09


Los minutos se alargaron y poco a poco el pene de Yoongi fue desinflándose.

No le apetecía romper el momento tan íntimo en el que se hallaban.

Pero como bien saben, no se puede tener todo lo que uno quiere y en este caso, no fue la excepción. Tampoco podía permitir que Hoseok se quedara con su semen en su interior y pudiera afectarle.

Esto luego le causaría problemas estomacales, así qué, aclarando su garganta, habló.

—Te llevaré al baño, necesitas evacuar mi… —apretó los labios hasta hacerlos desaparecer, soltando un suspiro, continuó. —Vamos.

—Espera —respiraba lento y con los ojos cerrados.

Yoongi se detuvo hasta que Hoseok movió la cabeza y alzó los brazos para que pudiera ser llevado. El alfa sonrió por tener la oportunidad en cargar al omega y sin mucho esfuerzo, llegaron al baño.

Cerró la puerta cuando observó como Hoseok iba a sentarse al baño, permitiéndole un poco de espacio en algo tan íntimo con su cuerpo.

Recogiendo su bata que estaba tirada en el suelo, se quedó pensando.

¿Qué sucedería después?

¿Cambiarían las cosas?

¿Resultó buena idea tener sexo con Hoseok?

Esta última pregunta tenía respuesta positiva, pero con consecuencias negativas. Para evitar seguir divagando, caminó a la cocina y se concentró en calentar lo que estaba preparado en el horno.

Por otro lado, Hoseok estaba descargando todo el semen de Yoongi, que para su sorpresa era mucho. Ya llevaba un par de minutos y tenía como una sensación de pesadez en el estómago.

Ahora entendió por qué Yoongi lo llevó rápido al baño.

Estando ahí, no perdió tiempo y se dispuso a limpiarse todo el cuerpo. Una ducha relajada le quedaba de maravilla.

No quería pensar en nada, solo que se bañaba en un lugar donde había tenido sexo con el único alfa a quien le tenía confianza y que lo disfrutó.

Su lobo se hallaba dando saltos de emoción y rogaba por una segunda ronda donde podrían mostrar su cuello como demostración de aceptación y rendición, para que fuera proclamado como su pareja.

Desde la cocina se desprendía el aroma de la comida, imaginándose al alfa ocupado ante la estufa.

Se sentía nervioso, porque no sabía cómo actuar. Ellos eran amigos, Hoseok lo consideraba como tal y por eso le confió tan grande favor.

Esperaba que aquel encuentro no dañara lo que ellos habían logrado tener y que no cambiará el rumbo de las cosas.

Olfateó la habitación, percibiendo la mezcla de su aroma con el del alfa, que se acoplaban como lo mejor de las esencias, añadiendo los fluidos que manchaban las sábanas.

Con vergüenza quitó la sábana, porque eso fue culpa suya, cuando pudo tener su primera lubricación y que pudo ser disfrutada. Buscando las sábanas limpias entre el armario, recordó que Yoongi lo anudó.

Y podía existir la mínima posibilidad de quedar preñado.

Estaba realmente jodido.

Aunque el televisor estaba encendido y mostraba un programa de comedia, el ambiente se sentía pesado.

Hoseok seguía imaginándose preñado y la idea lo estaba matando.

No quería un cachorro.

—Acabaste dentro de mí —habló el omega. —Me anudaste y…

—Yo te pregunté —interrumpió Yoongi.

—Puedo quedar preñado —terminó de hablar.

—No, no lo harás.

—¿Cómo qué no? —preguntó dudoso.

—Porque tomé pastillas antes de venir —explicó.

Y Hoseok se sorprendió al escucharlo.

¿Desde cuándo existían pastillas anticonceptivas para alfas?

La verdad, desde hace mucho.

—Hoseok —lo llamó con voz suave. —¿En serio pensaste que anudé en ti sin ninguna prevención?

El omega asintió y suspiró aliviado, casi se rompió la cabeza en vano.

—Jamás te haría eso —comentó. —Sería atarte a algo que realmente no sé si quieres y en tu primera vez —bufó. —No soy un canalla ni un alfa sinvergüenza, lo hice para que pudiéramos estar tranquilos por si ocurría accidentes, el preservativo se rompiera o como en ese caso, que acabara dentro por el nudo.

Entendió el punto de Yoongi.

—Pero en que cabeza se te ocurre que voy a responder cuando me estabas taladrando el culo —Hoseok dijo. —Debemos conversar bien para que no vuelva a suceder en el próximo encuentro.

—¿Próximo?

El lobo de Yoongi aulló de emoción y empezó a brincar emocionado por la futura copulación.

—Sí, para el celo.

Oh, cierto, el celo.

De eso se trataba y no debía olvidarlo.

—Esta semana iré donde el doctor, me hará exámenes de mis niveles hormonales y podrá deducir con mayor probabilidad cuando toque mi celo —miró la televisión sin emoción. —Me dará medicamentos para enfrentar el celo, por lo que he escuchado es doloroso.

Yoongi le dio la razón y le comentó lo que Namjoon y su padre le contaban de esa etapa.

Intentaron que la conversación sea más llevadera hasta la hora de ir a dormir.

No se pudo.

El alfa le cedió la cama al omega, como todo un caballero. Lo hizo para darle mayor comodidad al joven y para también no torturarse con el olor de ellos mezclados y fluidos en la habitación.

Hoseok cambió todo el juego de sábanas —aunque ya la había hecho antes—, forros de almohadas y la cobija que usaría, pero el aroma continuaba ahí, latente y fuerte, como un claro recordatorio de lo que pasó.

Ninguno pudo dormir, porque parecía que escuchaban los pasos del otro muy cerca para acostarse a su lado.

Ambos lo deseaban.

Al día siguiente salieron muy temprano, con un desayuno recién tomado y un cansancio acumulado.

Esta vez Hoseok pidió conducir y Yoongi no se negó, cerrando los ojos en el asiento del copiloto, pero no durmiendo.

Cuando llegaron a la casa del beta Park, Hoseok miró a todos lados antes de bajarse, no sin antes agradecer a Yoongi.

El alfa observó como Hoseok entraba a la casa y cerraba la puerta de inmediato. Su auto tenía el suave aroma a jazmín y lo aspiró para poder calmar al lobo dentro suyo.

Condujo a su residencia y permaneció en el auto mucho más tiempo del necesario.

Ahora, ¿Qué sucedería?

El sexo con Hoseok fue genial.

Corrección, hacer el amor con Hoseok fue estupendo.

Entonces, porque no estaba feliz.

Lo estaba, pero no sentía una plenitud por hacerlo de esa manera.

No cuando el omega pensará en su encuentro como una ayuda.

Y cuando Yoongi lo tomaba como algo fantástico y mutuo.

Pero al menos tendría una oportunidad más, el celo sería pronto y quería poder ser espectador del lado más sumiso del omega.

Eso era algo bueno y tenía que aferrarse a una mínima oportunidad.

Cierto.

El doctor le dio buenas noticias, sus niveles de hormonas estaban en el punto más alto y su celo se hallaba a la vuelta de la esquina.

Decirle a Yoongi qué tendrían que prepararse para su celo fue algo más difícil, porque era inevitable no recordar sus besos y caricias de su anterior encuentro.

Unos medicamentos nuevos fueron recetados y Jimin le ayudó comprando, sin escuchar las quejas por parte del omega. El beta no hizo caso y con un gran abrazo le dijo que lo hacía porque lo quería y su amistad.

Dos semanas pasaron con exactitud desde esa noche, donde su cuerpo perdió pureza y ganó un deseo desmedido por parte del alfa, soñando con unos besos y una carne que lo atendían por completo, con un aroma que lo deshabilitaba y una mirada que lo traspasaba.

El ambiente se tornó incómodo al principio, pero la conversación fluyó como río en su cause y Yoongi le preguntó cómo iba el tema sobre sus estudios, obviando sobre la razón principal de su charla, el celo del omega.

Al final llegaron a ese rumbo y Hoseok con una voz suplicante, le dijo para tener un próximo encuentro.

Lamió sus labios al escucharlo con voz nerviosa, realmente ya estaba saboreando su cuerpo, imaginando el lugar, todo puesto de manera increíble, romántica y con detalle.

Le comentó lo que pensó y Hoseok le cortó de inmediato.

—No quiero nada de eso.

Las orejas del lobo alfa se agacharon y se encogió en un rincón triste.

Hoseok no podía permitir que Yoongi hiciera su encuentro en algo más sentimental. Suficiente con la confusión en su cabeza y su lobo aullando por la presencia del alfa.

Pasó desapercibido el desánimo de Yoongi y no lo atribuyó a lo que mencionó con anterioridad.

No podía ser eso.

Aunque tendría que ser en un sitio lejano y la cabaña que Yoongi alquiló antes quedaba perfecto. En eso sí estuvo de acuerdo Hoseok y comprar comida para esos días, teniendo en cuenta que su cabeza no estaba para recordar alimentarse, sino en copular como conejos.

El viaje esta vez fue mucho más tranquilo.

Hoseok sintió un déjà vu al llegar e hicieron lo mismo que el encuentro anterior.

Esta vez Yoongi no lo esperaba con una bata atada a su cintura, sino que se hallaba acomodado en la cama leyendo un libro.

Tenía puestos unos lentes y cuando lo miró, le guiñó un ojo que casi lo hizo lubricar.

Su celo se encontraba a las puertas de su ano y Hoseok ya sentía los cambios.

Fue como un cordero al matadero, acostándose muy cerca de Yoongi y suspiró al sentir el aroma a madera cítrica del alfa. Estuvieron así, quizás unos minutos más en una posición muy íntima y luego fueron a la cocina.

Los consejos de Namjoon fueron recibidos con mucha atención.

Alimentarlo, hidratarlo y que tome el medicamento antes del celo, eso es lo que haría.

No hablaron mucho y el ambiente ya empezaba a cambiar de a poco.

Hoseok lo miraba con sus ojos brillantes y sin parpadear, no queriendo perderse el espectáculo de un Yoongi con el torso desnudo limpiando la cocina.

Recorriendo de pies a cabeza el cuerpo del alfa y sus músculos definidos, que por un segundo se imaginó saboreando. Un gorgoteo salió de su garganta y una oleada de feromonas corrieron felices de poder engatusar al alfa.

Y para cuando Yoongi giró el rostro, Hoseok ya se marchó a la habitación.

Se acostó en la cama para poder aplacar esa calentura es su interior y descansó un poco luego de tomar la el medicamento.

Encontrar a Hoseok durmiendo y abrazando la almohada que apoyó su cabeza, fue muy agradable.

Así que lo dejó descansar mientras preparaba las cosas para el celo y dejarlas en la habitación.

Botellones de agua, barras energéticas y un botiquín de primeros auxilios.

Se recostó a su lado y el omega lo abrazó poniendo su brazo y pierna encima, aspirando con fuerza su aroma.

El calor de la habitación subió unos grados más y las feromonas de Hoseok salían con más intensidad, removiendo su cuerpo e interrumpiendo su descanso.

Antes del amanecer, Yoongi abrió los ojos al percibir el denso aroma dulce del jazmín y babeó al sentir que estaban cargadas de feromonas de apareamiento.

Lo vio muy cerca, con los ojos cerrados y sudando.

Se levantó en busca del medicamento de Hoseok y en la seminconsciencia lo hizo tragar la pastilla. También le roció en su cuello un repelente para evitar mordidas y su lobo se quejó histérico.

Tomó su pastilla para evitar preñar al omega y escuchaba los quejidos del rubio.

Para Yoongi no existía mejor paisaje que el de Hoseok sudado después del sexo, pero ese momento, con el rubio sudado, colorado y su cabello revuelto, se convirtió en una más de sus favoritas.

Su nariz percibió el lubricante, emanando por la entrada del omega y observó como manchaba las sábanas. Hoseok abrió con lentitud sus ojos y mostrando sus pupilas dilatadas, olfateó como animal en busca de alimento, quedándose quieto al localizar a Yoongi.

—Alfa —gimió.


Holis, este es capítulo nuevo, yeeeeeiiii!!!!!

Ya saben lo que viene a continuación.

Gracias por leer ♡

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