Capítulo 1 "Premonición"


Las estrellas dicen que hoy conocerás a tu único y verdadero gran amor...

—¿Mi?...

Así es... nada como él...nadie como él... únicamente él...

—¿Ki... Kirito-kun?... —Los párpados le pesaban tanto que apenas y podía abrirlos, cual acabara de despertar, pero se sentía parada de frente, con su brazo persiguiendo su dirección, estiraba los dedos tratando de tocarlo... atraparlo, al sentirlo tan cercano pero le resultaba imposible. Sus cabellos negros y su nuca inconfundible se lo decían, era él.

Nadie más que él...

Pronunció su nombre, pero de su boca no salió sonido alguno, por lo que aterrada, se llevó la mano con que lo buscaba a la garganta. Las lágrimas acudieron a sus orbes avellanas, al darse cuenta que no sería capaz de llamarlo con la voz. Al levantar el rostro en la búsqueda de su silueta, había desaparecido, sorprendiéndola en agonía.

—Kazuto... —salió finalmente el sonido, entre sus labios y su lengua pareció dibujar cada sílaba.

En el mismo instante que sus ojos se abrieron asustados, en aquella recámara que tanto amaba, en la que la noche anterior se había recostado al lado de su amado esposo, quién a esas alturas de la madrugada, mantenía el sueño impecable.

—Kirito-kun... —sonrió al verlo y despacio se volteó. Como una de sus costumbres favoritas, lo miró en medio de la tranquilidad de su sueño, mientras los cabellos delineaban surcos en su frente. El tiempo pasaba y él seguía teniendo el mismo semblante de niño pequeño, aunque fuera solamente en un momento como ese, sin duda su amado espadachín era el hombre más varonil que jamás hubo conocido en la vida. —Kazuto... —repitió para sí misma el nombre pronunciado dentro de su sueño.

—¿Mm?... —la respuesta, la sacó de sus pensamientos y abrió grandes los ojos apenada al pensarlo despierto. Pero suspiró al notar que sólo había sido un reflejo de su subconsciente alerta. Levantó su mano para tocarlo y la llevó hasta el inminente contacto con su mejilla, pero se detuvo. Si todo había sido sólo un sueño... ¿Por qué sentía ese terrible temor a que se alejara?...

Llevó la mano en penumbra bajo su propio rostro y lo observó.

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GOLD BUTTERFLY

Capítulo 1 "Premonición"

—¡Yuuu Juu! —El grito de algarabía llegó hasta el head set de la joven que conectada en party con su hermana, su padre y su tío, corría a gran velocidad sobre la motocicleta Boogie que el pelinegro conducía.

—¡Vamos! ¡Más rápido tío Klein! ¡¿Qué no ves que Onee-chan y papá van a llegar antes a la meta?! —gritaba por el intercomunicador la chica de larga cabellera y ojos rosa claro.

—¡Tú déjamelo a mí! ¡Hime! ¡Agárrateeee! ¡Kiritooo vamos por ti! —la aceleración del alternador hizo rugir su vehículo.

—¡Ya escuchaste Onee-chan! —sonrió animosa por el reto.

—¿¡Y según tú, vamos a sentarnos a esperar?! —respondió sin clemencia la joven de cabellos de cereza y hermosos ojos verdes, translúcidos tras las gafas protectoras.

—Sin dudas mis hijas son un caso... —acotó divertido el espadachín negro, al ser escuchado por los tres restantes, el pelirojo sonrió.

—¡Pero mira quién habla, Kirito-chi!

—¡Jajajaja! —el sonido de la risa de las gemelas, le sacó una pequeña a él también, para terminar poniéndose serio.

THE LAST LAP

Apareció en la pantalla de control.

—¡La última vuelta papá! —anunció la chica, mientras apretaba fuerte su cintura.

—¡Lo sé Yuuki! —exclamó, al instante que miró por el retrovisor de la moto para dar vuelta en la esquina. —Están muy cerca... —se asustó al ver expuesta a las menores a una inminente colisión. —¡Klein, están muy cerca!

—¡De eso se trata!

—¡No puedo virar!

—¿Eh?... Tsh... —el chasquido de su lengua, indicó que había comprendido que debía bajar la velocidad y así lo hizo, logrando al instante que Kirito y Yuuki atravesaran el lumbral de la meta sin ningún rasguño.

—¡Sí! —celebró su acompañante.

—¡No! —se quejó la otra. —¡No es justo! ¡El tío Klein los dejó pasar! —se bajó de la moto Hime, una vez ambas se detuvieron y parquearon. Para luego sacarse las gafas y mirar molesta a su hermana y a su padre.

—Fue por tu seguridad... —se sacó las gafas también Kirito.

—Aunque no queramos aceptarlo, Kirito tiene razón —Se acercó con una mano tras de la cabeza el salamander. —Si hubiéramos seguido como íbamos, lo más probable es que hubiéramos chocado y los coll que gastaron en todo este equipo se hubiera desperdiciado.

—Eso pasa, por no dejarnos correr a nosotras... —se cruzó de brazos molesta, aún sin querer aceptar el empate por las condiciones.

—Eso dices... pero estoy segura que en una verdadera competencia contra mí, no podrías ni arrancar la moto... —la retó su hermana, que aún con las gafas puestas la miró altiva.

—¡Ahhhh! ¡JJm! —volteó en otra dirección.

—Que buen contraataque Hime... —sonrió Yuuki.

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—Si ya dejaron de discutir, podrían venir a comer, hemos llegado y ¡el almuerzo está listo! —Los auriculares de todos, sonaron con la llamada de Asuna.

—Ya escucharon a su mamá —les sonrió el legendario, mientras desplegaba su menú y buscaba el botón de salida. —Nos vemos en unos momentos en casa, no quiero tener que venirlas a buscar. —Las sentenció serio.

—No papá... —respondieron al unísono, con ambos ojos semicerrados, lo que provocó el mismo gesto en él.

Al instante que la interfaz fue cambiando, saliendo del programa, para terminar abriendo los ojos en su habitación, con el Amusphere sobre su faz.

—¿Dónde están mis dulces niñas?... —exhaló resignación al quitarse el aparato de la cara y sentarse.

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La historia se escribe, borra y reescribe día con día, dependiendo de las decisiones que se tomen y los caminos que se escojan. A veces los caminos cortos y estrechos parecen más prometedores pero... ¿Qué tan fácil es caminar en un alambre guiado por un pie tras el otro? Nunca escogí el camino fácil. Sin embargo al encontrarnos en una situación como esta, pareciera que la única preocupación del día con día es salir adelante y velar porque la felicidad no de pierda.

Han pasado 4 años desde el último incidente. La virtualización del mundo había terminado y mi familia estaba finalmente reunida... los 4 como siempre debió ser. Sin embargo... muy en mi interior, hay algo que siempre me dice que no debo relajarme por completo... las cosas que pasaron dejaron marcado un sendero de violencia y sangre a su paso, ahora imborrable de las mentes que lo vivieron. El resentimiento de muchas familias se vio reflejado con el paso del tiempo, con las protestas en las calles por los acontecimientos ocurridos con NervCo es un claro ejemplo. Aún así... la paz cosechada ha sido protegida y esperamos siga así... como debe ser...

¡Vamos Papá! ¡Mamá ha hecho el segundo llamado a comer! ¡Y ha dicho que si no vas ahora, no comerás! —La forma Pixi de Yui-chan había sido finalmente codificada para visualizarse en el mundo real, por lo que parada sobre el pecho de Kazuto que yacía aún recostado, voló para verlo al rostro.

—¡Vamos! ¡Vamos! —Prácticamente salió corriendo de la habitación, con su pequeña hija hada tras de él.

Era un hermoso día domingo, comúnmente usado para pasar el día en ropa fresca y comer paletas heladas con su familia en casa, sin embargo, en esa ocasión las cosas cambiarían. Se había dado cita a todos sus amigos, compañeros de aventuras, por lo que el jardín se había transformado en sala de estar y el olor a asado inundaba la estancia.

—¡Ay que magnífico huele! —se asomó rápido al asador, rodeando los hombros de su esposa en un abrazo, para meter el brazo y tomar algo de lo que ya estuviera listo en el platón de al lado. Pero no obtuvo más que una palmada en el dorso de la mano, que enseguida se sobó con la otra. —Ayy...

—Hay cosas que nunca cambian Kirito-kun... —lo miró por encima del hombro divertida.

—Pero deberían cambiar... un día te vas a quedar sin mano de tanto pegarme jaja... —le besó el hombro, para luego separarse.

—Ya llegó Liz —anunció, indicándole que debía saludar.

—¿Y cómo está?... —pronunció suavemente cerca de su oído, por lo que en complicidad, ella respondió de la misma manera.

—Está enorme... ¡Pero nunca digas que yo dije eso! —se espantó que aquellas palabras pudieran disgustar a su amiga. —Porque se ve hermosa.

—Jaja, si claro —siguió el juego, pero su esposa frunció el seño ante su respuesta.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué se ve fea por estar embarazada? ¿Acaso... yo me veía fea?... —se sonrojó de espanto al pensar en la idea, aún a años después de lo ocurrido.

—¡No! ¡No! ¡Jamás! ¡Asuna se veía hermosa! —cerró con fuerza los párpados y juntó las manos en señal de perdón.

—Tonto... eso fue porque era muy joven...

—Si pasara en estos días... también te sentaría muy bien, además... quiero un bebé... mis niñas ahora son unas pequeñas malcriadas y competitivas...

—¡Có...Có! ¡¿Cómo?! —sus ojos explotaron en sorpresa ante su declaración.

—Jajajaja estaba bromeando... siempre te lo tomas todo muy en serio.

—Sí... puede ser —le sonrió, sin entender muy bien cómo se sentía ella misma con la situación. Por lo que cambió de tema de forma radical. —¿Y Klein?

—Sí, Klein viene al rato, estaba conectado desde el Dicey Café. —Iré a saludar —su rostro denotaba lo no muy grato del asunto, pero por la sonrisa de ánimo de ella lo hizo.

Caminó hasta llegar al lado de Silica, Kazuki y Liz, que escuchaban la anécdota de sus hijas.

—¡Entonces el motor le hizo Brum y plussshhh y braaaan y cuando estábamos por llegar a la meta, me di cuenta que si seguíamos a ese ritmo íbamos a chocar y le dije a Hime que bajara la velocidad. —La pequeña joven de cabellos castaños claro, hasta un poco más abajo de los hombros, explicaba con grandes ojos grises emocionados.

—¡Sí! Y esa fue la única razón por la que Yuuki-onee-chan me ganó... de lo contrario, yo hubiera acelerado aún más y hubiera ganado.

—Si mal no recuerdo... el que dijo eso era... ¡Yo! —colocó una mano en cada cabeza de sus gemelas, quienes se espantaron y gritaron al verse descubiertas.

—Ya decía yo que era raro que Asuna-san hubiera permitido algo así... —comentó Keiko. —Kirito-san eres un gran padre.

—Mmmm.... —los ojos de las dos niñas, lucían una raya y punto.

—Jaja, no les hagas caso a estas locas...

—¡No estamos locas! —le gritaron en defensa.

—Sí... ¿qué clase de padre les dice de esa manera a sus propias hijas? —la voz delicada de la francotiradora, sonó a sus espaldas, por lo que los tres se voltearon.

—¡Tía Shino! —corrieron a abrazarla.

—Bienvenida —le sonrió el pelinegro.

—Traje brownies —arqueó los ojos, mismos que se hicieron estrellas en el rostro de las gemelas.

—Eso no es justo... —la miró desde el asiento Lis. —Tú serás la tía preferida si les traes pastelillos, mientras yo les traigo barras de zanahoria...

—Creo que es inevitable... —la reverenció la arquera. Todos estaban conscientes del riesgo y cuido del embarazo de Liz, por lo que ella misma no podía comer nada que no fuera en extremo saludable.

—¡Yo! ¡Yo comeré una barra de zanahoria! —levantó el dedo con los ojos llorosos Keiko.

—Jajajaja —rieron al unísono los presentes.

Al mismo tiempo que Suguha, quien venía entrando a la residencia, encontró el ambiente animado en risas y sonrió, para entonces voltear hacia Asuna, que estaba junto a la parrilla y extrañarse al verla inmóvil ante esta.

—¿Asuna-san?... —se acercó despacio, con las bolsas de hielo en mano, pero las dejó caer al ver su mirada fija. —¡Asuna-san! ¡Asuna-san! —los gritos de Suguha, llamaron la atención de todos los presentes, que al voltear, notaron como una inconsciente Asuna era sostenida entre brazos por la hermana Kirigaya.

—¡Asuna! —corrió rápido hasta ella, Kazuto.

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Las estrellas dicen que hoy conocerás a tu único y verdadero gran amor...

—¿Mi?...

Así es... nada como él...nadie como él... únicamente él...

—¿Ki... Kirito-kun?... —Los párpados le pesaban tanto que apenas y podía abrirlos, cual acabara de despertar, pero se sentía parada de frente, con su brazo persiguiendo su dirección, estiraba los dedos tratando de tocarlo... atraparlo, al sentirlo tan cercano pero le resultaba imposible. Sus cabellos negros y su nuca inconfundible se lo decían, era él.

Nadie más que él...

Pronunció su nombre, pero de su boca no salió sonido alguno, por lo que aterrada, se llevó la mano con que lo buscaba a la garganta. Las lágrimas acudieron a sus orbes avellanas, al darse cuenta que no sería capaz de llamarlo con la voz. Al levantar el rostro en la búsqueda de su silueta, había desaparecido, sorprendiéndola en agonía.

—Kazuto... —salió finalmente el sonido, entre sus labios y su lengua pareció dibujar cada sílaba.

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Al mismo tiempo, que un joven de cabellos negros y sombría mirada gris, se acomodaba los lentes, al escuchar al maestro en el salón de clases.

El sonido del llamado de su nombre lo sobresaltó.

—¿Qué pasó Kirigaya? ¿Te estás orinando de nuevo?

Al escuchar las palabras, simplemente suspiró, como si nada de eso le importara.

Continuará...

Sword Art Online, Gold Butterfly. Capítulo 2 "Diario"

Wowwww, Bueno, qué puedo decir? La musa hizo conmigo lo que quiso XD y no estuvo satisfecha hasta que escribí esto.

Esta es una idea que tengo atravesada desde hace... tanto... que no puedo desecharla, tal vez algunos no sepan de que va y no puedo decir "Puede leerse sin haber leído los dos fics que le preceden" porque si no lo han hecho no entenderán nada... lo lamento.

¡Gracias por leer!

ARIGATO MINNA-SAN!

JA NEE!

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