11 | BABOSA INTERDIMENSIONAL

Lauren dejó a los chicos en sus casas, cruzando sistemáticamente la ciudad hasta que solo quedaron Max y Connor. Mike, Dustin y Lucas habían rogado para sentarse en la caja de la camioneta, porque era "súper genial" y Lauren había aceptado, sabiendo que si la detenían, podría decir "mi papá es el jefe" y con suerte salirse con la suya.

—Entonces, ¿de dónde eres, Max? —preguntó Lauren.

—California —respondió Max—. Nos mudamos aquí después de que mi mamá se volvió a casar.

—Bueno, bienvenida a Hawkins —dijo Lauren—. El pueblo más aburrido de América.

De repente pensó en una conversación similar que había tenido la semana anterior, con un chico de su edad, y mientras reprimía un grito ahogado, Connor vio su expresión de sorpresa—. ¿Lauren? ¿Estás bien?

—Sí —respondió ella—. Sí, estoy bien. Solo por curiosidad, ¿tienes hermanos, Max?

—No, a menos que cuentes a Billy —murmuró Max—. Es mi hermanastro. Creo que tiene tu edad.

—¡Espera! —jadeó Connor—. ¿Billy como el que fue un idiota contigo?

—Uh... sí —respondió Lauren.

Los ojos de Max se agrandaron—. ¿Qué hizo? —cuando Lauren la miró confundida, Max se apresuró a agregar—: No te preocupes, también es un idiota conmigo.

—Eso tiene sentido —dijo Lauren—. Básicamente, apostó con sus amigos a que podía hacerme ir a una fiesta con él y ahora les está diciendo a todos que logró acostarse conmigo.

—Qué idiota —dijo Max—. Lamento que te haya hecho eso.

—Estoy acostumbrada —dijo Lauren—. La gente me molesta demasiado.

—Voy a patearle el trasero —dijo Connor.

—Claro que no —respondió Lauren, cuando se detuvo en la casa de Max—. De acuerdo, llegamos. Si Billy alguna vez es un imbécil contigo, no dudes en venir a nuestra casa. Será bueno no estar rodeada de chicos todo el tiempo.

Max sonrió—. Gracias. Y gracias por traerme a casa.

—Cuando quieras —dijo Lauren, sonriendo.

Cuando Max se fue, Lauren le dio un codazo a Connor, quien gritó—. ¿Y eso por qué?

—Entonces, ¿una chica? —preguntó Lauren en broma—. ¿Cuál de ustedes tendrá el honor de ser su novio?

—Ew, Lauren —se burló Connor—. Las chicas son asquerosas.

—Yo soy una chica.

—Tú eres una excepción.

—Es un honor.

—Pero no, apenas es nuestra amiga —dijo Connor—. Lucas y Dustin están enamorados de ella, pero a mi me molesta.

—¿Por qué?

—Porque —comenzó Connor en voz alta, antes de respirar profundamente—... porque ya tenemos...

Se calló, y Lauren tuvo que morderse la lengua cuando se dio cuenta de lo que pensaba Connor—. Quieres decir que ya tienen a El.

—Sí —dijo Connor—. Yo solo... está por ahí en alguna parte.

—Yo también creo eso —asintió Lauren.

A pesar de que Mike era el más cercano a Eleven, el vínculo que ella y Connor compartían era el de un hermano y una hermana. Connor había sido casi tan protector con ella como Mike, y la había querido como amiga desde que la conocieron. Mientras que al resto del Escuadrón le había costado un tiempo asimilar la idea de tener a una chica en su grupo, Connor la aceptó con los brazos abiertos.

Lauren recordó cómo había llorado durante días después de su desaparición, lamentándose por la pérdida de su amiga mientras aún se aferraba a la esperanza de que estuviera ahí fuera en alguna parte. No quería traicionar a Hopper diciéndole, y no quería hacer ilusiones a Connor al revelar que Eleven todavía estaba viva. No era su secreto para contarlo. Ni siquiera se suponía que lo supiera.

—¿Me estás escuchando?

Lauren salió de su ensueño—. Perdón, ¿qué?

—Entonces no estabas escuchando —dijo Connor.

—No.

—Vaya —dijo Connor—. Estaba diciendo que es extraño tener otra chica en el grupo. No quiero que nadie reemplace a El, ¿sabes?

—¿Reemplazarla? —preguntó Lauren—. Nadie la reemplazará. No es tan fácil.

—Pero Max...

—Es su propia persona —dijo Lauren—. No es Eleven. Es una persona completamente diferente. Tal vez necesites ser un poco más tolerante, como lo fuiste con El.

—¿Piensas eso? —preguntó Connor—. Pero es pariente de Billy.

—Solo por el matrimonio de sus padres —dijo Lauren—. No es su hermana biológica.

—Aún así, vive con él —murmuró Connor.

—Ni siquiera lo has conocido —señaló Lauren.

—No tengo que hacerlo. No me agrada.

—Muy bien —rió Lauren—. ¿Cómo estuvo la escuela?

—¡Genial! —dijo Connor, iluminándose al instante—. Dustin trajo esta criatura genial, pero... la perdimos.

—¿Criatura? —preguntó Lauren—. ¿Como una araña o un gusano?

—No, como una babosa interdimensional —dijo Connor.

Lauren arqueó las cejas—. ¿Estás seguro de que eso es una buena idea?

—No lo sabemos —dijo Connor—. Creemos que vino del mismo lugar que el demogorgon.

Lauren pisó los frenos, deteniendo el coche con un chirrido. Se volvió hacia Connor—. ¿Me estás diciendo que tienen uno de esos monstruos que nos atacó el año pasado, y LO PERDIERON?

—Creemos que está en la escuela —dijo Connor.

Lauren suspiró—. Connor, ¿te das cuenta de lo peligroso que es eso?

—Sí —dijo Connor—. Por eso la estábamos buscando antes de que aparecieras con la Sra. Byers.

—¿Y definitivamente no la encontraron? —preguntó Lauren.

Connor negó con la cabeza—. Bueno, yo no lo hice, y no creo que nadie más lo haya hecho.

Lauren suspiró—. Dios mío, vamos a morir.

—No, no lo haremos —prometió Connor—. Dart es inofensivo.

—¿Dart? —preguntó Lauren—. ¿Nombraste a la babosa Dart?

—Dustin lo hizo.

—Voy a golpear a ese chico.

Connor frunció el ceño—. No debería habértelo dicho.

—Sí, deberías —dijo Lauren—. Dios, juro que si esto causa más problemas, me mudaré.

Connor sonrió—. Sí seguro. Te encanta la emoción.

—La odio.

—La amas.

—La odio.

—La amas.

—Te echaré de esta camioneta.

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