capitulo 15

Apreciaba la nieve caer desde el balcón de mi habitación lo único que me cubría del frío era mi vieja capa roja vino.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la voz de Mugre.

— Sasha, Wally volvió con los demás y te esperan para darte la noticia — aclaro su garganta detrás mío y yo simplemente continuaba dándole la espalda.

— en un momento bajo Mugre _ hable con desinterés.

— será mejor que vengas de una vez o más tarde, nevara más — explico y simplemente suspiré.

Al llegar al muelle que algunos pecadores se daban la tarea de arreglar, note a Wally platicar con otro pescador, en cuanto me vieron junto con Mugre ellos se formaron en fila.

— comandante Sasha es de mi agrado informarle que la señorita Anne llegó a salvo a casa - explico entre risas y sonrisas lo cual me comenzaba a irritar.

— pero también les regresamos lo que le hicieron a nuestro muelle, yo y otros hombres más acomodaron bombas en una catedral mientras íbamos por "comida" a los puestos.

Me guiño el ojo otro hombre lo cual gruñi en cuanto escuché la idiotez que hicieron; me acerque peligrosamente a él para tomarlo del cuello de la camisa con brusquedad.

— ¡Donde Anne salga lastimada o su familia....juro que yo misma acabo con ambos reinos! - alce la voz con autoridad y él simplemente trago saliva con temor.

- ¡Descuide comandante! ella se encuentra bien....- intento arreglar aquello y yo solo lo solté.

Les di la espalda a todos para regresar al castillo ignorando sus comentarios y súplicas.

Detrás mío se unió Mugre que me miraba confundido pero ninguno de los dos se atrevía a hablar.

- Sasha....¿Que te parece si te mostramos algunas mujeres que capturamos hace días del reino este? - me golpeó levemente con el codo y yo solo lo mire sería, sin decir una sola palabra - vamos no puedes estar así, debes continuar con tu vida y con prepararnos para la guerra que se aproxima.

Yo solo caminaba de paso ignorando los comentarios que me decía; no podía pensar en otra mujer que no sea Anne pero lo que más indagaba en mi cabeza era....

¿Volverá?.

La dejé ir por su familia y por ella pero, ¿Realmente regresará después de la guerra?.

No me importaba esperar una eternidad por ella lo importante es que este bien pero a la vez me sentía mal, era confuso.

Pero el simple hecho de pensar en otra mujer; simplemente no me convencía porque no es Anne.

Me senté en mi trono mirando sin emoción alguna lo que Mugre y Sapin me decían hasta que un estruendo me trajo de regreso al presente.

- ¡Sasha están atacando el castillo! - escuche gritar a Mugre mientras me lanzaba una espada la cual tome.

- ¿Cómo carajos?.

Habían llegado por detrás del reino y simplemente miraba como aquellos uniformados se esparcían por toda la sala, gruñi para empezar a atravesar sus débiles cuerpos con mi arma.

— ¡Sasha sabes que te estimo demasiado pero....deja de lamentarte y contraataca al reino sur! — grito Mugre mientras se defendía con su espada evitando perder la cabeza en el intento.

— ¡Simplemente no puedo mugre porque....yo amo a Anne! — alce la voz luego de cortar a un tipo a la mitad al sujeto que acorralaba a Mugre— no puedo dejar de estar preocupada por ella.

Mugre jadeo cansado para retomar aire, cubriendo mi espalda y juntos comenzar a cortar cabezas junto con otras extremidades de los intrusos que nos rodeaban.

— ¿¡Podemos tener está charla después!? ¡Necesito concentrarme! — alce la voz encajando una cuchilla en la entrepierna de un sujeto para después clavar mi espada en sus ojos.

— ¡Es solo que me preocupo por ti! Se que esa chica te ama tanto como tú a ella pero......esta vez tenemos cosas más importantes comandante.

— ¡No!.

Tome un hacha la cual clave en el pecho de mi agresor a mis espaldas, subí con fuerza el arma ocasionando que esté fuera partido en dos y sus órganos salieran entre sus costillas.

— ¡Anne es igual de importante para mí, yo no quise hacer una guerra!, mi plan era follarme a las mujeres de esa carroza y termine enamorada de esa sexy chica morena, llamada Anne Boonchuy.

Mugre y yo nos dimos un respiro para ver qué no hubiera más hombres del reino sur, hasta que escuchamos un grito desde la cocina. De inmediato corrí notando a un hombre apuntando un arma en la cabeza de María.

— ¡Rindanse o mato a esta puta gorda! — nos amenazó con autoridad apuntando el gatillo contra la cabeza de mi cocinera.

— ¡Más respeto a una dama como la señora María! — alce la voz.

— lo haré hasta que usted y su bola de ladrones decidan dejar de jodernos a mi y a mí pueblo.

— claro....solo dile a la marica de su princesa que deje de lloriquear en brazos de sus madres y detenga toda esta jodida mierda.

Lo mire sería para antes de que hablara; tome la cuchilla de mi cinturón de cuero, lanzando está en la cabeza del sujeto provocando que soltara el arma y cayera al suelo.

— ¿Se encuentra bien, señora Maria? — pregunto Mugre para ver cómo la mujer nos abrazaba con temor.

— tranquila señora María, después de esto le daré vacaciones en el castillo, ahora esconda se en un lugar seguro — palme su espalda y ella solo salió de la cocina.

— Mugre....prepara a los demás vikingos porque vamos a invadir sus asquerosas tierras — ordene firmemente saliendo de la cocina.

— ¡Si comandante!.

— ¡Y dile a Sapin que se encargue de buscar quienes limpien la sala!.

[. . .]

Entre a la biblioteca, estaba prohibido el paso aquí por ende casi nadie venía a dar el rol, tome un libro de tantos en aquella enorme estantería; dándome permiso a entrar a un pasadizo secreto tome una linterna la cual prendí su vela para bajar las escaleras.

Detrás mío se encontraba Mugre que miraba aquel lugar con asombro.

— ¿Que hacemos aquí? — pregunto confuso para en cuanto pusimos un pie en la enorme sala oscura, un montón de faros de luz fueron encendidos dándonos un mejor vistazo.

— está sala era del rey Andrias pero tire todo y comenzé a organizar cada arma y armadura que hemos saqueado o ganado por hacer un trabajo sucio.

Expliqué mirando las armaduras más intimidantes y sin pensarlo, mire directo a una que tenía puesto pieles de la bestia más temida entre todas las tierras.

Dicen que es un mito, pues termino siendo real porque yo misma me encargue de derrotarlo en mi primera misión con Mugre y los demás.

— creí que habías olvidado esa cosa — hablo con asombro admirando como tomaba la cabeza de la armadura.

— para nada, siempre voy a apreciar el recuerdo de cuando entramos esa cueva entre las montañas y yo mate a esta cosa con mis propias manos — hable con melancolía para comenzar a tomar la armadura.

— recuerdo que tenías solo trece años cuando comenzaste andar en misiones peligrosas con nosotros y de un momento a otro vi como tenías la cabeza de ese monstruo entre tus frágiles brazos — hablo con orgullo Mugre para golpear mi espalda — ahora tienes los brazos de todo un bárbaro.

Sonreí con superioridad mientras Mugre me continuaba diciendo halagos.

Salimos de aquella habitación oculta para cuándo me encontraba en mi habitación alistando mis cosas, mire mi cuerpo desnudo al espejo antes de ponerme aquella armadura.

Note que Mugre no se equivocaba cuando decía lo mucho que cambie, pues siempre miraba a una niña indefensa y débil cada que me veía al espejo, pero ahora, era digna de ser llamada comandante y lider de los vikingos.

Soy toda una mujer fuerte.

Suspiré pesadamente para salir de mi habitación con aquella armadura puesta, la cabeza de la bestia cubría la mía mientras su demás pelaje era mi capa, mi guante de cuero tenía sus enormes garras en esta.

Al bajar escuche todos los gritos que mi ejército provocaba; comentarios entre confusión y odio eran esparcidos por el aire hasta que finalmente se callaron en cuanto puse un pie bajo las escaleras.

— todos preparen sus armas y suban a los barcos, pues hoy iremos al reino sur para atacar el castillo de aquellas reinas — ordene— nos han estado llevando la delantera y eso no lo podemos dejar pasar de largo.

Todos alzaron sus armas y puños en señal de aprobación.

— vamos a ir en dirección contraria para llegar a la parte trasera de su reino y es posible que crucemos demás tierras — expliqué — debemos atacar solamente a los hombres uniformados y a la hija de las reinas, si se encuentran a mi prometida y sus padres, simplemente cubran sus espaldas y si es posible lleven los al barco.

Ordene mirando con autoridad a cada uno notando como todos salía e iban a directo por provisiones, tomando tanques saqueados, bombas, arco y flecha, etc.

Finalmente miraba a lo lejos como mi reino se alejaba de mí vista entre aquella niebla, suspiré luchando por mantener mi semblante firme pero no podía, simplemente la preocupación no me dejaba a pesar de que posiblemente veré a Anne en unas semanas.

[. . .]

Había pasado días desde que Sasha y su ejército de vikingos habían vuelto al mar con tal de destruir el doble el castillo del sur.

Mientras cierta azabache miraba desde la terraza todo su pueblo y como algunos trabajaban en mantener estable los restos de la catedral, Marcy bufo frustrada después volteo detrás suyo en cuanto escucho los pasos y las puertas de su habitación abrirse.

Dos guardias bien uniformados con dos escopetas de caza en sus cinturones, sostenían por cada brazo a cierta castaña

— princesa Marcy encontramos a esta intrusa querer entrar por un balcón del castillo ¿Quiere que la sepultemos? — pregunto con un semblante neutral aquel hombre.

La azabache chasqueo la lengua para soltar una leve risa y tomar el rostro de la morena en sus manos.

— no, yo me encargo de ella ustedes vuelvan a sus puestos — ordenó mientras recibía una mirada de enojo por parte de Anne— que gusto verte por aquí, linda.

La castaña volteo a lado contrario en cuanto sintió la mano de la azabache sostener su rostro.

— vine para que recapacites, Marcy — hablo con seriedad para después escuchar una carcajada como respuesta.

— pero claro — chasqueo sus dedos mientras movía su mano al aire— te preocupas demasiado por un vikingo, Anna banana, pero descuida, no habrá guerra en tres meses.

Aquello "alivio" un poco a la de tez morena pero algo no cuadraba bien.

— porque ya empezó la guerra solo que aún no termino de alistarme para matar a tu preciada comandante — está la tomo del cuello con fuerza apegando la a su cuerpo, moviendo un mechón de su cabello detrás de su oreja— pero descuida, tu y tus padres estarán bien en mi calabozo y cuando yo gane podré casarme contigo.

— ¡Eres idiota! creí que serías más inteligente pero veo que me equivoqué, además yo no me casare contigo....una lunática que decidió hacer guerra en vez de la paz.

Aquellas palabras quebraron el poco orgullo de la azabache quién simplemente la miro desafiante.

— bien....que pena porque no pedí tu opinión querida — está planto un suave beso en los labios de Anne quien simplemente se negó a corresponder aquello.

No eran los labios de su rubia que tanto desea y extraña.

— quizás antes estaría emocionada pero agradezco que no porque la Marcy que veo en frente, no es la que en algun momento conocí.

— oh vamos, no me vengas con esa mierda Anne porque ambas tenemos el mismo odio contra los bárbaros — está se alejo de la castaña para mirar fijamente el pueblo— solo que a ti te lavaron la cabeza con dormir al lado de su líder, que fácil saliste Anne.

La morena al escuchar eso no evito lanzarse para golpear el rostro de su "amiga", pero está fue más ágil, tomándola del brazo y el cuello a nada de caer desde una gran altura.

— tu decides si caer o simplemente admitir que aún me amas y solo usaste a esa rubia oxigenada para distraerte — está apretó su agarre — solo piénsalo Boonchuy....ambas podemos ser poderosas, pero solo haces esto más difícil.

La castaña jadeo del dolor y la falta de aire, sentía como la azabache apretaba más su cuello esperando una respuesta.

— ¿Matarás aquí y ahora, a la persona que.....amas? — hablo entre cortada dejando pensante a Marcy por unos momentos.

En cuanto la soltó y la ayudo a no caerse del balcón, está entro de inmediato a la habitación.

— iré contigo a matar a Sasha y asi me casare contigo....¿Bien? — dijo tratando de convencer a la contraria.

— claro pero quiero ver cómo tú misma le cortas la cabeza después de que yo la dejé sin vida.

De solo pensar en aquello, erizaba y provocaba un cosquilleo en el cuerpo de Anne pero está suspiro aceptando aquello mientras se acercaba al rostro de la contraria, besando sus finos y delgados labios.

Marcy abrió sus ojos de par en par, correspondiendo gustosa.

— puedes retirarte, pienso hablar con mis madres sobre los barcos para irnos en una semana — está mantenía una sonrisa en su rostro después de aquel beso, que para ella era lo más picarón, para Anne no significaba nada más que manipulación para rescatar a su rubia.

En cuanto la castaña salió con desesperación y enojo en su semblante, la azabache salió con una sonrisa de oreja a oreja mientras quitaba su casco dejando ver sus ojeras junto con su cansado rostro.

[. . .]

— sigo sin autorizar está guerra Marcy y detesto ver cómo ordenas a mis guardias, como si fueran tuyos — hablo a espaldas de la más baja.

— madre Yunan veo que aún no logras entender esto — volteo dando vuelta entre sus talones para chasquear sus dedos— está guerra no es nada serio, simplemente algo pendiente entre yo y la comandante de los vikingos.

Clavo una sonrisa al semblante serio y autoritario de su madre.

— entonces no te doy permiso en usar nuestros barcos y mucho menos que te lleves a mis tropas, poniendo sus vidas en juego.

— claro madre pero sabes yo toda mi vida la pasé obedeciendo órdenes, nunca hice nada malo hasta que vi a esos bárbaros arrebatarme a mi amada Anne — explico molesta y con cansancio en su semblante.

— ella está a salvó aquí ¿Porque continúas aferrada a algo que no es para ti? — pregunto frunciendo el seño.

— ¡Porque esto se volvió más personal y esa hija de puta, le robo la virginidad a mi amada! — señaló un punto cualquiera para ponerse pecho contra pecho, frente a la rubia de armadura pulida.

— está no es la manera en resolver esto....me has decepcionado hija, creí que serías.....

Un grito por parte de Marcy interrumpió su sermón.

— vuelves a decir esa maldita palabra y juro que....

— ¿Que? ¿Cortarás mi cuello, siendo yo la que goberna aquí como reina? — suspiro pesadamente caminando a un lado de la ojos rasgados — te estoy dando oportunidad en cambiar de opinión, quiero que reflexiones tu comportamiento y no dejaré que tomes mis preciados barcos de navegación en caso de emergencia.

Marcy sintió la mano de su madre tomar su hombro para alejarse de ella, dejando a una pensativa azabache en pleno pasillo y sin más. Esta se desmayo.

Eran demasiadas emociones y pensamientos que estuvo lidiando internamente, simplemente se desplomó débilmente al piso donde su madre en cuanto escucho el golpe se alarmó regresando por ella.

Pov Marcy.

Abri mis ojos lentamente sintiendo la pesadez en estos note que me encontraba en mi habitación hasta que en frente mis dos madres se encontraban hablando, las mire confundida, ¿Cómo fue que llegue aquí? me sentía débil y cansada.

De inmediato mi mamá Olivia se acercó a mi para sentarse a un lado mío, tomando mi rostro con delicadeza.

Detestaba el sentimiento de hacerla pasar por esto en cuanto vi su mirada preocupada y desanimada.

¿Porque hago esto? siento que lastimó más a mi madre Olivia.

— finalmente despiertas cariño, pero mírate estás muy pálida — tomo mis mejillas para después abrazarme con cariño, de inmediato entro una sirvienta con una bandeja de plata la cual Yunan tomo y coloco en mi mesita de noche.

— ¿Que fue lo que pasó? — pregunté notando las miradas de ambas en mi.

— te desmayaste.... Marcy sera mejor que reposes y comas un poco más, mira lo débil que estás.

— Yunan tiene razón, será mejor que te detengas un poco y descanses — sentir el contacto físico de mamá Olivia me daba años de vida, sonreí pero mi sonrisa se borró al ver cómo agachó la mirada como si estuviera triste.

— ¿Mamá, que tienes? — pregunté preocupada.

— no es nada cariño solo reposa ¿Si?.

Suspiré pesadamente pues me dolía ver aquella mirada triste de mi madre, tome su mano y acaricie está.

— dime.....¿Es por la guerra?.

— si, es solo que no es la manera en meter a nuestras tierras contra las del norte, entiendo que ames a la hija de los Boonchuy incluso tu madre haría lo mismo si a nosotras nos sucede algo, pero hija, eres joven para tomar una decisión tan grave como está y me duele ver que sea así tu forma de solucionar algo que te disgusta — ella beso mi frente para levantarse — pero confío en ti y tu intelecto, en que podrás tomar una mejor desición y cambiar de opinión.

Explico agachando la mirada, conocía cuando a mi mamá le dolía una mala acción y por más que ella sea estricta, era sensible y sentimental.

Suspiré pesadamente mientras ellas me dejaban sola para descansar, simplemente me volteé de lado analizando aquello pues ni siquiera fue un sermón o una charla como tal.

Me sentía perdida y no sabía exactamente porque.

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