Golden Roses

La muerte nunca fue una hazaña fácil. Experimentar, observar o incluso causar. Siempre hubo una parte de ti que murió con la víctima si tú no eras la víctima. La vida nunca fue fácil, diablos, fueron los desafíos los que hicieron que valiera la pena vivirla. Había una delgada línea entre los desafíos y el tormento. Simplemente. En un mundo tan fácilmente empañado por las propias acciones de una sola persona, todo se refleja de una forma u otra. Clover nunca pudo saber eso lo que representaba la vida, simplemente por culpa de una sola persona lo perdió todo. Quien lo diría que despertaría como cualquier día en las Dunas hasta que comenzara a escuchar rumores de un humano haciendo estragos en Snowdin, y luego en Waterfall, se preguntó durante ese tiempo que estaba pasando.

Hasta que comprendió que ese humano estaba matando monstruos, por lo cual no esperó que Alphys comenzara a enviar telegramas para poder evacuar a toda la gente de que estaba en los pueblos, con El viejo Oeste y Oasis Valley fueron evacuados. Sin embargo, Clover mientras ayudaba a los demás evacuar, Ceroba simplemente le dijo a Clover que iba a volver por Starlo y luego correrían hacia el norte, donde Alphys con ayuda de los pocos miembros restantes de la guardia real habían instalado un refugio para los civiles. 



Sin embargo, los minutos se volvieron eternos antes que escuchó un simple disparo... El disparo fue lo suficiente para colapsar el vaso. Ignorando las advertencias de Moray, simplemente él corrió hacia el Pueblo.  Alterado pensando que algo muy malo le habían pasado a Starlo y Ceroba, sus padres adoptivos. 

Nunca esperó él encontrarse con Ceroba tirada en el suelo, apenas tratando se levantar mientras el humano pequeño estaba parado frente a ella, con una revolver salvaje en las manos, cubriendo su rostro con un sombrero de vaquero gastado. Junto con un pañuelo rojo lleno de polvo de monstruo. Al lado del niño ya hacia... los restos de Starlo ¿Cómo lo reconoció?


Fácil, su sombrero estaba desplomado sobre el polvo. 

"!MÁ!" Había gritado Clover para correr hacia Ceroba, no se percató que su sombrero salió volando de su cabeza mientras corría hacia ella. este tropezó pero volvió a levantarse y siguió corriendo. 

El niño con sombrero de vaquero miró hacia arriba cuando escuchó los gritos y las carreras. Luego ve que el joven que acaba de caer se levanta y corre hacia donde estaba Ceroba. Pone su mano en su arma por si ese tipo quisiera intentar pelear con él pero algo más llamó su atención al ver un sombrero volar por el aire y caer al suelo. Solo para que su arma baje un poco cuando ve a un humano acercarse hacia la monstruo.
El joven cayó de rodillas mientras con un brazo levantaba el cuerpo casi inmóvil de su madre. "¿Clover?" habló con cierta sorpresa Ceroba mientras la compostura del adolecente humano comenzaban a tornarse temblorosas. " A-Aquí estoy! !V-vas a estar bien!" gritó Clover mientras sus ojos dorados brillaban bajo su cabello castaño."Clover... creo que ya es muy tarde para mi" susurró ella mientras el mas joven se ponía mas tembloroso que nunca. " !No no lo es! !S-simplemente debes tener fé! Y yo... yo.... yo...!" Clover comenzó a llorar mientras intentaba decir que él iba a buscar una forma de ayudar a la mujer. Sin embargo, no se le ocurrió ninguna.
"Shh.. esta bien" dijo ella mientras trataba de consolar a su hijo adoptivo. "N-No esta bien!" exclamó Clover, ahora perdiendo toda la calma que tenía, su voz se ponía mas tembloroso. "V-venga levántate podemos con esto""Ya .. ya es muy tarde para mi" la Ketsune desvió la mirada.
"¡Por favor, por favor, por favor, tienes que estar bien! Es-Solo es un disparo. No hay ni una sola gota de sangre en tus heridas... Por favor, solo quédate contigo." Clover dice entre lágrimas y grita, suplicando por una señal de que ella iba a vivir. Pero, no hubo una.

"Clover... no la hay...." ella levantó una mano y acarició la mejilla de su hijo adoptivo. "Por favor... vete... sálvate.."
"N-No.... n-no te dejaré" sollozó levemente mientras su mano agarraba la mano casi inerte la de su madre.

Clover lloraba muy fuerte mientras agarraba la mano de Ceroba. "¡Por favor, no me dejes aquí, no puedes simplemente morir! ¿Cómo voy a vivir sin ti y sin Starlo?! Por favor..."

"Tienes aun a Martlet contigo.." sonrió ella divertida mientras las lágrimas comenzaban a resbalarse. "se nota que conviviste mucho mas con ella que conmigo, t-tal vez si le das una oportunidad a ella.."

Clover no puede creer lo que está escuchando. "No, no, no de ninguna forma. Ni siquiera voy a considerarlo, no pienso dejar esta zona sin tenerte a mi lado m-mamá y... a... a... a... " las palabras de Clover son cortadas por sus sollozos. 

"S-siempre fuiste muy buena persona...  no dejes que nadie de eso te cambie.." sonrió.

"N-No lo hare mamá" sollozó este.

"Te amo.." ella le sonrió mientras su cuerpo comenzaba a convertirse en polvo.

"Y-yo te a-amo aun mas" trató de hablar el chico cerrando los ojos con fuerza, soltando una última sonrisa que pudo generar. 

Cerró los ojos tan fuerte como pudo, el joven simplemente sollozó mientras observaba sus manos ahora llenas de polvo, antes que observar un trozo de una cinta en la arena entre el polvo, con una campana llena de polvo en el centro, o mas bien un cascabel. La misma cinta que Ceroba tenía atada en el cabello. Con una de sus manos protegidas por su guante marrón, la tomó y la levantó. Observando los rastros de polvo y arena que contenía. Era lo último que quedó de Ceroba, simplemente... fue lo único que sobrevivió de sus restos. El niño humano que la había matado, pasó rozando a él.. sin darle una disculpa.. ni por lo menos nada. Simplemente siguió su camino como si no le importara nada. 


....

Nunca imaginó ser alimentado por un gran nivel de odio impresionante hacia alguno de su especie, sobretodo cuando se trataba de un niño, pero oh no... ese niño era un monstruo, un ser sin sentimientos y sin remordimiento. Un simple ser que no le importaba nada, pero ahora...  

Si tan solo pudiera decírselo a sí mismo con firmeza si no estuviera acostado aquí en la sala del juicio, rodeado por la soledad. Esperando que aparecieran más, así como contemplando los pensamientos de aquellos que sabían que no iban a poder aparecer. Con una gran cortada profunda en su pecho y perdiendo la vida lentamente. Por mas que se esforzó, no pudo ser lo suficiente fuerte para detenerlo. Un simple descuido.
La sangre resbalaba por su poncho y caía justamente al suelo mientras tenía la cabeza gacha, mientras observaba el lazo de Ceroba atado a su muñeca, algunas lágrimas se resbalaron por sus ojos ahora ya no de un dorado brillante, en su lugar ahora era un marrón apagado, estaba muriendo. Solo...
Su cuerpo estaba pesado y su alma estaba estremecida. Un joven muriendo solo... sin una familia, sin un hogar.. nadie.El silencio de la sala del juicio era extraña mientras luchaba por mantenerse consciente. Cada respiración se volvía más difícil, cada latido de su alma casi rota era más débil. La realidad de su situación se apoderaba lentamente de él mientras la vida se desvanecía. Era hora de morir.. era hora de continuar. Se recostó contra la pared y respiró, cerró los ojos con una determinación tranquila. Tal vez.. después de tanto sufrimiento... tal vez... por fin se encontraría con Starlo y Ceroba en el mas haya.. simplemente lo hacia sentirse feliz.

En ese último momento, mientras se despedía de la vida que había conocido, una sensación de paz lo envolvió. Sabía que su tiempo en este mundo estaba llegando a su fin. Esperaba que Asgore hubiera percatado del humano y hubiera tomado las almas humanas para poder así detener al humano.. tal vez.. incluso... llegando a tomar su alma para dejar libre a los sobrevivientes. Un aliento helado escapó de sus labios antes que hubiera finalmente silencio.

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