Capítulo 7 "El resplandor del oro"


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GOLD BUTTERFLY

Capítulo 7 "El resplandor del oro"

Los pequeños pies corrían llevando aquellos zapatos deportivos ya bastante gastados, colina arriba en la montaña.

—¡Kazu-chi! ¡Kazu-chi, ya me cansé! —a varios metros atrás, la pequeña peliroja de coletas que le seguía, cayó arrodillada mientras trataba de controlar la respiración, prácticamente sincronizándola con la agitada que también poseía el pequeño, que aunque cansado no dejaba de sonreírle.

—Solo... ¡Un poco! —se sentó también, sintiéndose fatigado. —Solo descansemos un poco... —asintió y trató de tranquilizar su propio desbalance, pero le resultaba extraño, no podía dejar de respirar con rapidez... al contrario, se agitaba más, por lo que se llevó las manitas al pecho preocupado.

La niña al verlo, se preocupó y levantándose llegó hasta él. —¿Kazu-chi?... —se arrodilló a su lado. —Tranquilo... respira despacio, mira... así... uh... uh... —Trataba de guiarlo, pero el niño terminó por desmayarse frente a sus ojos.

—Kazu-chi.... —las lágrimas le inundaron la mirada en dos segundos, en los que se levantó y corrió colina abajo, derramando las lágrimas al viento, en busca de ayuda.

Ese día habían salido de excursión con la guardería, a los alrededores de las montañas cercanas y divididos en grupos de dos o tres, habían obtenido el permiso para pasear por los alrededores, sin embargo... como era esperarse, sus espíritus aventureros los llevaron a intentar ir un poco más allá y la única forma de lograrlo a su forma de ver, era correr con todas sus energías para no ser visto por las cuidadoras, que para esos momentos yacían preparando las mesas para servir la comida.

No tenía idea exactamente de qué le sucedía a su mejor amigo, sabía que se cansaba... pero nunca lo había visto palidecer y no responderle, por lo que no sabía como explicarse. Cuando logró regresar con las cuidadoras, las lágrimas simplemente le salieron, sin poder hablar y señalaba el lugar donde cuesta arriba había dejado a su primo.

Para entonces abrir los ojos sorprendida y aliviada, al verlo bajar por su propio pie, a paso despacio, pero despierto y atento al entorno.

—¿Qué sucede Reika?... —la cuidadora la notó y se agachó a su altura, por lo que la niña volteó hacia el pequeño Kirigaya, quien negó asustado, con la cabeza, indicándole que no mencionara los hechos, por lo que la niña calló.

—Me... caí... y... mi pie duele... —dijo, mirando hacia el suelo.

—Oh... ven acá, lo pondremos en agua fría.

El niño de cabellos negros sonrió, al no verse delatado. Pero... si en ese momento Reika hubiera hablado... tal vez...

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No podía sacarse ese pensamiento de la mente, manteniéndola triste y sintiéndose culpable desde entonces. Ya que tras ese día... a la noche en que cada quien fue llevado a su casa, su primo ya no volvió a despertar, pudiendo verlo ahora, solamente a través de aquel vidrió, que la separaba de su calor, de su rostro... condenado a vivir atrapado prácticamente en aquella máquina enorme.

—¿Nos vamos a casa?... —se agachó a su lado su padre, al verla, derramar un par de lágrimas más, mientras apoyaba las manitas en el cristal.

—Fue mi culpa... papi... —volteó a verlo, con el labio ligeramente volteado hacia afuera, reteniendo el llanto.

—Por supuesto que no... ya lo hemos hablado antes... Kazu-chan estaba enfermo... desde hace mucho tiempo... —el pelirojo, suspiró al sentirse impotente al ver tal tristeza en la mirada de su hija.

—Quiero verlo...

—Pues... por el momento... tío Kirito y tía Asuna están con él... y... cuando vengan ellos nos dirán como está, qué les dijo... y los saludos que de...

—¿Me perdonará?...

—Reika... Kazu-chan te quiere mucho, él jamás se enojaría contigo... no lo olvides, ahora vámonos que mamá nos espera en casa. —le tendió la mano para que la tomara y se levantó.

La niña se despidió con la mano, del pequeño tras el cristal.

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Mundo alternativo—Proyecto Magnus MediCuboid

Los pasos de las botas negras del StarLight se volvieron suaves y lentos, mientras avanzaba por inercia, perdido en sus pensamientos.

—¿Kazu-chi?... —caminó más lento la Fire princess. —¿Tienes hambre?

—¿Eh? —levantó el rostro hacia ella al escucharla. —No, gracias

—¿Cómo que no gracias?... ¿Escuchaste lo que te dije? —el puchero de sus mejillas lo decía todo, se llevó las manos a los lados de la cintura molesta. —Desde ayer estás muy extraño... te quedaste dormido mientras hablábamos... gracias... capté la indirecta... —le dio la espalda.

—No... no fue a propósito —estiró el brazo en su dirección, preocupado. —Fue como... si me hubieran obligado a dormir... —habló bajo, sabiendo que sus palabras no sonaban con mucha lógica. Al ver que ella seguía de espaldas, dio dos pasos para tomarla por el hombro, en el mismo instante en que ella se volteó, encontrándose rostro con rostro, separados por unos pocos centímetros. Sonrojándolos.

—Baka... —relajó los hombros la peliroja, para luego tomarle por el rostro, apretando sus labios, cual formaran un pico. —Te la pasas preocupándome... y no eres más que un pollo... que no dice ni pío... —lo soltó.

—¿Un pollo?... ja... jajajaja —su comentario le sacó una carcajada de las pocas que le había escuchado.

—¿Pero de qué te ríes? —se sonrojó al verlo de tal forma.

—Jaja... es solo... que he escuchado tantos apodos en mi vida... pero ese es el más tierno que me han dado jamás... —le sonrió.

—¡Bakaa! —no pudo soportarlo, se veía tan adorable a su parecer que no podía controlarse, por lo que le aventó un puño, siendo bloqueada enseguida por el código de antifuerza en las zonas seguras.

—En estas zonas no se puede... —trató de explicar el chico, pero solo recibió una mirada fugaz de ella, por lo que guardó silencio. Pero lo mismo le sirvió para notar como dos personas los observaban desde más atrás. La capacidad de rastreo de su avatar era tan alta que con solo pensar en enfocarlos, sus pupilas los proyectaron, reconociéndolos al hacer un acercamiento visual. —Esas personas...

—¿Mm?... —se calmó al verlo cambiar de tema. —¿Qué pasó?

—Esas personas de allá... son las mismas que nos encontramos en la plaza ayer...

—Es normal... recuerda que este es un juego en línea... y los jugadores que coinciden en horarios con nosotros, es posible que nos los encontremos muy seguido. La verdad es que desde que los vi ayer... me parecieron muy poderosos... lo que no entiendo es por qué personas como ellos estarían por acá...

—¿Qué no es paso libre este lugar?... —la miró sin comprender.

—Pero este lugar es para novatos... así como tú... que con todo y el avatar de Kirito, no puedes manejar nada...

—Mm... me dan mala espina... mejor vámonos...

—Bueno... ¿Quieres comer algo?

—Creo que la que tiene hambre es otra jaja... desde hace unos minutos estás preguntándome eso.

—¿Te cuesta mucho invitar a tu novia a un helado?... —se cruzó de brazos.

—¿Un helado?... eh... —se sonrojó por niveles hasta estallar en el rojo más vivo. —¿No... novia?...

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Mientras tanto, al otro lado de la plaza...

—Nos vio... estoy seguro que nos vio... —anunció el esposo de la Sylph.

—Bueno... si es así... ¿podremos acercarnos, no?... ya le somos familiares... —dio un paso la mujer.

—Asu... Erica... si vamos así, será muy sospechoso... ya es bastante bueno que hayamos coincidido dos días seguidos...

—Sí... entiendo... perdona por mis imprudencias... —relajó los hombros y suspiró.

—No digas eso... es normal... —le sonrió, para volver a ver hacia el frente, donde se encontraba su hijo y abrir grandes los ojos en sorpresa, al ver como prácticamente la chica que estaba con él, le coqueteaba abiertamente, por lo que volteó hacia su esposa, encontrándola con el horror reflejado en el rostro al ver tal cuadro.

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La Fire Princess se le había acercado, al punto de colocarle las manos en el pecho. —¿Es que acaso no lo soy?...

—Pues... no... digo... yo... no...

—Mm... es que tu besas a todas las chicas con las que andas...

—¡Eso no es cierto! —se sonrojó. —A lo que me refiero... es que... no pensé que ese beso significara tanto para ti...

—Ahora soy yo la que no entiende... ¿Crees que te besaría sin sentir nada?... Yo jamás te haría eso... y a mí tampoco... Yo... —lo miró de reojo. —Puedo volver a hacerlo si quieres...

No había terminado de mencionar la frase, cuando fue él, quien la tomó por el rostro y la besó, sorprendiéndola, pero correspondiéndole en el mismo momento. Mientras sus padres miraban la unión de la pareja desde lejos.

—Mi... mi bebé... —apretó el brazo de su esposo, Erica.

—Ya no lo es... —la rodeó por el hombro para terminar colocándole la mano en la cabeza y masajear suave, sabiendo el impacto que podría significar eso.

—¿Quién es esa niña?...

—Creo que es su novia...

—¡Eso es evidente! —lo miró molesta y con intenciones de golpearlo con el puño en el pecho, pero se detuvo, para en su lugar, abrazarlo, todo lo que estaban viviendo era demasiado duro. Pensar que su bebé ya estuviera en esa etapa de la vida, era indescriptible... si hace nada, ella misma lo bañaba y cambiaba...

Kazuto, en el avatar de Caith Sith, le besó la frente a su esposa, para entonces seguir con la mirada a la pareja. —Se están yendo... —tomó de la mano a Erica y empezaron el seguimiento.

A modo de no perderlos de vista.

—Nos siguen... —anunció el chico en el avatar de Kirito, por lo que se detuvo y con él, la chica que llevaba de la mano.

—¿Qué quieres hacer?...

—Supongo que preguntar... —la miró, encogiéndose de hombros. Había demasiadas emociones sobre su espalda, por lo que tenía que enfrentarlas... por lo menos una a una. —Voltearon entonces hacia atrás, donde ya no había nada, o por lo menos no a simple vista.

—Puedo verlos tras el muro... —se pronunció, con los ojos brillantes en un tono verdoso claro, símbolo de su habilidad de rastreo.

—Esto de batallar contra mi avatar es cruel... —sonrió Cedric al verse descubiertos.

—Que modestia la de mi Kirito-kun... —rio divertida su esposa.

—Ya vamos chico... —salieron de tras del muro con los brazos alzados, parándose frente a ellos.

Era la primera vez que lo observaban tan cercanamente y la impresión era profunda. Era casi idéntico a Kirito. Por lo que una lágrima rodó de los ojos verde—azulados.

—¿Qué es lo que quieren?... —preguntó con fuerza, aún sabiendo que por él mismo sería incapaz de hacer nada, pero avatar de su padre, le brindaba la presencia necesaria para intimidar solo con su apariencia y se había valido de eso hasta el momento.

—Hemos visto que nos han estado siguiendo... —acusó Reika.

—Pues... nosotros... ¡Tú! —el deseo de gritar la verdad, se apoderó de Asuna, por lo que Kazuto, intervino.

—¡Es por ti! ¡Queremos! ¡Queremos ser tus discípulos! —lo reverenció, haciendo que su esposa hiciera lo mismo.

—¡¿Eh?! —inspiró profundo, por la confusión el más joven de los Kirigaya.

—¡Por favor, Kirito-san! ¡Acéptenos! —siguió el juego, Asuna.

—No... es que yo... —los miró sin saber que decir, era verdad que era el avatar de la persona que pensaban pero... ¿Cómo explicar que no era él?...

—¡Está bien! —aceptó por él la Fire Princess.

—¡¿Eh?! —la miró espantado.

—Nos... permiten un segundo... —la tomó de la mano y la alejó de la pareja, que se miró satisfecha.

—¡¿Se puede saber en qué estás pensando?!

—¿Qué no lo ves?... podemos aprovecharnos de esto... si es verdad lo que dicen... ellos harán cualquier cosa que Kirito—san les pida... podríamos incluso conseguir eso... —apretó los puños emocionada.

—¿eso? —preguntó extrañado.

—¿Lo que brilla como el oro?... —preguntó con obviedad... el tesoro primordial de ALO... el Gold Butterfly...

—¿Gold... Butter... fly?... —preguntó familiarizándose con la pronunciación.

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Continuará...

SAO, Gold Butterfly, Capítulo 8 "Mi hijo"

OMG retomar este fic, saca mis más profundas alegrías ficker. De mis historias principales de SAO, y quiero agradecer a mi valiosa amiga Yosii, conocerte ha sido una luz más para este corazón oscuro de musa macabra jajaja, eres genial y lo sabes!!

Gracias por animarme a seguir con todo!! Y por tus ideas maravillosas!!!

GRACIAS POR LEER!!

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