05

Los suaves sollozos del omega lo guiaron para encontrarlo. Su instinto le susurró que lo cubra con la chaqueta del alfa para poder sacarlo de ahí. No tardó mucho, porque al instante de que la prenda topó los hombros del omega, este se calmó y dejo de llorar para olisquear la chaqueta.

Hoseok ronroneó al sentir la chaqueta y percibir el aroma del alfa.

El beta sonrió aliviado al darse cuenta de que no sería muy difícil llevar a Hoseok a su auto. Mientras ya conducía en dirección a su hogar, escuchaba los leves suspiros y quejidos que soltaba Hoseok adormitado en el asiento trasero.

Han no tenía idea de que Hoseok era un omega, ya que en esa área trabajaban betas.

Ahora entendió la reacción de Yoongi meses atrás, cuando vio al rubio. También estaba sorprendido por el autocontrol de Yoongi, puesto que cualquiera en su lugar, hubiera aprovechado la oportunidad para estar con el omega.

Era una presa fácil.

Al estacionar su auto fuera de su casa, observó a Namjoon y Seokjin esperándolo con una expresión de preocupación. No tenía conocimiento de cuan cercanos eran, pero la situación lo ameritaba, recordando lo comprensible que era el omega Kim.

—Pensé que les había pasado algo —Nam se acercó seguido por su padre.

—¿Cómo está? —el omega mayor preguntó.

—Tomé rutas donde no hay mucho tráfico, pero mucho más lejanas —respondió a Namjoon y luego miró al padre. —Está dormido, Yoongi me dio una chaqueta y eso ayudó a calmarlo.

Y con mucho cuidado lo bajaron del auto, atentos a la presencia de cualquier alfa que llegue invitado por el aroma del omega en celo.

Una hora después, Hoseok se despertó con temperatura elevada y delirando a causa de la fiebre. La dosis de la medicina era fuerte y prescrita por parte de un médico, pero no era suficiente para calmar la ola de calor que arrasaba su cuerpo y peor, poder tratar el rechazo que su omega sintió.

Aunque no fue uno en sí, pero su omega estaba sensible y necesitaba de su alfa para sentirse seguro.

El animal había aceptado como compañero al lobo de Yoongi, por eso le afectaba más y Hoseok no entendía ese sentimiento en su pecho.

La noche fue muy difícil, los lamentos y lloriqueos del omega no lo dejaron tranquilo, llamando al alfa incontable veces. Namjoon estuvo al cuidado de Hoseok y se mantuvo pendiente de su estado.

Pero la situación no ayudaba, porque Hoseok se hallaba acostado en la cama desnudo, con su mano tanteando su entrada y con la otra agarrando la chaqueta del alfa.

Namjoon no entraba a la habitación cuando escuchaba ruido y solo esperaba afuera, atento a que los quejidos cesarán y así, poder tomar la temperatura de Hoseok y dejar agua con la medicina necesaria.

En la mañana la situación no fue muy diferente, pero esta vez Jimin estuvo pendiente de su amigo y agradeció a Namjoon por cuidarlo.

Cuando lo llamó el día anterior, explicando la condición del omega, este había entendido, llevando ropa limpia y los utensilios de limpieza para su amigo. Solo que no pudo quedarse mucho tiempo y dejó al cuidado del beta dueño de casa.

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Yoongi no había podido dormir en toda la noche, removiéndose en la cama buscando el delicioso aroma a jazmín y su lobo no ayudaba, aullando desesperado por montar al omega.

Se encontraba en una dicotomía.

Quería ir a buscar al omega y poder estar con él, pero al mismo tiempo sabía que no podía, porque ambos estaban en pleno celo y eso los llevaría a tener sexo duro y sin límites.

Y no sería consensuado.

Por eso su lobo daba vueltas rompiéndose la cabeza en tratar de no pensar en el rubio, pero eso era justo lo que llevaba haciendo las últimas horas. Su celo duraba dos días, siendo muy intensos y cansados para él.

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A los dos días la situación no cambió. Yoongi seguía encerrado en su habitación, mientras solo era atendido por el personal de la casa, que eran betas, ellos se encargaban de llevarle comida y medicina, pero la primera quedaba intacta y apenas era probada. El alfa solo quería salir de ahí para poder hablar con Hoseok y aclarar todo.

Su mano no se cansaba de masajear su miembro y este seguía erguido y con mucho semen en su interior, soltando una buena cantidad en cada corrida.

Su cuerpo permaneció acalorado, con una temperatura superior a lo normal, pero se encontraba estable. Mirando el reloj y esperando porque pronto termine.


Por otro lado, estaba Hoseok, que su celo había terminado pronto. No había nada de malo, solo que, al ser su primer celo, este se regulará después y duraría más días después de un tiempo o quizás no.

No lo podía determinar sin antes ir donde un doctor, por eso programó una cita médica, para llevar un control de sus hormonas y celo de ahora en adelante.

Los recuerdos de su incesante llanto y llamado al alfa lo hicieron sentir vergüenza, no pudo controlar nada de lo que hizo durante el celo y realmente quería borrar lo sucedido de la memoria de quienes lo ayudaron.

La medicina le ayudó a no perder el conocimiento, logrando obtener un alivio en su cuerpo, sin embargo, el dolor en su pecho continuaba ahí y su animal se hallaba acurrucado en un rincón.

También recordó cuando Yoongi se alejó al percibir su celo y entendió la razón del comportamiento de su lobo. El animal creía que lo había rechazado y estaba ofendido por eso.

Agradeció a Jisung por permitirle quedarse en su casa, también a Namjoon y Seokjin, por estar pendiente de él. No tuvo palabras para expresar su agradecimiento y buena voluntad por atenderlo, así que prometió no volver a darles problemas y esforzarse mucho en el trabajo.

Para la noche regresó a casa de Jimin y notó que llevaba puesta una chaqueta que no era suya. Reconoció el olor y su lobo chillo de dolor. Una parte de él le decía que debía quitarse esa prenda, pero su lado masoquista le decía que no.

Sus sentidos continuaban sensibles y su cuerpo menos cansado, por eso su amigo lo ayudó a instalarse en su habitación, para dejarlo descansar.

Con un par de día de reposo, le sirvió para pensar y calmar a su lobo, que seguía necio a querer entender razón. No había soltado su celular en esos días, porque no tenía mucho que hacer y así se entretenía un poco.

Pero llegó el mensaje que tanto temía y lo hizo poner los nervios a un nivel alto, que su dedo tembló al intentar abrirlo.

—¿Puedo ir mañana a tu casa? Necesito hablar contigo.

Respiró agitado al leerlo y su lobo se ocultó de miedo. Lanzó el celular a un lado de la cama e intentó calmarse.

—Por favor.

Leyó sin haberse salido del chat.

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Los recuerdos de la llamada que había hecho a su hermano llegaban en partes. Yoongi no supo en qué momento, mientras se dirigía a su auto, marcó a Namjoon.

—¡Namjoon necesito que me ayudes! —gruñó cuando olió el aroma a jazmín aun de lejos—. ¡Hoseok entró en celo y yo también!

—¡Demonios Yoongi!, no se te ocurrió otro momento para que tu celo sé…

—¡Puedes regañarme en otro momento!, pero primero tienes que ir a la casa de Jisung. Él vendrá por Hoseok y lo llevará.

—Está bien …

Yoongi le cortó la llamada a la vez que entraba a su auto para buscar su medicina. Tenía supresores fuertes, medicados para su celo. La pastilla pasó por su garganta, seguida por un trago de agua, de una botella que siempre tenía en su auto.

El efecto no fue de inmediato y empezó a recobrar un poco los sentidos, el calor no bajaría aún, pero al menos estaba más consiente. Esperó que Jisung llegara y procedió a lanzar su chaqueta, para que le diera a Hoseok.

Y sin más se retiró, no debía seguir ahí cuando el omega y beta salieran. Así que, condujo a su casa para aislarse por los días necesarios hasta que su celo culminara.

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El alfa se alistó cuando recibió la respuesta de su mensaje.

—Sí.

Una respuesta simple que hacía dudar en ir a conversar con Hoseok, pero sabía que debía aclarar muchas cosas y la principal, sus sentimientos.

Recibió una bofetada de sus propias palabras cuando dijo que le gustaban los omegas dulces, tímidos y que sean sumamente delicados. Ahora tenía que tragarse sus palabras y no ahogarse en la explicación que le daría a Hoseok.

Tomó su medicina, porque tenía miedo de que sus hormonas se alborotaran cuando lo viera. Aunque ya había tenido una seria charla con su lobo, si no quería morir en la soledad del rechazo y el abandono, porque cualquier paso en falso, sería un problema.

—Hola Hoseok, eh… yo vine.

No, así no.

Debía estar seguro de sus palabras y hablar como un cachorro al confesarse de su crush.

—¿Cómo estás?

Como la mierda, me responderá.

Yoongi pensaba en lo que podría decirle al omega, sin tener que ser directo y explicarle que no lo rechazó. Rascó su cabeza de manera frustrada y aceleró para llegar más rápido.

Paró frente a una floristería, suponiendo si estaba bien llevarle un ramo de flores, pero prefirió no bajarse y siguió conduciendo. Si le llevaba flores, estaba dando señales de un cortejo y no estaba seguro de si Hoseok quería eso.

Era medio día y decidió llevar comida, sabía que a esa hora Hoseok estaba solo y quizás, aún no almorzaba.

Cuando salió del restaurante envió un mensaje al omega, avisando que estaba por llegar.

—Llego en cinco minutos.

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