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Algo que controlaba sus nervios era jugar con sus dedos pulgares y mirar el pasar de los árboles, utilizaba aquella técnica ahora mismo que parecía que los nervios lo estaban consumiendo desde la punta de sus pies hasta sus cabellos. Soltaba pequeños suspiros mientras escuchaba la conversación de sus amigos y del cómo debería de dejar aquellos nervios de lado, "solo veremos tu traje para el día de la boda" decían. Jimin los miraba con la cara chueca porque era muy razonable que estuviese tan nervioso por lo que irían a hacer, no todos los días vas por lo que te pondrás el día de tu boda.
Taehyung que estaba a su lado dejaba que el omega jugará también con sus dedos, así se sentiría algo relajado.
—Ya llegamos. —Dijo Soojin colocándose sus lentes negros y quitando las llaves.
Jimin estaba aterrado, escuchaba los latidos de su corazón muy cerca de sus oídos, sentía que su corazón explotaría en cualquier momento. Soltando pequeños suspiros y apretando la mano de su mejor amigo. Cuando tuvo la suficiente valentía para abrir la puerta sus amigos le siguieron. Todos salieron del auto con sus respectivos lentes negros y pañoletas sobre la cabeza, no querían causar algo de revuelo, Jimin quería llevar sus nervios sin tener que soportar las cámaras en su nariz.
Soojin fue la encargada de reservar la tienda solo para ellos, así Jimin podría estar mas tranquilo, también así tendrían más chances a conseguir lo que Jimin quería. Aunque en realidad no sabían lo que quería, aun no les había platicado sobre cómo se veía vestido para ir a su boda.
Nunca se imaginó que el planear su boda le fuera a revolver tanto el estómago, literalmente temblaba de nervios, tuvieron que darle un vaso de agua para que así pudiese calmar sus nervios. No quería sonar dependiente o algo parecido, pero creía fielmente que si estuviese con Jungkook los nervios serian lo último en venir a su sistema. Pero era aquella tradición que debía de respetar, según su madre y su suegra, el novio debería de ver su atuendo hasta el último momento.
Tradiciones tontas creía, él quería estar con Jungkook viendo las prendas y escuchando los firmes consejos y los muchos halagos.
Suspiro una vez más al terminar su vaso de agua, escuchando la puerta del local abrirse; mostrando a su madre y suegra entrar en escena.
Sería una tarde muy larga, llena de nervios, esperaba que Jungkook la estuviese pasando mejor.
Se equivocó.
Jungkook estaba igual o más nervioso que Jimin, solo que lo sabía disimular de mejor forma. Quería actuar sereno frente a su suegro y su padre, dar la buena impresión de un alfa teniendo control de la situación, lo cual no tenía.
En lo único que podía pensar era en los días restantes que faltaban para el día de su boda. Eso lo ponía aún más nervioso.
¿Quién diría que el evento más significante en su vida le fuera a causar tantos nervios? No podía creerlo. Pero posiblemente aquello era por el deseo de que todo vaya bien.
Iría bien.
Ambos estaban en la cúspide de felicidad, pero también de nervios.
—¿Ya? —Preguntó Seokjin a su lado.
—Ya...¿Qué?
—¿Ya estás tranquilo?
—¿Por qué lo preguntas...?
—Porque hace una media hora que estás mirando la misma planta sin parpadear, no dijimos nada porque bueno, queremos darte tu momento de colapso.
Bien, Jungkook tampoco manejaba los nervios que tenía. Estaba a la par con Jimin.
Pasó sus manos por su rostro para quitar todo rastro de nervios y se levantó de su lugar, siendo seguido por sus amigos, su padre y suegro. Decidido a encontrar el traje que esté a la altura de lo que sea que se vaya a poner Jimin. Decidido a que Jimin se la pase diciéndole que se ve muy guapo.
Y fue así toda la tarde, ambos en distintas tiendas mirando muchas prendas que les ofrecían pero que no les llegaban a convencer. En uno de esos momentos pudieron escurrirse y al fin pudieron hablarse.
Incluso les habían prohibido hablarse mientras compraban lo que Jimin se pondría el día de la boda, aun siguiendo tradiciones, pero más específicas; tradiciones de la familia de Jungkook.
Encontraron aquel espacio en medio de los vestidores, sonriendo al instante en el que escucharon la voz del contrario.
—Hey. —Susurro Jimin.
—Hey. —Respondió Jungkook.
—Entonces...en tu familia está prohibido llamar o hablar con el omega cuando este está comprando su super outfit para la boda.
—Viene desde antes de mis abuelos, incluso era toda una semana, pero ya sabes, las tradiciones se van apagando.
—Uhm. —Sonrió. —Estoy muy nervioso.
—Yo también.
—Chocaríamos las manos, pero estamos lejos. —Dijo soltando una pequeña risita. —Hay muchas opciones lindas aquí, muchos de los diseños me gustan mucho pero aun no encuentro el que me robe el corazón, ¿Qué tal tu?
—Muchos trajes lucen iguales, solo que tienen diferentes precios. —Rio. —Seguro te debes de ver hermoso en todo lo que te probaste.
—Ya. —Canturreo. —Me harás sonrojar y todos me preguntaran porque lo estoy entonces se darán cuenta que hablamos, tu madre me regañara.
—Ella no podría, te adora demasiado.
—Bueno, no quiero ponerla a prueba. —Sonrió. —Te extraño.
—Yo también.
—Pero aún falta mucho para que termine el día más caótico.
—Entonces no nos distraigamos más y mantengamos la mente en hallar nuestro super outfit.
—Super outfit. —Rio suavemente, recostándose sobre la pared, sintiendo como sus mejillas iban sonrojándose; no podría mantener en secreto que había conversado con Jungkook. —Bueno ya, cuelga que tengo que mantener mi mente en todos los atuendos que me mostraron.
—Nos vemos en casa, amor. —Sonrió. Sin finalizar la llamada.
—Te dije que finalizaras la llamada no que me hagas sonrojar. Chau. —Colgó la llamada guardando su celular en su bolsillo y llevando los dorsos de sus manos a sus mejillas, así contrarrestaría que calor que desprendía de ellas.
Pasaron más minutos en los que ambos recorrieron las tiendas de pies a cabeza, hasta que por fin; siendo iluminados por el cielo, encontraron lo perfecto para ellos. Jimin se miraba al espejo con su prenda con una sonrisa, viendo por el reflejo a su madre y suegra limpiándose las lágrimas que corrían por sus mejillas. Se sentía muy feliz de por fin haber encontrado con el atuendo que tanto había buscado. No era muy distinto a lo que pasaba con Jungkook, al haber encontrado lo que buscaba se veía orgulloso al espejo, viendo por el reflejo a su padre limpiándose las lágrimas de emoción.
Cada vez daban más pasos hasta llegar al día glorioso en donde sus vidas se unan para siempre, en aquella promesa de amor eterno. Aun a la distancia, podían sentir la mirada de su destinado, aun podían ver la sonrisa que estaba dibujada en sus rostros.
Esperando por el día ansiado.
yo exprimiendo a mi cerebro para escribir los capítulos restantes :
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