Capítulo 5 "Interferencia"
La mezcla de temperaturas lo llevó a toser un par de veces, aún con el amusphere puesto, sentía la garganta completamente seca, por lo que justo los labios entre sí con fuerza mientras volvía en sí mismo. Se había agotado el tiempo límite que los sensores de la interfaz le daban para mantener sus niveles de hidratación en los límites normales.
Sus párpados se estrujaron al sentir sus pestañas rozar contra el cristal que le cubría el rostro, la molestia persistía, por lo que sentándose, rápidamente se lo sacó.
—He vuelto... —miró con aquella vista borrosa a los alrededores, su habitación estaba tal y como la había dejado al recostarse para jugar, a excepción de la nevada que ahora yacía afuera y la noche que había caído. ¿Cuánto tiempo estuvo en línea?...
Sintió desmayarse en medio de toda aquella nieve que lo cubrió a él y la pequeña hada, a la que por inercia, buscó, tocando con angustia sus ropas, pero sacudió la cabeza al recordar que estaba en la realidad y esa pequeña hada, nada tenía que hacer ahí.
Fue entonces que la tranquilidad de la estancia fue interrumpida, por la vibración del teléfono, que tras el logo de llamada, mostraba el símbolo del teléfono activado en azul con un número 17 al lado.
—¿17?... ¡¿17 llamadas?!
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Capítulo 5 "Interferencia"
Estiró el brazo pesadamente pobre la cama, justa la distancia que lo separa del móvil, que tomó para llevarlo a su oreja.
—¿Hola?
—¡Kazu-chi! —el grito le hizo separar el aparato de su pabellón al sentirlo estridente.
—¿Quién habla?... —preguntó siguiendo su juego de siempre, pero, terminó abriendo grandes los ojos perlados, al escuchar la voz temblorosa.
—¡No seas tonto! ¡No es momento para eso! ¿Dónde estabas?... ¡Estaba muy preocupada!-
—Perdón... —suspiró y tomó con ambas manos el teléfono, al sentir la calidez de su preocupación genuina. —Pero es tu culpa... por abandonarme al inicio del juego, dijiste que sería un lugar seguro.
—¿Qué?... ¿Acaso tú entraste?
—Pues claro... me dijiste que te vería en la ciudad del inicio pero... acabé enterrado en una duna de nieve...
—¿Nieve?
—Creo que morí... porque nunca pude salir y acabo de despertar en mi cama.
—Te habrás congelado... los avatares no pueden morir a menos que pierdan todos sus puntos de HP... y eso es únicamente contra algún enemigo. ¿Te encontraste con alguien?
—Pues... había alguien pero no... parecía una mala persona. —La imagen de Yui-chan acudió a su memoria, por lo que sonrió, por lo curiosa que le pareció, un fuerte sentimiento de que le recordaba a algo lo invadía, pero no tenía idea a qué.
—¿Una... persona?... —el tono de su voz bajó casi al murmuro, por lo que el joven Kirigaya frunció el seño.
—Sí...
—¿Una...chica?... —dentro de su habitación, las coletas se le pusieron de puntas al darse cuenta de lo que había preguntado. —¡No es que me importe que hagas más amigas! ¡Es más! ¡Eso me daría gusto! ¡Jo jo! ¡Ja ja! ¡Ja ja ja!
—Sí, era una chica. —respondió sin comprender la risa nerviosa de su prima. A lo que ella apretó los dientes.
—Ya veo... ¿Y era muy bonita?...
—Mm... sí... —su lengua seguía el ritmo de las preguntas que Reika le planteaba, pero al notar lo que estaba diciendo se coloreó rápidamente de rojo claro ascendente por su piel. —¡No! ¡No era ninguna chica linda! ¡No es lo que intento decir!
—¡Pero si lo acabas de decir!
—¡Ella era! ¡Era una pequeña hada!
—¿Una pequeña hada? ¿te volviste loco? No hay nada de eso...
—¡Pero yo la vi!
—Bueno... lo mejor será que vaya a descongelarte con un cristal... o no podrás seguir jugando. Dime tu nombre de usuario y te buscaré en la lista de jugadores de Alfheim para encontrar tu posición, ya que ni siquiera estamos en una party... —rodó los ojos molesta por lo último.
—Kirito...
—¿Kirito?... Jajaja, ¿Pero qué clase de nombre es ese?
—Pues... tú me dijiste que le pusiera algo significativo... y se me ocurrió...
—Kirigaya... Kazuto... jaja fácil de adivinar jajaja.
—Creo que si fue muy obvio... perdona.
—¡No! Si a ti te gusta está bien, Kirito-chi —el sonido del apodo pronunciado por sus labios, lo sonrojó suavemente.
—Aunque me intriga mucho, el por qué fuiste a parar a ese lugar...
—Pues... creo saber por qué... cuando inicié sesión... coloqué el nombre de usuario pero la contraseña estaba anclada e inició sesión al instante...
—¡Pero eso quiere decir!
—Sí... Kirito... era mi papá... —al llegar a la conclusión, se sintió mareado por un segundo, por lo que se llevó una mano a la cabeza en un jadeo.
—¿Kazu-chi? —se repuso con la adrenalina del momento, el deseo de saber más acerca de todo aquello, lo llevó a levantarse rápido y llegar hasta la caja sobre el escritorio, sin darle respuesta a la chica que lo escuchaba respirar alterado por el comunicador. —¡¿Kazu-chi?!
—¿Qué... qué demonios?... —sus cejas y orbes temblaban horrorizados ante lo que tenía en frente. El diario... que hace pocas horas había tomado en manos y abierto rápidamente, dejaba como desde la primera vez que lo vio, leer la primera línea. Para mi querida yo del futuro... Sin embargo, el resto del escrito parecía haber sido censurado para sus ojos, con una interferencia en formato de rayas grises parpadeantes sobre el papel. Por lo que asustado lo soltó.
Entonces el sonido de la voz de su madre, se revolvió dentro de sus pensamientos, con innumerables frases que le remembraran lo recién vivido.
—Mira Kazu-chan, ella es tu hermana mayor, Yui-chan
—¡Kirito-kun mira que dibujo tan bonito hizo Kazu-chan!
—Kirito-kun... estoy tan preocupada por Kazu-chan...
—¡Kazu-chan!
—Kazu-chan...
—Kaaa—zuuu—chaaan
—¡Kirito-kun!
Como si el hilo que lo mantenía de pie se hubiera cortado, cerrando los ojos, cayó de impacto contra el piso de la habitación, completamente inconsciente. La joven peliroja que escuchó el estruendo, gritó en el auricular lo más que pudo, pero jamás recibió respuesta.
Con lágrimas en los ojos, se abrigó lo más que pudo y se disponía a salir en su bicicleta bajo la tormenta.
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Distorsión Espacio—Tiempo
10 años antes.
El sonido de la alarma de código de reanimación sonó a toda la potencia que podían soportar los oídos de la madre, que aferrada a su esposo, miraba a los batas blancas correr adentro de la habitación de su hijo.
—¡Kirito-kun! ¡¿Qué está pasando?!
Kazuto suspiró lo más hondo que pudo para darle respuesta, pero fue detenido por su amigo mayor. El moreno que recién unos minutos llegó a su compañía.
—No se adelanten... su hijo es fuerte... ¿Acaso no es suyo?... crean en él...
—Tengo... tengo que ir... —las palabras del dueño del bar la empujaron a actuar. —No puedo solo quedarme cruzada de brazos... tengo que verlo, que decirle que está bien... qué sea lo que sea que esté pasando está bien... —se separó por completo y corrió a la habitación contigua para conectarse a la red, pero no había dado ni tres pasos veloces cuando el sonido de la voz de su primera hija, viniendo de su visor portátil, la alertó.
—¡Mamá! ¡Papá!
—¿Yui-chan?
—Algo pasó... es algo... ¡Es algo muy extraño! ¡Encontré a Kazu-chan! Pero...
—¿Lo viste? —preguntó Kirito.
—¡A dónde? —La localización era vital para su arribo a la red.
—Hace poco menos de 10 minutos... en Alfheim... pero él...
—¡Me cuentas los detalles luego! ¡Voy para allá! —terminó su carrera Asuna hacia la habitación contigua, mientras Kazuto miró hacia el cristal de la habitación de su hijo. —Por fin...
—Pero... tengo el presentimiento que por fin entiendo lo que está pasando papá... —continuó la explicación la pequeña voz. —Él puede conectarse al juego desde esa realidad.... Si nosotros entramos al juego cuando Kazu-chan esté conectado en él, tendremos la posibilidad de verlo. Antes no. Porque no somos usuarios permanentes de la plataforma de supervivencia como él...
—Siendo una respuesta tan lógica... ¿Por qué no lo pensamos antes?... —frunció el seño el espadachín negro.
—¿Quién diría que el pequeño entraría a Alfheim en primer lugar? —trató de animarlo Klein.
—Esa... es la otra cosa papá...
—¿Qué más averiguaste? —se sentó en el sofá, Kazuto para brindarle atención de forma más concentrada.
—No era... el Kazu-chan que conocemos... no estoy segura pero todo parece indicar que... el mundo virtualizado está muy acelerado en cuanto al paso del tiempo comparado con este mundo. Donde apenas han pasado algunos meses... en el mundo virtualizado donde él está... juraría que es un jovencito... porque estaba usando la cuenta de papá para entrar a Alfheim, llevaba las ropas del Starlight.
—¡¿Qué?! —se asustaron todos los presentes.
—¡Revisa! ¡Revisa los accesos a tu cuenta! —lo urgió Rika, al sentir la preocupación de su hija, que se aferraba con fuerza a su cintura.
En seguida, buscando las entradas reportadas a su terminal en el dispositivo móvil, los ojos grises temblaron ante la comprobación del suceso.
—Hubo un inicio de sesión hace 5 horas... desde esta localidad... —levantó el rostro para encontrarse con la ventana de cortinas cerradas, tras la que se encontraba su pequeño. —Kazuto... —se levantó y dio un par de pasos hacia la habitación, pero se detuvo. —¡Tengo que sacarlo de ahí!
—Aunque lo digas... no tenemos pruebas de que eso es realmente cierto Kirito-chi... —lo miró preocupado su amigo.
—¿Pruebas?, ¡¿Qué más pruebas quieres que lo que dice Yui?! —respondió furioso y frustrado. —Se suponía que ingresarlo en esa virtualidad le haría las cosas más fáciles... que lo ayudaría a sobrevivir... —apetó con fuerza los párpados al sentirse miserable. —¡No que aceleraría su vida! ¡¿Qué va a pasar ahora?!
—¿Pero si lo desconectas ahora... no sería un shock demasiado grande para él?... —intervino la esposa de Ryoutarou. —Tal como dices... el tiempo ha transcurrido para él... no puedes traerlo al cuerpo de tu pequeño... a sufrir por su padecimiento cardiaco...
—¡Lo sé! —se llevó ambas manos al rostro. —Lo sé... Pero Liz... eso significa...que vamos a perderlo demasiado pronto... —se limpió las lágrimas inminentes.
—Kirito-chi... es muy duro pero... eso estaba destinado a pasar... ¿Lo recuerdas?... el día que todo comenzó... el médico les dijo que su hijo nunca volvería a este lado del mundo... que se trataría de un intercambio por su vida... ahora veo que a eso se refería...
—Y nosotros caímos como idiotas...
—No digas eso... era la desesperación por salvar la vida de tu hijo... —lo sujetó del brazo Rika. —Y es por eso que la plataforma solo acepta niños... ahora lo comprendo...
—Es un maldito ladrón de pequeños... —frunció el seño el Kirigaya.
—Más que robar... le sugeriría que cambiara dicha palabra por... intercambiar... se les hizo un favor... a cambio de mantenerlo con vida. —Uno de los médicos científicos a cargo del caso, se había acercado para esclarecer la situación y alcanzó a escucharlo.
Al escucharlo Kazuto estaba por abalanzársele encima, pero detenido por la intromisión de Ryoutarou, guardó silencio.
—¿Cómo está?... —preguntó el pelirojo.
—Está estable... tal parece que surgió algún evento en su realidad alternativa que lo desestabilizó, pero ahora ya todo está controlado. —Miró altivo hacia el pelinegro y se dio la vuelta, sin decir más palabra.
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Realidad Alternativa—Proyecto Magnus MediCuboid
—¿Pero estás seguro que te sientes bien?... ¡te encontré tirado en el piso Kazu-chin!
El chico, sentado contra el respaldo de la cama, no paraba de asentir, ante todas sus interrogantes. Mal no se sentía, por lo que no perdería su tiempo yendo a una revisión médica que no necesitaba, según su razonamiento. Aunque estaba consciente del desencadenante de su mal. Aquella avalancha de recuerdos.
—Era Yui-chan... —mencionó entonces.
—¿Yui-chan?... —parpadeó sin comprender la peliroja.
—Sí... mi hermana... —abrió grandes los ojos al sorprenderse por haber recordado.
—¿Hermana?... Pero si tú no tienes hermanas... Ya ves que no estás bien...
—Sí... ¡Sí las tengo! —levantó la mirada angustiado hacia ella. —¿Dónde están?... ¿Yuuki-onee-chan... y Hime-nee-chan?...
—¿Quiénes?...
Al ver que no entendía nada de lo que decía, empezó a negar con la cabeza. Era imposible que Reika no las conociera, una imagen de ella abrazada de cada lado por ambas gemelas, le vino rápido a la mente, por lo que prefirió retirarse de su presencia, dando pasos hacia atrás, hasta que se topó con la puerta de su recámara.
—Ta...tal vez...como es la primera vez que entraste al mundo virtual, ahora te sientes un poco confundido... —trató de acercársele, pero él estiró un brazo indicándole se detuviera.
—Kazu-chi...
—...Perdóname... estoy muy confundido...
—Lo sé... —estiró su brazo hacia el suyo, tomándolo de la mano, para tranquilizarlo, en verdad no tenía idea de quiénes eran las personas que mencionó, pero iba a apoyarlo como siempre. En un par de pasos, le flexionó el codo, obligándolo a recibirla en el abrazo que le dio, arrinconándolo contra la puerta.
—Ya...ya... no sé que está pasando pero... encontraremos la respuesta... —levantó su mirada hacia la gris, encontrándolo a sólo pocos centímetros, y en un impulso se colocó de puntillas para poder alcanzarlo completamente, robándole un pequeño y dulce beso en los labios, que lo sorprendió.
—Re...ika...
—Tenía tiempo queriendo hacer eso... —confeso bajando la mirada.
—¿Mm?... —la rojez se posó sobre sus pómulos.
—Tú siempre has sido tan lindo conmigo... y yo no hago más que traerte problemas... —lo tomó por ambas manos. —Lo último que quería al entrar al juego, era que algo malo te ocurriera... yo solo... quería compartir más contigo... ¡Mucho más! Que... viviéramos hermosas experiencias... sólo quería disculparme por todo lo que pasó.
—No es tu culpa —la seriedad en su tono, la llevo a levantar nuevamente la mirada hacia él. —Y esto... realmente me hace muy feliz —sonrió auténtico para ella. —Con respecto al juego... voy a volver a entrar...
—¿En serio?...
—Sí... porque aparte de lo que me dices... —se sonrojó al repetirlo. —Quiero... encontrar la verdad sobre... lo que está pasando...
—¡Lo haremos!
—Jaja... no tienes por qué...
—¿Acaso te parece poco que te acabo de confesar que me gustas? —se llevó ambas manos a la cintura y le mostro un puchero con el rostro.
—¡Ah! —el sonrojo lo invadió por completo. —¡Cómo tú digas!
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REALIDAD—ACTUALIDAD
No había nada más que hacer que esperar... ahora por lo menos ya tenían una localización segura de donde encontrarlo, habían pasado la tarde entera, esperando que volviera a conectarse a Alfheim pero no sucedió.
Ahora se encontraban en casa, la noche había caído rápidamente, guiada por el cansancio tanto físico como mental. Día tras día desde que su pequeño había sido ingresado en el hospital, sentía que no podía dormir bien, pensando que en cualquier momento se despertaría y la buscaría... aunque sabía que eso era imposible.
Se había quedado dormida, con las lágrimas aún escurriéndose por sus párpados, iluminada tenuemente por la luz del computador, en la que su esposo trabajaba, aún a esas horas de la madrugada, pero al no poder resolver lo que buscaba, se enfadó y golpeando el teclado, tiró el mueble hacia atrás, haciéndolo rodar, para entonces, colocar los codos sobre sus rodillas y llevarse las manos al rostro.
El estruendo, la había traído de vuelta, de su superficial sueño y viendo la luz, que apenas y le permitía abrir los ojos, localizó a su amado.
—¿Kirito-kun?...
—A...Asuna... lo siento —presionó el botón de apagado del monitor proyectable y este enseguida desapareció y con él la luz.
—Ven a la cama...
—Ahora... —menciono escueto, para que ella no notara el temblor de su voz por el inminente llanto que limpió también de sus ojos, antes de llegar a su lado y recostarla sobre su pecho.
—Es bueno llorar... —le dijo finalmente, a lo que él inspiró profundo.
—No quiero hacerlo... —respondió con la voz aún más temblorosa. —Porque eso significaría... que me estoy dando por vencido... —ante sus palabras, ella lo apretó. —Voy a encontrarlo y traerlo de vuelta... aunque llegue tarde... él estará esperando por mí... —no pudo más y el llanto se asomó por sus ojos y respiración, entrecortándolo, y contagiando de inmediato a su mujer, que entendía por qué había mencionado aquello.
Apenas unos días antes del incidente, a su esposo se le había hecho tardísimo para pasar a recoger a su pequeño al jardín de niños.
La pequeña escuela estaba prácticamente desolada, sólo él y una maestra, que miraba incesante el reloj. Kazuto hijo se había quedado sentado en las gradas de arribo en la entrada, mirando fijamente al suelo, sin decir nada, ni llorar, pero al ver a su padre corriendo tras la cerca con toda la energía que le quedaba, se levantó contentísimo y salió corriendo a su encuentro, arrojándose contra su pecho, en el momento que Kazuto se agachó para recibirlo.
—Perdóname... tuve un incidente en el trabajo... y cuando venía para acá se me pinchó una llanta y no tenía el repuesto así que me vine corriendo y...
—¡Papi! —escuchó solamente, al pequeño poco le importaba lo que había pasado, lo único que quería era sentirlo junto a él.
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—Sí... le respondió su amada y buscando su rostro, lo encontró mirándola, aquella mirada que sin necesidad de decir nada, hacía que se compenetraran de inmediato, sabiendo lo que el otro pensaba, pasara lo que pasara, no iban a darse por vencidos... sellando entonces su pacto tácito con un beso suave y delicado, que pasó de los labios a la frente de ella, al volver a acomodarse sobre su pecho.
Alerta de inicio de sesión... Alerta de inicio de sesión...
La alarma que había configurado para que le avisara cuando la cuenta de Kirito en manos de su hijo se activara, había funcionado.
—¡Dios mío! —se separaron rápido y sacándose las sábanas, se colocaron los Amusphere.
—¡Link Start! —gritaron al unísono.
Continuará...
Sword Art Online, Gold Butterfly, Capítulo 6 "Vivo o muerto"
¡Hola! Bueno, si hay algo que no puedo evitar es meter las tramas de los retos dentro de los long fics xDDD así que pues, informo desde ya que a partir de este capítulo empieza la trama del cuento de Rumple adaptado claro, gracias al reto del grupo de SAO Fickers.
¡Hoy! En el día de la amistad, pues quería escribir algo de SAO para mis amadas amigas Sumi y Yui—sama y supuestamente sería Mythical, pero ya ven... como siempre mi musa con sus ganas de hacer lo que le ronca la gana xDDD.
Gracias por animarme a nunk dejar los proyectos de SAO, ya ven que van saliendo poco a poco, aún con el poco tiempo que tengo, esto es una de mis pasiones y ahí va.
FELIZ DÍA SUMI Y YUI!!
Gracias por leer.
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