Capítulo 77 - Consecuencias.
Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.
Los ojos del Hombre rotaron mostrando su patrón caleidoscópico, sus manos se juntaron y luego golpeó el suelo una vez más haciendo que una nube de humo se hiciese presente, luego de ello el gas se evaporó dejando ver en su interior un trío de figuras muy conocidas.
—¡Despierten idiotas! —exclamó el saiyajin golpeando a todos los integrantes de akatsuki que fueron manipulados por él, todas las chicas se impresionaron por ver a Deidara, Kakuzu y hidan en el lugar, todas menos konan quien les enfrentó con anterioridad.
—¿eh? ¿Qué demonios pasa? —habló kakuzu regresando a la normalidad, sosteniendo con fuerza su cabeza sin poder recordar nada, tal vez sea la misma sensación que kabuto tuvo cuando el genjutsu se rompió.
—¿Dónde estamos? —dijo deidara con fastidio.—Un momento ¡¿qué hacen ustedes aquí? ¡¿no se supone que habían muerto?! — continuó el ninja de la roca al ver el rostro de sus compañeros, mismos que le miraron con desánimo.
—¡¿Yo perecer?!, recuerda que traigo conmigo la bendición de Hashin-sama! —exclamó hidan y apuntó a kakuzu con su guadaña. —kakuzu era quien estaba a punto de morir, Pero por lo visto lograste salirte con la tuya! —continuó hablando y el hombre le miró amenazantemente.
—¡Ya dejen de pelear! —habló gokú fuertemente y caminó entre los mercenarios. —Los planes de akatsuki han cambiado, lo que deben hacer ahora es sacar de aquí al Kyubi y al hachibi, Tobi es la amenaza.— informó y recibió una mirada confusa del trío restante.
—¡¿De qué demonios hablas y cómo es que creciste tanto enano?! —preguntó hidan.
—¡Tus palabras no tienen valor alguno y no haremos nada hasta que nos expliques lo que pasó! —dijo deidara, sin embargo fue tomado del cuello por el chico que le miró burlonamente con aquella sonrisa maniática.
—No les estoy preguntando trío de idiotas —Contestó y la retina que perteneció a shisui uchiha le señaló, señaló a todos y cada uno de los presentes que fueron manipulados con tan solo un vistazo de su mirada.
—El objetivo es robar el rinnegan antes de que lo puedan usar, konan, estás a cargo de ello y ustedes deben apoyarla —dijo gokú y las cinco chicas asintieron.
—Yo me encargaré de distraerlo, Ustedes tres encarguense de las bestias con cola, si es necesario deben matar a los jinchurikis —continuó diciendo y eso pareció traer ánimo a sus compañeros.
—Eso se escucha bien, un sacrificio de esos vendría bien para hashin-sama —dijo hidan y la sonrisa se hizo presente en kakuzu.
—Podré vengarme de ese mocoso al fin —comentó el ninja de takigakure, deidara no es que estuviese animado pero tampoco desistiría, sin embargo sí que había gente que no parecía estar de acuerdo.
—¡¿Ma-Matar a Naruto-kun?! —la voz alterada vino de hinata e ino.
—El rinnegan tiene el poder de traer a todos a la vida, pero también es la llave para que ellos completen su plan, así que deben elegir entre destruir esos ojos o matar a las bestias restantes —explicó, su guadaña se posó en su espalda y dirigió su mirada hacía la lejanía. —En cualquiera de los casos, deben decidir pronto —concluyó, no dejando de observar su destino, sintiendo como sus manos temblaban, como su cuerpo era invadido por el temor.
—Supongo que este es el final —dijo él mientras sentía el viento golpear su rostro sin verse capaz de verles una última vez.
—No mueras por favor —escuchó una voz, ahí estaba hanabi quien le miraba aún confusa en sus ojos perla, era inevitable fallar a esa petición y él lo sabía, pero tampoco dijo mucho, solo reunió el valor suficiente y ofreció una última mirada a esas mujeres y perdiéndose en un cúmulo de polvo desapareció del sitio, dejando con una inevitable angustia a las chicas.
Todo fue caótico y notaron que pronto el fin llegaría, sin embargo como un rayo de esperanza notaron aquellos destellos brillar tras la espalda de su casi verdugo, un par de luceros que se mostraban agresivos pero a la vez ansiosos, desprendiendo aquella sensación que solo un uchiha podría tener, pero no era un uchiha pues su dueño era un rostro muy conocido.
El repentino golpe apartó al Son de cabellera rojiza del campo de batalla e imponentemente la figura del que sería su aliado se posicionó frente a ellos, dejando ver la figura de un guerrero que se tornó muy conocido.
—lamento haber tardado Tsunade-chan —habló volviéndose hacía la hokage que anonadada se perdió en ese rostro familiar, uno muy distinto al que hasta hace unos instantes la señalaba como una desconocida y que pudo haberla matado sin remordimientos, algo tan confuso que paralizó a todos y cada uno de los presentes.
Gokú notó un par de rostros bastantes similares también, ahí pudo ver a sus antiguos compañeros reunidos, sasuke, sakura y naruto, de alguna manera el equipo siete se habría reunido de muchas maneras.
—Me preguntaba cuándo llegarías maldito fenómeno —exclamó sasuke reconociéndo aquel lucero que enfrentó anteriormente y recibió una mirada desafiante del Son.
—Pe-pero, qué es lo que está pasando! —exclamó sakura ante lo que sus verdes ojos observaban, sin embargo el tiempo para poder acabó, porque la presencia del otro nuevamente llegó al campo.
El filo de la guadaña brilló también en tanto trató de acertar un tajo, pero el pelirrojo lo esquivó, sin embargo no se quedó ahí porque se posicionó atrás del pelinegro y ahí acertó con un fuerte golpe que descargó en la espalda del joven, de ahí le envió a estrellarse con fuerza en el suelo.
—Mierda, es más fuerte de lo que imaginaba —pensó el pelinegro recomponiéndose en el cráter que se creó con el impacto—. Este cuerpo no puede compararse a ese, es una copia que no goza de la misma fuerza, esto será complicado... —continuó razonando observando con sus sharingan a la mayor amenaza que hay en el planeta.
—¿Qué es lo que intentas? —le preguntó gokú nada impresionado descendiendo frente a él.
—Veo que no te importo ni nada de lo que me rodea, así que también debería meterme en ese mismo plan —respondió el mayor riéndose del otro y sujetó su abanico con la otra mano—. Planeabas matarme no es así, entonces por qué no adelantamos las cosas?! —con esa frase se lanzó a atacar y el otro no se notó preocupado, pues a sus ojos este no era más que alguien inferior que se habría opuesto a lo que quería conseguir y las consecuencias de hacerlo pronto serían dadas a conocer.
preparó sus manos para golpearle, sin embargo sintió presión en una de sus piernas y fue arrastrado fuertemente y azotado en la tierra bajo él, de manera brutal y repentina, no solo eso, fue arrastrado brutalmente por un golpe de aire que provino del abanico.
—¿Qué ha pasado?, ¡¿desde cuando el árbol actúa por su cuenta?! —se preguntó en un momento de intriga por los acontecimientos, inmediatamente saltó hacia atrás esquivando un tajo que el filo del arma le proporcionó.
—Es mucho más rápido... —razonó el pelinegro ante la agilidad del otro e inmediatamente sintió un fuerte dolor en su pecho, pues ahí se encontraba el brazo del menor que le atravesó su cuerpo en un movimiento muy rápido.
—No fastidies —le aclaró, en el otro extremo y en medio de sus dedos sostenía el corazón del rebelde. mismo que sin importancia presionó y destrozó, sin remordimiento, pero si creyó que con eso mataría a su contraparte estaba muy equivocado.
—¡En verdad eres fuerte! —se burló el otro a pesar de mantener sufrimiento en su rostro y luego de ello golpeó fuertemente la cara del otro en un cabezazo que le hizo retroceder y por ende alejarse de su oponente.
—Pero hice que mucha de esa fuerza se reprimiera, para poder continuar con tu plan, aún así estaba claro que tú dominas el poder mejor que yo o el otro —explicó el portador de los sharingan escupiendo su sangre que pintaba tétricamente parte de su rostro, pero aún seguía en pie, pues la herida de su pecho desapareció y no hubo más sangre que derramar.
—E-esperen un momento, Soy yo, o acabo de ver a dos gokú? —la voz de naruto se escuchó confusa ante lo que recientemente había ocurrido.
—Es así, no entiendo muy bien la situación, pero luego te explicaré tarado —dijo sasuke suspirando, al menos parecía comprender que esto casi fue un milagro.—, ahora debemos encargarnos de algo más —continuó mientras señaló al frente dónde podía verse al homúnculo invadir el cuerpo del uchiha que se había hecho pasar como madara, también podía notarse la sonrisa que mantenía.
—¿Acaso hablan de mí? —la voz del setsu se burló de ellos, mientras que su inestable forma invadía el cuerpo de tobi.
—¡Obito! —sin saber lo que iba a ocurrir, kakashi vociferó, sin embargo podía sentir ese mal presentimiento que toda esta situación estaba formando, pero nada de esto pareció mejorar, pues desde las alturas más figuras descendieron para sumarse a la batalla, figuras que amenazaron a cualquiera de estos que estuviesen presentes.
—Vaya, parece que llegamos en el momento correcto! —hidan vociferó ante el panorama que se encontraba, todos los shinobis de konoha se pusieron a la defensiva, pues deidara y kakuzu también se sumaron, sin embargo la sorpresas no dejaron de parar cuando aquellas cinco chicas llegaron al sitio.
—¡¿Ino?! —exclamó sakura ante la llegada de su mejor amiga que creyó había sido raptada.
—¿hinata, hanabi? —continuó preguntando naruto por la llegada de las hyuga, pero segúan habiendo rostros bastante conocidos. —Tú eres Konan-san? —cuestionó apuntando a la kunoichi de amegakure, pues se veía bastante más joven de lo que recordaba.
—¿Karin, tú qué haces aquí? —preguntó sasuke con poco ánimo.
—Pues no estoy aquí por tí, vine con Son-kun —bastante molesta se cruzó de brazos.
—Pe-pero qué es todo esto, qué es lo que sucede? —dijo tsunade sin comprender nada.
—No hay tiempo, debemos sacar a los jinchurikis de aquí e ir por el rinnegan! —informó konan, en ello el cuerpo moribundo y poseído del uchiha logró ponerse en pie.
—¡Ahora el resto de miembros de akatsuki nos traiciona? ¿por qué no me sorprende? —se bufó el monstruo y esas palabras causaron la cólera en konan. —Siguen al tipo que no es más que un farsante? ¿qué te hace pensar que podrá contra el original? —le siguió cuestionando y claro que atacaría, sin embargo alguien más se adelantó, pues aquel no era otro más que kakuzu.
—Sin duda alguna no me importa quién es mi aliado —contestó él y lanzó sus largas extremidades hacía la criatura—. Pero esos ojos son muy valiosos —contestó dejando en evidencia su interés monetario, hidan también se movió y deidara se elevó por los aires, sin embargo una fuerte presión se hizo presente y apartó todo ataque de la posición de Obito, no pasó mucho tiempo antes de ver al causante de tal fuerza.
—Sin duda alguna, he de admitir que esto se está tornando fastidioso —la profunda voz de madara se escuchó en el lugar y luego aquellos destellos violeta apuñalaron desde la cortina de polvo que comenzaba a desvanecerse.
—No irán a ningún lugar ni tampoco cumpliran el objetivo de robar mis ojos —continuó obligando a todos a retroceder cuando una inmensa cantidad de fuego apareció, consumiendo todo a su paso, siendo salvados únicamente por el manto del Kyubi que con sus nueve colas formó una gran barrera.
—Qué haces aquí, qué ha pasado con la batalla? —interrogó Naruto muy enojado, recibiendo como respuesta una burla del uchiha.
—Enserio creíste que los antiguos hokages lograrían detenerme? — cuestionó madara, incitando a ver en la lejanía los destrozos de una gran batalla.
—Sus ejércitos se han reducido a nada, ni siquiera los kages restantes o akatsuki podrán detenernos, ni siquiera Son Gokú — aclaró el Setsu, mientras que su control total sobre ese cuerpo comenzaba a concluir.
Un fuerte golpe asestó contra la superficie del abanico que servía como barrera, la fuerza fue tal que aunque le defendió en gran medida, era obligado a retroceder muchísimo.
—Sus puños son absurdamente muy superiores a los que el otro manejaba —pensó mientras se recompuso, las raíces emergieron de entre el suelo y se abalanzaron hacía su enemigo que evadía todas y cada una de las extensiones que eran lanzadas hacía él.
—También es mucho más veloz, estos ojos no podrán seguirlo aunque yo sea quien los maneje —continuaba tratando de intentar buscar una abertura para atacar directamente, pero simplemente parecía ser imposible.
—¡¿Cuanto más seguirás oponiéndote?! —le preguntó el menor que en un punto se detuvo y tan sólo con liberar la presión que su cuerpo alberga apartó toda raíz que se acercaba a él y luego lanzó varias ráfagas de energía que veloces se acercaron al pelinegro, quién sonrió ante ese ataque.
Una gran cantidad de raíces aparecieron y recibieron el ataque, sin embargo no llegaron a explotar, pues toda esa energía se absorbió por las raíces que emergieron de entre el suelo.
—Es estúpido creer que eso funcionará, pues este árbol se alimenta de nosotros, ¡¿Ya se te olvidó?! —riéndose del pelirrojo informó.
—No te recordaba tan fastidioso ni molesto —Contestó el menor con su rostro inexpresivo. —ese cuerpo es idéntico al mío, Pero no puedo sentir ningún rastro de Ki en él, aún así eres muy hábil, y también más alto, me pregunto qué poder te impulsa y también me intriga cuánto podría resistir —Siguió hablando y luego de ello apareció detrás del mayor quién nos e dio cuenta hasta que fue golpeado ferozmente en su nuca y enviado a azotarse contra el suelo.
—Mierda, no pude verlo! —se quejó sintiendo como su vista se tornó borrosa y comenzó a perder la razón.
—Me pregunto si con este golpe alfín conoces tu posición —le dijo el menor y se dispuso a golpearlo otra vez, sin embargo cuando pareció acertar en su ataque, sintió un objeto extraño agrietarse en sus manos, pues lo que había golpeado no fue más que una enorme roca del sitio y luego observó el abanico del hombre posarse a un costado de su rostro.
El fuego se propagó de manera brutal, impulsado con fuerza que hizo retroceder al pelirrojo.
—Claro que sí, yo soy quien soporta muchas torturas y tú eres la niña que huye de ellos —respondió el portador del sharingan sin perder su sentido de burla.— soy mucho más persistente que tú, y el otro me caía mejor —continuó hablando y lanzó la hoz hacía el menor que la esquivó, pero la mortal hoja no siguió de largo, pues impulsada por un pequeño hilo regresó rápidamente y con mucha fuerza, girando y obligando al gokú menor a agacharse siendo cortado levemente por el metal.
Momentos después el fuego se propagó intensamente en todo el campo, quemando todo y limitando la vista que había en el campo de batalla.
—No importa los jutsus que lance, no le haré ningún daño... —pensó el mayor—. Dudo que mi fuerza sea efectiva, no podré detenerlo y madara va a atrapar al resto de las bestias, el tiempo se me termina! —continuaba pensando y podía verse la preocupación en su rostro, claro que estaba en desventaja y si tenía un plan debería ponerlo en marcha cuanto antes.
Un fuerte golpe se escuchó en el lugar, la tierra tembló y se agrietó por el impacto que se dio en el escenario, pudo verse al mayor ser asestado por una fuerte patada en su abdomen, pero eso no terminó ahí, el otro le tomó de su cabello y le estampó fuertemente en el suelo y luego le ofreció un brutal rodillazo en su rostro, parecía ser superior y con creces.
—si destruyo la estatua demoniaca, no podrá continuar su plan, si el dolor le invade otra vez no podrá oponerse al poder del árbo... —continuó razonando, a este punto el control que tenía sobre las raíces no sería suficiente, eran más lentas y torpes, así que sería imposible atraparle, entonces apretó el mango de su abanico y su determinación apareció otra vez—, es seguro que si trato de hacer algo lo impedirá, así que tengo que encontrar una oportunidad como sea... —continuó pensando, una idea que parecía no podría hacerse realidad, porque golpe tras golpe fue cediendo, siendo superado y castigado hasta tal punto en que al intentar para un golpe sintió que sus huesos se fracturaron y poco tiempo después se le fue despojado de las armas que utilizaba para la batalla.
Fue incrustado fuertemente en el duro suelo, su cuerpo parecía ya no podría continuar con la batalla.
—esto es todo lo que puedes hacer? —le interrogó pisándole el pecho, pero a pesar del aparente dolor el otro no dejó de sonreír.
—Veamos qué más puedo hacer —susurró con una sonrisa a pesar de estar en una posición desfavorable, estando a merced de semejante monstruo que en esencia parecía ser él mismo, entonces su retina se deformó una vez más, mostrando el patrón que perteneció a sasuke uchiha en un tiempo atrás y luego de soltar una lágrima rojiza ejecutó la técnica que copió no hace mucho.
—¡Amaterasu! —exclamó lanzando las llamas negras que inmediatamente invadieron el cuerpo de su enemigo, mortales que se dice que podrían arder por siempre incinerando todo a su paso, pero eso no parecía ser un problema para gokú, quien desatando un poco de su kí apartó todas y cada una de las flamas negras que provienen del ojo uchiha.
—¿Eso es todo? —le preguntó aquel que mira desde arriba golpeando con fuerza su pecho, rompiendo sus huesos y dañando sus órganos, un quejido lleno de dolor fue la prueba de ello, pero aún con eso, la sonrisa del chico no desapareció.
—¿crees que tú eras mi único objetivo? —le preguntó. —Si crees que estos ojos son los únicos a mi disposición, estás equivocado — le comentó y de inmediato el pelirrojo abrió sus ojos y regresó la mirada, pues la bestia que ahora era el diez colas era bañado por las negras llamas que le habían invadido, pudo escucharse a la criatura gemir de dolor, pues el chakra que alimentaba las llamas era muy distinto a cualquiera que existiese.
—Vamos, intenta apagar las llamas con tu poder ¡¿acaso no puedes?! —le interrogó el otro maniaticamente mientras sus heridas se desvanecían rápidamente, confiado porque una vez que hayan tocado a la estatua demoniaca no se detendrían y cualquier intento sería impedido por las raíces.
—El chakra que utilizo es la manera más pura que existe, por eso no puedes manipularlo, porque está bajo mi control —le dijo el otro y aunque las llamas parecían consumirían al contenedor de las bestias, la realidad era que ese ataque era inútil, pues las llamas sí que desaparecieron lentamente sin alguna clase de sentido, evento que dejó estupefacto al portador del sharingan.
—Sí que eres tonto —el amante de kaguya habló secamente regresando su mirada muerta al mayor que retrocedió. —esa cosa forma parte de mí, es mi vínculo con kaguya, es mi poder —explicó y a gran velocidad quiso golpear al joven, pero un destello violeta rodeó al hombre y el poder emergió en forma de una gigantesca mano que golpeó fuertemente a gokú y con ello una gran línea de destrucción se dio.
—Es imposible... se supone que la estatua demoniaca aún no está completa —pensó el mayor sin comprender bien la situación, el único plan que parecía tener fue completamente inútil. —Mierda, ¿por qué estos ojos duelen tanto?, es un fastidio —exclamó el saiyajin desvaneciendo la técnica y obligando a su cuerpo a agacharse para esquivar la patada que el otro lanzó, las raíces emergieron ferozmente del suelo y buscaron al otro que obligado a esquivarlas retrocedió.
—Así que escondías más poder, es una lástima que no te sirva de nada, porque acabo de comprobar que en realidad estás dispuesto a impedirme a ver a kaguya —exclamó el saiyajin de roja cabellera apartándose un poco y señalando con desinterés al portador de los ojos uchihas.
—De qué estás hablando, el juego aún no termina —exclamó el mayor sonriendo, sin embargo su gesto se borró cuando la mano de su oponente se extendió hacía la dirección en que se desataba la otra batalla.
—Te equivocas —le contestó el menor—. Ya ha terminado —continuó y casi en un instante atrajo con su voluntad una figura muy conocida que se convirtió en una rehén cuando aprisionó fuertemente su cuello.
—¡Ko-konan! —vociferó el pelinegro fuertemente cuando observó a la chica quejarse por la presión generada. —. Eres un bastardo ¡suéltala! —exclamó aprisionando con fuerza su hoz y el abanico abanico, sus ojos sangraron por la presión y las raíces nacieron en grandes cantidades de entre el suelo.
—¿Soltarla? ¿por qué habría de hacer eso? —preguntó inexpresivamente y giró a ver a la kunoichi de amegakure que no entendió cómo terminó en esta situación, pero si algo sabía es que no sería para nada bueno, lo supo al ver esos rojos ojos que no reflejan nada—. Trataste de quitarme lo que más amo, solo haré lo mismo —aclaró y tal declaración alertó con creces a su enemigo que con todo lo que pudo trató de avanzar, trató de detenerle y trató de llegar a ella, sin embargo lo único que logró fue percibir claramente el sonido ensordecedor que soltó el cuello roto y la imagen clara de los ojos de su amada que se tornaron blancos, tan blancos que podría compararse con la superficie de las hojas de papel que descendían lentamente en los alrededores, en ese momento toda razón de vivir pareció desvanecerse junto con la vida de esa mujer.
fin del capítulo 77.
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