Lauren se volvió justo a tiempo para ver las cabezas de los chicos desaparecer de la ventana.

—Mierda —susurró Steve—. Escucha...

Billy empujó a Steve al suelo y se paró sobre él—. Te advertí que te plantaras bien.

—¡Steve! —gritó Lauren, mientras Billy pateaba a Steve en el estómago.

Billy miró hacia arriba y sonrió cuando vio a Lauren parada en el porche—. Hola, Carter. ¿Me extrañaste?

Lauren no sabía qué hacer. Quería ayudar a Steve, pero los chicos eran su prioridad y no podía llegar a Steve sin pasar por delante de Billy. Retrocedió hasta la puerta y se metió dentro, cerrándola de golpe y buscando a tientas la cerradura.

—¡Les dije que no se dejen ver! —siseó Lauren.

La puerta se abrió más rápido de lo que Lauren esperaba, quien se tambaleó hacia atrás para evitar ser golpeada mientras Billy estaba de pie en la entrada. A estas alturas, los chicos estaban detrás de ella, y cuando Lauren extendió los brazos para empujarlos a todos hacia atrás, Billy sonrió de nuevo.

—Vaya, vaya —dijo Billy, cerrando la puerta—. Lucas Sinclair. Qué sorpresa.

Se acercó a ellos y Lauren se puso delante de Lucas.

—Dije que te alejaras de él, Max —dijo Billy.

—Billy, vete.

—Me desobedeciste —dijo Billy en voz baja—. Y sabes lo que pasa si me desobedeces.

—Billy...

—Rompo cosas.

Billy se movió más rápido de lo que Lauren esperaba, empujándola contra los chicos antes de agarrar a Lucas por el cuello de su chaqueta y empujarlo hacia la cocina. Mientras Connor y Dustin ayudaban a Lauren a ponerse de pie, Max y Mike le gritaban a Billy.

—Ya que Maxine no me escucha, tal vez tú lo hagas. Aléjate de ella —espetó Billy, empujando a Lucas—. ¡Aléjate de ella! ¿Me escuchas?

—¡Dije que me soltaras! —gritó Lucas, llevando su rodilla a la ingle de Billy.

Lauren dio un paso hacia adelante pero sintió que alguien la empujaba hacia atrás. Se volvió y vio a Steve pasar a su lado, dirigiéndose hacia Billy en silencio, quien se enderezó después de tomarse un momento para recuperarse. Miró al chico que estaba atrapado entre él y la pared, con la ira destellando en sus ojos.

—Date por muerto, Sinclair —dijo Billy—. Estás muerto.

—No —respondió Steve, girando a Billy para que lo enfrentara—. Tú estás muerto.

Steve le dio un puñetazo a Billy en la cara y provocó una distracción que le permitió a Lucas volver corriendo con sus amigos. Lauren lo abrazó, con una mano en la parte posterior de su cabeza mientras soltaba un suspiro de alivio.

—¿Estás bien? —susurró Lauren mientras Billy se reía a carcajadas detrás de ella.

—Sí —dijo Lucas.

—Parece que tienes algo de fuego después de todo, ¡eh! —gritó Billy—. Hace mucho que deseo conocer al rey Steve del que tanto me hablaron.

Lauren vio como Steve empujaba a Billy hacia atrás con dos dedos—. Lárgate.

Hubo una pausa y luego Billy se volvió hacia Steve. Lauren empujó a los chicos lejos de la cocina mientras Steve esquivaba el golpe y golpeaba a Billy de nuevo.

—¡Sí! —gritó Dustin.

—¡Patea su trasero, Steve! 

—¡Mata al hijo de puta! —gritó Mike.

—¡Pégale al idiota! —gritó Connor.

Steve golpeó a Billy contra el fregadero, donde agarró un plato que previamente se había estado secando en la encimera. Lauren vio que sus manos se cerraban alrededor del plato—. ¡Steve!

El plato se estrelló contra la cabeza de Steve y Lauren jadeó cuando Max gritó—: ¡Billy!

—Mierda —jadeó Dustin.

—Detrás de mí —le dijo Lauren a los chicos.

Billy se dirigió a Steve mientras Lauren empujaba a los chicos detrás de ella.

—Nadie me dice qué hacer —siseó Billy.

Le dio un cabezazo a Steve y lo envió deslizándose por el suelo. Lauren sintió que los chicos la empujaban, cada uno gritando varias palabras de aliento a Steve, que yacía en el suelo gimiendo.

—¡Levántate! —gritó Dustin.

—Mierda —susurró Lauren cuando Billy se sentó a horcajadas de Steve y comenzó a golpearlo sin descanso.

Podía oír a los chicos gritar, el sonido de los puñetazos y su propia sangre latiendo en sus oídos. Steve estaba indefenso ante el ataque de Billy, y Lauren tenía que hacer algo antes de que Billy lo matara. Sin pensarlo agarró su bate de béisbol del suelo y se lo lanzó a Billy, golpeándolo en las costillas mientras levantaba el puño para golpear a Steve de nuevo, exponiéndose en el mismo momento en que el bate hizo contacto.

—¡SÍ! —gritó Connor.

Billy se volvió para mirarla y, por alguna razón, parecía impresionado. Se puso de pie y se volvió hacia Lauren, quien plantó los pies y levantó el bate. No podía fingir que no estaba aterrorizada, pero si había algo que había aprendido siendo la hija de Hopper, era que nunca mostraras tu miedo para que tu enemigo no pensara que eras un blanco fácil. No se lo iba a poner fácil.

—Maldita sea, Carter —rió Billy—. Parece que tú también tienes algo de fuego. Lástima que no me quisieras cuando podrías haberme tenido. En cambio, te estás juntando con Harrington.

—Es mucho mejor que tú —espetó Lauren, yendo a batear de nuevo.

Billy lo agarró y se lo arrancó de las manos, arrojándolo a un lado—. Te dije cuando me pegaste ese día en la escuela que te habías hecho un enemigo.

—Tú también —respondió Lauren.

Billy hizo un movimiento hacia ella, pero Lauren fue más rápida. Años de autodefensa por parte de Hopper le habían enseñado todo lo que necesitaba saber. Los movimientos de Billy eran ridículamente predecibles, por lo que cuando se abalanzó sobre Lauren, ella se agachó. Usando eso a su favor, le dio un puñetazo en la mandíbula, dejándolo aún más fuera de balance.

Podía escuchar a los chicos de fondo, ofreciéndole todo el apoyo posible sin involucrarse físicamente.

—¡Vamos Lauren!

—¡Patea su trasero, Lauren!

—Esto es por hacer esa estúpida apuesta —dijo Lauren mientras Billy escupía sangre al suelo. Le dio un rodillazo en el estómago—. Esto es por decirle a todos que me acosté contigo cuando no lo hice —lo golpeó de nuevo y él se tambaleó hacia un lado—. Y esto... es por poner una mano sobre mis chicos, maldito idiota.

Fue a balancearse de nuevo, pero Billy le agarró el puño. Lo retorció dolorosamente y Lauren dejó escapar un leve grito cuando Billy la arrastró para quedar entre ella y los chicos.

—Tienes que cuidarte, Carter. Es una pena. Si hubiera sabido que eras tan ruda, ni siquiera habría hecho esa maldita apuesta.

—Eres despreciable —dijo Lauren—. No saldría contigo en un millón de años.

Pisoteó el pie de Billy y le dio un rodillazo en el estómago de nuevo, enviándolo hacia atrás. Él estaba de espaldas a los chicos, por lo que no eran su prioridad, lo que significaba que Lauren todavía tenía la oportunidad de mantenerlos a salvo. Sin embargo, a juzgar por la mirada asesina en sus ojos, Lauren había cruzado una línea.

No, había saltado una línea muy amplia y ahora había despertado al verdadero diablo dentro de Billy Hargrove.

—Acabas de cometer un gran error —dijo Billy.

—Ya me lo has dicho —se burló Lauren, dando un paso atrás cuando Billy se acercó a ella—. Pero realmente no creo que lo haya hecho. ¿Cómo se siente ser golpeado por una chica?

Billy la agarró por el cuello—. Cállate.

Lauren continuó, tratando de ignorar la forma en que la mano de Billy se cerró sobre su garganta—. Imagina lo que dirán todos en la escuela cuando se enteren de que Lauren Carter, una perdedora, te golpeó.

Hablaba para distraer a Billy mientras gesticulaba salvajemente a los chicos, tratando de señalarles la dirección del sedante en la cómoda. Max finalmente captó el mensaje, agarró la jeringa y marchó hacia su hermano. El agarre de Billy en la garganta de Lauren se apretó y ella luchó por respirar mientras la levantaba del suelo.

—Estás muerta, Carter —siseó Billy.

Lauren se las arregló para sonreír mientras ahogaba las palabras—: Detrás... de ti.

Billy no tuvo tiempo de procesar sus palabras porque Max le había clavado la aguja en el cuello, inyectando el sedante.

Soltó a Lauren, quien cayó al suelo, viendo como Billy se volvía hacia su hermana. Su mano fue a su garganta mientras luchaba por inhalar suficiente aire en sus pulmones.

—¿Qué diablos es esto? —preguntó Billy, sacando la aguja de su cuello—. ¿Qué hiciste?

Billy cayó de espaldas al suelo y los ojos de Connor se dispararon hacia su hermana—. ¡Lauren!

Corrió hacia su hermana y se dejó caer de rodillas a su lado, agarrando su rostro entre sus manos con un poco de dureza, evaluándola en busca de heridas. Lauren hizo una mueca cuando su cuello protestó por el movimiento repentino, pero no tuvo el coraje de retarlo por sus acciones. Se preocupaba por ella, y eso era todo lo que importaba.

—Eso fue asombroso —susurró Connor.

—Gracias —susurró Lauren, mirando como Max agarraba el bate de béisbol de Steve.

—Desde ahora, nos dejas en paz a mí y a mis amigos —dijo Max—. ¿Entiendes?

—Púdrete.

El bate golpeando el suelo entre las piernas de Billy hizo que Lauren se estremeciera, pero Max simplemente lo levantó de nuevo—. ¡Di que entiendes! ¡Dilo!

—Entiendo —murmuró Billy.

—¿Qué?

—Entiendo —dijo Billy nuevamente, antes de que sus ojos se cerraran y se desmayara.

—¡Lauren! —gritó Dustin—. Lauren, ¿estás bien?

—Sí —dijo Lauren, mientras los chicos la abordaban en un abrazo grupal—. No me maten. Por favor.

—¡Eso fue asombroso!

—¡Le pateaste el trasero!

—¿Por qué nunca nos dijiste que podías pelear así?

—¡Te veías tan ruda!

—¡Dios mío, eso fue genial!

—Chicos —dijo Lauren—. ¡Chicos! ¡Steve!

La soltaron y Lauren se arrodilló junto a Steve, tratando de no hacer una mueca ante el estado de su rostro—. Mierda, por favor no estés muerto.

Steve gimió levemente cuando Lauren puso su mano sobre su pecho.

Un ruido detrás de ella la hizo girar y vio a Max sosteniendo un juego de llaves—. Salgamos de aquí.

—Espera —dijo Lauren, poniéndose de pie—. ¿A dónde planean ir?

—Tenemos que alejar a los demodogos —dijo Dustin—. Podríamos prender fuego al lugar.

—¡No! —dijo Lauren—. Nada de fuego.

—Por favor, Lauren —dijo Connor—. Tenemos que ayudar.

Lauren maldijo en voz baja antes de decir—: Dios, ustedes van a ser mi muerte.

—Traeré la gasolina —dijo Lucas.

—Yo conseguiré las gafas —dijo Dustin.

—Y yo el mapa —dijo Mike.

—¡Que alguien me traiga una bolsa de hielo! —gritó Lauren detrás de ellos—. Connor, tráeme un paño de algo.

Max miró a Steve—. ¿Estará bien?

—Sí —dijo Lauren, sonando confiada hasta que agregó—: Eso espero.