Capítulo 73 - ¿Quiénes somos?.

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Sus palabras no causaban sorpresa alguna en gokú, a sus ojos él no era más que un extraño que se asemejaba a él, que decía cosas carentes de sentido, pero en la mente de konan ya no hubo duda alguna que permaneciese presente.

—De qué demonios hablas, ¡¿por qué conoces a konan?! —demandó saber apuntando con su báculo, pero el mayor solo esbozó su sonrisa de forma maniática, con ese gesto le incitó al otro a mirar los ojos de su amada que anonadados no podían separarse del pelinegro que les había enfrentado.

—Ya te lo dije, yo soy tú y también conozco a konan —Exclamó, de inmediato extendió sus manos y tanto el abanico como la guadaña vinieron de entre los escombros y fueron sujetados por sus manos—estoy condenado a ver lo que tú has visto, a vivir tu miserable vida para que tú seas feliz —exclamó, las cadenas y el horrible filo de su hoz se hicieron presentes, con más inestabilidad mental inclinó su cuello dejando escapar un crujido que solo le hacía ver de forma más tétrica—, ¿qué les parece si seguimos? —habló y esa declaración hizo retroceder a gokú que no evitó sostener su báculo a dos manos dejando de lado su paraguas. El miedo, el miedo se hacía constante y ahora sabiendo quién está bajo la máscara parecía no tener fuerza alguna para continuar.

—No-no entiendo nada, qué sucede konan...— balbuceó, buscando ayuda en la kunoichi de amegakure que no supo qué contestar, ahí en medio de las confusiones no hizo más que señalarle temblorosamente con sus ojos castaños. ¿Qué podría decirle? ¿por qué esto había terminado de esta manera tan repentinamente?. De cualquier modo no tuvo que pensar mucho en ello, pues las risas del otro provinieron otra vez, sin contenerse, donde el patrón de aquellos ojos caleidoscópicos no dejaban de rotar, tanto que incluso podía tornarse aterradoramente cautivador.

—¡¿Por qué no le explicas konan?! —arremetió con esa pregunta, los dientes de la mujer se apretaron por la presión a la que era sometida —Acaso mentirás como el resto lo ha hecho con nosotros? —interrogaba apuntando con su hoz, pero de inmediato tan repentinamente esa actitud se borró y una fría la reemplazó— ¿mentirás como cuando lo hiciste con jiraiya-baka.

Un nombre que por alguna razón llegó como una fría punzada a su corazón, de inmediato sus rojos ojos buscaron a konan otra vez —¿Sabes quién es él verdad konan? —no esperó para buscar respuestas, no podría soportar este escenario mucho más tiempo y solo tenía a la mujer que era su prometida, pero al ver esa retina asustada confirmó y la decepción no tardó en llegar.

—Esa persona de ahí eres tú —dijo konan al fin, algo que ya se había dicho y que era lo único que encontró capaz para aclarar, pero no podría quedarse ahí —Tú y él vivían en el mismo cuerpo, tampoco sé mucho de él, lo último que supe es que murió para que nosotros podamos ser felices... —respondió tratando de ser lo más sincera posible —. Pero está de alguna manera ahí, lo sé porque nadie a parte de él actuaría de esa forma —terminó por decir, sus declaraciones causaron otra vez la risa del otro.

Un breve momento de silencio regresó, el báculo del joven dejó de temblar y sus ojos se enfocaron en esa persona, sobra decir que no entendía de lo que konan hablaba, ¿cómo que él y ese tipo eran la misma persona?, nunca en su vida recordaba a alguien parecido ni nada relacionado.

—¡Mientes! —exclamó molesto —¡yo no puedo ser él!, ¡me da asco por alguna razón!— exclamó y su báculo se enterró en el suelo, entonces, yendo contra el miedo que su cuerpo tenía, dio un primer paso.

—Espera, ¡¿qué harás?! —exclamó la mujer, pero el joven no le hizo caso.

—voy a matarlo, solo así dejará de confundirme y dejará de confundir a konan! —explicó, por su parte sus amenazas no causaban temor en el otro que solo se reía por esa actitud.

—Si eso crees eres libre de intentarlo, veamos qué tan cierto es eso —exclamó el portador de los ojos uchihas y luego de un destello ambos se perdieron de la vista de konan que no pudo detener al chico, sin embargo tampoco bastó de mucho tiempo para volverlo a encontrar, porque en cuestión de segundos pudo ver un destello grisáceo nacer repentinamente, como una luz calmante y aterradora al mismo tiempo, porque para cuando se dio cuenta una gigantesca mano fue la responsable de estampar a su amado en contra del suelo, tan fuerte que gokú incluso no evitó soltar un gemido de dolor.

—¿Qué es eso? —preguntó al ver la extremidad emerger de entre el cuerpo del mayor y rodearle como si se tratase de un segmento de huesos, ahí en medio de la rara técnica él se encontraba burlándose.

—Vaya, ahora veo por qué sasuke le gustaba usar esto! — vociferó, aplastando con más fuerza a su oponente que poco a poco comenzó a repeler su fuerza, pues no es como que el pelirrojo fuese débil, pero tampoco es que lo que hiciese fuese motivo de preocupación para el otro.

—e-eso es... murmuró apenas comprendiendo la técnica a la cual se enfrentaba, pues el protector uchiha emergía del cuerpo de su oponente, pero diferente a madara, esta vez la fuerza que golpeaba era mayor a cualquiera que el resucitado ofreció, sin embargo no pudo hacer algo más, pues antes de permitirse recomponerse completamente, un segundo puño golpeó al son enviándole a estrellarse en la lejanía, donde solo el estruendo pudo ser percibido.

Como vapor que hace contacto con el aire, así se desvaneció la técnica del saiyajin que esperaba a que el otro se recompusiera otra vez, pero antes de sumergirse en lo que podría ser la batalla más grande que libraría, tomó esos pequeños instantes y señaló a konan que anonadada no podía moverse más allá, solo ahí pareció dejar de fingir una sonrisa y le detalló de pies a cabeza.

—Pensé que con eso último... podría dejar de verte diferente... —habló el joven, la kunoichi entrecerró su mirada con molestia, aunque claro, gokú aún no terminaba —pero konan sigue siendo igual de linda, sin importar cómo se vea —terminó de decir, con esa mirada melancólica que a pesar de los intimidantes ojos, dejaba notar la sinceridad de sus palabras.

—¡¿Por qué haces esto?! —ella le reclamó—, ¡¿por qué mentiste!? ¡¿por qué me hiciste creer que moriste! —su fuerte voz demandaba saber tantas dudas que tenía consigo, pero tampoco se quedaría de brazos cruzados, porque algo le decía que debe detenerle pase lo que pase, por eso mismo las hojas de papel se movieron amenazadoramente por todo el campo, y toda palabra que debía salir de la boca del pelinegro tardó en llegar, dejando un momento que para ambos se tornó casi interminable.

—Yo habría querido que konan pudiese ser feliz de esa forma...— habló antes de esquivar el repentino ataque del báculo que trató de golpear su cabeza, luego de eso se vio obligado a detener con su abanico el brutal golpe lleno de ira del Son, entonces ahí fue cuando ofreció su sincera respuesta.

—Pero esa decisión no me pertenece, nunca he podido tener lo que quiero —habló, ejerciendo fuerza en sus pies para no ceder ante el ninja del báculo que tantos temen—, pero hoy será distinto, por fin podré actuar para que mi tortura constante llegue a su fin y eso me emociona!.

Cuando el fuego se disparó del objeto gokú se cubrió con la ayuda de su paraguas que contrarrestó con su poderosa lluvia de agujas, el portador del sharingan se vio obligado a retroceder inmediatamente pero la historia se repitió, porque a donde quiera que fuera las hojas de papel le esperaban.

—No eres más que un farsante, ¡ya dime quién eres! —exclamó lleno de cólera en un movimiento repentino que apenas pudo ser esquivado por el otro y tales declaraciones solo provocaron la burla del otro gokú 

—¡Mira quien habla! —contestó lanzando un tajo con su afilada hoja obligando al otro a retroceder y más aún cuando acertó una patada en el abdomen del menor—. ¡Mis movimientos son iguales a los tuyos! — exclamó extasiado esquivando los golpes que el otro le lanzaba, rápidos que aunque parecía acertarían eran esquivados en el último momento de manera casi ridícula —Sé a dónde atacarás, sé como piensas en un combate, sé perfectamente cómo te sientes! —aclaró defendiendo los múltiples golpes con la ayuda del objeto y sus palabras se alzaban fuertemente en el lugar —A este punto, podría decirse que tú eres una mala copia de lo que yo soy —concluyó, sin embargo sin poder continuar con el intercambio de golpes tuvo que retroceder a gran velocidad mientras huía de las cuchillas que se acercaban a él.

—¡Entonces eso te pone en mayor desventaja! —vociferó konan desde la lejanía dirigiendo su jutsu de papel con la intención de acertar un ataque, pero eso sería complicado porque nunca antes ha podido hacerlo, sin embargo su distracción servía de forma eficiente, pues las raíces se sumaron en la persecución, esta vez prediciendo a dónde se movería, cada paso, cada dirección y cada salto, no obstante aún estaba el detalle que a pesar de eso podía huir de ellas perfectamente.

—Ya lo entiendo... —pensó gokú que recuperado su báculo detalló de mejor manera y detalle el escenario y cuando tuvo una idea tragó hondo, porque a pesar de que daba todo de sí parecía no superar las burlas del otro, aún cuando parecía comprender la situación, el miedo que trataba de ocultar le limitaba.

—¡Esto es divertido! ¡veamos cuánto más puedo jugar! —pensaba el mayor, sin embargo se sintió alerta y esquivó una poderosa corriente de viento que repentinamente se le acercó, entonces a sus espaldas apareció el saiyajin a la máxima velocidad que pudo tener y aunque se giró no pudo esquivar la patada que azotó en su pecho fuertemente y le envió a estrellarse al suelo.

—sabes todo lo que yo haré, pero también esquivas extrañamente todos los ataques que te lanzan —exclamó el saiyajin precipitándose hacia la espalda del otro, no obstante en tanto quiso golpear aquella espalda, el hombre se movió apenas moviendo su cuerpo para esquivarle. —, es por eso que te divides en clones, porque tu habilidad para esquivar no se divide, sin embargo a pesar de eso sigues siendo un farsante —siguió hablando y disparó los punzantes proyectiles de la cubierta de su paraguas que el otro tuvo que esquivar con su abanico, teniendo que huir inmediatamente cuando los shurikens y raíces se aproximaban a él, fue entonces que gokú se movió a la máxima velocidad que pudo y se posicionó atrás del tipo que tuvo que detenerse para frenar un golpe del pelirrojo y con la ayuda de su arma lanzó un tajo que trató de cortar al menor.

—gran análisis — exclamó el otro, sabía que si arremetía con otro de sus jutsus el paraguas del chico terminaría por absorberlo, además los constantes ataques de konan se acercaban poco a poco, a este punto se sentía presionado, pero lejos de verse preocupado, parecía emocionarle más, fue entonces que el poder que robó fue utilizado otra vez, porque el incompleto jutsu apareció en forma de un torso esquelético que le cubrió de todo y la extremidad semejante a un brazo apartó todo peligro que venía hacía él provocando que gokú retrocediese al igual que konan, situación que alimentó el éxtasis del joven hombre.

—Pero no es justo que estemos en desventaja... —susurró y como si tuviese algo ya planeado arremetió con sus dientes mordiendo la carne de su propio pulgar dejando que el rojo líquido se escapase de su cuerpo y luego golpeó el suelo con fuerza. —¡invocación! —vociferó alertando al resto, ¿qué podría invocar? ¿Qué es lo que seguía?, bueno, eso pronto se sabría.





—¡es akatsuki!, ¡es akatsuki! — reprimiendo sus gritos informó al resto, la pelirroja ajustó sus lentes ante la información y el par de hyugas se angustiaron de igual manera, ahí comprendieron que no la tenían fácil porque no sabrían si aparte de kakuzu habría alguien más y no podrían saber si tenían oportunidad contra ellos, tenían un grave lío, pero deberían actuar.

—No se preocupen, hay más salidas, podremos tratar de ir a otro lugar —explicó la uzumaki, todas asintieron al unísono, sin embargo antes de poder continuar con el plan una gran cantidad de extensiones se acercaron a ellos, punzantes que apenas pudieron esquivar el golpe que hizo incrustar los largos objetos en la dura roca.

Alarmadamente regresaron la mirada hacía el pasillo por el que había regresado ino, ahí se toparon con la verde retina amenazante de kakuzu, persona cuyas extremidades comenzaron a deformarse en las protuberancias que conformaban su jutsu principal, de alguna manera el peligro que tanto temían les había acechado.

—Ya decía yo que algo raro ocurría —Exclamó con voz profunda, todas se pusieron en posición de batalla preparadas para confrontarle, tal fue el susto que ino regresó a su cuerpo original y ahí trató de recomponerse. El sudor recorría la frente de cada chica, hanabi y hinata se posicionaron al frente a la vez que su byakugan se activó y tanto karin como ino se quedaron atrás, deberían batallar como sea y kakuzu no es que pareciese tendría el plan de dejarlas muy sanas y salvas que se dijese, podían notarlo en su fría mirada, sin embargo, ya sea por una pequeña casualidad o azares del destino, lo único a lo que le tuvieron miedo después de todo el caos fue a la espesa nube de humo que frente a ellas se desató, un escenario que acompañado por un silencio dejaron la evidente ausencia de kakuzu, claro que no dejaron de estar alertas luego de eso, sin embargo no volverían a ver al hombre en un largo tiempo, porque el destino le habría llevado a un lugar lejano, donde la situación no sería favorable, pero dónde se desataría la mayor calamidad que le habría involucrado.

La nube de humo también le tomó por sorpresa a él, porque para cuando se dio cuenta supo que kakuzu había llegado al campo de batalla, konan también lo notó, pero antes que sorprenderse y antes que anonadarse se alarmó, no por saber que sus compañeros seguían vivos, si no por saber que debían enfrentarse a tres de ellos porque no solo el ninja de kirigakure vino a ayudar, si no que tanto deidara como hidan también habían llegado al campo.

—Veamos si con esto igualamos las cosas! —vociferó el mayor, llamando la atención de hidan, kakuzu y deidara que confusos se molestaron al verlo, reconocían el extraño chakra que les había invocado y que claramente venía de este hombre, hombre que por cierto se parecía demasiado a gokú, pero el chico estaba también ahí entonces tampoco es que la situación fuese más clara, porque para ellos la situación era completamente desconocida, algunos se recordaban estar en algún lugar distinto, sin embargo no tuvieron que preocuparse por eso, porque cuando aquel ojo se deformó fueron afectados por el poder que perteneció a shisui uchiha en algún punto de la existencia, un poder que antes de darse cuanta ya les había venido afectando y desde ese punto todo se tornó completamente confuso, porque aquellos inusuales ojos pudieron controlar al kyubi y ellos no serían presa más complicada y esta vez no fueron manipulados con el poder del kotoamatsukami, porque para cuando se volvieron hacia konan y gokú, ellos no desprendían brillo alguno en sus miradas, más bien eran marionetas que compartiendo el mismo genjutsu en sus retinas obedecerían las órdenes del pelinegro.

—Qué has hecho, Qué es lo que tratas de hacer!— reclamó konan ante los acontecimientos que se presentaban y que de forma macabra alimentaban el gozo del joven que ahora era su enemigo.

—Oh bella konan... —comenzó a contestar a medida que los pasos de los presuntos akatsuki comenzaron a avanzar hacia la pareja—Tal vez pronto lo sepas, o tal vez muera con la respuesta, todo depende de cómo esto termine —respondió vagamente a la cuestión, entonces la pelea se reanudó.

—Yo me encargaré de esos tres —dijo konan y gokú asintió, ahí se dieron un pequeño momento para verse mutuamente—. Derrótalo pase lo que pase, sé que puedes lograrlo —añadió después.

Gokú mostró asombro y no evitó sentirse feliz, debería dejar ese temor atrás, encarar con todo de sí al sujeto y descubrir la verdad, de hecho ese fue su principal pensamiento y dejó todo atrás y lo último que vio fueron esos rojos ojos señalarle, el final se aproximaba y podía sentirlo con cada movimiento que ejecutaba, con cada golpe que se preparaba a lanzar y con cada estrategia que en su mente se generaba.

—Seguramente puede utilizar los mismos jutsus que madara —pensó —pero aunque son más poderosos, no están completos —exclamó, porque a pesar de haberlo visto un par de veces, sabía que no podía estabilizar cantidades de chakra a tal punto de crear el susano perfecto.

—Parece que tienes algo en mente, acaso estás buscando mis debilidades? —interrogó cuando el puño del joven se estrelló en su abanico, siempre tratando de expresar esa burla.

—buscar debilidades ya no es tan complicado, no eres fuerte y puede ser veloz pero estás forzando su cuerpo al máximo para ataques cuerpo a cuerpo —respondió, revelación que borró la sonrisa del otro. —eso demuestra que solo eres un impostor, yo no estaría tan preocupado y no huiría escondiéndome detrás de esas cosas, solo atacas cuando no supone un esfuerzo inútil —explicó haciendo retroceder al mayor.

—Eso es interesante —habló después sus sharingan se extendieron hasta donde konan se encontraba, claro que ella era fuerte pero ni de lejos podría contra los tres restantes, podía verse en su mirada la preocupación absoluta, konan, la mujer que a pesar de lo que ha vivido ha cautivado su corazón —Pero a este punto la única farsa eres tú — habló en fría voz.

—De hecho tú ya no eres gokú, no tienes idea de nada —exclamó el mayor, entonces sus ojos se esforzaron a tal punto que el incompleto guardian uchiha emergió y golpeó a gokú quien anonadado y enfadado por esas declaraciones se resistió asombrosamente esta vez, aún con ello el otro no parecía concluiría con sus palabras—. ¿O acaso piensas que lo que crees haber vivido es verdad? —cuestionó fríamente, pero no se detuvo mientras le señaló con su dedo —. Konan, akatsuki y todo lo que has vivido es solo una ilusión —siguió diciendo, llevando ese mismo dedo que señalaba con repulsión hacía su cabeza —. ¿Dónde crees que está el resto de la historia?, ¿acaso piensas que todo ha sido así de fácil?, sabes que algo está mal, pero siempre prefieres huir de ello, ignoras el hecho de que algo te falta y ese algo es una mierda, y aquello está conmigo ahora —exclamó, palabras que poco a poco agotaban el sentido de calma del otro.

—¡Aquí está! ¡aquí están los recuerdos que te producen miedo! ¡que tanto te causan rabia y angustia!, ¡aquí está konoha! ¡aquí se encuentra jiraiya!, ¡aquí está tu miserable vida y las consecuencias de condenarme a eso también están aquí, porque todo eso soy yo, ¡yo soy lo más cercano a Son gokú! —le vociferó, no con rabia ni desprecio o arrogancia, clamaba entre lágrimas que se derramaban una a una en el destruido suelo —Aquí se encuentra kaguya... —confesó, riéndose de sus propias palabras, pero ahora todo rastro de alteración negativa se borró en el rostro del menor, en su lugar una cara de asombro se presentó, con unos ojos abiertos de par en par.

—¿Te suena familiar no es así?, ¡¿te estremece?!, ¡¿te trae tristeza no es así?! —sus dientes se mostraban maniáticamente y el cuerpo del menor se paralizó sin dar oportunidad a decir algo.

—¡Pero no recuerdas nada!, ¡¿qué sentido tiene eso?!, ¡¿qué puede significar no saber nada de lo que se supone eres?!— siguió diciendo —yo sé la respuesta y es que tú al igual que yo eres un farsante, no somos más que una vaga representación de lo que es el verdadero gokú, somos simples marionetas —y esta vez, sus declaraciones fueron suficientes para traer el enojo de regreso al chico e impulsado por la rabia lanzó todas sus raíces hacia su semejante enemigo, dispuesto a matarle se había oportunidad, sin embargo, en medio de la ira y la confusión pudo ver claramente como sus compañeras dejaron de obedecerle y se abalanzaron sobre él repentinamente de todo lugar y sin poder escapar fue hecho prisionero por las extensiones del Dios árbol en un instante.

—¡¿Qué pasa?! —pensó alteradamente, trató de todos modos de apartarlas, quiso hacer que se marcharan, les ordenó pero ellas no obedecieron, solo le obligaron a ver la tétrica sonrisa de su enemigo.

—¿Aún no lo crees? —le interrogó una voz ajena a todo, una que parecía haber escuchado tal vez, pero cuando observó a la criatura juró haberla visto en algún lugar porque ahí estaba el Setsu negro, burlón que con sus dientes afilados se le acercó a él ofreciendo una sonrisa. —¿Qué te parece si te lo enseño? ¿qué te parece si te recuerdo el dolor que mi madre sintió en ese entonces? —y como una sombra comenzó a invadirle y a escabullirse por entre las raíces y desde entonces el mayor mal de aquel sitio fue desatado, porque lo siguiente que escuchó fue una voz, la voz quebrada de una fémina que desde la lejanía le miraba con su byakugan, con aquel dolor que se asemejaba en lo más profundo de su corazón, ahí recordó su nombre, kaguya, kaguya otsutsuki, una mujer que ama en lo más profundo de sí, sin embargo al gokú que esos ojos perla observaban no era él.

Fue cuando comprendió que al igual que el otro...

No fue más que una herramienta.

fin del capítulo 73.

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