14
Eran las tres de la mañana cuando revisó la hora en su celular, encandilando sus ojos por el brillo de la pantalla.
Tuvo un sueño que lo hizo despertar agitado, angustiado, con ganas de llorar y huir de ahí.
Era como una mirada al futuro, uno muy lejano y cercano a la vez.
Uno donde estaba solo.
No veía nada de malo en eso, porque sabía que existía personas que amaban su soledad y vivían plenamente sin tener la compañía de otra persona, ya sea pareja o familia.
Ese no era su caso.
Reconoció la miseria y melancolía en sus ojos, el dolor en su sonrisa y la amargura en su corazón. Estaba en una habitación, acostado en la cama y sin ninguna intención de levantarse. En un momento apareció Jimin, su amigo Beta, donde le dio un abrazo y le dijo que todo estaba bien, pero luego se esfumó.
Se sobreentendió que Jimin vivía lejos y que sus lazos no se rompieron, sin importar la distancia o el tiempo. No podía inferir que sucedió con la vida de su amigo, porque no se presentó nada más en el sueño.
En otro momento salió Yoongi, no pudo explicar como sucedió, porque los sueños eran así, tan cambiantes y rápidos. Lo observó triste y solo, con el paso de los años más notorios que con Jimin.
No quiso pensar que fue por esperarlo, pero mientras más avanzaba el sueño, más entendía. Hoseok podía decir que se sintió real, tanto que podía palpar la nube de desdicha que rodeaba al alfa.
Con el brazo cubriendo sus ojos y mojándose por las lágrimas que caían, se mantuvo así hasta que se calmó.
—¿Y si es una visión de tu futuro?, perdón, nuestro futuro.
El lobo del omega habló, logrando una reacción inmediata en Hoseok.
Ya no podía permitir sus inseguridades decidan en su vida y que lo único que le terminarían consiguiendo fuera dolor y desdicha. Suficiente con todo el tiempo sufriendo solo y darse cuenta de que no había podido superar nada.
Tomó su celular y empezó a buscar en los contactos a su amigo, llamando y esperando a que este contestara. No fue hasta el final, cuando sabía que faltaba poco para que la operadora hablara diciendo que debía dejar un mensaje de voz, que su amigo contestó.
No hubo tiempo para saludar ni preguntar cómo estaba, saliendo las palabras de su boca rápidamente y con la dicción por los suelos, que le tocó repetir lo que había dicho al inicio.
—Necesito el número de Yoongi.
La urgencia en sus palabras desencadenaron mucha curiosidad en el beta, donde luego de enviarle el contacto por mensaje, le añadió que esperaba la explicación de lo sucedido con lujo de detalles.
Aunque por un momento había olvidado que ya tenía el número de Namjoon, pero con quien necesitaba hablar era con el alfa.
Timbró y timbró hasta que se cansó, aumentando la angustia.
Si no hubiera borrado el contacto del alfa cuando llegó a la ciudad, quizás le hubiera escrito en sus momentos de soledad y desespero.
No se detuvo y continuó llamando mientras se vestía para salir de su departamento.
¿Qué iba a hacer?
Simple, buscar a Yoongi y decirle lo que sentía, sus sentimientos, pensamientos y todo lo que podía relacionarlo con el alfa. Se confesaría y ahora él pediría una oportunidad, rogando al cielo que no sea muy tarde y Yoongi no se haya cansado de esperarlo.
Y ustedes pensarán, ¿Todo eso por el sueño?
Si y no.
Las duras palabras de su lobo, el agotamiento físico y mental que llevaba en su espalda todo ese tiempo, volver a ver al alfa y darse cuenta que permanecía en un pozo profundo de miseria y del cual era muy difícil salir, todo eso lo hicieron darse cuenta del grave error que cometió.
En ese entonces fue una vía fácil para poder huir y no sentirse así.
Querido y correspondido.
Porque él también quiere a Yoongi, sin importar el tiempo que ha pasado y el miedo a no merecerlo, lo hizo tomar decisiones poco factibles.
Con los ojos llorosos y el celular pegado a su oreja salió a la calle.
Viendo que Yoongi no contestaba, muchas preguntas inundaron su mente, pero sobre todo, una en específico
Porque no quería.
Con el dorso de su mano limpió sus mejillas húmedas y buscó en sus contactos a Namjoon. Reconocía que la hora era muy imprudente, pero en su desesperación poco le importó.
No le contestaba y le envió un mensaje explicando por qué estaba llamando.
Necesitaba hablar con Yoongi.
El alfa de Namjoon revisaba el celular de su omega luego de escucharlo sonar, porque no quiere despertarlo. Leyó el mensaje y no siquiera tuvo que llamar a su cuñado, porque sabía muy bien por qué no contestaba.
Yoongi había tomado la costumbre de colocar su celular en silencio durante la noche, un hábito que sus allegados conocían y respetaban.
No tuvo mucha suerte al intentar ser sigiloso, porque Namjoon se removió de la cama y preguntó qué sucedía. Su alfa le explicó, mostrando su celular con el mensaje enviado de Hoseok.
Entonces, llamó a recepción del hotel para preguntar si su hermano regresó, confirmando que sí.
Con esta información positiva, cuelga de inmediato para llamar a Hoseok, pero no es necesario porque el Omega ya lo estaba haciendo.
Cuando Hoseok llegó al hotel, su corazón latía muy agitado, ya que le tocó correr un buen tramo hasta que encontró un taxi. Namjoon estaba en recepción, con ropa de dormir y mirando la entrada por si llegaba Hoseok.
Lo esperaba para que pudieran dejarlo subir, alegando que era una visita de suma urgencia y que si eso incluía un pago extra, que no le importaba pagar. Ambos omegas estaban en silencio, caminando hasta la puerta de la habitación donde Yoongi estaba.
No eran necesarias las palabras, Namjoon no preguntaba y Hoseok tampoco explicaría qué sucedía, aunque sí le agradeció por la ayuda.
Al principio la puerta fue tocada despacio, pero mientras avanzaba el tiempo, la intensidad de los golpes aumentaban, sin importarle el resto de habitaciones y sus ocupantes. Esta vez Hoseok permitió a su lobo que este presente y que libere su aroma, para poder así despertar al lobo del alfa.
La esperanza creció cuando escuchó ruido dentro de la habitación y pasos acercándose. La reacción de Hoseok fue de inmediata cuando la puerta de la habitación se abrió, lanzándose a los brazos de Yoongi y se aferró a ellos como nunca había hecho.
Para Hoseok ningún lugar se había sentido mejor que los brazos de Yoongi.
Escuchó la puerta ser cerrada y como el abrazo era recíproco y cálido.
Yoongi también lo estaba abrazando, pero no era consciente de la presencia del omega.
El lobo despertó con un golpe en su nariz al sentir el jazmín. Supo que era momento de encargarse de la situación y levantarse para encontrarse con su omega, muchas tonterías había hecho el alfa, que desencadenó la tristeza y rechazo en ambos.
—Humano tonto, despierta y deja de roncar como tractor, nuestra pareja está afuera esperando por nosotros.
El lobo atrapó al omega y los sostuvo en sus brazos, lo consoló y aferró a él.
Se sentía muy bien tenerlo cerca, olfatearlo y sentirlo con él.
Cuando Yoongi despertó, fue consciente de que se hallaba de pie en su habitación abrazando a Hoseok.
—Te quiero, te quiero, perdóname —eran las palabras que repetía Hoseok, acompañados de llanto y lamentos.
Caminando despacio llegaron a la cama, donde Yoongi se tumbó en ella, llevando a Hoseok entre sus brazos, acurrucándose en las sábanas, brindándole caricias y palabras de consuelo.
¿Perdonar?
No había nada que perdonar.
A Yoongi nadie lo obligó a enamorarse de Hoseok, nadie.
El omega lloraba devastado, parecía no poder parar y Yoongi se preocupó, porque al principio lo dejó para que se desahogara.
Apartarlo de su hombro fue difícil, tomarlo por las mejillas con sus manos, aún más y verlo como apretaba sus ojos con fuerza, le rompió el corazón.
—También te quiero —le dijo besando su frente. —Te adoro —besó la mejilla izquierda y luego la derecha.
Hoseok dejo de llorar un poco y ahora solo suspiraba entre espasmos debido a tanto llorar.
—Te quiero mucho —le limpió las mejillas con sus pulgares.
Hoseok abrió los ojos y pudo ver cómo también Yoongi lloraba.
—¿No me odias? —susurró con la voz gangoza.
—Nunca —respondió de inmediato. —No se puede odiar a quien se quiere —lo dijo al juntar sus frentes y aspirar su aroma. —Siento que es irreal, que estoy soñando.
—Lo siento.
—Shh, ya no repitas eso —le besó la frente nuevamente.
Con los ojos cerrados y sus rostros muy cerca, sus labios se juntaron despacio.
Se habían extrañado tanto, que besarse los hizo sentirse en la gloria. El beso duró mucho, tanto, que Hoseok empezó a subir una pierna en el regazo del alfa y de ahí no estaba a nada de terminar sentado encima del cuerpo del alfa.
Al final lo hizo, Yoongi lo permitió, porque Dios, estaría completamente loco si no dejaba que Hoseok permanezca en regazo, porque él mismo lo quiere hacer.
Los labios de Hoseok bajaban por la mandíbula del alfa, dejando humedad por donde estos se posaban, de ahí subió por el lado de su oreja y respiró despacio para no hacer sonidos fuertes y que le hiciera doler por la cercanía.
—Quiero —su voz grave le provocó acumulación de sangre en su miembro y los movimientos lentos que hacía con sus cuerpos, exactamente con su trasero, que estaba colocado estratégicamente sobre el pene del alfa.
Agarra los bordes de su camiseta para empezar a retirarla de su cuerpo, pero fue detenido por Yoongi.
El movimiento de su cabeza en negación de que continuara haciendo lo que tenía en mente lo desconcertó.
—Quiero, tanto o más de lo que tú te imaginas —le rozó los labios y se alejó un poco. —Pero anhelo que sea especial.
—Yoongi —alargó el nombre del alfa en modo de queja. —¿Quieres ruegue por tu pene?
Una sonora carcajada soltó Yoongi de la cual contagió a Hoseok.
—¿Puedo ser el romántico de la relación?
—No te gusta mi nivel de coquetería —desafió levantando sus cejas.
El alfa tomó de los muslos del omega y se incorporó un poco en la cama, para poner su espalda en el respaldar de la cama y quedar sentado con el omega en su regazo.
—Me encanta —sus manos acariciaron sus caderas y subieron por su cintura para bajar nuevamente. —Solo que tenía pensado algo más, como usar crema batida, chocolate o cosas así —le besó la nariz y sonrió.
—Está bien, puedes ser el romántico de los dos —mirando los ojos del alfa vio su reflejo.
Yoongi lo observaba con devoción, como el ser más precioso del mundo y del cual debía proteger. Hoseok se sintió muy estúpido al no corresponder esos sentimientos y para aplacar su llanto, lo abrazó nuevamente, aspirando su aroma y besando su mejilla
Tuve un debate mental si poner o no Smut en la reconciliación, porque en la realidad si sucede.
Vieron que sí hubo final feliz, ok, falta un poquito más, quizás 1 o 2 capitulos, así que desde ya agradezco a quienes leen este ff, por la paciencia que me tienen 😭
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