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Jimin soltaba risillas suaves mientras jugaba con su gatita, tomaba el ratón de juguete sobre su cabeza y la giraba, reía mientras veía a su gata tan concentrada persiguiendo el ratón. La dejo jugar en paz y salió de la cama, se puso su capucha y fue a buscar a Jungkook.

Arrastró sus pies en el piso algo cansado, había sido un día muy ocupado, lleno de entrevistas y sesiones de fotos, promocionaba su último single y respondía preguntas acerca de él. Entró a la cocina encontrándose con la espalda de Jungkook, parecía que estaba preparando algo pero no supo que, camino sigilosamente hasta posarse detrás de él y cuando se aseguró de que no lo haya escuchado salto sobre él para abrazarlo por la cintura, hundiendo su rostro en su espalda e impregnándose con su aroma.

Tabaco y menta, un olor inusual, pero agradable, agradable para él y su omega que parecía estar dichoso con aquel aroma hipnotizante.

—Buuu.—Dijo retirando su nariz de la espalda de su novio, escurriéndola por los costados para poder ver lo que estaba haciendo.—¿Qué haces?

—Tenía ganas de hacerme un café, también te estoy preparando un té con leche para ti.—Dijo aún concentrado en las tazas frente a él.

Jimin sonrió contento al ver las tazas que Jungkook usaba, las había comprado de un bazar por su bonito diseño, las tazas tenían la forma de dos elefantes las cuales si juntabas sus trompas se tocaban, le pareció tierno y gracioso, por eso no dudó en llevárselo consigo. Creía que él sería quien las use por primera vez, pero no fue así, su Jungkookie había sacado las tazas de su vitrina y las había estrenado.

Siempre lo sorprendía por cada pequeño detalle.

Siempre lo enamoraba un poco más con aquellos detalles silenciosos.

—Las tazas son lindas ¿No? Me gustaron mucho cuando las vi en el bazar, me costaron muy barato, creo que me las dieron a ese precio porque me reconocieron, aún así, dejé una buena propina. Tenemos que apoyar los negocios locales ¿No es así, Kookie?

—Así es.

—Mhm.—Asintió sonriendo.—Me gusta que los elefantes sean rosados, me recuerdan a los de Dumbo, a esa escena donde aparecen esos feos elefantes, aún me dan miedo ¿Recuerdas esa escena?

—La recuerdo.—Asintió.—Siempre hablas de esa escena.

—Es que es impresionante, nunca se me olvidará.—Negó con la cabeza haciendo un pequeño puchero.—¿A ti también te daban miedo?

—Cuando era un niño, después no.

—Lo suponía. Bueno, te dejo terminar, me iré a sentar a la mesa.—Se paró de puntitas y plantó un beso en la mejilla de Jungkook.

Cuando se sentó en la silla dobló las mangas de la sudadera que traía puesta, saco su celular de su bolsillo y revisó los mensajes que le habían llegado, frunció el ceño al leer lo que decían desde la barra de notificaciones, se trasladó a Twitter para confirmar todo lo que sus amigos decían. No sabía que podía fruncir más el ceño, pero lo había logrado, estaba tan marcado en su rostro que parecía doler.

No le gustaba como las personas se expresaban de Jungkook, siempre siendo superficiales, nunca viendo más allá.

Cada vez que bajaba se encontraba con cosas que le hacían fruncir más el ceño, quería callar a cada una de esas personas, quería que dejaran de pensar así de su novio.

Ellos no lo conocían.

—¿Qué pasa?—Escucho a su lado.

Estaba tan enojado que no escucho cuando Jungkook había puesto las dos tazas frente a él.

—Nada.—Negó con la cabeza y guardó su celular.

—¿Seguro?

—Sip.—Suspiro. Quería dejar de estar enojado, quería que su tiempo con Jungkook fuera como siempre lo es, feliz.

—¿Es por lo que dicen de mi en Twitter?

—¡No!—Mintió, bueno, trato, era pésimo haciéndolo.

—Sabes que eso no importa.—Le dio un sorbo a su café mientras miraba a Jimin.

Con esa mirada imperturbable, profunda. Que a la primera vista parecía vacía, pero que a la segunda cobraba vida.

—Pero...no lo entiendo ¿Por qué se dedican a hablar mal de personas que ni siquiera conocen? ¡Es tonto!

—Las personas son así, siempre dispuestas a criticar la vida ajena, no les importa nada más que los fallos que los demás tengan, siempre apuntaran con el dedo, como si fueran perfectos.

Jimin asintió, probando por fin el té con leche que Jungkook le había preparado, su humor cambió drásticamente, el dulce hizo maravillas en su boca, ya empezaba a relajar el ceño.

Pero lo volvía a fruncir al recordar todo lo que decían de su novio.

Jungkook era una persona directa y honesta, no le gustaba decir mentiras que fueran buenas al oído, creía que todos nos merecemos un poco de honestidad y eso estaba bien, claro, nunca usaba la honestidad sin empatía, era cuidadoso incluso en eso. Jungkook siempre le hacía ver sus errores y lograba que trabajara en ellos, le ayudaba a crecer como persona y artista. La forma de ser de Jungkook no ameritaba que otros se fueran en contra de él, no cuando no lo conocían.

No cuando no conocían lo generoso y amable que era, no cuando no conocían la libreta en la que escribía poesía, no cuando no conocían un pedazo de su corazón.

Se levantó de su asiento cuando terminó su té, se paro al lado de Jungkook y volvió a darle un beso en la mejilla.

—Gracias.—Susurró antes de abrazarlo del cuello y sentarse en sus piernas.

Recostó su cabeza en el hombro de Jungkook mientras se mantenían en silencio, escuchaba el palpitar de su corazón tan pacifico, su respiración calmada y sentía su aroma más de cerca.

Se estaba empezando a hipnotizar en Jungkook.

Alzó su cabeza y lo miró a los ojos, sonriéndole, se acercó a su rostro y plantó un beso ligero sobre su nariz para luego besarle la boca.

Besos ligeros que se robaban el suspirar, se robaban un poco más del amor.

Se recostó en el pecho de Jungkook mientras esperaba a que terminara su café.

Aunque las personas se dedicaran a apuntarlo con un dedo, él los ignoraría, porque él conocía a Jungkook mejor que nadie.

Porque él lo amaba.

Porque se amaban.

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primer capitulo publicado, muchas gracias por el apoyo en esta nueva historia!!!