capitulo 5.

La mañana había llegado y los rayos de sol resplandecientes bajo las nubes levemente grises iluminan el azulado cielo.

Mientras que cierta rubia terminaba de ser bañada gracias a una sirvienta algo mayor pues su lastimado cuerpo no le dejaba moverse bien, por primera vez sentía cansancio en su cuerpo.

— ¿Así que usted fue por aquella jovencita? con tal de que no muriera por una manada de lobos, eso es un gran acto de amor su comandante — comento la mujer de cabello recogido en un pañuelo blanco, mientras terminaba de sanar la herida de la rubia, soltando un suspiro de melancolía.

— grrr....ella no iba a durar hasta el día siguiente no podía dejarla así — gruño entre dientes la rubia para sentir el agua caliente en su tenso cuerpo después de entrenar y volver a abrirse la herida de su espalda.

— pienso que por primera vez....veo a Sasha Waybrigth hacer un acto servicial y quizás de amor — hablo dulcemente la señora de cuarenta y tantos años.

La rubia no evito sonrojarse por lo último pues para sus ojos. La castaña es la mujer más hermosa que vio en mucho tiempo, era muy diferente a las demás mujeres que alguna vez fueron algo pasajero de una sola noche.

— no te hagas ideas solo lo hice porque aún no la hago mía — explico para estirarse en la tina y recibió un jalón de orejas a cambio.

— ni se te ocurra lastimar de esa manera a la muchachita — regaño a la más joven y está solo se quejo por el jalón de orejas.

— pero....

— nada de peros Sasha, nada te cuesta ser más amable con esa chica y más porque tú la salvaste y ella no dudo en curar tus heridas.

Explico la mujer mayor mientras la rubia solo gruñía de brazos cruzados para finalizar su baño y levantarse de la tina, la sirvienta se cubrió los ojos y de inmediato le entrego una bata junto una toalla blanca.

— usa una bata no quiero que estés desnuda en los pasillos; es una falta de respeto — regaño a la más alta.

— es mi reino yo hago lo que quiera — alzó la voz para colocarse la bata y secar su cabello.

— debes pensar en esa señorita y en los demás, nadie le gusta verte desnuda más que las señoritas con las hormonas alteradas.

En cuanto la señora se dio la vuelta Sasha como joven adulta le saco la lengua y junto una seña obscena.

— y una depilada no te hará daño — le entrego una navaja de afeitar y espuma.

Inconsiente la rubia bajo su mirada y se cubrió apesar de tener la bata, sus mejillas se tiñeron de rojo carmesí por la vergüenza de aquel comentario.

Finalmente salió del baño para entrar a su habitación cerrando la puerta molesta por la "burla" de su servidumbre, se desnudo para verse en el espejo de cuerpo completo el cual en plena crisis, de un golpe destrozó este y lanzarlo a una esquina de su desordenada habitación.

— ¡Yo jamás cambiare por una mujer! — grito, soltó un gruñido para peinar hacia atrás su larga cabellera, recuperando el aliento— esa mujer ni siquiera quiere comer conmigo.

Busco su ropa interior para una vez arreglarse junto con su armadura puesta salió de su habitación, estaba molesta por todos los "consejos" que sus amigos y uno que otro de la servidumbre le decían para enamorar a la joven Anne.

Sasha negaba cambiar con tal de conquistar a una simple mujer pero en cuanto paso por su habitación y la escucho sollozar, algo dentro de ella se estrujó.

No sabía que era ese sentimiento.

Mucho menos el porque sentía una molestia en su pecho, aquello que cubría esa fuerte y ruda armadura. Sasha dudaba si tocar la puerta pero decidió escuchar.

No quería ayudar a alguien que diría cosas a sus espaldas por algo solo ayudaba a su ejército y a Mugre, pero en cuanto los sollozos se intensificaron nuevamente sintió esa extraña e incómoda molestía en su interior.

Posiciono su oído levemente en la puerta escuchando la rota voz de aquella castaña.

— ¿Estarán....bien mis p-padres? — hablo entre cortada a causa de la falta de aire por llorar.

El joven sirviente miro con tristeza a la morena que estaba llorando en su cama, dándole la espalda a él y a cualquiera que entrara a su alcoba.

— no...no quiero que....esa animal los lastime — volvió a llorar, está vez más fuerte, de solo imaginarse a aquella rubia lastimar a su familia.

— le aseguro que Sasha hará lo posible en que no le tomen ni un pelo a sus padres — intento consolar el más bajo pero era imposible.

— ¡N-no confío en....ella! — alzó la voz para abrazar su cuerpo con fuerza y llorar.

Detrás de la puerta, Sasha levantó su rostro pensativa pues le dolía escucharla de esa manera pero ¿Porque?, Anne tiene razón sobre que los vikingos y en especial ella, son sanguinarios. Sasha nunca fue empática con sus víctimas pero está vez, por primera vez en mucho tiempo, sentía pena el escucharla tan triste incluso tenía un raro sentimiento de arrepentimiento.

No podía dejarla ir pues por algo está ahí encerrada para ella pero sentía culpa por primera vez en su vida, no entendía porque.

Miro un punto fijo para suspirar pesadamente pues no sabía bien que hacer, ella la curo, si; pero ella fue quien la salvo y para Sasha eso ya era estar a mano.

Aún así no estaba agusto consigo misma y no sabía que hacer.

¿Debía ayudarla o reprimir emociones que la distraen de sus objetivos?.

No quería decirle a Mugre que se sentía mal al ver a la morena triste por sus padres pero tampoco quería hacer algo amable para ella.

Su orgullo es mas fuerte que cualquier emoción.

Justo cuando estaba decidida a entrar y hacer algo bueno para la castaña; su disgusto y enojo regreso al oírla hablar mal de ella.

— ¡Es un bárbaro, un vikingo....un animal! — alzó la voz molesta recordando el comportamiento de la rubia.

— pero es porque....— Sapin fue interrumpido por como la castaña se levantó de repente de la cama y continuaba quejándose de la mayor.

— huele mal además que solo piensa en fornicar y en mujeres desnudas, no tiene nada de conocimiento — se quejo— es un gorila sin razonamiento.

Sasha detrás de la puerta gruño golpeando su pecho como si fuese un gorila, gruñendo molesta.

No toleraba lo habladora que era la castaña.

Justo cuando iba a entrar de forma brusca de nuevo los llantos la detuvieron, enfriando su cabeza y el dolor de pecho regreso.

La castaña de pelo corto y rizado lloraba por ser separada de su familia.

La rubia nuevamente detesto su conciencia y suspiro pesadamente, calmando su irá.

— yo solo quiero....ver a mis padres y saber que están bien...— tomo el pañuelo que Sapin le ofreció y limpio sus lágrimas — gracias...

El joven miro con sentimiento a la castaña pues disfrutaba de su compañía mutua; para Anne él era el menos brusco de todos los hombres y en todo momento siendo amable con ella.

Sapin podía estar tranquilo sin sentir ataques de ansiedad por el abuso de poder de su autoridad.

El silencio fue interrumpido por la puerta siendo abierta y los pasos de botas resonar en la alcoba.

— detesto verla llorar, ¿Anne? — pregunto en duda su nombre.

— genial ahora....¿no puedo ni respirar? — se quejo dándole la espalda.

— no, si quieres....puedes salir un rato a conocer el pueblo.

Anne esperaba un regaño, insulto alguna agresión o su voz autoritaria de siempre pero al contrario; la voz brusca de Sasha paso a una suave y calmada, cosa que le transmitió a Anne, tranquilidad.

— ¿Me estás dejando salir? — hablo confundida por aquello y sintió como Sasha limpio sus últimas lágrimas.

— confío en que está vez...no escaparas, sirve que te distraes un poco o ¿acaso quieres estar encerrada hasta que te animes a comer conmigo? — le pregunto mirándola con un semblante relajado.

La morena se quedó pensando un momento mirando de reojo al sirviente que estaba impresionado por tal comentario de la rubia.

— de todas maneras, si intentas huir volverás a ser comida de lobos y la verdad yo estoy muy cansada como para ir por ti — fingió estirarse para soltar un quejido de dolor.

La castaña suspiro para separarse de la rubia, mirando el balcón aún cerrado con llave.

— está bien, pero quiero estar sola no quiero guardias detrás de mi ¿Okey? — la miro no tan convencida y aún menos por el cambio drástico de la mayor.

— está bien — alzó los hombros con confianza y abrió la puerta — toma unas monedas y cómprate algo bonito — le lanzó un pequeño saco con monedas de oro el cual Anne tomo torpemente.

La castaña miraba impresionada como apesar de ser los vikingos tan desordenados; el pueblo del norte continuaba estando impecable.

Le impresionó la amabilidad de los pueblerinos y aldeanos incluso los pescadores le invitaban a aprender pesca o disfrutar de un buen salmón preparado.

Incluso le agrado el pescador Wally.

— ¿Dejarme salir? dios mio desde cuándo debo empezar a pedir permiso, ni que fuera mi mamá — bufo para cruzarse de brazos y de repente chocar con alguien.

— ouh, lo siento señorita — se volteo el portador de aquel sombrero de paja, siendo este un adulto de treinta a cuarenta años con un ojo caído— pero si es usted la mujer de la comandante Sasha.

Este se quitó su sombrero dejando ver su cabello bien arreglado para hacer una reverencia, los demás pescadores miraban confundidos aquello mientras preparaban sus redes de pescar.

— soy Anne y no soy la mujer de Sasha — rodó los ojos para reír.

— es raro oír eso, las damitas siempre gritan por ella y se emocionan por tenerla, de todos modos ¿Gustas de un buen salmón o que tal bacalao? — este tomo ambos tipos de pescado y los mostró frente a la castaña.

— gracias pero vine a dar un paseo — sonrió amablemente.

— claro, soy Wally y si quieres un buen pescado recién salido del agua solo dime — sonrió para continuar su labor.

La morena sonrió y continúo buscando que había en aquel pueblo; por cada puesto que pasaba le saludaban u le ofrecían las frutas más deliciosas.

Mientras que a lo lejos de una torre del castillo, la rubia miraba a la morena, cubierta por su capa de pelaje de oso miraba pensativa todo el pueblo.

— me sentí rara al escucharla llorar y no sabía que hacer más que dejarla salir — está miro de reojo a Mugre.

— se llama, lástima, dolor o sentirse mal por el prójimo — explico del hombre de barba algo canosa.

— quiero hacer algo lindo para ella ¿Pero que? — está tomo su brazo vendado recordando la noche anterior, para pasar de un semblante pensativo a una leve pero sincera sonrisa — ella merece algo mejor que solo estar encerrada.

— hasta que por fin mi muchacha se enamoró y ahora quieres ser amable con ella, eso es bueno Sasha — sonrió el mayor mientras le daba un golpe en el hombro a la rubia.

— grrr....— suspiro— es solo que me sentí mal por verla así ¿Que puedo hacer? nunca hice algo como esto, ni siquiera yo me lo creo.

— invitala a cenar pero....se amable y cuida tu temperamento.

Sasha sonrió y decidida entro a su habitación para asi abrir su armario en busca de una mejor vestimenta.

— ¿En serio vas a vestir mejor? — pregunto Mugre.

— solo si ella me acepta la cena, mientras ¡Ve a entrenar a nuestro ejercicio! — alzó la voz cambiando de tema.

— ahí está la Sasha gruñona y mandona que conocí — sonrió el mayor para salir de la habitación.

La rubia soltó una risa para esperar a la morena mientras caminaba de un lado a otro de su habitación, con desesperación pues no sabía bien como pedirle aquella cena.

Hasta que miro una vieja llave en su mesa de noche, la cual le recordó un lugar en particular.

En cuanto la castaña entro al castillo mientras sostenía una bolsa llena de frutas, realmente no supo que comprar para ella hasta que saco de aquella bolsa un hermoso collar con una mariposa en medio.

Era hermoso, tomo este hasta que la voz de la rubia la saco de sus pensamientos.

— es hermoso — se acercó a pasos tranquilos la rubia para mirar de reojo la bolsa de mandado — ¿Te lo pondrás?.

— yo....no lo sé — hablo con duda la castaña para sentir la mano de la rubia encima de la suya.

— por algo lo compraste para ti — dijo en tono amable para ponerle el collar en el cuello de la menor.

Anne se sonrojo por aquello pues le gustaba como Sasha se volvía amable y dulce por primera vez con alguien y ese alguien era ella.

— te ves linda, mucho más linda — sonrió para tomar la bolsa de mandado y dejarla en el comedor.

— ¿Porque haces esto? — preguntó para quitarse la ansiedad del repentino comportamiento de la rubia.

— ¿porque lo dices?.

— desde la mañana actúas así y....es raro.

Sasha ladeó la cabeza para luego tomar las delicadas manos de la morena.

— quizá esto responda tus dudas, quiero mostrarte algo — invito a la morena quién con duda decidió seguirla.

En cuanto la castaña sintió el aire chocar con su rostro supo que estaban afuera del castillo; lo cual la confundía pues hace unos momentos estaba fuera.

La rubia tomaba la mano de la morena guiando su camino y evitando chocar con el ejército que estaba en pleno entrenamiento.

Finalmente los ruidos fuertes habían cesado a cambio de los pajaritos cantar; el olor a múltiples flores invadió las fosas nasales de la castaña.

— ya puedes ver — Sasha hablo en un tono tranquilo y lento pero a su vez atractivo a los oído de Anne, quitó la tela roja que cubría los ojos de castaña.

Anne miro con gusto todos los rosales, arbustos con más flores blancas y otra variedad de plantas y flores con un hermoso color y aroma.

— esto es....hermoso — sonrió para empezar a oler la flores lavanda.

— note que mirabas las flores del pueblo y....recordé que Andrias tenía un jardín apartado de todo — rasco su nuca mientras sus mejillas se tiñeron.

La castaña sonrió por aquel acto lindo pues amaba oler las flores y regar estás, incluso cuidaba del jardín de su madre.

— es lindo, esto es realmente encantador — sonrió mientras tomaba una rosa de aquel arbusto y besar la mejilla de Sasha.

Esta se sonrojo y miro a otro lado nerviosa para seguir a la castaña al otro lado del gran jardín.

— dios mío...¡Tulipanes rosas! — grito emocionada para acercarse y oler el gran camino de todo los colores de aquella flor.

— veo que son tus favoritas — hablo apenada la rubia, era la primera vez que se veía mas serena.

— ¿Bromeas?...¡Me encantan! — sonrió para sentarse en sus piernas y tomar una entre sus manos sin arrancar la.

Sasha sonrió a su vez un brillo aparecía en sus ojos pues le gustaba ver feliz a aquella castaña.

— mi mamá conoce a un amigo que cultiva tulipanes y le planto unos cuantos en su jardín, yo siempre me sentaba a oler las — suspiro melancólica — quiero saber si ellos están bien — miro aquel tulipán blanco.

Sasha volvió a sentir ese sentimiento amargo en su pecho y se sentó al lado de esta.

— yo me encargo que ellos estén bien mientras tú estás aquí y bueno....si todo sale bien podrías ir a verlos — hablo firmemente pero sin dejar su intento de amabilidad de lado.

— por favor Sasha, por primera vez en tu vida pido que seas empática y no lastimes a mis padres — tomo sus manos mirando con sus pocas esperanzas a la más alta.

Sasha suspiro pesadamente.

Por primera vez, hará un acto bueno en su vida.

— lo prometo — depósito un beso en la mano de esta ambas continuaron en aquel jardín.

Pasaron el rato oliendo flores mientras que Anne le explicaba su tipo incluso si había una que otra planta curativa; Sasha se impresionaba por aquel pasatiempo de la castaña.

— y dime ¿Cómo que es posible que esté hermoso lugar, no haya terminado como lo demás? — pregunto con duda mientras ambas chicas estaban sentadas en un pequeño monte de césped verde, con uno que otro diente de león floreciendo.

— nunca supe de esta parte del castillo pero cuando yo me adentre por mi cuenta, me encargué de mantener este lugar vivo y puse una malla con puerta de la cual soy la única que tiene acceso aquí — explico mientras se recostaba.

— veo que no soy la única que disfruta de regar flores — sonrió Anne y Sasha solo se cubrió su rostro a causa de su sonrojo.

"Cómo es que tú provocas tales sentimientos en mi, Boonchuy".


Pasaron más rato disfrutando de aquel jardín, hasta que los pájaros bajaron a comer semillas de las cuales Anne les ofrecía, siendo una que otra semillas de girasol.

La castaña noto como la rubia miraba tal escena con encantó y la invitó a darles de comer a aquellos animalitos.

Sasha apenada tomo las semillas y las acercaba a aquella pareja de pajaritos pero solo se iban.

La mayor gruño hasta que Anne la calmo para demostrarle una vez más como se hacía correctamente, Sasha intento por segunda vez y sonrió con emoción en cuanto el pajarito rojo se subió a sus manos a comer.

Pasaron el día riendo y platicando, Anne supo que Sasha leía de vez en cuando cada que no podía dormir y eso le fascinó.

Hasta que la tarde cayó llegando la noche y el fuerte frío.

— disfrute de pasar tiempo contigo Sasha — sonrió la castaña mientras subían las escaleras del castillo — aunque te tengo una pregunta.

— la rubia sonrió amablemente, mirando fijamente a la castaña — ¿Cuál?.

— ¿Porque hiciste todo esto? lo de dejarme conocer el pueblo y el jardín a lo que veo, esa clase de acciones no son normales o comunes en ti — pregunto confundida para ambas detenerse en el pasillo antes de entrar a la habitación de Anne.

— te escuché llorar por tus padres y me sentí mal, por eso mismo te invite a salir un momento del castillo y quería hacer algo más, lo mejor que hice fue mostrarte ese campo de flores junto al jardín.

Anne no evito sonreír por aquello, incluso era una sensación que iba de su estómago a su pecho no sabía el motivo pero definitivamente no era desagradable, era incluso algo más fuerte a diferencia de lo que sentía por Marcy.

La castaña beso la mejilla de la rubia, provocando un sonrojo en esta y una sonrisa embobada.

— fue muy dulce lo que hiciste hoy por mi Sasha — está iba a entrar a su habitación hasta que la rubia la tomo de la cintura con delicadeza.

Depositando un suave beso en sus labios, Anne la miro impresionada y quería abofetear su rostro pero aquel beso era como estar en las nubes y los ojos azulados de Sasha eran el cielo.

Correspondió el beso gustosa para separarse.

— te veo en la cena y si no quieres que yo esté ahí, puedes cenar cuando tengas hambre — hablo dulce pero atractiva la rubia para dejar entrar a la castaña a su habitación.

— gracias Sasha.

Finalmente cada una entro a su habitación, con una sonrisa en su rostro pero a diferencia de Anne, la rubia en cuanto cerro la puerta a sus espaldas cambio a una expresión confundida.

¿Se estaba enamorando de la castaña?.
















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