sandwiches que su madre había preparado para ellas en la mañana. Saliendo con el rostro sonrojado al oír las burlas hacia ellas, no sin antes ver como el color rojo también comenzaba a expandirse por las mejillas de la alfa.


—¿Omega, me estás escuchando?

—¿Eh?

Mina suspira. Se levanta y mueve su silla hacia el lado izquierdo de su novia para tener aún más cercanía.

—¿Qué sucede por esta cabecita tuya, eh? Estás muy distraída. Cuéntame que pasa.

Nayeon vuelve a sonrojarse.

—¿Qué pasa contigo querrás decir? ¿Y e-este cambio?

La nipona abre sus ojos, sorprendida.

—B-Bueno... te escuché platicando con TaeJun y-y... de forma accidental también oí tu conversación con Jeongyeon y... no se, creí que estabas harta de la alfa estúpida y torpe y que querrías en su lugar a alguien más seguro, como Jeong, alguien que sea directo, atrevido y con esa típica aura de chico mal-

—Basta.

Casi gruñe la omega.

Myoui se detiene inmediatamente.

—Quiero que esta sea la última vez que suceda esto. Tu no eres estúpida, eres la chica más inteligente, bonita e interesante que conozco, no dejare que digas cosas tan feas de ti. ¿Cuándo entenderás que todo en ti está bien? ¿Qué tú con tus fallos, con tus logros, con tus aciertos o miedos es todo lo que quiero? Yo no quiero a la Mina famosa y anhelada por todos allá afuera, yo quiero a la Mina que está detrás de la máscara, a la que se desarrolla en la privacidad. Yo quiero a la Mina real.

La alfa aprieta sus labios.

—E-Espera, ¿vas a llorar?

La nipona hace un puchero antes de esconderse en el cuello de su pareja buscando ese consuelo que solo ella es capaz de ofrecerle. Su rostro se encuentra enterrado entre el hueco en el hombro izquierdo y el cuello de Nayeon, sus manos toman con poca fuerza su chaqueta y débiles lloriqueos salen de sus labios.

—¿Que voy hacer contigo, boba alfa? ¿Eh?

Sus manos se dirigen a la espalda y cabello de su novia, dejando que sus palmas reconforten a Myoui.

—L-Lo siento, se que los a-alfas no deben de llorar pero-

La omega frunce el ceño.

—¿Quién te dijo eso?

—Mamá. Lo dijo cuando le roge entre lágrimas que me dejara seguir en clases de ballet, me miró y se negó argumentando que los alfas no debían estar en cosas de omegas, me dijo que los alfas no debían llorar nunca.

Antes de que Im pueda hablar la mesera vuelve con platos en sus manos.

—Disfruten su cena.

Murmura antes de irse.

—Hablaremos de eso después de comer, ¿okey? Ahora, mete esto en tu boca para que no te comience a doler la cabeza pronto alfa.

Dice tomando cubiertos y pasando le los suyos a ella. Mina asiente y sale de su escondite no sin antes depositar un beso en esa zona.

—Gracias por tus palabras, NayNay. Te quiero mucho.

—¿A sí? Pues yo te quiero muchísimo más.

Murmura sacando la lengua.

La alfa ríe y toma un bocado de su comida antes de hablar.

—¿Cuánto más?

Nayeon se toma un momento para pensarlo, pero cuando tiene la respuesta no duda en decirla.

—De aquí a la luna durante tres eternidades.

La omega suspira fuertemente antes tocar el timbre.

Se concentra en intentar calmar esos malditos nervios que le corren por todo el cuerpo, que le aceleran el corazón y hacen a sus extremidades sudar frío.

Se encuentra repitiendo constantemente que ella puede con eso y más, y que no debe darse la vuelta y salir corriendo en dirección contraria a la casa de su novia.

«Tu puedes, no seas una jodida cobarde y mantente ahí para tu alfa»

Sus pensamientos son brutalmente interrumpidos cuando la puerta de abre.

Un hombre alto con un traje azul a su medida esta enfrente suyo. Sus facciones son duras, sus ojos son lo más intimidante que la omega ha conocido en toda su vida, sus pobladas cejas están fruncidas y sus pómulos son altos.

—¿Quién eres?

La coreana se enfoca en no comenzar a temblar por su atemorizante voz.

—S-Soy Im Nayeon, novia de Mina.

El alfa delante suyo la vuelve a mirar, está vez desde sus pies hasta su cabeza, como si estuviera buscando algún defecto en ella.

Él hombre asiente y se hace a un lado.

—Mina está encerrada en su cuarto como de costumbre, espero que vengas aquí para hacerla salir de su alcoba, no me gusta nada que pase todo su tiempo ahí. En fin, subes las interminables escaleras y caminas por el pasillo hasta llegar a la puerta número cinco. Esa es su habitación.

Nayeon asiente y se despide con una reverencia. Sube de forma torpe las escaleras a pesar de que el hombre está sentando en el sillón con la vista totalmente absorta en el periódico que sus grandes manos sostienen, siente que frente a esa fuerte e imponente aura no puede cometer un solo error.

¿Él será el padre de Mina? Por supuesto que lo es, sus rostros tienen toques similares, como la forma de sus nariz o de sus cejas. Pero, ahora que realmente lo nota, su novia tiene más parecido a su madre, sus labios, lo rasgado de sus ojos o incluso el mentón. Todo eso e año que Mina obtuvo de los genes de la señora Myoui.

Además, ella-

Sus pensamientos son interrumpidos por un agudo olor a cacao fresco que casi la hace jadear.

Sus pies parecen cobrar vida propia cuando se aproxima a la habitación de donde el olor proviene, abriendo la puerta sin siquiera pedir permiso o dar unos cuantos toques en al madera.

Justo cuando lo nota, ya es tarde.

Una Mina sudorosa en ropa interior la recibe, su piel más brillante, su fleco pegado a su frente, su miembro con una prominente erección y una mueca de dolor en su rostro.

Omega, mía.


olaaaaaaa

cinco mil seiscientos ochenta y cuatro palabras tiene este cap me pueden felicitar por favor

vieron q sospechoso el hombre con el q se encontró bangchan????? qn sabe qn será...

seguro traerá cosas buenas a la historia y a la relación de mina y nayeon... sí... seguro...

en fin, se viene el primer celo así que:


en fin, no les miento, probablemente la espera va a ser más larga debido a que quiero traer un buen smut, algo tierno pero aún horny así q ni modo

tqm gracias por leer

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