16 | ELECTRICIDAD
Lauren le arrojó las llaves a Steve, quien abrió el candado.
Abriendo las puertas lentamente, Steve miró hacia la oscuridad mientras Dustin sostenía la linterna. Lauren estaba detrás de ellos, sosteniendo su bate mientras Connor miraba por encima del hombro de Steve.
—Dame eso —dijo Steve, señalando la linterna.
Cuando la luz de la linterna no iluminó la figura de Dart, Dustin dijo—: Debe estar más abajo. Yo me quedaré aquí arriba por si intenta escapar.
—Yo también —dijo Connor rápidamente.
—¿Y qué van a hacer si lo hace? —preguntó Lauren.
—¿Cerrar las puertas? —dijo Connor—. Duh.
—Genial —dijo Lauren—. Vete, Steve.
—No, tú también vienes —dijo Steve—. Tienes un arma.
Lauren gimió—. Bien, pero si morimos, volveré sólo para patearte el trasero.
Steve lideró el camino por las escaleras lentamente, bate en una mano y linterna en la otra, con Lauren siguiéndolo. Alcanzando el interruptor de la luz, Lauren lo apretó y arrojó luz sobre toda la habitación.
La buena noticia: no fueron atacados por Dart.
La mala noticia: no fueron atacados por Dart.
—¿Dónde está? —preguntó Lauren, mirando a su alrededor.
—¿Qué es eso? —preguntó Steve, usando su bate para recoger lo que parecía una capa de piel, cubierta de una sustancia viscosa.
Lauren hizo una mueca—. Que asco.
—Mira —dijo Steve, señalando la pared del fondo.
Los ojos de Lauren se agrandaron cuando vio el agujero en la pared—. Tienes que estar bromeando.
—¿Steve? —gritó Connor—. ¿Lauren? ¿Están muertos?
—Chicos, ¿qué sucede ahí abajo? —preguntó Dustin.
Cuando el dúo apareció al pie de las escaleras, tanto Dustin como Connor saltaron hacia atrás asustados. Lauren se rió al verlo, pero Steve simplemente dijo—: Bajen.
Uniéndose a Lauren y Steve en el sótano, los dos chicos se encontraron con la piel del demogorgon que aún colgaba del bate de Steve, traslúcida bajo la linterna.
—Mierda —susurró Dustin.
—Luego está eso —dijo Lauren, señalando la pared.
—¡Mierda! —dijo Dustin, agachándose junto al agujero en la pared—. No puede ser.
—Cavó un túnel —dijo Connor, con los ojos muy abiertos—. Se desenterró. ¡Mierda!
—Oye —dijo Lauren, golpeando a Connor en la cabeza—, ¡lenguaje!
—¡Dustin también lo dijo!
—Yo no soy la hermana de Dustin —señaló Lauren—. No puedo controlar lo que dice.
—¡Exacto!
—Tampoco estoy impresionada con tu lenguaje, idiota —le dijo Lauren a Dustin—. Vergonzoso.
—Perdimos a Dart.
—Tú perdiste a Dart —corrigió Lauren—, considerando que fue tu idea en primer lugar.
—Tú cerraste las puertas del sótano.
—Porque no pensé que haría un túnel para salir.
—Chicos —dijo Steve, mientras Lauren, Connor y Dustin continuaban discutiendo—. ¡Chicos!
—¡¿Qué?! —gritaron los tres.
Steve señaló la piel de su bate—. Tenemos mayores problemas.
—
Pasaron la noche ideando un plan, y a media mañana, Steve, Dustin, Lauren y Connor habían estacionado la camioneta de Lauren y el auto de Steve en medio del bosque; la caja de la camioneta de Lauren estaba llena de baldes de carne cruda comprada de la carnicería esa misma mañana.
Mientras se ponían guantes de goma y se aseguraban de tener todo, la radio de Dustin sonó—. Soy Lucas. ¿Me copias? ¿Dustin?
—Vaya, vaya. Miren quién es —dijo Dustin.
—Lo siento —respondió Lucas—. Lo apagó mi boba hermana.
—Bueno, mientras desapareciste, Dart volvió a crecer —dijo Dustin—, escapó, y estoy bastante seguro de que es un Demogorgon bebé.
—Espera, ¿qué? —preguntó Lucas.
—Luego te explico —respondió Dustin—. Estoy con Connor, Lauren y Steve. Nos vemos en la chatarrería.
—¿Steve? —repitió Lucas incrédulo.
—Trae tus binoculares —dijo Dustin.
—¿Steve Harrington? —preguntó Lucas.
—Hola —dijo Steve, sosteniendo el bate de béisbol y la mochila de Lauren—. Bien, vamos.
—Ve lo antes posible —le dijo Dustin a Lucas—. Cambio y fuera.
Lauren tomó su balde y se echó al hombro su bate de béisbol. Connor estaba detrás de ella, también sosteniendo una mochila y un balde. No tenía un arma, porque Lauren se negó rotundamente a dejarlo acercarse a las armas de Hopper, por lo que confiaba en su hermana.
Mientras Connor y Dustin entablaban una conversación tranquila, Lauren caminó al frente con Steve, de vez en cuando tirando trozos de carne en las viejas vías del tren.
—Entonces, ¿cómo te volviste a meter en esto? —preguntó Steve mientras caminaban.
—Para ser honesta, no creo que nunca haya salido de esto.
—Lo que quiero decir es, ¿cómo terminaste con Henderson? —preguntó Steve.
—Es el mejor amigo de Connor fuera del Escuadrón —dijo Lauren—, así que hacen todo juntos, y cuando recibí la llamada de radio pensé que Hop me mataría si los dejaba ir solos.
—Ah, entonces estás cuidando chicos —dijo Steve, arrojando un poco de carne a las vías.
—Si es como quieres llamarlo —respondió Lauren—, entonces claro, estoy cuidando chicos.
—Bien, entonces, ¿cuál fue el razonamiento detrás de que Henderson se quedara con el mismo monstruo con el que luchamos el año pasado como mascota? —preguntó Steve—. Porque ahí es donde las cosas se vuelven un poco borrosas.
Lauren se encogió de hombros—. Sinceramente no lo sé. Son chicos raros —se volvió para mirar a los chicos—, Dustin, tengo una pregunta.
—¿Sí? —preguntó Dustin.
—¿Por qué mantuviste a Dart? —preguntó Lauren.
—Porque...
Connor puso los ojos en blanco—. Porque quería impresionar a Max.
—¿Max? —repitió Steve.
—Max —confirmó Lauren—. La chica nueva. La hermana pequeña de Hargrove.
Los ojos de Steve se agrandaron—. Genial. Otra Hargrove.
—En realidad es su hermanastra —dijo Lauren—, no están relacionados.
—A ver si entendí bien —dijo Steve, mientras Dustin y Connor se acercaban a ellos—. ¿Conservaste algo sabiendo que era peligroso con el fin de impresionar a una chica que acabas de conocer?
—Eso es simplificar demasiado las cosas —dijo Dustin.
—No, no lo es —murmuró Connor.
—Quiero decir, ¿por qué a una chica le gustaría una babosa inmunda? —preguntó Steve, mirando a Lauren—. ¿A ti te gustaría?
Lauren negó con la cabeza—. Probablemente no.
—Exacto —dijo Steve—. ¿Por qué a una chica le gustaría eso?
—¿Una babosa interdimensional? —preguntó Dustin—. Es asombrosa.
—Aunque le pareciera genial, lo cual no pasó... no sé, te estás esforzando demasiado —dijo Steve.
—Bueno, no todos tenemos tu pelo perfecto —replicó Dustin.
—No se trata del pelo —respondió Steve—. La clave es actuar como que te da igual.
Lauren frunció el ceño ante las palabras de Steve. No había manera de que Steve Harrington estuviera tratando de entender cómo pensaban las chicas y qué se necesitaba para gustarles. Mientras Lauren escuchaba las palabras de Steve, se dio cuenta de lo tontos que eran los chicos.
—¿Aunque no sea así? —preguntó Connor, aparentemente tan involucrado en la conversación como Dustin.
—Sí, exacto —dijo Steve—. Las vuelve locas.
—¿Y luego qué? —preguntó Dustin con entusiasmo.
—Luego esperas hasta —Steve miró hacia atrás y se encontró fugazmente con la mirada de Lauren—... hasta que lo sientes.
—¿Qué cosa? —preguntó Dustin.
—Es como antes de una tormenta —dijo Steve—. No la ves, pero la sientes, es como... electricidad, ¿me explico?
—Ah, como en el campo electromagnético cuando las nubes en la atmósfera...
Steve interrumpió a Dustin inmediatamente—. No, no. Como una... electricidad sexual.
Lauren se aclaró la garganta deliberadamente, golpeando a Steve entre los omóplatos para que dejara de hablar—. Por favor, no hables con chicos sobre cosas sexuales.
—¿Por qué no? —preguntó Steve, mirando de nuevo a Dustin, quien dejó escapar un silencioso "ah"—. Cuando la sientes, avanzas.
—No —intervino Lauren—. Dustin, no sigas ningún consejo de Steve sobre mujeres.
—Bueno, ¿entonces cómo funciona? —preguntó Connor—. Tú eres una chica, cuéntanos cómo es.
Lauren miró a Steve—. Esto es tu culpa, idiota —se volvió hacia los dos chicos—. Solo tienen que tener confianza, no se esfuercen demasiado, solo sean amables. Vayan hacia la chica, pídanle hacer algo como, no sé, ir al cine o al salón de juegos y simplemente... sean caballeros. No actúen como si no les importara.
—No, actúen como si no les importara —respondió Steve—. Se los juro, es mucho más fácil y sientes la electricidad mucho más rápido.
—¿Ahí la besas?
—No. Más despacio, Romeo —dijo Steve.
—Lo siento.
—Claro, algunas chicas quieren que seas agresivo —dijo Steve—. Ya sabes, fuerte, pasional y pesado, como no sé... un león. Pero con otras debes ser lento, sigiloso, como un ninja.
—¿De qué tipo era Nancy? —preguntó Connor.
—Nancy es diferente a las demás —respondió Steve.
—Sí, parece bastante especial —murmuró Dustin.
—Sí —dijo Steve—. Lo es.
—Pero esta chica también es especial —dijo Dustin—. Tiene algo, no sé qué.
—Oye —interrumpió Steve.
—¿Qué?
—No te estarás enamorando, ¿verdad? —preguntó Steve.
—Uh, no —respondió Dustin rápidamente—. No.
—Bien —dijo Steve—. No te enamores.
—No lo haré —respondió Dustin.
—Te romperá el corazón, y eres muy joven para eso —dijo Steve, la leve amargura en su lengua pasó desapercibida por los chicos.
—No todo el mundo te va a romper el corazón, Dustin —dijo Lauren—. Cuando encuentres a la persona adecuada, lo sabrás.
—¿Tú qué tipo de chica eres, Lauren? —preguntó Connor.
Lauren arqueó las cejas—. Del tipo que no discute esto con su hermano menor.
—Vamos —dijo Dustin—. Por favor, necesitamos referencias.
—No soy una referencia —protestó Lauren—. Pero está bien. Creo que los chicos son tontos por pensar que actuar como si no te importara es una buena idea. Una pista, no lo es. Es tonto y estúpido y por eso la gente es tan mala en las relaciones. Solo encuentren a una persona que les importe y, si se preocupa por ustedes, no finjan que no les importa. Amen a esa persona con todo lo que tienen.
—¿Tienes a esa persona? —preguntó Dustin—. Ya sabes... una que te ame.
Lauren vaciló—. Uh, no.
—¿Por qué no? —preguntó Dustin—. Eres genial. Quiero decir, definitivamente eres la chica mayor más genial que he conocido —miró a Steve—. Sin ofender.
—Para nada —respondió Steve—. Lauren es genial.
—Entonces, ¿por qué no está saliendo con nadie? —preguntó Connor.
—Uh, ¿podemos no hablar de esto? —preguntó Lauren—. Es un poco incómodo.
—Sí, está bien, cambiemos de tema —dijo Steve, mirando a Lauren.
Una sensación de hundimiento llenó su estómago mientras miraba a Steve, porque en ese momento, cuando sus ojos se cruzaron, y con los rastros de su discusión sobre el amor aún persistiendo en el aire, Lauren sintió la famosa electricidad de la que Steve estaba hablando.
Y Steve también la sintió.
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