04
Hoseok sintió un déjà vu cuando encontró a Yoongi esperando en la puerta de la casa de Jimin. Con la frente en alto caminó sin mirarlo, sabía que nada bueno resultaría si seguía con esa relación de amistad con el alfa.
Lo supo desde el principio y su lobo no ayudó mucho en negarse.
—Vengo a disculparme por mi comportamiento el día de hoy, sé que no debí tratarte de esa manera, humillándote por ser un omega y trabajar en ese sector. Entiendo si no quieres mantener ningún contacto conmigo, pero necesito saber que no me odias —dijo cuando pasó a su lado y sin ninguna intención de detenerse.
El Omega no era alguien para guardar rencores, entendió que Yoongi tuviera pensamientos cerrados a base de los omegas.
—No te odio —dijo finalmente unos minutos después de pensar —. Pero no podemos seguir manteniendo contacto. Lo preferible será mantenernos alejados —propuso.
Con el dolor en su pecho, aceptó la decisión del omega.
—Gracias —murmuró alejándose, pero regresó su rostro y dijo —. Cuídate mucho.
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Habían pasado más de dos meses desde que Hoseok decidió no mantener ningún tipo de contacto con el alfa. Yoongi seguía supervisando las minas y regresó al área de omega, más no dijo nada y charló con Han.
Mantuvo su palabra de no molestar al rubio, pero se le hacía tan difícil. El chat anclado en el celular le invitaba a escribir, llamarlo o quedarse embelesado mirando la foto de perfil.
Una semana después, Yoongi pasó con ligeros malestares al cuerpo, atribuyendo al próximo celo que le tocaría pasar, sin embargo, cuando llegó el primer día del siguiente mes, no ocurrió absolutamente nada.
Yoongi era un alfa que mantenía un celo muy regular, que se presentaba los primeros días de cada tres meses, por eso se preocupó cuando la quincena del mes de su celo se pasó y no sucedió absolutamente nada.
No entendió bien lo que pasaba y prefirió mantenerse en casa por si llegaba la ola de calor, así evitaba problemas. Asistió a un médico y este último le dijo que sus niveles de hormonas estaban bien, que su cuerpo estaba preparado para pasar el celo, pero parecía que alguien no quería.
Su lobo.
El lobo de Yoongi no quería pasar un celo sin el lobo de pelaje dorado como el cabello de su dueño. Y si, de Hoseok estábamos hablando.
Aunque el lobo no había dado bien todas las señales, Yoongi sabía por dónde iba el asunto. No le gustaba pasar con omegas en su celo y usar el cuerpo ajeno como un objeto de placer. Si se metía con un omega, era cuando los dos estaban con sus sentidos completos.
Así que compró supresores por si acaso llegaba su celo. No le gustaba medicarse demasiado, pero era justo y necesario.
Hoseok, por otro lado, también había empezado a sentir su cuerpo agotado. Le echaba toda la culpa al trabajo, pero los síntomas eran parecidos a un pre—celo. Sin embargo, como él jamás en su vida había tenido uno, no reconoció el malestar.
Jimin tampoco le pudo ayudar, era un Beta y no padecía de celos, calores, hormonas alborotadas u olores que lo mareen.
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Yoongi había tomado medicina para activar su celo, aunque su lobo lloriqueó y sufrió llamando al lobo del omega, este ya culminó y lo dejó agotado por completo. Así que regresó a sus funciones laborales. Lo que no sabía, era que su lobo buscaba el aroma a jazmín en el aire y se enojaba cuando no lo encontraba en las personas.
Pasando de mal humor gracias a su animal.
Sin poder extender el tiempo para no ir nuevamente al área donde Hoseok trabajaba y supervisarlo, Yoongi tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad y energía.
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Ya no era una sorpresa que el alfa Yoongi se presentaría en el trabajo. Todos estaban conscientes que llegaría en cualquier momento, pero que este les avisara fue una sorpresa. Solo sería una pequeña revisión cuando la hora laboral terminaba.
Las maquinarias estaban apagadas, los trabajadores listos para retirarse. Tenían varias áreas de aseo, donde podían limpiarse e ir con su ropa limpia a casa. Hoseok se encontraba en una ducha, bañándose para quitarse ese malestar de su cuerpo y agotamiento desmedido.
Sus compañeros ya no estaban, se habían ido en el transporte designado, por lo que empezó a buscar a Han, para que quizás le pudiera dar un aventón a la ciudad. Ya que la mina estaba un poco lejos y la tarifa del taxi le podría resultar alta.
Encontró al beta conversando con Yoongi y algo dentro de Hoseok le sacudió.
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El lobo de pelaje oscuro de Yoongi estaba alerta ante la presencia del omega. Reconocía su olor en niveles muy bajos, pero no podía determinar si aún se encontraba ahí, por eso olfateaba atento y alerta.
Hasta que lo encontró.
Sus animales se encontraron, donde el de pelaje dorado lo miraba sorprendido mientras se echaba en el suelo para mostrar su pancita.
El alfa notaba inquieto a su lobo, pero terminaría de conversar con Han y luego vería que le sucedía a su animal.
—Nos vemos Señor Yoongi —se despidió el beta —. Oh… ¿Hoseok? —se sorprendió al verlo.
Yoongi también reparó que el omega estaba de pie mirándolos.
Menos mal JiSung era un Beta y no se percató de la mezcla de olores fuertes que ese par soltaba
—Todos ya se fueron ¿Cómo es posible? —murmuró el beta —. Le diré que lo llevaré a casa.
—No es necesario —Yoongi habló —. Yo lo llevaré.
El beta para no contradecir al hijo de su jefe no replicó, aparte, se había enterado de que su humor había empeorado. JiSung se despidió de Hoseok alzando la mano y se retiró.
El alfa se acercó a pasos lentos, mientras notaba como sus lobos se olisqueaban reconociéndose. El malestar en su cuerpo se intensificó y un golpe de calor lo descolocó.
Su interior quemó y se empalmó olisqueando el ambiente.
Su celo estaba empezando.
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Hoseok no se había inmutado, fue consciente como su lobo estaba feliz ante la presencia del lobo alfa. Sintió como una bola de fuego se encendió en su estómago bajo y se iba expandiendo en todo su cuerpo. El sudor empezó a cubrir su frente y una sed lo invadió, queriendo beber agua para refrescarse.
Observó como Yoongi se acercaba y fue consciente como un hilo de humedad bajó por su trasero y se deslizó hasta sus genitales. Un nuevo golpe de calor lo llenó en la zona baja del abdomen, a la altura de sus partes íntimas.
Jadeó ante la sorpresa de esa nueva sensación y expulsó su olor en cantidades desmesuradas, seduciendo al alfa.
Hoseok también había entrado en celo.
Las pupilas dilatadas de Yoongi delataban que la excitación recorría en cada molécula de su cuerpo, sin embargo, había un pequeñísimo detalle que no podía dejar pasar por alto y era que él no solía estar con omegas cuando se encontraba en celo y menos, en el celo de ambos.
Era tomar ventaja a sus nulos sentidos y aprovechar la situación para poder aparearse.
Dio un paso lejos cuando Hoseok colocó sus manos en sus rizos rubios y los peinó para atrás, dejando a la vista toda la piel de su cuello que se estaba cubierta por su cabello. Tomó su celular y llamó al beta que recién se había marchado. No tenía a quien más acudir en ese caso y, que estuviera cerca, porque quería evitar aprovecharse de la debilidad y sumisión del omega.
—¡Jisung regresa a la mina! —vociferó por el auricular, dejando casi sordo al joven que atendió la llamada. —¡Hoseok entró en celo y yo también!
Y eso fue suficiente para que Jisung pisara el freno de su auto y su cabeza casi rebotara en el volante. El celo era un tema que no tenía mucho conocimiento, pero sabía de los problemas que ocasionaban.
No tardó muchos minutos cuando empezó a observar las tiendas de campañas con las bodegas, solo esperaba no llegar demasiado tarde y resultar herido al querer interponerse a un alfa.
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Yoongi empezó a alejarse al segundo en que cortó la llamada con el beta, no quería ni mirar al omega tras suyo, le resultaría demasiado difícil ignorar la presencia jadeante del omega.
No faltaba mucho tiempo para que ambos perdieran la razón y no se dieran cuenta lo que harían, por eso Yoongi necesitaba salir de ahí y dejar al cuidado de alguien más a Hoseok.
—Mmm… —murmuró acompañado de un suspiro, agitó los nervios en Yoongi, que no tuvo mejor idea que salir corriendo a su auto.
Cualquier lugar alejado del omega estaba bien.
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Hoseok sintió un temblor en sus rodillas, seguido de más líquido escurriendo por su entrada. Aquello era indescriptible e incomparable, no se imaginaba la mezcla de emociones que desencadenaban el celo.
Su lobo aulló dolido cuando vio como Yoongi se alejó en su intento de hablarle y pedirle que, ese primer celo, lo pasen juntos. Sin embargo, el rechazo le causó un dolor parecido a un golpe en sus entrañas, pero mucho más fuerte.
Se encogió de dolor en el suelo, abrazando sus rodillas cerca de su pecho, mientras su omega chillaba por dentro.
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Jisung bajó corriendo de su auto, esperando no tener que enfrentarse con el alfa y pensando donde poder llevar a Hoseok.
—Llévalo a tu casa, Namjoon y mi padre irán para allá —escuchó un gruñido muy parecido a la voz de Yoongi. —Dale esto y dile que no lo rechacé —el alfa se despojó de su chaqueta para lanzarla donde el beta.
Un poco confundido, Jisung recogió la prenda tirada y siguió su camino al observar el rostro desencajado del alfa.
Un muy mal momento para que el celo de ellos se les empareje.
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