40 | ESCAPE
Lauren y Steve estaban encerrados en la parte trasera de un camión de transporte, con Robin y los tres chicos en la parte delantera.
—Cielos, ¡más despacio! —exclamó Steve.
—Sí, ¿qué es esto? ¿La Indy 500? —preguntó Lauren.
—Es la Indy 300 —respondió Steve.
—¡No, bobo, 500!
—¡300!
—Digamos un millón —dijo Lauren, y ella y Steve se echaron a reír.
—¿Qué les pasa? —preguntó Erica.
—No sé —respondió Dustin.
—Dustin, ¡cuidado! —gritó Connor.
—¡Mierda!
Dustin estrelló el camión contra una colección de barriles, enviándolos hacia adelante. Lauren y Steve se golpearon la cabeza contra la pared del camión y gruñeron.
—¿Están bien ahí atrás? —preguntó Robin, escuchando a Lauren y Steve quejarse—. Están bien.
La puerta se abrió para revelar a Lauren y Steve tumbados en la parte de atrás. Dustin dijo—: Vamos, tenemos que irnos. Ya.
—¡Bajen! —gritó Erica.
—¡Vamos! —gritó Connor, arrastrándolos fuera del camión.
—Ya vamos —se quejó Steve—. Esto apesta.
Cuando Dustin envió el ascensor disparado hacia el cielo, Steve se paró en un carrito de la plataforma y Lauren agarró las manijas. Con una ovación mientras rodaba el carrito, Steve extendió las manos y Lauren se echó a reír—. ¡Parece que estás surfeando!
—¡Sí! —rió Steve.
—Parecen ebrios —dijo Erica.
—¿Por qué estarían ebrios? —preguntó Connor, mientras veía a Lauren y Steve jugando.
—Espera, ¡quiero probar! —dijo Lauren.
Steve se bajó del carrito y Lauren ocupó su lugar. Lauren extendió las manos y se rió.
—¡Nací para esto! Mira.
Steve perdió el control del carrito y Lauren cayó al suelo. Steve se rió, levantando las manos en el aire—. ¡Revolcón!
Connor se arrodilló junto a Lauren, sintiendo su frente—. Tiene fiebre.
—Tú tienes fiebre —replicó Lauren.
—Un segundo —dijo Connor, mientras trataba de mirar las pupilas de Lauren—. Lauren. ¡Lauren!
—¡Ay! —se quejó Lauren—. ¡Detente, rata, me estás lastimando! Steve, ¡Connor me está lastimando!
—¡No lastimes a mi novia, idiota!
—Tiene las pupilas muy dilatadas —dijo Connor.
—Quizá la drogaron —sugirió Erica.
Lauren le dio un golpecito a Connor en la nariz—. Boop.
—Lauren, ¿te drogaron? —preguntó Connor.
—¿Cuántas veces, papá? —dijo Lauren—. No consumo drogas. Es solo marihuana.
—No es gracioso —espetó Connor—. Necesito saber lo que te hicieron. ¿Vas a morirte?
Lauren tocó la nariz de Connor de nuevo y Steve dijo—: Todos morimos, niño extraño que es mi amigo. Solo es cuestión de cómo y cuándo.
—Estarán buscándonos —le dijo Connor a su hermana—. Necesito que me digas dónde estacionaste tu camioneta.
—¿Podemos hacer una parada en el patio de comidas? —preguntó Lauren.
—Mataría por una salchicha en palito —dijo Steve.
Lauren jadeó—. ¡Sí!
—Muy bien, sí, comida —dijo Connor—. Pueden comer todo lo que quieran, pero antes dime dónde está estacionada la camioneta.
—Ups —dijo Lauren.
—¿Ups? —repitió Connor.
—No tenemos camioneta —dijo Lauren—. Me quitaron las llaves. Los rusos me quitaron las llaves. Hace una eternidad —rió Lauren—. Qué pena, ¿no?
Cuando el ascensor se detuvo, Steve y Lauren siguieron a sus amigos afuera y respiraron aire fresco. Lauren jadeó.
—Dios mío, sabe tan bien. Steve, ¿saboreas el aire?
—¡Lo saboreo! —dijo Steve.
De repente, Dustin y Connor estaban al lado de Lauren, agarrándola de las manos y tirando de ella hacia la puerta—. ¿Por qué corremos?
Lauren fue arrastrada por el centro comercial por Dustin y Connor hasta el cine. Fue llevada a la primera fila, donde Dustin señaló un par de asientos.
—Siéntense.
—No —dijo Lauren—. Estos asientos están muy cerca.
—Mala ubicación —murmuró Steve.
—Entonces no miren la película —respondió Dustin.
—Queremos mirarla —dijo Lauren.
—¡Entonces mírenla! —espetó Dustin, ganándose algunas miradas de las personas más cercanas a ellos—. Perdón. Hagan lo que quieran, pero no se muevan de aquí.
—Bien, papá —dijo Steve, y Lauren se rió.
Se quedaron solos y continuaron riendo hasta que Lauren susurró—: Tengo que ir al baño.
—¡Yo también! —jadeó Steve
—Vamos —dijo Lauren, agarrando la mano de Steve.
Se levantaron y subieron corriendo los escalones del cine, dejando atrás las palomitas de maíz y dirigiéndose hacia la salida. Cuando Lauren vio la fuente de agua, jadeó—. ¡Agua!
—Pero necesitas ir al baño —dijo Steve.
—Ahora tengo sed —dijo Lauren, mientras arrastraba a Steve hasta la fuente de agua. Le tocó la cara con suavidad—. Estás herido.
—Tú también —dijo Steve, mientras volvían a echarse a reír.
—Entonces, no pude concentrarme mucho en la película, pero estoy bastante segura de que la mamá quería acostarse con su hijo —dijo Lauren, hablando de la película.
—Espera, ¿la chica sexy era la mamá de Alex P. Keaton? —preguntó Steve.
—Sí, estoy bastante segura —dijo Lauren.
—Pero tienen la misma edad —señaló Steve.
—No, pero él viajó al pasado —dijo Lauren.
—Entonces, ¿por qué se llama Volver al futuro? —preguntó Steve.
—Tiene que volver al futuro —dijo Lauren—, porque está en el pasado. Así que el futuro es el presente, que es su época.
—¿Qué? —preguntó Steve.
—No, es mi turno —dijo Lauren, tratando de empujar a Steve lejos de la fuente—. Ya tomaste suficiente.
Lauren apretó el botón de la fuente de agua y bebió tanto como pudo. Cuando terminó, tropezó con Steve y le rodeó la cintura con los brazos desde atrás, mirando al techo.
—Lauren. Tienes que ver esto. Mira... el techo es hermoso.
—Impresionante —jadeó Lauren, mientras su visión giraba frente a sus ojos. De repente, gimió—. Voy a vomitar.
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