capítulo 48 - Jiraiya el valiente.

todo lo relacionado con el manga de naruto y dragon ball no es propiedad mía, créditos a sus respectivos creadores.

Gokú y el mundo ninja – capítulo 48.

con delicadeza se inclinó y tomó el grupo de hojas que en el suelo se habían humedecido un poco, no era un libro que podría conseguirse en alguna que otra tienda, pero parecía estar bastante completo y de alguna forma reflejaba ese dolor que día tras día solía afligirle.

-viviendo bajo las sombras.- susurró el título del libro, su contenido era desconocido y debería darle un vistazo, pero mientras la lluvia le siga acobijando no podría leerlo y luego simplemente lo guardó bajo su ropa.

giró a ver el cadaver del sanin de los sapos, su ojo rojizo se cerró desde que recogió el objeto y ahora la indiferencia había regresado, el otro había matado a tantas personas sin ofrecer alguna clase de entierro digno, pero él no podría y en medio de la fuerte precipitación desapareció el cuerpo tal y como lo extrajo de las profundidades. quien sabe que haría con él porque aquello era desconocido, incluso para konan que le observaba desde la lejanía.

regresó a la torre más alta de amegakure, tranquilo y sereno como aquella personalidad actúa cuando nada le concierne, no dirigió palabra alguna a la peliazul que ya se encontraba en el sitio, simplemente caminó y se adentró en aquella habitación donde su contraparte vivió, un recinto pequeño pero que de alguna forma le apartaba de las calamidades que el mundo le ofrece día tras día.

-no puedo creer que perdiera el control allá atrás, cada vez es más complicado, si no tengo cuidado dejaré de mover este cuerpo.- cada palabra salió impregnada de un tono burlesco, no había preocupación ni temor, porque él no conoce esos sentimientos.

se recostó en el suelo y giró a ver al techo metálico sobre él, hoy había sido un día duro, dio su primer vistazo al mundo y supo lo que el otro había tenido que soportar día tras día, pero debía seguir si esta era la única salida que había, su cuerpo se sintió cansado y exhausto, aunque no negaba que el disfrutar de ver el mundo era mucho más agradable, aunque eso podía ser un arma de doble filo.

-konan en realidad es linda, ojalá pudiera hablar con ella antes de desaparecer.- pareció incluso sonrojarse y luego de ello dejó que el sueño le consumiese.

al despertar notó como el cansancio había desaparecido, frotó sus ojos y bostezó con mucha fuerza, ya habían pasado un par de días y la mala costumbre que aquel cuerpo adquirió durante estos años le obligó a descansar.

-me pregunto dónde estará esa bestia con cola.- fue su primer pensamiento a la vez que se levantó del suelo donde había dormido, no obstante aquel movimiento hizo caer el objeto de entre su ropa, provocando que llamase la atención del oji-gris al ver aquella portada.

delicadamente lo recogió y se sentó nuevamente, leyendo el título sobre su superficie, sintiendo aquel vacío que ayer le consumió y probablemente nada de lo que contengan esas hojas le ayudaría en algo, pero contra todo pronóstico descubrió la maltratada portada y el primer vistazo a su contenido se dio.

nunca pensé en hacer una historia como esta, pero el destino a veces cambia, juega con nosotros y no tiene piedad, al final creo que me he equivocado respecto a lo que he creído siempre, así que no tiene caso decir algo más sobre ti, porque tú te conoces mejor que nadie, lo has vivido en carne propia y por ello mismo no sé cómo te sientas ahora, por eso déjame contarte otra, permíteme darte el relato que nunca pude ofrecerte, esta es... la sombra en la que he vivido.

mi nombre es jiraiya y esta es mi historia.

la hoja era directa, pero a la vez podía sentirse la calma con la que fue escrita, porque tal vez sus palabras no fueron grabadas con prisa.

- ¡gokú!.-cómo fue una vez ella irrumpió en aquella habitación, pudiendo verle directamente a su rostro, quieto en medio del pequeño recinto que fue su guarida, pero diferente al otro chico que conocía, él no la miraba detenidamente, su vista total se dirigía al suelo donde se encontraba el cuaderno de jiraiya.

-madara ha llegado y solicita tu presencia.- informó. él asintió, pero no se movió y no lo haría mientras ella le siga mirando, porque el tratar de acercarse a la mujer podría ser un problema, al final konan pareció comprender la situación y se marchó del sitio.

-entró en la habitación, pero no se mostró ante los presentes, se detuvo en un lugar donde las sombras le acobijaban y el sexto camino de pain le giró a ver con su poderoso doujutsu.

-no necesitamos ayuda, pain es invencible y capturaremos al kyubi.- konan exclamó tan pronto sintió la presencia del chico.

-puedo decir lo mismo de son gokú o acaso te opones a mis decisiones?.- interrogó, el trio de akatsuki permanecían sentados, pero tanto el uchiha como la peliazul no le ofrecieron alguna mirada y un momento de silencio se formó en el recinto.

-aún quedan 2 bestias con cola, podría ir por el 8 colas.- declaró el portador del doujutsu del sabio de los 6 caminos.

-de eso me encargaré yo, uzumaki naruto deberá ser capturado cuanto antes y entre más tiempo tarden solo complicarán más las cosas.- afirmó el enmascarado para nada conforme por como pensaban sus peones, pero si había alguien cautivado por la charla, ese era el niño de konoha.

-naruto?.- interrogó el saiyajin por fin ofreciendo voz. -por qué debemos capturar a naruto?.- volvió a indagar, la pupila de su orbe se encogió al decir ese nombre en esa cuestión.

-dé qué estás hablando?.- preguntó konan. -naruto es el jinchuriki del kyubi.- declaró algo fastidiada, no obstante esa información si que tomó por sorpresa al azabache, nunca podría haber pensado que aquel uzumaki hacía parte del plan que le llevaría a liberar a kaguya.

-no más retrasos!.- interrumpió el uchiha. -nuestros objetivos están a punto de cumplirse, la victoria de akatsuki está muy cerca.- la grave voz del enmascarado inundó el lugar y pain se puso en pie.

-konan, son gokú, preparen los preparativos, en 3 días viajaremos a konoha.- sin decir más se retiró, tampoco es que fuese a contradecir las palabras de madara uchiha, aquel que de haber escuchado de un inicio pudo haber evitado un sin fin de desgracias, pero en parte debía ser así, porque todo ese dolor causado le había abierto los ojos.

después de ello el ojo rojizo del enmascarado le señaló, el negro de sus aspas mostró el mangekyou sharingan que solo él porta, y apuntó directamente hacía el rostro del saiyajin, donde frente de su nariz el espacio se deformó trayendo de regreso el objeto que debía pertenecer a él y solo a él.

el báculo fue traído una vez más, mismo que con anterioridad se había bañado en sangre, aquel objeto que corta el aire y golpea sin compasión regresó a las manos de su portador.

-demuéstrales una vez más el significado del nombre que aquella aldea te impuso, demuestra lo inútil que es su voluntad de fuego.- con esas últimas palabras, el hombre se desvaneció, dejando al saiyajin empuñando el báculo y siendo señalado por la vista de konan.

-regresarás a konoha, estás bien con eso?.- interrogó la kunoichi de amegakure, pero él no sería capaz de verla a los ojos ni mucho menos responderle, él sabe que en el fondo es odiado y si está en este lugar tomando posesión de ese cuerpo, no es para depender de ese sentimiento que solo konan provoca.

los cuerpos se encontraban a lo largo del oscuro pasillo, preservados y estáticos en cada uno de sus contenedores, pero uno de ellos no estaba listo, la batalla con jiraiya había sido difícil y uno de los 6 caminos se perdió para siempre.

konan estaba ahí, trabajando en el cuerpo que sería el reemplazo del pilar perdido, atendiendo a la voluntad del líder de kumogakure y cumpliendo con el cargo que ella representa.

Pero diferente a ella, él regresó a su habitación. sentado en un rincón, el libro se abría en sus manos y la lectura le sumergía en el relato que jiraiya había plasmado, conociendo el mundo que ni él ni el otro tenían idea que había existido.

-la guerra golpea sin piedad, destruye el mundo y eso incluye el corazón de las personas, se preguntó lo que podría pasar si aquel niño viese el devastado escenario, y se cuestionó la existencia de alguien que pudo hablarle del exterior que espera fuera de ese árbol. si es así cometió un grave error.

no sabría qué cara poner si le llegase a mostrar la muerte que se esparce en el campo de batalla, si le llegase a ver matando . con ese pensamiento llegó al fin a una respuesta, si alguien le habló del mundo tuvo que sentir lo mismo que aquel ninja y posiblemente el mentir haya sido su única salida, misma que tuvo que tomarse más de una vez.

el libro le entregó datos que no conocía, supo lo que jiraiya hizo desde aquel día donde no le visitaron más, la segunda guerra mundial shinobi se le era descrita a la perspectiva de giraiya, y entonces un nombre apareció.

la describió como una niña que de seguro sería hermosa, su cabello azul y sus ojos claros cautivan a cualquiera y estaba más que seguro que sería una excelente kunoichi, konan, no habría otro nombre parecido, por ello mismo se grabó al instante y no sería fácil de olvidar.

-konan.- musitó repitiendo la palabra, de inmediato se percató de que la mujer se encontraba en el lugar.

ella levantó una ceja ante ese débil sonido que transportaba su nombre, gokú le miró tan detalladamente como el pequeño instante en que sus miradas se toparon, pero había otro sentimiento que inundó el momento, sorpresa, angustia e incluso felicidad de pensar en que estaban destinados a encontrarse y eso fue lo que le llevó a no encontrarse capaz de separase de ella.

-no piensas ayudarme?.- preguntó al Son que inmediatamente apartó la vista y escondió el libro que sostenía en sus manos y guardó silencio. -¡¿qué tienes ahí?!.- preguntó con el tono autoritario que siempre trae, pero él no le contestó, solo se limitó a sonreír burlonamente, tan desquiciado como hace unos días.

-¿otra vez esa risa?, ¡¿de qué demonios te ríes?!, ¡¿quién eres?!.- con fastidio total interrogó, un relámpago acompañó sus palabras, pero aún con ello la sonrisa no desapareció.

-tan poco agradable conmigo como siempre, la konan que nosotros conocemos nunca se quedaría bajo el marco de la puerta a esperarnos, nunca nos buscaría, tú tampoco eres quien creemos ser.- con total burla siguió interrogando y ella frunció su rostro ante tal declaración.

-tal vez el otro no lo haya dicho, pero tú no nos conoces y tampoco nosotros no te conocemos bien, acaso hay algo que nos ocultes?!.- correspondiendo a aquella expresión siguió hablando, podía tener esa cara de locura, pero sus acciones y su forma de llevar la situación tenían cierto control, tanto como para ser el primero en confrontarla, aun cuando le amaba.

-entiendo un poco mejor las cosas, ¿dónde está el otro?.- sin vacilar preguntó, refiriéndose a aquel que se lamentó de miedo alguna vez y supo que acertó en su pregunta cuando el otro solo río.

-quien sabe...-fue lo único que contestó, sus labios se curvaron por la gracia que aquella pregunta le causaba y eso causó molestia en la kunoichi quien solo salió del lugar.

Sin mucho que hacer llevó su mirada de regreso a la hoja en que se quedó, reanudando el supuesto relato que cuenta la vida del ya fallecido sanin de los sapos perdiendo la percepción total del tiempo y de su entorno.

me preguntó que le habrá enojado ese día, el mal que hacíamos no se podía evitar, konoha sirve al país de fuego, konoha sirve para la guerra, konoha es un lugar de muerte, pero creí ver la luz en ella, creí ver una esperanza en esos ojos perla, tal vez debimos preguntarle, tal vez debí hablar con él, pero debió darse la idea que desde el día en que decidió alejarse, sería para siempre, a veces solo tienes una oportunidad y él desperdició la suya, entonces entendió que nunca estuvo destinado a cambiar el mundo, ni con un alumno, ni mucho menos con la pluma que escribió estas palabras, entonces comprendió que aquel árbol nunca representó el comienzo ni será el fin de los tiempos, porque el mundo acabó con la primera mentira que fue creada.

mi nombre es jiraiya y esta es mi sombra, sombra en la que he vivido y viviré el resto de mis días.

fin.

el libró había terminado, pero no la lectura, ni mucho menos las hojas que aún aguardaban, ese era uno de tantos pensamientos que escribió y aún con ello pronto sabría que no representaba ni la mitad de lo que aquél grupo de hojas contenía y con el corazón apretando más de lo normal cambió de página descubriendo la razón de ese pensamiento, porque aquella hoja que se desprendió del resto podría fácilmente convertirse en la historia que el título quería dar.

"para gokú" eran las primeras palabras que pudo leer y desde entonces dejó de sonreír.

tienes todo el derecho a odiarme, no te culpo, incluso yo me he odiado por lo que he causado, pero que puedo hacer, siempre he vivido para fracasar.

tal vez si hubiese ejecutado el jutsu de invocación siguiendo las palabras de mi sensei hiruzen, nunca habría viajado hasta ti, nunca habría involucrado a tsunade y nunca te habría conocido, pero no sé qué sería de mi vida si eso nunca hubiese pasado, te mentí porque me vía incapaz de decirte el mundo que aguardaba fuera de ese árbol, y me ví incrédulo cuando creí que podría cambiarlo, porque posiblemente para cuando leas esto ya esté muerto.

solo quiero decir que estoy orgulloso de ti.

cuando dijo eso se detuvo en seco y regresó su vista para volverlo a leer. -jiraiya...- musitó.

-siempre supe que eras poderoso y te envidiaba por ello, poseías todo lo que añoraba, fuerza y posiblemente le cariño de tsunade, pero entendí que no podía quejarme cuando supe que aquél lugar era tu prisión.

cuando me dijeron que un alumno mío cambiaría el mundo, un rayo de esperanza me acobijó, posiblemente entonces cuando el mundo esté en paz podrías ser libre y podría mostrarte muchos lugares y decidí que no volvería hasta que eso ocurriese, pero siempre termino fracasando, así ha sido siempre y con el tiempo eso pasó al olvido, tal vez solo se trató de una fantasía y esa fue la primera vez que te fallé, no tuve el valor de volver y cuando lo hice fue muy tarde.

konoha es un lugar terrible, pero es mi hogar, sabía que muchos te verían como un arma y solo pensé en alejarte de los problemas, no pensé en los lazos que habías formado ni como pensabas, tal vez solo te ví como un niño que debía ser protegido de la crueldad de este mundo, pero tal vez lo único que debí darte fue apoyo, el apoyo de un amigo.

incluso yo tuve parte en el tema de tu esposa, pero no te confundas, solo trataba de ayudarte al elegir a la chica hyuga creyendo que estaría dispuesta a acompañarte y así fue, no sé si fue la mejor, pero era una buena opción. a estas alturas tal vez ya sepas a lo que estarías destinado si esa decisión no se hubiese dado, pero el destino es cruel y quiso que salvaras a Hinata de un esposo que la abandonó y estoy feliz por ello, porque resultaste impredecible para todos, aún si aquello estuvo planeado y no fue enteramente una simple casualidad.

pero sabes algo, admiro a esa persona que abandonó a su chica para ir en busca de la felicidad que ambos se merecen y admiro a la chica por haber rechazado al monstruo que tuvo por esposo, supongo que son calamidades que ocurren, pero cuando se trata de ti sé que cualquier cosa puede suceder.

posiblemente aún no te des cuenta, o simplemente no le des importancia, pero solo quiero que todo aquel odio que te invade, sea dirigido a mí y solo a mí, ni tsunade, ni hinata, ni tus amigos son causantes de tu ira, puedes despreciarlos, pero sabiendo que te aman no sería justo ofrecerles más daño.

la hoja llegaba a su fin, las palabras del sanin de los sapos se desvanecían al igual que el fin de ese día y también las dudas que nacían, pero poca importancia le dio a eso y solo dejó que el último legado de jiraiya se fuese entregado.

ojalá hubiese estado contigo, hubiese deseado mostrarte el mundo tal y como te lo prometí, me hubiese gustado llevarte a los baños termales y presentarte muchas chicas, hubiese querido decirte que no tomes bebidas alcohólicas, estar ahí para cuando seas rechazado, porque ese es mi fuerte y si mi vida llena de fracasos puede mostrarte algo, es eso, a no dejarte caer y seguir adelante.

sí, es soy yo son gokú, solo alguien que vive lleno de fracasos desde que tengo memoria, fracasé en conquistar a tsunade, fracasé en rescatar a mi amigo, fracasé en proteger a mis estudiantes y en mi maestro hiruzen, fracasé en estar para ti como un amigo.

posiblemente pienses que será inútil el empeñarme en buscarte y decirte todo esto, no puedo evitarlo y está en mi sangre. el fracasar se me ha hecho costumbre, pero no puedo retirarme a una palabra dado a que soy y seré un ninja, alguien que a pesar de la situación persiste y no me interesa como pude haber vivido, porque al final todo se reduce al momento en que mueres y supongo que este el mío llegará pronto, lo presiento y será un terrible final para el protagonista de esta historia.

estoy orgulloso de ti, amigo, sigues siendo el chico amable al cual admiré, el mundo puede ser un terrible lugar y pueda que te haya decepcionado, que te sientas solo y odies a todos, y si estás dispuesto a hacer algo al respecto, solo quiero decirte que habrá alguien que se opondrá a tus planes, porque es tan terco como yo y no se rendirá nunca ante ti, pero no quiero que lo tomes como una amenaza, solo pido que confíes en él, porque él no vive bajo una sombra como tú o yo, incluso puedo decir que es más persistente que cualquiera y estoy seguro que será el salvador del mundo, ahora lo estoy.

tal vez mis logros son insignificantes comparados a los de grandes héroes de guerra, pero ninguno de ellos tuvo lo que yo viví, tuve la oportunidad de conocer al niño del árbol y tuve la oportunidad de sobrellevar mi sombra como tú.

Nos vemos.

puede que las palabras aún no terminasen, puede que ese fuese el final, pero aquel no fue el último libro de jiraiya, cuando cambió de hoja un sabor agrio y dulce le consumió, podía haber una historia de un niño y un árbol, podía haber un cuento sobre un legendario sanin, pero ninguno de ellos sería tan importante como aquel que nunca podrá terminarse.

"el relato de naruto uzumaki"- un título que daba el inicio a una nueva historia, una muy distinta a las anteriores, pero que aún era desconocida para él y para el mundo entero.

-todo está listo, es hora de marcharnos.- konan entró en la habitación al día siguiente, parecía no haberse movido ni un solo centímetro desde el día de ayer, pero dando razón a las palabras de gokú, se quedó en el mismo sitio, bajo el marco de la puerta observando al niño.

-vas a a quedarte ahí?, si decidiste seguir en esto debes soportarlo como un hombre.- declaró algo cansada por el actuar del chico, pero aquel sonido fue suficiente para hacer que aquel ojo gris perdiera su luz por un momento y luego el destello rojo se posó en ella.

-conocías al hombre que pain mató?.- fue la pregunta que arrojó, el frio y seco tono le aclaró que aquel que le hablaba era el gokú que siempre había conocido, pero más que eso, la pregunta parecía tratar de ponerla a prueba, porque él parecía saber algo.

-por qué preguntas eso?.- preguntó sin intimidarse, pero la vista del Son se desvió de la suya.

-me dijiste que si sigo en esto debo soportarlo, pero lo único que nos mantiene aquí, eres tú.- sin titubear confesó, su vista vacía señaló a la pared. -eres parte de lo que aún nos hace ver al frente, me ayudaste y quiero ayudarte a obtener el mundo que quieres, pero tengo miedo.- en medio de la habitación, el hizo emerger sus sentimientos nuevamente a la única mujer que parecía escucharle, ella solo le miró fríamente.

-tengo miedo, eres la última persona que creo que aún no me odia, y no sabría qué hacer si es así... porque te quiero.- confesó, con aquellas palabras la mujer no evitó abrir sus ojos de par en par.

el silencio se marchó de su boca y confusión se presentó en su cabeza, no le comprendía, acaso se refería a un aprecio de compañerismo?, no podía serlo, pues acababa de afirmar que el seguir en la organización solo era a causa de ella.

pensó, un momento que se hizo eterno y sin sustentación, la respuesta nunca llegaría y para cuando regresó en si ella era la única que se encontraba en la habitación, sola y silenciosa porque el peli punta ya se habría marchado.

caminó hasta una de las entradas de aquella torre, dónde pudo observar a la chica peli naranja esperarle ahí, no dijo mucho y se acercó a ella, pues estaba imbuida del mismo chackra que pain tenía y que pertenecía a aquel que controlaba ese cuerpo.

-konoha es nuestro objetivo y vamos por uzumaki naruto.- la voz fría y femenina comentó al son de la retina gris que observaba amegakure posiblemente por última vez, no contestó verbalmente, pero asintió, konan les vigilaba desde atrás, observando al último de sus seres queridos del cual compartía voluntad, y del único chico que la admiraba siguiendo la suya, recordó las palabras que jiraiya le dijo hace años.

Pero... ¿el conducir al saiyajin en este destino era la solución?, un mundo donde todo pueda cambiar y donde las guerras terminen y reine la paz era el sueño de yahiko, si era así gokú no seguía enteramente su voluntad y cuando tanto pain como el Son saltaron de la torre, entendió que ella no tenía un sueño propio desde que su amado murió y que al final del camino estaría tan vacía como la retina del Son, entonces comprendió que tanto él y ella parecían ser completamente iguales.

Fin del capítulo 48

bien gente, aquí el nuevo cap, espero que les haya gustado y no olviden votar si es así.

nos vemos en el proximo capítulo y perdón si no dejo curiosidades pero me dio pereza xd.

gracias por leer.

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