Capítulo 47 - Muerte bajo la lluvia.
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-¿cree que podamos conocer algún día a su amigo jiraiya sensei?.- preguntó y el sanin frotó la azul y corta cabellera de su alumna.
-quien sabe, debes mostrarle algo llamativo para que llames su atención, estoy seguro que tu origami le cautivará, eres una experta en eso konan.- dijo y se puso en pie. -oh vaya, se me acaba de ocurrir el título!.- muy emocionado habló y abrió el borrador para anotarlo antes de que se perdiese de su mente.
-así que después de todo se trataba de tí nagato.- su voz se alzó entre la lluvia, la vista ondulada del pelinaranja le señalaba intimidantemente. -qué le ha pasado a yahiko, donde está gokú!?.- preguntó, esta vez se alteró un poco más, porque como pintaban las cosas esto no terminaría bien.
-yahiko... recuerdo a alguien con ese nombre.- con voz fría comentó ante la cuestión que hizo su antiguo maestro. -haces muchas preguntas para ser un intruso y un extraño.- terminó por responder, konan se elevó y se posó junto a su compañero, dispuestos a seguir con su camino.
-qué es lo que te ha pasado nagato, solías preocuparte por todos cuando eras un niño.- ante tal clase de respuesta siguió preguntando, era obvio que él se alegraba y se preocupaba de tenerles frente suyo otra vez.
-no sabes nada de nosotros, no sabes nada de lo que nos ha ocurrido desde que te marchaste sensei, podría decirse que lo mismo aplica para son gokú.- fue konan quien tomó la palabra y reprochó las palabras del albino quien se centró enteramente en ella.
-no puedo reprochar nada ante ello, pero lo que menos pienso hacer es dejar a gokú en manos que han perdido completamente el camino.- cada vez la conversación se tornaba más seria, konan pensó en decir algo, estuvo a punto de decirlo pero pain le interrumpió.
-yo tampoco pienso hacer algún alego ante ello, porque qué habría de esperarse de alguien que no ha crecido, de alguien que es un completo ignorante.- en ese momento la lluvia azotó con mucha más fuerza y una ceja se levantó en el viejo rostro del sanin.
-ignorante, crecer?, de qué demonios estás hablando?.- su voz solicitó una explicación a aquellos disparates, pero la respuesta que daría traería más peso de lo que cualquiera podría imaginar.
-el explicarte sería un pérdida de tiempo, pues alguien que no ha sentido el verdadero dolor vivirá sumergido en la ignorancia y menos cuando no comprenden el dolor ajeno, es por ello que nosotros hemos podido crecer y convertirnos en lo que este mundo necesita.- declaró. - y qué se supone que necesita este mundo?!.- cuestionó algo molesto a las declaraciones de su alumno.
-un dios, me he convertido en un dios.- vociferó
-qué es lo que debemos hacer ahora?.- preguntó el saiyajin, observando el destrozado suelo bajo sus pies, más allá podía encontrarse al inconsciente sasuke uchiha.
-antes que nada dime una cosa...- sin prestar mucha atención a la pregunta dijo. -qué ha pasado con kakuzu y hidan?.- interrogó antes de dar una respuesta, había descuidado bastante a aquel subordinado y debía estar informado antes de dar el siguiente paso.
-han muerto...- contestó riéndose por su propia respuesta, solo viéndose más inestable de lo que su vista y rostro enseñaban, la fría lluvia y el devastado campo solo traían más curiosidad al uchiha enmascarado que le miraba intrigado.
-morir?, tenía entendido que ese par eran inmortales.- comentó algo molesto por lo que parecía ser una broma de mal gusto, pues sus números se habrían reducido bastante.
-¡lo sé!, ¡¿no es gracioso?!.- cubría su boca para no soltar fuertes carcajadas, pero repentinamente y de la nada dejó de expresar burla y su rostro se tornó serio. -han utilizado un poderoso jutsu en ellos, para cuando llegué fue tarde, aunque pude recuperar los cuerpos.- esta vez ofreció una mejor explicación, le costaba trabajo creer eso, pero viniendo de goku no tenía muchas opciones.
-o bueno... ¡al menos lo que quedaba de ellos!.- el agua mojó bastante su cabello e hizo cubrir la parte superior de su rostro con aquellos mechones húmedos que conducían más agua sobre su piel, casi parecía ser insoportable con sus comentarios, tobi no se molestaría en preguntar qué era lo que le había pasado, solo pensaba en cómo debería planear las cosas ahora en adelante.
-quien iba a pensar que sasuke mataría a ese uchiha.- añadió después al ver un poco alejado el cuerpo del hermano mayor. inmovil y frío, el setsu emergió momentos después y se unió a la conversación.
-no fue vencido, itachi-san no dio todo de si.- la parte pálida comentó, llamando algo de atención del pelipunta.-incluso puedo decir que el que luchó contra sasuke no era itachi uchiha, pero no hay duda, fue derrotado y está muerto.- la explicación seguía dándose tratando de saciar las dudas que gokú tenía, no obstante nada de lo que informó se apegaba a lo que pasaba por la mente del pelinegro, porque ahora sabía que aquel portador del sharingan le utilizó, fue manipulado y ahora se sentía estúpido. lo que menos pasó por su mente fue que el motivo que impulsaba a sasuke a encontrar a su hermano con fervor no era otra cosa más que la muerte, incluso orochimaru le había mentido en ello.
-qué haremos ahora?.- interrogó el setsu, en ese instante el uchiha comenzó a caminar hacía los cuerpos de sasuke e itachi.
-el kyubi será capturado pronto.- comentó tobi a la vez que sus lentos pasos estremecían el suelo, su retina brillaba y su sharingan rotaba cuando tomó la mano del difunto y extrajo el anillo que porta en uno de sus dedos.
-si es tan cierto lo de ese poderoso jutsu, creo que deberás tomar parte de esa misión son gokú.- el saiyajin le escuchaba atento, se preguntó qué era lo que haría aquel hombre, ¿mataría a sasuke?, ¿tomaría su sharingan?, todo desde que había emergido le parecía divertido, ver el mundo por su propia cuenta bastaba para soportar todo lo que se le interponga, o eso creyó.
-regresa a amegakure y ayuda a pain a traerme a la bestia.- informó, luego solo pudo escuchar el azote de los rayos y tormentas que iluminaban el devastado lugar a la vez que los pasos del Son le alejaban del sitio.
-es extraño, creí que terminarías matando a itachi uchiha son gokú, acaso te ha dicho algo?:- aquella duda le había carcomido desde que se encontró con el niño, pero conociendo a itachi posiblemente haya estado a un paso por delante de él, el inculpar a gokú por la muerte de su hermano podía haber sido suficiente.
-sabe muchas cosas, yo no me confiaría de él ni aunque estuviese muerto.- antes de marcharse advirtió burlonamente, pero eso no contestaba la pregunta de tobi.
la aldea entera se estremeció, algunos edificios fueron destruidos por los estragos que aquella batalla dejó, pero ninguno de los dos había cedido hasta ahora, ninguno de los dos había decidido rendirse.
los ondulados orbes le vigilaban de todos sitios, estáticos como petrificadas estatuas, había escuchado las intenciones verdaderas de akatsuki por parte de el mismo pain, había peleado mano a mano contra él, pero no pudo hacerle entrar en razón, había fallado y lo único que le esperaba era la muerte.
pain pudo ya haberlo matado, de hecho, uno de los seis ya se encontraba tras él, sosteniendo una cuchilla que sobresalía de lo que debía ser su brazo y misma que se posaba en su garganta, sabía ahora la identidad de pain, sabía perfectamente cual de todos esos cuerpos era el verdadero.
-jiraiya chan.- uno de los sabios del monte de los sapos se encontraba en su hombro y pese a la situación no abandonaría a su querido alumno, pero tampoco entendía por qué el ataque del portador del rinnegan se detuvo tan repentinamente, parecía que había algo que debía ser sacado a la luz y en cuanto dijese algo que no venía al tema el cuello del sanin sería rebanado.
si, pain le dejaba vivir por ahora, pero, ¿cuál era la causa?, posiblemente nadie se lo pidió directamente, pero ya conocía a esa mujer, entendía lo mucho que parecía importarle aquello por lo que jiraiya había venido, no sabía si tenía alguna especie de valor sentimental. solo lo hizo como un favor y nada más, porque como él decía, compartía su dolor.
-no me esperé que después de todo lo que dijiste quisieras escuchar algo sobre él.- exclamó jiraiya. -no me equivoqué, pese a todo lo que pudiste haber pasado, sigues siendo la más amable konan.- su voz era débil por la batalla y les heridas que estremecían su desgastado cuerpo. giró un poco su cuello y se encontró con la kunoichi que sirve como ángel de pain, tan inexpresiva como suele serlo.
-si hablas de ese niño, estás muy equivocado.- contestó.
-si fuese así, entonces por qué sigues aquí, no creo que te preocupes por mi.- contradijo el albino y la mujer entrecerró sus ojos.
-y aunque así fuera, no debes hacerlo, vine aquí sabiendo que fracasaría.- ofreció su débil sonrisa a la mujer que un poco alejada le seguía observando.
-son gokú es más importante de lo que piensas y nadie puede entender su dolor, ni konoha, ni amegakure, ni akatsuki y ni mucho menos yo.- cada gota que escurría de su mutilado brazo apagaba su voz poco a poco, pero aunque eso ocurriese, no dejaba de sonreír.
-si sabías que fracasarías, por qué has venido?.- esta vez fue el cuerpo de yahiko el que interrogó, konan solo permanecía atenta a las palabras de su sensei.
-porque en realidad quería hablar con él, hoy es su cumpleaños y siempre suelo comprarle un bocadillo.- confesó, una razón estúpida por la cual buscar al chico portador del mokuton que por nada del mundo podría aceptar tal cosa, o al menos así pain lo creía, porque konan tenía una perspectiva diferente, era una de las pocas que conocía aquella parte inocente detrás de la muerte que ese chico puede traer.
-te burlas de nosotros sensei?.- interrogó el pain que se encontraba tras él, incluso cortó un poco la piel del sanin, pero el solo soltó una sonrisa aún mayor.
-jiraiya chan, ya no hables!.- el sabio sapo imploró con preocupación, pero ya no había caso, porque moriría.
-gokú es mi amigo y es una de las principales razones por las cuales puse mis esperanzas en tí nagato, de haberlos entrenado y la razón de estar aquí, nunca lo comprenderías, porque no le conoces.- dijo utilizando sus mismas palabras, aquello pareció disgustar lo suficiente al pelinaranja que estuvo a punto de callar sus palabras, pero konan le miró directamente, para nada conforme con esa opción.
-una vez te hablé de él konan... ¿lo recuerdas?- con sus últimas fuerzas logró articular, una frase que abrió por completo los ojos miel de la chica. -pensé que el destino es cruel, pero a veces te da un respiro alentador como este, estoy más que seguro que le encantó tu origami.- sus vista se apagaba junto con el resto de sus sentidos, la muerte se avecinaba.
-¿como te ha ido?.- interrogó desde la entrada de la cueva. solo se podía notar su silueta y el brillo de su orbe plateado.
-gokú-kun, no pensé que tendrías a tres miembros de akatsuki en este lugar, puedo decir que incluso es algo interesante.- contestó kabuto, hace poco también había llegado a la cueva.-supongo que quieres que me concentre específicamente en kakuzu.- razonar con ello era fácil, pues ese en particular era el más dañado a comparación de hidan y deidara.
-exactamente, necesito que al menos pueda hablar.- explicó sin adentrarse a la guarida. -crees tener problemas con el resto?.- preguntó refiriéndose al resto de akatsuki.
-no, en este estado ha sido sencillo ponerles en un genjutsu, aunque no podré hacer mucho en este lugar, debo llevarlos a un laboratorio con mejores instrumentos de investigación.- informó y el saiyajin asintió. golpeó el suelo y la figura de la colosal serpiente se mostró afuera de la caverna.
-amo, últimamente estás solicitando mi presencia demasiado!.- en tono burlón preguntó, pero en el fondo extasiado por aquella aura que ese chico en especial desprendía, mucho mayor que antes.
-ayuda a kabuto con lo que sea necesario, si trata de hacer algo que no vayan de acuerdo a mis planes envíame a tsuyu e infórmame.- dijo fríamente y sin despedirse comenzó a marcharme.
-sabes amo, nunca te había visto reír de esa forma.- comentó.
-de qué estás hablando?...- anonadada por esa confesión interrogó, incluso se pudo notar preocupación, pero jiraiya ni diría más.
-puedo pedirte un favor konan?.- con la poca fuerza que tenía logró hablar, pero no llegó a ver directamente a la kunoichi. -dile a gokú que no fue mi intención haberlo decepcionado.- terminó, y luego de ello la afilada cuchilla destrozó su garganta, y giraiya, uno de los tres sanin había sido derrotado.
-sensei, qué es lo que escribes todas las noches?:- aquella noche konan había salido a tomar agua, y en la oscuridad de la noche encontró a su maestro escribiendo, siempre solía hacerlo noche tras noche, siempre en el mismo sitio.
-hola konan, deberías dormir, mañana tendremos un duro entrenamiento.- le dijo a la pequeña niña que sin pedir permiso se acercó y observó varias frases que todas terminaban tachadas por el lapiz que las había escrito.
-solo trato de esc, pero me ha costado terminarla y darle un título apropiado.- comentó el sanin y la chica solo se interesó un poco más, porque apenas podía leer y casi nunca se había topado con un libro.
-de qué se trata sensei?.- indagó más en el asunto y se sentó a un lado de su maestro.
-bueno, es algo difícil de explicar, digamos que se basa en la vida de un amigo mío.- comentó cuando konan comenzó a leerlo.
-oye, aún no está terminado, así que no se puede leer aún!.- algo alterado retiró el libro de sus pequeñas manos.
-y no puede decirme de qué se trata?.- algo aburrida preguntó ante ese gesto de su sensei.
-no.- dijo cerrando las hojas del mismo.
-entonces hábleme de su amigo sensei.- propuso la chica y aquello pareció convenirle un poco más, después de todo era la primera novela que escribía y le avergonzaba que alguien más la leyese, eso incluía a konan por supuesto.
-bueno, qué te puedo decir, es más o menos de tu altura, tiene un extraño cabello y usualmente es callado, pero en el fondo es curioso y amable, casi como tú konan.- sonrió y acarició su azul cabello. -no se escucha muy interesante, por qué escribe sobre él.- cuestionó no satisfecha por el relato que se le dio.
-bueno, me es difícil hablarte de él sin que lo conozcas, pero es bastante extraño cuando lo haces, después de todo soy su único amigo.- mostró una cálida sonrisa al decir ello.
-suena solitario, como yahiko y yo antes de encontrar a nagato.- parecía comprender más sobre lo que hablaba su sensei y jiraiya rascó su barbilla antes de decir algo más.
-de hecho es algo peor. contrario a nosotros él no puede sonreír, ni salir de su casa, digamos que vive en una prisión.- trató de describirle un poco mejor y con ello más intriga nació en la peliazul.
-¿no puede salir?, ¿no puede sonreír? y si sensei es su único amigo, ¿significa que está solo ahora?.- siguió indagando y ante ello jiraiya solo soltó una carcajada. -ves como si es interesante?, y que pasa si te digo que vive bajo un gran árbol rodeado de suave hierba, a que no te dan más ganas de saber sobre él?- dijo y eso hizo nacer una sonrisa en la niña, no es como si se creyese todo eso, pero el solo imaginarse un lugar como ese fuera de las desgracias de su país bastaba para ella.
-cree que podamos conocer algún día a su amigo?.- preguntó y el sanin frotó su mano en su cabellera.
-¿cree que podamos conocer algún día a su amigo jiraiya sensei?.- preguntó y el sanin frotó la azul y corta cabellera de su alumna.
-quien sabe, debes mostrarle algo llamativo para que llames su atención, estoy seguro que tu origami le cautivará, eres una experta en eso konan.- dijo y se puso en pie. -oh vaya, se me acaba de ocurrir el título!.- muy emocionado habló y abrió el borrador para anotarlo antes de que se perdiese de su mente.
-enserio?, y cúal es?.- compartiendo el sentimiento konan preguntó.
la lluvia seguía cayendo, konan le miró llegar a la torre de pain, como un fantasma, su oscura silueta no le permitió detallarle, pero estaba ahí, le recordó al primer día en que se conocieron porque él observaba desde la ventana el resto de la ciudad, no negaba que se preocupaba por él, pero posiblemente ella y él se miraban de forma distinta.
se acercó poco a poco, debía al menos saludarle, no obstante cuando estuvo a un par de metros é saltó de la ventana, sin darle chance a decir o a hacer algo, pero en cuanto algo de la luz opaca del exterior le bañó, pudo ver ese negro cabello humedecerse en la tormenta, muy distinto al rojo con el que se conocieron y convivieron.
-¡espera!.- no pensaba en dejar las cosas así como así, sabía que no era estable desde aquel día en donde él se desahogó en su pecho, podía soportar bastante presión y el sólo escapar no era una opción, también tenía sus dudas y el relacionarse con madara no solucionaría nada, no obstante supo lo que debía pasar por su mente cuando llegó a su destino, aquél campo de batalla donde jiraiya dio su último respiro y ahora descansa en las profundidades.
se posó en uno de los tantos escombros y observó detenidamente el agua bajo él, y eso fue todo, tal vez las palabras de jiraiya no fueron mentira y eso solo confundía más a la kunoichi.
-alguien se infiltró en amegakure, pain acabó con él hace unas horas.- informó la peliazul observando desde atrás, aún sin ver su rostro, no obstante el chico no contestó, era silencioso, cosa que nunca ocurría cuando ella estaba junto a él.
-dónde has estado?.- esta vez se dirigió de forma más directa, fue entonces cuando el niño comenzó a reír débilmente, gesto que puso un rostro de confusión a konan.
-era un idiota, este era su destino al venir aquí.- burlonamente comentó, la bella mujer entrecerró sus ojos tan pronto escuchó ese tono y esos gestos que para nada podrían ser del chico que conocía.
-¡¿quien eres?!.- demandó algo enojada, y las hojas de papel que navegaban a su alrededor se convirtieron en shuriken en señal de amenaza, ya podía saberse lo peligrosos que eran.
fue una advertencia, pero el joven frente suyo seguía riéndose, risas que cada vez se apagaban hasta el punto en que desaparecieron por completo, momentos después comenzó a girarse hacía ella, asemejando el primer momento en que se conocieron.
-quién sabe...- respondió, no se giró enteramente, solo lo suficiente para que su ojo gris la mirase fijamente, exactamente como aquella mañana cuando él se despertó en su cama, ese ojo gris que atormentaba al Son y por sus declaraciones, quería apoderarse de él.
-supongo que ya nos hemos visto antes, deberías dejarnos un momento a solas no crees?.- siguió hablando, miles de preguntas nacían una tras otras respecto a tal comportamiento y a ese extraño cambio, pero gokú tenía razón, debía dejarle solo, porque si algo notó en ese lucero plateado fue que desbordaba en llanto.
apartaron miradas, acompañada de una brisa la kunoichi desapareció y la soledad nuevamente le acobijó.
aquellas raíces extrajeron el cuerpo del fondo del océano, ni él mismo sabía cómo sentirse respecto a ese hombre muerto, le quería como nunca y también le odiaba, él no era quien había hablado y charlado con él, pero aún así se sentía miserable.
-jiraiya baka.- musitó. su ojo rojizo se mostró observando el cadaver de quien fue un legendario ninja.
-siempre te haces el fuerte...- observando con inexpresión le habló como si pudiese aún escucharle. -siempre sonríes y siempre hablas de mujeres.- le describía con lo poco que sus sentimientos podían ofrecerle, le dolía, su corazón se apretaba y ello mismo le fastidiaba y le llenaba de odio.
-cada vez me regalabas un libro aún más aburrido que el anterior, me mentias, me mentiste siempre!.- sus dientes se apretaban con fuerza y el llanto acompañó su otro orbe.
-eres un estúpido, siempre metiéndote en problemas, por qué debías venir aquí!.- sin poderse contener le tomó de su ropa y le sacudió buscando una respuesta que no sería dada. -nosotros te odiamos, te despreciamos, eres un mentiroso al igual que tsunade!.- siguió desatando su inconformidad y sin soportarlo más lo arrojó de nueva cuenta al suelo, no sabía por qué se sentía triste cuando él le causó tanto daño.
pero la respuesta pronto se daría en una forma un tanto nostálgica, porque de entre el agua un pequeño sapo le miraba directamente con sus ojos saltones, detallando su frustración y confusión, un animalito que por naturaleza permanece bajo el agua, pero no era así, era un mensaje, un último mensaje.
el anfibio abrió su boca y escupió el objeto, uno que debía ser cuidadoso con la humedad y que en su descuidada portada le describía perfectamente.
-enserio?, y cual es?.- compartiendo el sentimiento konan preguntó.
-viviendo bajo la sombras.-
fín del capítulo 47.
bien gente, aquí el nuevo capítulo, comenten y dejen su opinión respecto a esta parte del fic.
como algunos ya se daban cuenta, la muerte de jiraiya era inevitable, pues es un factor muy importante en la historia original y por supuesto que también lo será en este mediocre fic tanto para naruto como para el mismo kokun.
curiosidades.
se revela que deidara sigue vivo, posiblemente porque decidió salvarlo a último minuto.
jiraiya le habló a konan sobre gokú indirectamente en su niñez, lo cual parece haberle encantado, pero no lo tomó como algo real.
pain parece entender que tanto él como konan en realidad no saben nada de gokú, por ello mismo se da el motivo por el cual se deja vivir un poco más a jiraiya, aunque al final solo deja más dudas que respuestas.
jiraiya menciona que es cumpleaños de goku, algo sin sentido pero que se explicará más adelante.
la cantidad de emociones que maneja se puede apreciar en el momento que gokú rescata el cuerpo de jiraiya, donde menciona todo el odio que carga, pero a la vez no sabe por qué se siente triste con alguien que solo le hizo sufrir.
bien, esto es todo por ahora, espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.
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