capitulo 3.


— ¿Que se cree esa mujer como para revelarse contra mi tripulación? — hablo seriamente la rubia mientras degustaba de una copa de fino vino tinto, sumergida en aquella bañera.

— ¿estas segura en que ella sea tu esposa? es decir, Marcus se quejo diciendo que ella no paraba de quejarse en el calabozo y Rodolfo se quejo porque le insulto en cuanto ella puso un pie aquí, Sasha — hablo Mugre disgustado.

— se le pasara quiera o no, ella deberá acostumbrarse a mi ¿Ya la sacaron para limpiar cada rincón de este viejo lugar? — hablo, con indiferencia.

— no creo que sea bueno dejarla salir, si ella será su prometida deberá estar encerrada hasta tu boda, si me disculpas tengo un ejército que entrenar mientras disfrute su baño de burbujas majestad.

Bromeó aquel hombre calvo barbón para ambos reír, Sasha miro como Mugre se fue y una vez más decidió sumergir su tenso cuerpo en aquellas cómodas burbujas.

Sentía el agua caliente por primera vez en mucho tiempo; no debía bañarse con cubetas y agua fría o durar tiempo sin tomar una ducha.

Por primera vez se sentía en un buen hogar, no fue hasta que la chillona voz de su sirviente la saco de su tranquilidad.

— comandante Sasha, ¿No cree que sería bueno ser amable con esa mujer? casi no hablo con usted pero sería bueno ser amable y ella tomara confianza con usted — hablo el joven Sapin mientras tenía en mano una toalla con el nombre "Andrias" en cursiva y color azul.

— pfff, ¿Bromeas? se ve que es dura y si ella se comporta rebelde entonces yo también lo seré, las mujeres no quieren flores quieren que las desnuden — soltó una risa para terminar su vino de un trago y dejar la copa cubierta de gemas en bruto, en la bandeja de oro del joven.

— pero se ve que ella es amable solo tiene miedo de que usted la haya mandado aquí y...¿Cómo no quiere que se comporte irrespetuosa con todo el castillo? si la tienen encerrada.

La rubia miro pensativa al joven de cabello arreglado con corte partido, este cerro sus ojos esperando alguna agresión física o verbal pero no, solo miro como la mayor analizaba la situación.

— primera vez que dices algo inteligente, Sapin — una vez más se sumergió hasta dejar sus ojos a la vista.

— solo sugiero; que podría intentar enamorarla y conquistar su corazón sin ser tan....agresiva — este tomo la toalla con nervios nuevamente ocultando su rostro pálido.

Sasha se sobresalió levemente, provocando que la bañera salpicara agua en aquel elegante baño con azulejo.

— tienes razón, debo conquistarla como la princesa que es — acomodo sus brazos fuera de la tina con seguridad en su rostro para soltar una carcajada — pero ella es una pueblerina básica, no una princesa mimada ¿No sé cuál de las dos sea peor?.

La rubia salió de la bañera; poniendo sus pies en el tapete de piel para evitar un accidente y sacudir su larga cabellera rubia mojando gran parte de aquel baño y levemente a su acompañante.

El joven con corte de librito mal hecho miro con vergüenza el cuerpo desnudo de la mayor, pues era grande y fuerte, cubrió su rostro rojizo con la bandeja mientras que Sasha estaba de espaldas sacudiendo su cabello.

Dándose la vuelta donde el peli azul miro por error sus partes más íntimas lo que aumento su nerviosismo.

— ¿Que? — pregunto confundida la mayor por el comportamiento aislado de su acompañante — vamos Sapin, solo es una polla no te avergüences tu también lo tienes ¿Que no?.

La rubia arrebato la toalla del menor que solo seguía nervioso y apenado, Sasha se seco para cubrir su cintura con aquella toalla.

Esta se miro al espejo posando al ver su definido pero musculoso cuerpo.

— mira Rey Andrias, tengo tu toalla entre mis pelotas — se burló mirando un viejo cuadro del fallecido y finalmente salir del baño.

Dejando solo a su sirviente que suspiro pesadamente.

— una podadita no le haría daño — hablo más calmado para justo ser llamado por la comandante lo cual le puso alerta a causa de hablar del cuerpo ajeno.

En la habitación de la rubia, la cual paso de una cama perfectamente tendida y un cuarto ordenado, paso a ser un desorden lleno de trapos sucios en una esquina, el tocador lleno de cuchillas mal acomodadas y el fino espejo paso a uno roto.

Era un desorden.

La habitación que alguna vez fue del Rey Andrias; paso a ser la de un completo vikingo.

A Sasha no le importaba el orden pues para ella no había tiempo para eso; se acostó completamente desnuda en la cama la cual estaba con la cobija de pelaje de oso desordenada.

— dios esto aún apesta a muerto y sangre — hablo con repugnancia la rubia para gritarle a su acompañante y "paloma mensajera" — ¡Sapin!.

Esta se levantó molesta al ver cómo su servidumbre no respondía hasta que finalmente apareció en la enorme puerta de aquella habitación con alcoba.

— comandante póngase algo de ropa por favor, me p-pone nervioso — hablo con tartamudez.

— solo porque te veo más pálido que de costumbre lo haré; Sapin no dejes que un cuerpo superior como el mío te intimide — esta saco del cajón del tocador un boxer para ponérselo.

— gracias, debe aprender a ser considerada y asi podrá conquistar mejor a su futura esposa — explico el de baja estatura una vez cómodo.

— no quiero cambiar y mucho menos fingir ser "un príncipe mimado", no soy nada de esa mierda yo soy un bárbaro — gruño para golpear su pecho con leve fuerza.

— pero...

Sasha lo miro molesta para después gruñir, intimidando al pobre Sapin quien trago saliva.

— solo quiero que te lleves la cobija de oso, las viejas de la limpieza no saben hacer bien su único trabajo — gruño para tomar la enorme y pesada prenda, tirándola al piso frente de este — aún apesta a oso muerto y tiene leves manchas de sangre, corrijan eso o las dejaré en la nieve entre los lobos.

El menor suspiro pesadamente recibiendo una mirada autoritaria por parte de la rubia y simplemente hizo caso a su orden, para con cierta dificultad, llevarse aquello a lavar.

— ¡me vuelven loca! — alzó la voz para cerrar ambas puertas y golpear la pared, dejando un hueco.

La rubia salió al balcón mirando la nieve cubrir el suelo de su aldea; suspiro pesadamente al ver desde la distancia a su fiel amigo Mugre, entrenando a su ejército de vikingos.

Bufo pesadamente para entrar y cerrar las puertas del balcón junto con las cortinas rojas vino.

Pov Anne.

Mis rodillas ardían y mis brazos estaban que no podían más; suspiré pesadamente al ver cómo las escaleras seguían sucias.

Por fin me habían liberado pero para cumplir mi castigo ¿Porque si soy su esposa me tiene de sirvienta?.

Bufé molesta pues detestaba la idea de lavar a mano todo el lugar.

Era un castillo enorme, si que Andrias tenía demasiado poder y una gran herencia la cual una bola de idiotas le terminaron arrebataron todo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al ver los zapatos relucientes de un mayordomo o sirviente más.

Subí mi mirada notando que era uno de los sujetos que se la pasaba detrás de la tal comandante.

— señorita, puede ir a descansar no debe porque hacer esto — a diferencia de los demás, él es más amable.

— ¿Porque? — pregunté confusa, en lugar de reprochar decidí escuchar.

— no debe porque hacerle caso a la comandante Sasha cuando está enojada ella siempre dice cosas sin sentido, además usted será su futura esposa — me explico él y solo sentí esa molestia en mi pecho.

— no quiero casarme con ella para empezar yo y nadie de mi pueblo deberíamos estar aquí — hable con molestia y con un tono mas fuerte en mi voz, el solo suspiro cansado.

Podía notar su disgusto por la situación.

— lamento que tenga que ser así señorita, pero descanse y si conoce mejor a la comandante Waybrigth verá que no es tan mala como cree.

Yo solté una risa sarcástica ¿No tan mala? dios si parece más animal que los del bosque.

— para nada yo solo quiero irme de aquí — tire el trapo con cierta irá en la cubeta de madera.

— descuidé, no deberá estar en el calabozo deje asignarle una mejor habitación — hablo cortésmente el de estatura baja, no sabía su nombre y debo admitir que me caía mejor.

— gracias pero ¿Esta seguro? no quiero que sea usted quien termine limpiando cada detalle de este lugar — dije bromeando pero aún no estaba segura de aquello.

El ser hospedada a algo más "privilegiado" y tener la idea de que mucha gente está sufriendo debajo de este lugar, me estrujaba el corazón. Peor si había niños inocentes del cual uno mandaron a matar.

— tranquila señorita, será la esposa de la comandante usted merece un mejor trato — sonrió cortésmente para volver a subir las escaleras — venga conmigo, por favor.

Me levanté de mi lugar, notaba que mi blanco vestido ahora está sucio desde ayer y me sentí apenada.

Después de cruzar pasillos y escaleras finalmente llegué a las grandes puertas de roble oscuro, talladas a mano con un hermoso diseño.

— está es su habitación, es de huéspedes pero espero sea su agrado y comodidad — el abrió una de las puertas, dando me paso.

Con pasos inseguros e indecisos si era buena idea entrar o no, al final decidí entrar, mire lo grande que era la habitación con una cama amplia bien tendida, estaba pintada entre rosa pastel y blanco una combinación linda a mi parecer.

Dónde había un ropero de color carmesi, un tocador que hacia juego y uno que otro cuadro pintados en óleo.

Era hermoso.

Note el gran balcón del cual no dude en abrir.

Mire el pueblo, una parte del castillo parecía un lugar de mala muerte pero la aldea estaba en buenas condiciones. Suponía que habría esclavitud o algo por el estilo pero no, hasta el momento no. O eso aparentaba.

— no puedo quedarme aquí ¿Y si...— dude un segundo al pensar el nombre de aquella animal.

— Sasha — respondió por mi aquel hombre bien vestido.

— claro, ¿Y si Sasha se enoja? — dije con preocupación en mi voz pues apesar de todo, si me intimidaba aquella salvaje mujer.

— descuida, tu eres nuestra invitada y futura ¿Reina? bueno ahí no estoy seguro que serías — río nerviosamente mientras rascaba su nuca— pero queremos que estés cómoda, en esa puerta está el baño del cual le espera una tina con agua caliente señorita.

— llámame Anne, Anne Boonchuy — respondí amablemente al recibir un cambio de ropa nueva.

— tome esto, posiblemente más tarde baje a comer junto con la comandante.

Mi sonrisa se desvaneció al saber aquello; yo solo exprese mi negación.

— lo siento pero no pienso comer junto con ella — negué amablemente.

— entiendo señorita Anne, lo tomare en cuenta y le doy espacio para que se de tiempo para usted.

Él salió de la habitación y yo solo suspiré aliviada pues iba a estar más que encerrada pero en un lugar más cómodo, sonreí al saber que iba a bañarme con agua caliente después de tiempo.

No tarde en entrar con timidez al elegante baño, todo era muy grande, amplio y elegante aquí.

Ojalá así fuera también la que lidera aquí, pero tristemente no.

No tarde en quitarme mi ropa sucia y un tanto maltratada por el agresivo trato de los hombres que me secuestraron.

¿Esto era un secuestro? ni siquiera sabía bien que era.

Finalmente me metí lentamente en aquella tina; suspiré de alivio al sentir como mi tenso y sucio cuerpo se relajaba y era limpiado por el agua con burbujas.

Era como un masaje para mí, definitivamente hoy dormiré bien, cerré mis ojos disfrutando del baño.


[. . .]


— ¿¡Que hiciste que!? — grite molesta sin evitar gruñir de la irá.

Mire con enojo a Sapin pues había hecho algo sin mi consentimiento o siquiera decirme de aquello, apreté mis manos y mis dientes, sentía como mi mandíbula se tenso por completo.

Él solo trago saliva con temor.

— deje a su futura esposa en una habitación, ahora está hospedada ahí y le dije que no era necesario limpiar todo, ella dudo por un momento pero es que debe ser amable con ella, Waybrigth — yo solo gruñi para acorralar lo en un rincón.

— ¿Quién da las órdenes aquí? — él me señaló con su mano temblorosa— ¡entonces debías decirme no hacer lo que tú quieras!.

Grite en su rostro molesta para tomar su moño rojo con fuerza y jalar este.

— ¡Ella debe cumplir su castigo por faltarnos el respeto, faltarme a mi el respeto! — lo solté con brusquedad provocando que cayera al suelo.

— lo-lo siento....comandante pero...— en eso la puerta se abrió con fuerza interrumpiendo aquella charla.

— yo le ordene que hiciera eso, para que así la futura señorita Waybrigth pueda sentirse en confianza y cómoda para que tú puedas enamorarla de forma amable — hablo Mugre con sus brazos detrás suyo, entrando como si nada en el mundo.

— ¿Y porque no me dijiste?.

— porque sabía que ibas a comportarte de esta manera, le debes una disculpa a Sapin y a esa chica; ahora debes cuidar tu temperamento y carácter para que ella se sienta más segura contigo o así no vas a lograr avanzar entre tú y ella.

Yo solo bufé molesta para mirar a Sapin que estaba aún tembloroso.

— ¡Pero le dio una habitación de lujo y ahora dice que comeremos juntos! — grite y gruñi con la necesidad de clavar mis puños en aquel pequeño sapo insignificante.

— ¡Sasha Waybrigth! te intentan ayudar en algo y tú solo quieres morder la mano — se quejo él para cruzar sus brazos.

— ¡Grrr....bien! — mire a Sapin molesta y solté aire— lo...s-siento Sapin.

Aquello me costó más que perder alguna apuesta en la cantina de Wally; gruñi sintiendo que mi mandíbula se iba a caer en cualquier momento por lo tensa que estaba.

Mientras que Sapin solo me miró impresionado para tragar saliva y el muy hijo de puta ni siquiera me dijo ni una palabra.

No acostumbraba a disculparme porque siempre se disculpan conmigo y al final termino ganando todo el mérito.

— que te costaba, Waybrigth... ahora cuidarás tu temperamento y vas a invitar a esa pobre chica a comer para disculparte ¿Entendido Waybrigth? — me señaló serio para pasar a una sonrisa— hablaré con las cocineras para que preparen el mejor platillo.

Una vez que Mugre salió por la puerta volví a gruñir para golpear algún mueve de la habitación y ver de reojo al idiota que me metió en esto.

— ¡Tu! — me acerque nuevamente a Sapin y bufé al verlo tan vulnerable — ¿Cómo haré para hablar con ella?.

— primero que nada, la disculpo pero no vuelva a querer hacerme piel, señorita Waybrigth y en segunda puedo acompañarla a su habitación y puede invitarla usted misma — hablo él con más calma en su voz.

Yo mire con duda aquello, nunca preguntaba o pedía algo porque yo siempre tomo lo que es mío.

Por primera vez en mucho tiempo inhale y exhale con tal de hablar con esa mujer que se cree mucho.

— llévame Sapin — dije con indiferencia y ambos salimos de la habitación.

Supe que le dio una habitación de lujo porque íbamos de pasillo en pasillo; incluso conocí un lado del castillo que no conocía, si que Andrias era un tirano pues descubrí un cuadro de él dominando todo continente.

Que idiota porque esa seré yo.

Empezando por el pueblo enemigo de esta mujer.

Al llegar detrás de las grandes puertas, Sapin me invitó a tocar estás para hablar. Yo suspiré y finalmente toque con la parte baja de mi puño, con fuerza aquellas gruesas puertas.

— ¡Esta tarde tu y yo comeremos en el comedor! — grite con fuerza y no hubo respuesta, hasta que volví a tocar con brusquedad.

— ¡No quiero comer contigo, eres horrible! — luego de un rato por fin respondió y aquello me hizo enojar tanto que está vez me desquite con la puerta.

— ¡Abre la puta puerta y ven a comer conmigo, rápido! — volví a golpear.

— ¡Dije que no quiero, además no tengo hambre muchas gracias! — me respondió y yo solo gruñi decidida a abrir aquella puerta yo misma.

El rostro de Sapin era de disgusto lo vi morder su labio y yo solo le hice una señal de "¿Que no lo ves?". Él solo negó con su cabeza soltando un suspiro para mirarme pacientemente.

— cuide su temperamento comandante, aprenda a hablar con una mujer y no sea tan enojona — hablo de manera dulce y yo solo bufé.

— ven a comer conmigo en este instante, es una orden — hable entre dientes apretando mis puños.

— no, ya te dije que no quiero comer.

Volví a gruñir para tirar una mesa con florero que decoraba el pasillo y Sapin solo se alarmó.

— tranquila Sasha, vuelve a intentarlo ibas bien.

Otra vez bufé desesperada y aclare mi voz, pasando de una grave y autoritaria a una más suave y atractiva.

— ¿Quieres comer conmigo en un rato más? — pregunté mirando el piso ya sin tantas esperanzas.

El silencio no tardó en reinar y finalmente ella respondió.

— no quiero comer contigo pero....quizás cenar si pueda — hablo dulcemente ella, debía admitir que su voz si es muy hermosa.

Suspiré pues era un "avance".

Todo o nada.

— vístete de manera linda y te veo en la cena — dije impresionada pero agotada de tener que aparentar.

— ve comandante, no le cuesta nada ser amable y cuidar su temperamento desde un principio — me sonrió para volver a mí habitación y yo solo gruñi.

— de que sirve si al final del día ella termina haciendo lo que se le antoje — hable molesta pero recordar que mínimo iba a cenar junto con ella, me daba un poco de calma.

— agradezca que decidió cenar juntoscon usted — me sonrió Sapin y yo solo lo mire pensativa.

— quizás le deba una a ti y a Mugre — me hice la vista gorda para volver a cruzar pasillo por pasillo.

Golpeaba los costales llenos de arina y tierra con toda la fuerza de mis brazos; no podía creer que había invitado a cenar a una mujer, yo no era romántica solo follaba y ni siquiera se me ocurrió la idea de tener una esposa.

¿Porque tan de repente le dije que lo será?.

Yo solo tenía la misión de gobernar todo un imperio, todo lo que esté a mi alcance, incluso yo misma mate a Andrias quien ya planeaba ganarme ese puesto.

Estaba furiosa.

Una mujer iba a distraerme y debía evitarlo; que mejor que entrenar, siempre lo hacía pues era rutinario. Pase de golpear los viejos muñecos de prueba ya maltratados a saltar de un punto a otro, donde caí en un tronco de árbol el cual sin tanta complicación, comencé a hacer dominadas.

Mi entrenamiento fue interrumpido en cuanto la garganta rasposa de Mugre sonó detrás mío y sin más soporte mi propio peso en aquel tronco.

— Sasha, ¿Tienes un minuto? — me preguntó él mirando como colgaba del árbol.

— estoy ocupada ¿Que quieres?.

— Waybrigth esto es serio por dios — hablo él con tono más autoritario.

Yo simplemente trepe el tronco y desde ahí, me acomode para descansar un rato y mirarlo fijamente esperando aquello de tanta importancia.

— ¿Exactamente que es lo que tanto te interesa? — dije con indiferencia y el solo suspiro.

— Waybrigth nos acaban de declarar la guerra, las reinas Olivia y Yunan.

Hablo en tono serio para mostrar una carta lo cual me hizo hervir la sangre y sin pensarlo dos veces, me baje del tronco dando una acrobacia perfectamente hecha, justo antes de aterrizar sacar una espada de mi cinturón y cortar finamente un muñeco de prueba.

Me detuve en seco al ver cómo todo el relleno del costal se tiraba en el piso y mire de reojo a Mugre.

— debes estar jodiendo Mugre — hable seriamente sintiendo mi voz ronca y simplemente levantarme para tomar la carta molesta.

— fue entregada en una paloma mensajera hace una hora, no pude evitar leerlo antes que tú.

"Querido terreno vikingo enemigo, mando está carta para desafiar a su líder; Sasha Waybrigth.

En respuesta por cometer vandalismo en nuestra aldea e invadir terreno del Sur y capturar a nuestros pueblerinos.

Tomaremos lo que es nuestro en una guerra que será dentro de unos meses, nosotros les avisaremos cuando llegaremos hasta entonces, preparen a sus bárbaros para poder regresar al mar donde provienen y dejar el terreno del norte.

Atte: Marcy Wu y las reinas del terreno Sur."



Gruñi molesta para destrozar la carta en mis manos y tirarla en el suelo lleno de lodo, mire un muñeco de prueba para traspasar mi brazo en su pecho, dejando salir su relleno.

— esto es la guerra — dije fríamente mirando con notoria ira a Mugre.

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