19
No pudo pegar un ojo en toda la noche, había caminado por toda su habitación mientras contaba ovejas o números en su cabeza; nada de lo que hacía lograba que concilie el sueño. Veía las horas pasar, primero no le preocupo, no cuando recién era media noche, empezó a preocuparse por las ojeras en su rostro cuando el reloj marco a las cuatro de la mañana.
No se culpaba por no lograr conciliar el sueño, estaba tan emocionado que cada vez que cerraba sus ojos una enorme sonrisa se plasmaba en su rostro.
Las estrellas fugaces de aquella noche y madrugada se trasladaron hacia sus ojos almendrados, y el brillo de ellas a su sonrisa. Se veía tan despierto a pesar de no haber dormido ni un segundo.
Jimin estaba tan emocionado que no dejo de caminar por toda su habitación, escogiendo el perfume perfecto, el collar perfecto o incluso la bolsa de té que iba a sumergir en su tacita.
Tenía sus prendas elegidas en Seúl sobre su cama, Jimin las veía con una sonrisa, ansioso de verse en el espejo con ellas una vez más, ansioso de sentirse amado, deseado y querido por Jungkook
Jungkookie. Fue en lo que pensó, soltando un suspiro al aire y tirandose hacia su cama de espaldas, abrazando su estomago, con las mejillas coloradas, el corazón palpitante y la felicidad de miles de estrellas. Quería verlo ya. Quería correr a sus brazos ya. Quería anunciar lo suyo a los cuatro vientos, porque ya era hora de hacerlo.
Ya era hora de que el mundo supiese que estaba plenamente enamorado.
Y estaba tan feliz, demasiado. Tal vez la gran felicidad que sentía en el momento lograba mantenerlo despierto.
Amaneció viendo películas, su sección favorita: películas románticas. Los rayos de sol entraban por su ventana, chocando contra sus pómulos y perdiéndose en los pequeños hoyuelos que se le formaban al sonreír. Si alguien viese a Jimin ahora, viendo sus ojos brillar y su sonrisa resplandecer, creería que le había robado el brillo al sol.
Las horas transcurrían rápidamente mientras se desplazaba por su lista de películas favoritas, aún sin una pizca de sueño sobre sus parpados.
Al terminar una de sus comedias románticas favoritas se estiro en su cama y miro su reloj, aún tenía demasiado tiempo para alistarse y almorzar, pero no le gustaba dejar nada para el último momento; Jungkook le enseño que aquello era demasiado desordenado, que el tiempo no perdonaba y todo debía de hacerse según el tiempo bien planeado.
Recordando aquello, el organizar su tiempo, le recordó los buenos hábitos que aprendió de Jungkook, gracias a su novio aprendió a ser ordenado y pulcro. Siempre estaría tan agradecido por todo lo enseñado y aprendido.
Siempre.
Se levanto de su cama arrastrando los pies, deteniéndose en el mini-refrigerador para descongelar un poco de la comida del día anterior, espero a un lado del microondas hasta que su comida estuvo lista, con aquel vaporcito calentando sus tibias manos, se sentó a comer en su cama mientras veía las noticias; en ellas anunciando el evento hecho por Versace, mencionando la presentación de la banda de Jungkook, sonrió con las mejillas llenas de comida mientras sacudía sus pies.
Faltaba poco para que volviese a ver a su amado Jungkookie.
Terminando de su comida dejo las cosas en su lugar y se levanto para hacer su camino hacia su baño, empezaría a alistarse para la gran noche. Lavo su cara y la seco, puso crema y puso colonia sobre su cuello. Fue directo hacia su cama y tomó en sus manos las prendas que se había comprado especialmente para hoy, las puso contra su tibia y suave piel mientras se veía por el espejo, realmente le quedaban bien. La seda transparente en medio de su pecho, llegando hasta sus clavículas y hombros, la suave tela corriendo por sus brazos, el corsé ajustado hacía su cintura, se veía tan lindo ante el espejo que se sonrojo. Se sonrojo aún más al ponerse los pantalones ajustados negros.
La puerta sonó con suaves golpes, saltó en su lugar por la sorpresa pero a pasos firmes fue a abrir, encontrándose tras de ella a sus dos mejores amigos: Soojin y Taehyung ya bien vestidos, mirándole con una sonrisa sobre sus rostros.
–¡Jinjin! ¡Tete!—Saltó Jimin en su lugar abrazándolos a ambos y jalándoles por las muñecas a que entrasen.
Cuando ya los tres estaban dentro le miraron de pies a cabeza, con sus sonrisas sobre sus rostros.
—¡Te ves precioso!—Dijo Soojin tomando de la mano a Jimin y haciéndolo girar en su lugar.
Jimin solto una risilla mientras cubría su sonrisa con su mano.–¿Tu que opinas, Tae?
—Te ves muy hermoso, Jimin.—Dijo en un tono suave, mirando los ojos de Jimin, sonriéndole suavemente.
–Hmm, gracias.—Sonrió a sus dos amigos, sonrojándose un poco.–Estoy muy ansioso.
—Lo puedo sentir.—Dijo Soojin.—Te ves muy feliz, Minnie.
—Lo estoy.—Asintió.—¿Y Yoonie?
—Esta con los demás modelos, ya sabes.—Dijo Taehyung sentándose al borde de la cama.—¿Ya almorzaste, Minnie?
—Sip, acabo de almorzar, ¿ustedes?
—Fuimos a almorzar a un restaurante cruzando la calle, nos sirvieron la sopa fría, pero estuvo bien.—Dijo Taehyung.
—Pasamos por el salón principal y todo esta ordenado de forma muy linda, parece un cuento de princesas.—Comento Soojin.
—Ya me lo imagino.—Susurro suavemente mientras bostezaba un poco.
Al parecer su cuerpo ya le pasaba la factura de no haber dormido nada en la noche y lo que restaba del día, se veía en sus ojos cansados y en lo hinchados que se veían. Volvió a bostezar estirando un poco su cuerpo, sus párpados se sentían pesados y sus brazos débiles. Sacudió su cabeza y sonrió a sus amigos, queriendo quitarse el cansancio fue hacía el tocador y sacó las pequeñas brochas que había llevado para hacer sus sombras, escogió unas oscuras para hacer contraste con sus prendas. Luego de terminar con su ligero maquillaje se levantó, creyendo que el cansancio se iría; inocente. Su cuerpo le pedía descanso, estaba muy cansado.
—¿Estás bien?—Pregunto Taehyung, levantándose de la cama y caminando al lado de Jimin, de más cerca se podía ver las ojeras que se habían formado debajo de sus delicados y bellos ojos.—¿Dormiste?
—No pude, no puedo.—Negó con la cabeza, bostezando una vez más.—Estoy muy nervioso y no pude dormir.
—Deberías tomar una pequeña siesta, Minnie.—Dijo Taehyung, preocupado por la falta de descanso de su mejor amigo. De quien amaba.—Aunque sea diez minutos.
—Ajá.—Añadió Soojin a lo lejos.—Te ves cansado, Minnie.
—¡Pero Jungkookie!
Taehyung mordió su labio y rodó los ojos.—Lo veras igual, duerme aunque sea media hora, Jimin.
—Si, cariño.—Añadió suavemente Soojin, ella había notado los ojos blanqueados de Taehyung.—Mira esto, ¿qué tan romántico ves que entres justo en la presentación de Jungkook, que lo veas desde el público, siendo una completa sorpresa?
Jimin abrió los ojos sorprendido, una idea tan buena no se le había ocurrido ni siquiera después de haber visto por horas películas románticas, dio saltitos emocionado imaginándose dicha escena; tan romántica.
—¡Tienes mucha razón! ¡Sería tan romántico y tan sorpresivo que de la nada me vea en el público!—Salto Jimin.
—Pero primero toma una siesta, nosotros te avisaremos para que entres en el momento exacto.—Dijo Taehyung, acariciando la mejilla de Jimin.
—Sip, toma tu siesta, descansa un poco y nosotros venimos por ti.—Agregó Soojin.—Vámonos, Tae, dejémosle descansar.
Taehyung asintió, antes de alejarse de Jimin le tomó una mejilla y la apretó con delicadeza, sonriéndole, sonriéndose.
Sus dos amigos salieron de su habitación indicándole que le llamarían y que vendrían por él en cuanto Jungkook se presentara. Se lo prometieron, sobre todo Taehyung, que con una sonrisa le dijo que si era posible vendría a llevarlo en sus brazos; para hacerlo feliz.
Jimin soltó una suave risita al cerrar la puerta a su espalda, fue hacia su amplia cama y se tiró sobre ella, los ojos pesándole un poco más mientras acomodaba su almohada sobre su cabeza, le fue más fácil conciliar el sueño.
Soñó el volver a besar a Jungkook, volver a entrelazar sus manos.
Soñó.
Era lo que le quedaría.
🍯
Jungkook afinaba su guitarra mientras mascaba un chicle, ya estaba todo listo pero quería asegurarse que su guitarra sonara lo suficientemente bien. Todo estaba en su lugar, ya listo para que el telón se abra y se presenten. Cuando su guitarra sonó muy bien la dejó sobre la silla.
Se sentó mejor sobre el sofá en el que estaba, observando a sus amigos juguetear con las baquetas, cuando se cansó de mascar su chicle sacó un papel de su bolsillo y lo pegó en el, guardándolo nuevamente en el bolsillo. Suspiro un poco y tomó su celular.
Antes de presentarse quería hablar con Jimin, tener esa suerte que solo él le daba.
Escribió algunos mensajes, el típico saludo que siempre le daba. La respuesta de parte de Jimin no llegó. Se extraño por ello, siempre su respuesta llegaba segundos de escribirle, pero Jimin era alguien ocupado últimamente; tal vez estaba en ello.
Quería saber que hacía, que pensaba y como estaba. Necesitaba saberlo, su día parecía incompleto sin la charla feliz de Jimin. No hablar un día con él se sentía cual siglos en silencio.
No quiso ser insistente, pero no pudo evitar llamarle, con mala suerte el tono de buzón sonó antes que la vocecilla de Jimin. Suspiro dejando el celular a su lado.
Quería hablar con él, escuchar su voz.
Pero tal vez podría hacerlo después.
Uno de los encargados les vino a avisar que se presentarían en tres minutos. Los tres alfas se pusieron en posición mientras esperaban a que el telón se abra. Se dieron una palmada en la espalda deseándose suerte y el telón se abrió.
La música empezó, el bajo sonando y la batería siendo un compás. Jungkook comenzó a cantar, sintiendo las notas sobre su piel, recordando a quien le había escrito la canción de amor que ahora cantaba.
Deseando que estuviese entre el público.
Y como parte de su acto, trató de hacer contacto visual con los demás, viendo a los ojos extraños de las personas que cantaban su canción, de repente, al final del salón vio un perfil conocido, tratando de mejorar su vista al perfil; reconoció que eran los amigos de Jimin, Taehyung y Soojin hablando con el guardia de la puerta principal, por lo que podía notar, ambos querían salir pero el guardia no se los permitía.
Retiró su mirada de ellos al toparse con los ojos de Alyssa, quien le miraba con una sonrisa coqueta sobre su rostro, fue por segundos el contacto, no quería verla.
Su presentación terminó con muchos aplausos, el telón cayó.
—Lo hicimos bien ¿Ah?—Dijo Seokjin soltando una risilla.
—Lo hicimos bien, ahora vamos a tomar algo.—Dijo Hoseok.
Jungkook asintió, tenía sed y quería refrescar su garganta.
Dejaron que los miembros de su equipo recogiesen sus cosas y las llevaran a su lugar, los tres salieron detrás del escenario arreglando sus cabellos para lucir a la altura de los demás invitados, caminaron entre ellos, siendo felicitados, llegaron hasta la barra donde los tres se sentaron, pidieron ron a las rocas y brindaron con sonrisas.
Jungkook volvió a posar su vista hacia la puerta principal tratando de encontrar a los amigos de Jimin, para su mala suerte no los vio, la puerta aún cerrada y el guardia en ella. Trató de buscarlos entre los demás, siendo cuidados a no perderlos de vista, pero no los encontró, en cambio, se topó con Alyssa que caminaba hacia él, rodó los ojos y se dio la vuelta.
Tomó de su vaso profundamente, en seco.
—¡Felicidades!—Escuchó a su detrás, sintiendo unos delgados brazos envolverse en su cuello. Se hizo a un lado del toque.—Estuvieron muy bien, siempre son los mejores.
—Gracias.—Habló Hoseok, tratando de ser amable.
—La canción que tocaron es una de mis favoritas, me encanta la letra y la melodía.—Hablo Alyssa, pasando su mano por la espalda de Jungkook.—Se veían muy guapos sobre el escenario.
La conversación era unilateral, se notaba muy bien. Pero a Alyssa no le importaba, ella quería estar ahí, hacer el movimiento exacto cerca de Jungkook.
—Gracias.—Está vez habló Seokjin, pidiendo una ronda más para los tres.
Jungkook al tener su vaso frente a él lo bebió rápidamente.
—Dame lo mismo que ellos.—Pidió Alyssa al bartender. Se hizo espacio al lado de Jungkook, jalando una silla muy cerca de él, habló al oído del alfa con una sonrisa.—Te veías muy guapo, Jungkook. Sobre todo con ese traje ceñido.
Jungkook rodó los ojos, ignorando el susurro de Alyssa, esperando terminar las órdenes que pidieron sus amigos. Sacó su celular del bolsillo, yendo hacia los mensajes; observo que aún el mensaje enviado a Jimin no había sido leído. Posiblemente ahora estaría almorzando, seguro se hizo algo en el horno, una lasaña o un pastel de carne, podía imaginarlo sonriendo por la deliciosa receta, podía verlo compartiendo de su comida con animales callejeros. Podía verlo sonreír.
Lo extrañaba tanto.
Tomó los últimos vasos de la orden y los tomó rápido, le molestaba estar tan cerca de Alyssa y quería tomar aire. Se retiró de la barra arreglando su saco y caminando directo hacia la terraza. Al salir sintió el aire frío nocturno contra sus mejillas, despeinando sus cabellos fue hacia las barandas, se recostó sobre ellas mirando hacia el cielo y las estrellas.
Comenzaba a sentir el mareo del alcohol sobre su cuerpo, ojos algo pesados y cuerpo cansado, se sentía aburrido en aquella fiesta, por lo que decidió que después se iría a su habitación.
—Linda noche ¿No?—Escuchó a su lado, rodó los ojos por la insistencia de Alyssa.—Oh, vamos, Jungkook, deja de rodarme los ojos.
—Deja de seguirme.
—Solo quiero hablar contigo.
—¿De qué?
—Lo siento.—Dijo.—Siento haber sido tan insistente estos días, estuvo mal, tú y yo terminamos hace mucho pero...aún siento algo por ti. Pero pensando muy bien en mis acciones, estuve mal. Tú tienes un novio y debo respetar eso.—Sonrió.—Aunque aún sienta algo por ti, quiero que seas feliz y por lo que pude notar, Park te hace muy feliz.
Jungkook la miró incrédulo, con una ceja levantada. El rostro de Alyssa lucía terso y suave, una pequeña sonrisa sobre sus labios y ojos amigables. Era totalmente diferente a la Alyssa de hace días y minutos, esa que le sonreía de medio lado y le miraba hambrienta. Ahora lucía amigable.
—Veo que no me crees.—Rió.—Nuevamente, lo siento por mi actitud, estaba muy celosa.
—Ya veo.
—Sí...sean felices, Jungkook.—Sonrió nuevamente, recostándose en el barandal al lado de Jungkook.—Espero duren mucho tiempo y que su relación se sepa. Sería muy lindo.
—También espero eso.—Murmuró.
—¿Un brindis?—Dijo ella, mostrando los dos vasos de jugo que había llevado consigo, Jungkook no los había visto.—Olvidando todo.
—No olvidare que fuiste un grano en el culo.—Dijo Jungkook.
—Bueno entonces, un brindis por tu felicidad y por Jimin.—Sonrió nuevamente, mostrando el vaso redondo.
Jungkook lo acepto.
Alyssa asintió, bebiendo un poco del jugo de naranja.—Por Jimin, por haber sido capaz de robar tu duro y frío corazón.—Alzó su vaso a la vista, esperando que Jungkook choque el suyo.
No dijo nada más, choco el vaso y bebió del jugo, sabía bastante bien, como él jugó de naranja casero.
Dejo el vaso al lado de Alyssa y arregló su traje, iba a volver a su habitación.
—¿A donde irás?—Pregunto Alyssa acabando el jugo de su vaso.
—Me iré a mi habitación.
—No te dejarán salir.
—Intentaré.
—Te acompañó, yo también me quiero ir, mañana el desfile empezará muy temprano y tengo que descansar.—Dijo caminando a su lado. Jungkook la miró por unos segundos, algo incrédulo por su actitud amigable, ella no era así.—Yo te dejare salir de acá, seguro quieres hablar con tu novio.
—Está bien.—Aceptó su compañía.
Caminaron separados, haciendo todo lo posible para que nadie los relacionara, Jungkook en la sala buscaba a Yoongi; quería mandarle los saludos que Jimin le había pedido, pero no lo encontró.
Lo único que encontró fue a sí mismo estando aún más mareado por el alcohol bebido, eso era lo malo de beber rápido, se te subía a la cabeza en el momento menos indicado.
Alyssa camino frente a él, yendo hacia el guardia y pidiéndole que le abriese la puerta para irse, este después de decirle que no, cedió. Jungkook y Alyssa salieron del salón, sin decirse ni una palabra.
Jungkook solamente quería llegar a su habitación y dormirse.
Mientras que por otro lado, los golpes sobre la puerta eran muy sonoros, Jimin tuvo que levantarse estirándose en la cama para ir a abrirla, al abrirla vio a sus amigos detrás de ella; se notaba que habían corrido para llegar.
Fue donde Jimin saltó en su lugar, mirando el reloj de la pared, quiso llorar al ver la hora: once y media de la noche, su siesta de diez minutos había durado dos horas. Quiso llorar cual bebé.
—Vamos.—Dijo Taehyung tomándolo de la muñeca. Aún había tiempo de que se reencontrara con su novio.
—Espera.—Jimin se soltó del agarre y entró a su habitación para recoger sus zapatos, se los puso lo más rápido que pudo y se dio un vistazo en el espejo, aún se veía bien.
Salió de su habitación caminando rápido con sus amigos, fueron a pararse en el ascensor pero parecía que este había bajado, Jimin estaba tan desesperado que no pudo esperar más, bajo por las escaleras siendo seguido por sus amigos, caminando lo más rápido que podía, quería llegar a Jungkook. Sus piernas fueron rápidas, corriendo por las escaleras hasta llegar a la puerta del salón principal; ya no importaba hacer de su entrada de forma romántica, la necesidad de ver a Jungkook aumentaba en su pecho.
Emprendió su búsqueda, caminando por todos los lados, siendo seguido por sus amigos a su espalda, busco por todos los rincones; pero no hallo a Jungkook, ni siquiera a sus amigos.
Suspiro de forma triste, posiblemente se habían ido a sus habitaciones para descansar.
Había tardado demasiado.
Y había sido algo impaciente.
Porque en el ascensor que se suponía que tomaría, se encontraba Jungkook; con la respiración pesada y el cuerpo frágil, tenía demasiado sueño. Esperaba llegar a su habitación para conciliar el sueño y despertar al día siguiente con un mensaje de Jimin.
Era lo que más quería.
Cuando el ascensor se abrió en su piso salió de este, tropezando con sus pies por lo cansado que se sentía.
—Déjame ayudarte, bebiste demasiado.—Dijo Alyssa, puso uno de los brazos del alfa sobre sus delgados hombros y lo sostuvo de la cintura. Ambos eran de la misma altura por lo que no hubo mucho problema, solo el cuerpo pesado de Kook.
Caminaron despacio por el pasillo, hasta que el largo viaje se terminó; la puerta de su habitación estaba frente a él, con la poca fuerza que le quedaba tomó sus llaves y la abrió, sin importarle que Alyssa lo estuviese ayudando a entrar a su habitación, solo quería dormir y soñar con Jimin.
Solo eso.
Fue de sorpresa que sintió su espalda chocar contra el suave colchón, escuchando la puerta cerrarse y el pestillo ponerse. La vista nublada por el sueño en su cuerpo y mente, viendo por última vez el rostro de Alyssa, sus labios rojos siendo lo último que vio antes de cerrar sus ojos. Durmiendo.
Soñaría con Jimin.
Eso le quedaría.
El bello sueño.
Solo eso.
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