conociendo tu historia.

Nayeon muerde su labio cuando su madre toca su puerta y se adentra a su habitación.

— Wow mi vida, estás hermosa.

Jessica se acerca a ella para tomarla con fuerza entre sus brazos, la menor sonríe, dejando salir esos nervios con las relajantes caricias que su progenitora esparce por toda su espalda.

— Mina está aquí.

Dice con ese tono juguetón.

Sus mejillas se sonrojan ante la mirada que esos ojos cafés le dan.

— ¿C-Como estoy? ¿No llevo mucho maquillaje?

Jessica lleva su dedo indice a los labios de su hija, niega con la cabeza y vuelve a hablar.

— Estás perfecta.

Nayeon asiente y suspira, toma su abrigo y sale de su habitación con su madre por detrás.

Ella cree que al bajar las escaleras lo primero que verá es a una Mina con su típica sonrisa amable y su aura encantadora.

Pero no.

Mina respira pesadamente, su ceño está levemente fruncido mientras tiene una guerra de miradas con Bangchan, quién luce extrañamente intimidante.

La coreana nota el enojo y la tristeza en el aire.

— Saca a Mina de aquí.

Su madre se acerca a los dos alfas y empuja con poca fuerza a BangChan.

Nayeon se acerca a la nipona y la lleva afuera de la casa sin ningún esfuerzo. Myoui luce perdida y sofocada, cuando salen y el frío viento les pega en la cara, Mina deja salir todo el aire contenido por sus pulmones.

— ¿Minari?

Sin embargo, la alfa sigue intranquila y su aroma de tristeza no desaparece.

Sin saber que es lo que debe hacer ella se aproxima a la alfa e intenta llevar sus manos al rostro ajeno, pero es evadida. La omega entiende y toma un poco más de distancia para permitir que Mina se pueda calmar.

Los minutos pasan y la respiración de la alfa se tranquiliza.

La coreana busca la mirada de la nipona y cuando finalmente sus ojos se encuentran, a Nayeon se le parte el corazón.

Sus ojos rojos retienen las lágrimas que quieren escapar.

La alfa de pronto vuelve a ser esa niña de ocho años abandonada una vez más.

“Mina deja salir un pequeño jadeo mientras que las puntas de sus dedos tocan la punta de sus tacones de fútbol.

Hoy es la final.

Cuando Sana le pregunto si estaba nerviosa la alfa lo negó inmediatamente pero mintió.

Mina siente que se le sale el estómago por la boca debido a los fuertes nervios traicioneros que vagan por todo su cuerpo.

Ella también finge que no quiere voltear cada cinco segundos a las gradas para ver si sus padres están ahí, tal y como se lo prometieron la noche anterior cuando una emocionada Mina irrumpió en su cuarto y les conto entre balbuceos emocionados que habían logrado llegar a la final.

Llegar a la final junto a los de sexto año de primaria (siendo ella de quinto) era algo totalmente digno de admiración.

Claro, el mérito era para todo el equipo y el entrenador Jeon que había pasado día tras día ayudando y apoyando a las niñas a mejorar. Pero, como capitana de las Guerreras (nombre del equipo), Mina también había hecho demasiado para llegar a ese tan esperado puesto.

La pequeña Myuoi decide despejar esas nubes de pensamientos que solo le nublan la vista y no la dejan concentrarse, intentado que el hecho de que sus padres otra vez estén llegando tarde a algún partido suyo de fútbol no la afecte demasiado.

De todos modos se supone que ella ya debería estar acostumbrada, ¿no?

Pasa su brazo por encima de su cabeza y detrás de la misma para hacer crujir un hueso.

— Minari.

— ¡Momo-ssi!

Una linda omega gruñona la mira esperándola.

Momo y Mina han sido amigas desde que la omega comenzó a estallar en lloriqueos y lágrimas la primera vez que descubrió que su mamá no se quedaría junto a ella en la escuela. Myoui se acercó a ella llena de confianza y la abrazo, Hirai se aferró a ella como si se tratara de un oso de peluche.

(Alerta spoiler, aún que ya han pasado los años y Momo ya no llora al llegar a la escuela porque ya es una niña mayor según ella, aún sigue adorando estar entre el calor que solo los brazos de aquella dulce alfa puede darle aunque no lo admite.)

Myoui sonríe y corre a toda velocidad hacia su amiga, sin medir su velocidad y haciéndolas tropezar.

— ¡Yah! ¡Mina tonta!

La omega le da un golpe en su cabeza y la empuja.

— ¡Auch! ¡Me dolió Momo-ssi!

Mina se queja sobando la área afectada por la gran fuerza que Hirai tiene.

— Ya, ya, ya. Ya pasó. Sana sana colita de rana, si no sanará hoy sanará mañana.

Momo quita la mano de su amiga para remplazarla por la suya.

— ¿Quien me llamo?

La alfa se ríe mientras niega.

Mientras que la omega rueda los ojos y responde.

— No alfa tonta, tu no, hablábamos de la colita de rana.

Sana hace un puchero.

— No seas mala conmigo Momo, yo te quiero mucho.

Hirai mira hacia las gradas para que las alfas no noten su sonrojo.

— ¡Chicas! ¡Vengan!

El entrenador grita, la omega se despide y les desea suerte antes de correr junto a su madre, quién charla con la progenitora de Sana.

Mina y la otra alfa se aproximan y durante los siguientes seis minutos el hombre les habla sobre las estrategias, las jugadas y otras cosas, Myuoi intenta concentrarse pero simplemente no puede.

No cuando aún el lugar a un lado de las madres de sus amigas aún sigue vacío y con un cartel hecho por ella misma la noche anterior que dice “Lugar ocupado para mis papis Myuoi”.

Muerde su labio y voltea hacia su entrenador.

⌗ ⨟ ♡

El partido ya ha comenzado, treinta y cinco minutos han pasado desde que el pitazo del árbitro sonó, Mina se acerca al área de anotación, Sana (quién ahora lleva el balón en los pies) lo nota y da un pase perfecto.

Las jugadoras de sexto año son buenas, pero se confiaron mucho y con ello se distrajeron pues las defensas dejaron completamente sola a la nipona.

Una vez el balón ha tocado sus pies ella se prepara y patea el balón en un ángulo perfecto que es imposible de parar para la portera.

¡Anoto! ¡Hizo un gol!

Mina siente la euforia de sus compañeras y de las gradas de los familiares de las mismas, es abrazada por Sana y una centro.

Y cuando las muestras de cariño paran ella dirige su mirada hacia las gradas, encontrándose con la grande sonrisa con un diente delantero roto de Momo, los rostros de felicidad de la señoras Hirai y Minatozaki y luego...

Nadie más.

El asiento apartado aún sigue vacío.

Sus padres no han llegado.

Sus padres no la han visto.

Sus padres una vez más la dejaron sola.

Se le llenan los ojos de lágrimas pero el partido debe comenzar, así que se obliga a tragarse su dolor y corre a su posición.

El partido sigue, dos goles son anotados por parte de sus contrincantes lo cual hace difícil la victoria, pero ella y Sana se las arreglan para lograr una jugada muy arriesgada pero que termina en Minatozaki anotando un gol.

La misma corre emocionada hacia Momo, gritándole que le dedica la reciente anotación y sonriendo cuando las mejillas de la omega se ponen coloradas.

Faltan tres minutos para que el partido termine cuando una de sexto año hace trampa y le pone el pie a Sana, haciéndola tropezar y dejar caer su propio peso sobre su pie izquierdo, por lo que su talon se ve afectado y ella es incapaz de seguir en el juego.

El árbitro marca falta, saca una tarjeta amarilla y deja a las de quinto año hacer un penal.

Mina es la elegida para ello.

Ahora mismo siente el peso del mundo en sus hombros.

Suspira antes de lanzar el balón, sus ojos manteniéndose fijos en el lado derecho de la portería, por lo que cuando el balón sale a una gran velocidad la portera se inclina hacia la derecha cuando Mina realmente tira hacia el lado contrario, lo que hace que anote el tercer gol y que ella y su equipo consigan la victoria.

Y mientras les dan a cada una de las integrantes una brillante medalla de oro Mina aún sigue sin ver a sus padres.

Ni cuando les dan el trofeo y todas insisten en que sea la líder del equipo quien debe quedarselo.

Después de una foto grupal cada quien se va con sus familias.

Mina ve a lo lejos a SooYoung tener una sesión de fotos en solitario, como la otra mitad de sus compañeras.

Y le duele.

Porque nadie ha estado ahí para ella.

Tal vez Momo, pero Momo no es la única que ella quería que la viera triunfar.

Pero, ella sigue sin llorar.

Mordiéndose los labios a tal punto de que un hilo de sangre cae por el costado.

Pero sin que ninguna lágrima corra por sus sonrojadas mejillas.”

Mina intenta hablar pero no puede, no con ese nudo en la garganta que se lo impide. La omega asiente, sabiendo a la perfección lo que su acompañante quiere decirle.

Ella vuelve acercarse y esta vez los brazos de Myuoi se envuelven alrededor de su cadera mientras su rostro se entierra en el cuello de la omega, buscando un consuelo que solo Im puede ser capaz de brindarle.

Y así, como pasan los segundos el fuerte agarre de aquellas manos se vuelve más débil, hasta que solo las puntas de los dedos se mantienen ahí.

— Mírame, amor.

Murmura Nayeon.

La alfa atiende la orden.

La coreana une sus labios en un beso lento, la misma se toma toda la calma del mundo para poder transmitirle a Myoui que no busca explicaciones ni respuestas, que lo único que ella quiere es que Mina entienda que Nayeon esta aquí para ella y que no se irá a ningún lado.

La omega se separa con delicadeza y la alfa deja un beso en la punta de su nariz.

— Lo siento tanto, no se que me pasó.

Im niega, pega sus frentes y aún con los ojos cerrados sus palabras salen casi sin pensarlo.

— No tienes de que disculparte,¿okey? Tampoco quiero explicaciones, lo único que quiero en este momento es que te relajes.

Lleva sus manos a los anchos hombros y comienza a masajearlos.

La alfa asiente y deja salir varios suspiros hasta que finalmente el olor a tristeza desaparece.

— ¿Aún quieres que vayamos con tus amigas?

Pregunta Nayeon mientras acaricia los cabellos lacios de la alfa.

Myoui asiente.

— Aún quiero que conozcas a las personas más importantes de mi vida, Nay.

⌗ ⨟ ♡

El camino hacia el club en donde se verán con Sana y Momo pasa bastante rápido, el ambiente es llenado por el olor a felicidad de Mina y al de tranquilidad de Nayeon.

La omega acaricia el brazo de su amante en cada semáforo rojo que se topan y la alfa besa la mano de la coreana cada que tiene la oportunidad, con esa mirada en los ojos que hace jadear a Nayeon en busca de aire.

Sin notarlo (pues realmente todo el camino hay un algo que la hace mantener los ojos fijos en la alfa) llegan al club.

Myoui se estaciona y saluda a los empleados, al parecer ha pasado muchas noches aquí.

— ¡Mina! ¡Que sorpresa! ¡Hace mucho no pasabas por aquí!

Una omega pelirroja la recibe con un fuerte abrazo, obligando a la pareja a romper la unión de sus manos entrelazadas.

— Hola Sara, he estado ocupada últimamente. ¿Sabes si Sana y Momo ya llegaron?

— Si, han estado pidiendo orden tras orden de nachos con la salsa especial de la casa.

Ambas ríen.

Sin embargo, a Nayeon no le pasa desapercibida ese brillo en los ojos verdes de la pelirroja, mirando a Mina como si fuera un pedazo de carne y ella un muy hambrienta animal.

— ¡Oh! Ella es Nayeon, mi...mmm-

— Im Nayeon, su novia.

El ceño de Sara pasa a fruncido.

Genial, Nayeon uno Sara cero.

— Ah, hola, un gusto conocerte.

La pelirroja la saluda con una mirada ardiente de furia.

Nayeon solo asiente con una sonrisa visiblemente falsa.

Mina nota la incomodidad asi que pasa su brazo derecho por la cintura de la omega y se despide rápidamente de Sara.

El ceño fruncido cambia a molesto.

La omega le da una sonrisa y un guiño antes de volver su atención hacia dos chicas que comen nachos y alitas.

— ¡Hola chicas!

Mina es la primera en saludar.

La pareja se limpia los labios antes de imitar la acción y saludarse entre si.

— Ella es Im Nayeon, ¡la chica más increíble de todo el mundo!

Sana sonríe y extiende su mano.

La omega la imita con las mejillas rojas.

— ¡Hola! ¡Soy Minatozaki Sana! ¡Es un gusto poder conocer a la chica que ha hecho estar en las nubes a Mina!

Nayeon y Myoui se sonrojan aún más.

— Momo, un placer.

Mientras que Sana es visiblemente extrovertida y saluda con bastante efusividad, Momo es todo lo contrario, una leve sonrisa está en sus labios mientras saluda rápidamente y después le da un trago a su cerveza.

Mina y ella toman asiento.

Y la plática se da muy fácil, las amigas preguntan algunas cosas a Nayeon mientras que Myuoi entrelaza sus manos para que la omega ya no esté tan nerviosa.

Nayeon pronto se entera de que Sana es sub capitana en el equipo de fútbol de la escuela, que ama el color rosado, que planea estudiar veterinaria y que tiene bastantes anécdotas divertidas.

Por su lado Momo es más reservada pero termina admitiendo que tiene un gusto culposo por Barbie y que incluso tiene una colección bastante impresionante de las muñecas, que ama a los animales y sobre todo a su perrito Boo y que estará estudiando Arquitectura.

Nayeon tan pronto como llega entra en confianza, contadoles que su color favorito es el azul, que su gusto culposo es untar chocolate derretido en tiras crujientes de tocino y que si termina la escuela estará estudiando odontología.

Mina le sonríe cuando se abre con sus amigas, e incluso la ve murmurar “Doctora Nay” y asentir encantada ante la idea.

Cuando las alitas y los nachos se acaban, todas deciden levantarse e ir a jugar unas partidas de bolos.

Minayeon contra Samo.

La primera ronda la ganan sus contrincantes, gracias a la trampa que Momo hace para distraer a Mina y que no logré una chuza.

La segunda ronda es pan comido para ella y la alfa, pues curiosamente Myoui deja caer un poco de su cerveza después de tirar, Sana resbalaba levemente y falla su tiro.

Y la tercera ronda es ganada por el tiro de suerte que Momo tiene, por lo que ella y Mina ahora deben la tercera orden de alitas con nachos.

Pero cuando Sana dice algo de poder de alfa Momo abre la boca sorprendida y arma una alianza con Nayeon, solo para demostrarles a esas alfas brutas que las omegas son realmente las mejores

Y sí, sin saber cómo, es el equipo de las omegas el que sale triunfante.

Unas cuantas horas después, en las que Nayeon descubre que Mina realmente es una muy buena bailaría, que Momo finge que no le quiere cortar el cuello a esa omega que no ha dejado de mirar a Minatozaki desde que pasaron a la barra del club y que Sana no tiene una buena resistencia al alcohol, por lo que ahora está levemente ebria.

— Momo-ssi...cásate conmigo.

La omega se sonroja cuando tres pares de ojos la miran, unos llenos de ilusión y otros dos burlones.

— ¡Yah! ¡Te dije que no deberías tomar tanto!

Hirai le da un golpe a Sana.

Sana hace un puchero.

A Hirai no le queda otra que darle un beso en la mejilla para que la alfa no comience a llorar en ese preciso momento.

Mina al ver el estado de su amiga decide que lo mejor es ir a casa, Momo insiste en que ella y la ebria alfa se queden en su hogar para que no sigan interrumpiendo la velada de la pareja.

El camino a casa de la omega está lleno de comentarios alzar de Sana, de los “Guarda silencio, tonta” de Momo y las sonrisas de Myuoi.

Al llegar Minatozaki ha caído en el mundo de los sueños por lo que Mina debe cargarla y llevarla a la sala Hirai.

Momo se quita el cinturón de seguridad y antes de abrir la puerta habla.

— Hey Nayeon...uhm, Mina es muy importante para mí y ella está realmente ilusionada con lo que ustedes estan construyendo así que solo te quiero pedir que la cuides.

La coreana asiente, prestando atención a cada palabra dicha por la nipona.

— ¡Créeme cuando digo que ella está totalmente enganchada contigo! Todos los días termino sabiendo algo más sobre ti y tu encantadora familia y como lo habrás notado Mina no es más que un simple cachorrito juguetón e inquieto por lo que realmente necesita que alguien esté ahí para ella y estoy confiando en que tú eres la indicada para ella, no lo arruines y me hagas tener que golpearte, ¿entendido?

Nayeon sonríe.

— Lo que Mina siente por mi, yo lo siento por ella, Momo. No debes preocuparte, cuidare de ella y su corazón.

Y cuando la nipona finalmente la deja a solas ella debe cerrar los ojos y concentrarse para que un grito de emoción no se escape de sus labios.

Se siente tan bien ese sentimiento que solo ella y Mina comparten.

Tan dulce.

Tan cálido.

Tan único.

La alfa detiene el auto junto enfrente de su casa.

Nayeon sabe que hay algo que ella quiere decirle así que no la apresura, tarareando en voz baja la canción que resuena por las bocinas del auto y pasando las puntas de sus dedos por toda la extensión del brazo de la alfa, riendo levemente cuando a la nipona le dan escalofríos al acariciar su bíceps.

— Nay...

Murmura ella.

— Minari...

— Yo...yo tuve una infancia bastante difícil. Mis padres siempre han tenido sus prioridades muy claras y yo nunca fui una de ellas, su trabajo, sus negocios y mantener el apellido Myuoi en alto siempre ha sido más importante por lo que no he pasado mucho tiempo con ellos.

La omega inclina su cabeza, sus ojos fijos en los ajenos, invitándole silenciosamente a seguir.

— Tuve que aprender muchísimas cosas yo sola, hasta que a mí vida llegó mi nana...

Mina suelta una risa y cierra los ojos, su cerebro reproduciendo esos momentos llenos de amor entre ella y su nana.

— Me acobijo bajo su ala y me crío como a una hija propia...hasta que ella falleció hace seis meses y yo me volví a quedar sola.

Nayeon frunce su ceño, su cerebro recordando esos días en donde la alfa se veía tan decaída y pálida, incluso faltaba muy seguido a la escuela.

— Lo siento muchísimo, Minari.

La omega ahora dirige su mano a la mejilla fría de Myoui, acariciando su rostro con calma.

— Tu amigo me habló sobre acusaciones a mis padres de las cuales yo no tenía idea alguna, desde el funeral de mi nana no los he visto y como lo habrás notado no mantenemos contacto, durante estos meses solo he recibido dos mensajes de texto de mi mamá y una llamada de mi padre, por lo que volver a escuchar sobre ellos congelo por completo.

La nipona suspira inclinándose hacia Nayeon y abriendo los ojos.

— Necesito que sepas que yo no soy igual que ellos, que a mí no me importa únicamente el dinero y las buenas apariencias. A mí lo único que realmente me importa en este mundo son mis amigas y mi futuro.

La omega frunce los labios molesta al no ser tomada como importante.

— Tu eres mi futuro Nayeon.

Murmura con una sonrisa.

— Lo quieras o no tú y yo estaremos juntas un muy bien tiempo.

Nayeon la imita, ambas con sonrisas juguetonas y un aura llena de felicidad.

— ¿Si? ¿Cuánto tiempo?

Mina finge pensarlo.

— ¿Que te parece tres eternidades?

La omega muerde su labio y asiente emocionada.

— Todas las eternidades que tú quieras Minari.

La coreana ha tenido suficiente conversación por lo que prácticamente se lanza a devorar los labios de la alfa, quién encantada acepta a la omega encima de su cuerpo, lleva sus manos a sus caderas y la pega más a su cuerpo.

— Gracias por compartirme algo tan personal, realmente lo agradezco.

Dice acariciando el cabello de Mina.

— Gracias a ti por seguir aquí y escuchar.

Mina deja salir un suspiro cuando abre la puerta de su casa.

Sin duda ha sido un día difícil pero Im Nayeon y esa preciosa sonrisa que le acelera el corazón la ayudaron a tener una noche buena.

Sus propios labios se estiran ante el simple recuerdo de aquella omega gruñona.

— ¿Esa sonrisa se debe a nosotros? Dime qué sí o me pondré celosa.

Oh.

Sus padres están en casa.

Antes de que su boca pueda formular palabra alguna unos brazos se enredan alrededor de ella.

Su madre la está abrazando.

Se siente tan raro.

— ¿Cómo estás mi pequeña? ¿Ya cenaste? ¿De dónde es que vienes a esta hora?

— Sachiko, dale un poco de espacio a la niña, recién llega y tú la molestas con tantas preguntas.

Ahora su padre sale de la cocina.

Mina está confundida.

Hace años que esto nunca pasa.

— ¿Ya cenaste? Tu mamá recién preparo ramen.

La menor solo niega con la cabeza.

Sachiko, su madre la empuja hasta el sofá y segundos después tiene un plato de ramen casero en las manos, sus padres se sientan a cada uno de sus lados y comienzan a comer.

¿Esto se trata de un sueño?

— Mina, no has comido nada. ¿Estás bien? ¿Estás enferma?

— ¿Eh? No, no. Estoy bien mamá. Lo siento.

Sachiko asiente, le acaricia el cabello y le sonríe.

— Come antes de que se enfríe.

Dice Akira.

La alfa atiende la indicación.

Y pronto sus padres están contándole anécdotas de sus largos viajes mientras comparten risas y sorbos de ramen.

Y por primera vez en mucho tiempo, Mina siente que esa pieza faltante del rompecabezas vuelve a encajar.

Por primera vez en muchos años, Mina finalmente vuelve a sentirse en casa.


ola q tal

ha pasado un tiempo, ¿eh?

una disculpa por la tardanza volví a entrar a la escuela y la misma me consumE

en fin, espero q les haya gustado.

tqm.

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