Capítulo 36 - frio.

todo lo relacionado con el manga de naruto y dragon ball no es propiedad mía, créditos a sus respectivos creadores.

gokú y el mundo ninja, capítulo 36.


--por qué habría de querer tomarte?.-- la voz por fin le había hablado, sabía que él estaba ahí, vigilando, espiando, mirando todo a través de los ojos grises, pero esta era la primera vez que escuchaba, o al menos así lo creía él.

aquel tono era más suave y mucho más relajado que el suyo, despreocupado, pero nada desinteresado, parecía ser todo lo contrario a él.

el lugar se tornó completamente blanco, sus rojos ojos se desplazaban por todo el sitio, tratando de encontrar a aquel que le respondió ante su petición, pero no podía dar con su paradero, parecía ser invisible o simplemente aún se seguía ocultando.

--dices odiarme.-- siguió hablando. --dices despreciarme, pero al final siempre recurres a mi...-- no se burlaba, su tono de voz era confuso, como si no entendiera ni en lo más mínimo el actuar del Son, quien ante tal declaración entrecerró sus orbes. --de seguro debes creer que quiero salir y tomar el control, pero no es así.-- siguió informando, no le amenazaba, ni se burlaba, su voz era completamente normal, como si de un niño curioso se tratase, como cualquier infante. era alegre y despreocupado.



de pronto el entorno comenzó a tomar forma, la fastidiosa luz blanca dejaba de ser tan intensa, la corteza gruesa y seca comenzó a mostrarse bajo sus pies, donde momentos después notó que el suelo donde pisaba no era más que una rama, una gigantesca y extensa rama, no hubo duda alguna, ese era el madero donde antes solía vivir, pero algo no andaba bien, pues el árbol era colosal, no se comparaba al que él conocía.

--ya hemos tenido esta conversación antes.-- la voz siguió hablando, sacó de sus pensamientos al saiyajin que decidió encontrarle de una vez por todas, no obstante aquello era imposible, resonaba en todo el solitario lugar, como si estuviese presente en él frío aire, por ello mismo no podría verle nunca. --pero no se puede hacer mucho, siempre terminas olvidando todo.-- explicó, el akatsuki batallaba una y otra vez, girando su cuerpo, moviendo sus luceros de un lado a otro, pero al final era el mismo resultado. --dónde estás, muéstrate!.-- bramó cansado de la situación, pero no hubo necesidad de responder, porque cuando todo se tornó silencioso y el viento dejó de soplar por fin pudo encontrarle.

estaba sentado de espaldas, al borde de una de las tantas extensiones del árbol, sostenía en su mano un objeto conocido, su cabello era puntiagudo, pero a diferencia del suyo, este era completamente negro, no era rojo, solo oscuro, tan oscuro que se le hizo completamente extraño, porque aquel ser que se ocultaba entre el entorno siempre se trató de él mismo, otro gokú se encontraba sentado frente a sus ojos, su ropa era la misma que traía bajo el manto negro de la organización, además, si algo destacaba de aquel niño, era su cola que se mecía con suavidad, transmitía que el chico estaba sereno.

--aquí estoy, siempre he estado aquí!.-- respondió, su mano acariciaba aquel objeto de papel, la roza blanca que por alguna razón se parecía a la obra de la kunoichi de la lluvia , no podía ver completamente su rostro, pues él ángulo en el que ambos se encontraban no le permitía ver las facciones de su rostro que seguramente eran iguales a las suyas.

--konan es linda, no crees?.-- comentó de la nada, aún no volviéndose  para encararle, sus pequeñas manos soltaron aquella rosa, misma que una brisa arrastró y la elevó hacia las alturas, pero tarde o temprano regresaría, porque es lo único que no puede dejar ir. --es la primera vez que puedo ver directamente un rostro, la he visto un par de veces.-- comentó, observando hacía arriba, como el objeto desapareció de su vista.

--quien eres?!.-- gokú preguntó a lo que parecía ser su copia, pero ante ello el otro chico no evitó reír en tono bajo, no maniaticamente ni con burla, se reía como si le hubiese sido contado algún tipo de chiste.

--qué es tan gracioso?.-- interrogó el chico, pero sus palabras no hicieron detener las carcajadas del otro que cada vez se intensificaron. --veamos si te sigues riendo después de que te mate.-- fastidiado por aquella actitud tomó su báculo y sin pensarlo 2 veces se lanzó a atacar, pero no podría hacer nada, pues ni siquiera le pudo rozar, pues el otro chico le golpeó inmediatamente, no con puños, ni con patadas u otras herramientas, bastó solo de un movimiento de su cola para enviarle a estrellarse en el duro tronco de aquel árbol.

por primera vez en toda la historia, son gokú había sido derrotado con un solo golpe, porque después de aquel choque se vio incapaz de moverse.

--vaya, que débil eres y pensar que lo serás aún más, deberías ponerte a entrenar un poco.-- aún sin volverse, siguió hablando, no perdiendo para nada su entusiasmo ni tono feliz, gesto que inmediatamente desapareció. --si me he reido, es porque eres un tonto-- con voz seria habló, y entonces comenzó a girarse para observar a su contraparte. --no soy un desconocido, no soy alguien que quiere desaparecerte.-- explicó hasta que al fin los ojos de ambos se conectaron.

--porque tú eres yo.-- declaró, si antes evitó no asombrarse con aquel cabello, esta vez lo hizo con esos ojos ónix que poseía, negros, tan negros que su retina era casi irreconocible de su pupila, luceros que le señalaban desde lo alto, porque aquel gokú demostró ser muy superior con un solo movimiento.

--de-de que hablas!.-- con su voz rasgada demostró inconformidad, poco a poco observó al azabache saltar desde aquella rama y acercarse poco a poco a donde se encontraba derrotado..

un suspiro salió de su boca, se cuestionó cuántas veces más tendría que hacer eso.

--ya deberías saberlo.-- anunció levantando sus hombros. -- tú me creaste.-- declaró con seriedad, mientras observaba al gokú que vestía las prendas de akatsuki jadeando de dolor. --en algún punto de tu vida, decidiste rendirte, olvidaste lo que era ser feliz, olvidaste la verdadera alegría, renunciaste a todos esos sentimientos, fue entonces que me desterraste a este sitio,  me permitiste regresar un par de veces, pero creo que no te agrado del todo.-- explicó, su cola se movía de un lado al otro, parecía actuar seriamente algunas veces, pero nuevamente volvía con su mirada curiosa e infantil lanzada al akatsuki.

--yo no te conozco, no sé qué es lo que eres!.-- reclamó, pero el otro saiyajin se agachó hasta donde gokú se encontraba incrustado. --pero bien que pides mi ayuda, me desprecias, pero siempre regresas a este sitio, siempre acudes a mi cuando ellas tratan de aprisionarte.-- informó, mientras puso su mano en la frente del saiyajin que controla el cuerpo físico.

--vas a matarme, porque si es así me harías un favor.-- declaró el pelirrojo, no obstante el chico solo ofreció una risilla. --yo no quiero eso, estoy bien aquí, porque contrario tuyo, yo soy feliz.-- comentó. --el que tu sufras me mantiene vivo, yo no quiero desaparecer, por ello mismo voy a tomar todo ese dolor.-- informó, fue cuando una luz emanó de la frente del akatsuki, y en un parpadeo, todo cambió, porque la sangre bañaba completamente a aquel azabache, gota a gota el líquido se escurría, le tomó algo de tiempo comprenderlo, pero al final lo supo, no observaba a otra persona, se estaba viendo a él mismo a través de ojos ajenos, así debió verle hinata todo el tiempo, inundado en muerte y más muerte.

--vaya, hinata hyuga y hanabi hyuga.-- declaró, sus ojos negros le miraron fijamente. --me recuerdan a kaguya.-- comentó, ahora tenía los recuerdos que atormentaban al son, pero no solo eso, también se había apoderado de aquellas emociones que le afectaban de la misma forma, no importando si eran buenas o malas. --me pregunto si aún recuerdas ese nombre.-- indagó, observando a su otro yo.

de repente, los ojos del Son pelinegro se tornaron grises, tan grises que de inmediato le recordaron al lucero que se reflejó en aquel espejo, no había duda alguna, él siempre fue quien trató de apoderarse de su cuerpo.

--que eres?.-- interrogó nuevamente, no podía moverse, en verdad le había golpeado con fuerza.

--ya te lo dije.-- explicó. --yo soy el gokú que contiene tus ganas de ser feliz, pero también soy aquel que guarda tus recuerdos más oscuros, soy quien soporta tus mayores miedos y temores, soy quien debe resguardar tu ira y soy a quien debe consumir tu dolor para que ellas no te hagan prisionero.-- parecía que no le agradaba para nada dar aquella declaración, pues cualquiera que tuviese que soportar todo ello no estaría feliz de ver a aquel que lo condenó a esa tortura.

  y si te preguntas quien es el ente vació y carente de emociones, dejame decirte que ese no soy yo.-- declaró cuando separó el contacto. --ese eres tu.-- terminó, fue entonces que los ojos del son se abrieron de par en par.

--así es, son gokú, ahora mismo debes estar matando a tsunade, debes estar terminando con las vidas de hanabi y hinata, debes haber destrozado konoha, porque has abandonado ese cuerpo, y al final, tu aprecio por aquellos a los que llegaste a querer, será olvidado.-- explicó, fue cuando él son sacó fuerza para desprenderse del cráter en el que estaba.

--que haces?.-- interrogó curioso el saiyajin de ojos plata al ver el esfuerzo de su contraparte. --debo despertar, debo regresar...-- se alteró por la declaración del gokú que sonríe.

--no lo harás.-- interrumpió el chico. --siempre te marchas cuando todo haya terminado, cuando el árbol te obligue a volver por la fuerza, o cuando alguien rompa ese estado y te saque de este sitio.-- explicó, cerró sus ojos y el tono plata se marchó, luego de ello saltó de rama en rama hasta que estuvo bastante alejado. --pero no existe nadie que pueda hacerlo, hanabi e ino te odian, ya no queda nadie.-- gritó desde la lejanía, saltando de extremo a extremo como si se tratase de un juego. --deberíamos jugar hasta entonces, aunque solo está este feo árbol, no hay nada más.-- siguió hablando cuando nuevamente aterrizó a un lado del akatsuki.

--mataré a hinata...?-- susurró.

--no te preocupes, el que llorará y sufrirá seré yo, así mismo como lo hice con hiruzen, con tsunade y con kaguya, al final no odiarás a nadie, a no ser que te alteres como la última vez, tienes suerte de que konan nos haya ayudado con eso.-- comentó al saiyajin que no podía creer cómo actuaba tan tranquilo. --no te parece que es linda?.-- añadió aprovechando que hablaban de la peliazul, pero poca fue la atención de gokú quien se desplomó nuevamente en el suelo, con la vista vacía.

--lo ves, ya no te importa nada, tal vez ni siquiera recuerdes a hinata, es una lástima, hicimos tanto por ella para al final terminar de este modo.-- el gokú que sonríe habló observando al saiyajin que no hacía más que ver el blanco cielo, pues ese árbol era distinto al suyo, no tenía hojas, solo eran ramas al desnudo, entendió que en un punto ese fue su más grande anhelo, quitar esa barrera para ver el mundo exterior, por ello mismo, aunque el otro saiyajin pudiese quitarlas, no habría nada al otro lado, solo vacío y más vacío, porque posiblemente estuvo ahí mucho antes de que kaguya llegará a su vida.

--siempre hace frio en este lugar, siempre sueño con ver a kaguya solo una vez más, deseo jugar con tsunade y jiraiya, ahora hace unos momentos he comenzado a querer a hinata.-- siguió sonriendo, el saiyajin solo le miró con inexpresión.

--por qué sonríes de esa manera?.-- interrogó, con ello el otro chico solo rascó su nuca sin borrar el gesto. --porque cuando regreses y no sientas remordimiento alguno por tus actos, yo estaré llorando por hinata, porque ahora yo soy quien ama a esa chica, solo me preparo para ello, pero siempre vuelvo a sonreír.-- respondió, pero esa sonrisa se borró de inmediato y muy alterado levantó la vista hacía lo que se suponía debería ser el cielo.

--qué sucede?.-- interrogó. --ya no hace frío.-- contestó en voz baja, sus negros ojos se tiñeron de color plata para saber qué era lo que pasaba, fue entonces que pudo verla.

--es ella...-- el gokú que sonríe confesó, porque nuevamente sus ojos se conectaron con los ojos miel de la mujer, que contra todo pronóstico su presencia podría ayudar al akatsuki quien no evitó preguntarse la situación actual.

--dime, que es lo que está pasando.-- preguntó con la última pizca de interés que le quedaba, pero al observar la sonrisa del otro gokú, entendió que no era algo malo.

--es konan...-- respondió, sin girar a ver a su contraparte.





si, era verdad, esas palabras resonaron con fuerza en el lugar, pero no solo las hyugas y tsunade le escucharon, aquella que a través de su jutsu espiaba pudo también escucharle con claridad, sabía la desesperación que le había consumido hasta llegar al punto de entregarse a ese ente del que le había hablado con anterioridad, entendía su angustia, era claro que su corazón estaba herido por aquel rechazo de la mujer, el solo regresar a konoha ya era una carga, ver a la hokage y enfrentarse a sus propios amigos y ex-compañeros ya era una tortura que le consumía internamente.

cuidado!.-- hanabi anunció, tsunade solo pudo observar como un enjambre de blancas mariposas se llenó en el lugar, rodeando a gokú completamente, girando a sus alrededores hasta que un torbellino de hojas de papel se formó, impidiendo ver la figura del pelirrojo, apartando a tsunade de esa vista gris que varias noches atrás le había atormentado.


cuando nadie pudo ver al interior del jutsu, la figura de konan se mostró frente al saiyajin,  se agachó para estar a la altura del que hasta hace poco fue su compañero, esta vez no era el gokú que conocía, sus ojos plata la miraban fijamente a ella, porque ya se había entregado por completo, no obstante, nunca podría tocar a la kunoichi de amegakure, nunca podría hacerle daño, porque ella era la última cuyo rostro y nombre seguían presentes en la vacía conciencia de gokú.

--oye idiota, que estás haciendo?.-- con voz suave le habló, los párpados del saiyajin se abrieron una y otra vez reconociendo a la chica que ambos gokú admiraban, si bien uno la conoció en su llegada a amegakure, el otro pudo verla aquella mañana, en donde las dudas del akatsuki nacieron por primera vez, el ojo plata que le permitía ver el mundo exterior le mostró la belleza de la mujer, y los recuerdos de gokú le entregaron ese nombre, konan, su compañera y posiblemente única amiga de ahora en adelante.

--no soy suficiente?.-- le interrogó vagamente, confundido buscó una explicación en la mujer, que con suavidad acarició la mejilla del chico. --no siempre se puede contar con los que quieres, ya deberías saberlo tonto.-- le comentó. -- pero el huir es de cobardes.-- concluyó, con delicadeza el Son posó su mano sobre la de konan, si alguna vez dijo que no sabría que hacer sin esa mujer, nunca estuvo mintiendo.



--konan es linda, no lo crees?.-- interrogó una vez más saquel que siempre sonríe, pero como ya parecía ser costumbre, ese gesto desapareció en un instante, pues la bipolaridad era lo que abundaba en él.

--pero ya es tarde, si le entregas tu dolor al árbol, él borrará todo sin compasión alguna, eso incluye tus recuerdos, olvidarás todo lo que te pueda causar sufrimiento, eso incluye a kaguya.-- declaró, el otro gokú a su yo que le miraba confuso, porque ya todos los sentimientos que inundaban su corazón habían desaparecido, amor y dolor por igual.

--quiero ir con konan.-- anunció el visitante, con ello, el chico que ve a través de los ojos plata sonrió otra vez. --buena suerte esta vez son-gokú, porque ya no habrán más oportunidades, no podré soportar más carga, él nos arrebatará todo lo que somos.


y antes de que pudiera responder, se encontró mirando los ojos miel de konan, olvidó por completo la conversación que tuvo con el otro gokú, porque al final del día de eso se trataba.

--quiero irme, ya no tengo nada que hacer aquí.-- le musitó a la mujer, su voz era inexpresiva como siempre, sus ojos ya no eran rojos, pero parecía razonar a diferencia del pelinegro plateado que destruyó konoha hace un tiempo, con suavidad le tomó de la mano, fue ella quien le aclaró sus dudas sobre venir a este sitio, no evitaba sentirse culpable.


las hojas cortantes le impedían a tsunade acercarse y mucho menos mirar se desplazaban con fuerza y nada podía detenerlas, pero de la nada, cada uno de los objetos cambió su dirección, navegaron por el aire esparciéndose por todo el sitio, luego tomaron dirección hacia la salida, dejando ese lugar en silencio, porque tanto el inusual evento del papel como la presencia del akatsuki se habían esfumado totalmente.

--que-que ha sido todo eso?.-- hanabi interrogó confusa, porque todo pasó tan de repente que no encontraron respuestas para nada, giró a ver hacía todos lados buscando la figura de gokú, pero ya eso era imposible, el saiyajin había desaparecido, al igual que los sentimientos que tenía por ella o su hermana.

--go-gokú...-- el byakugan de hinata se había activado en medio de la conmoción, por ello supo perfectamente quien se encontraba detrás de esa barrera, reconoció el color del chackra de aquella mujer que intervino y que se había llevado al akatsuki, pero también sintió cómo de alguna forma, los ojos de esa persona se cruzaron con los suyos, advirtiéndole que posiblemente pagaría muy caro todo lo que había pasado, que el jugar con gokú era algo que corría un grave riesgo.

--hokage-sama, que debemos hacer?.-- la hyuga menor cuestionó, la rubia observó a la lejanía como la vegetación causada por el saiyajin regresaba nuevamente a las profundidades, liberando a todos a los que había hecho prisionero, con ello supo que gokú se había ido para nunca volver.

--atiendan a su padre mientras, yo atenderé a los heridos, ordenaré a los habitantes de konoha regresar, ya todo ha terminado, gokú no vendrá.-- aclaró, hoy sería el día en donde gokú al fin se había separado de konoha, la próxima vez que se encontrarían no habrían heridos ni tampoco rehenes, el mundo se estremecía, porque de ahora en adelante todo se vendría abajo, porque la única relación que tenía solo sería con aquellos que quieren traer más caos al mundo.




--siempre será lo mismo.-- aquel gokú habló, nuevamente sus pequeñas manos sostenían la rosa blanca que el viento traía una y otra vez. --tu estás maldito y yo estoy condenado a sufrir.-- nuevamente el frio llegó al solitario lugar, pero al menos esta vez sus ojos no derramaban lágrimas, como ya era costumbre, un gran alivio se mostraba en su corazón, no sabría si podría seguir aguardando esos sentimientos, era feliz, porque si bien absorbía las decepciones, los sentimientos de amor y amistad también permanecían con él, además no es como si tuviese otra opción.

--moriré sin poder ver a kaguya una vez más.-- concluyó en voz baja, misma que nadie nunca podría escuchar, se resignó a ver un futuro en donde la felicidad pueda perdurar en ese corazón marchito, se resignó a creer que él le aceptaría una vez más, porque incluso la mujer que había visto a través de la gris retina parecía rechazarle. --konan.-- ese nombre era cálido, la primera persona con la que cruzó miradas. --konan es linda.-- pensó solo una vez más.


fin del capítulo 36.


bien gente, aquí el nuevo capítulo.

no olviden votar y comentar si les ha gustado, de esa forma me motivo a seguir escribiendo.

aquí dí a conocer al personaje que se ha estado mostrando desde hace ya más de 15 capítulos he venido mostrando poco a poco, que opinan de este ser?, ¿que creen que hará en un futuro?.

curiosidades del otro goku:

--el gokú que sonríe fue creado mucho antes de que kaguya llegase, por ello mismo el sitio en el que permanece está totalmente vacío, pues en ese entonces el saiyajin no conocía nada del mundo exterior.

--el árbol en el que vive no tiene hojas, porque ese era el más grande anhelo de gokú.--

-- es todo contrario a lo que hace el árbol, extrae las emociones que puedan afectar el estado de animo de gokú, pero contrario al árbol, no borra los recuerdos (por ello mismo tiene estados de ánimo bastante extraños, pero por lo general siempre sonríe).

--no solo extrae las emociones negativas de un recuerdo, si no todas las que ese recuerdo provoca(no importa si es amor u odio) de esa forma deja el recuerdo intacto y el árbol no interfiere en gokú, aunque esto no evita que la memoria del kokun se pierda, pues los recuerdos que no tienen alguna importancia son desechados por el cerebro, ya que no hay emoción que les acompañe, por ello mismo se explica en capítulos anteriores que puede darse que el nombre de tsunade o jiraiya ya haya desaparecido ya sea por desinterés o porque lo terminará olvidando con el tiempo.

-- se afirma que cuando el Son comienza a dudar de él mismo y de su existencia, puede afectar la función de este gokú, lo cual le da cierta libertad sobre el cuerpo, no obstante esta es poca y se limita al ojo plata que se activa.

--ambos kokuns han interactuado miles de veces, todas terminan en la misma conversación y en el actuar de ambos, al final todo recuerdo del encuentro se borra para no afectar el estado emocional, aunque eso no quita que gokú pueda percatarse de su otro "yo" como lo hizo en capítulos pasados.

--el sobrenombre. "aquel que sonríe" será lo único que llegue a recordar después de finalizar la extracción de emociones.

-- es bipolar.--

--solo puede ver el mundo exterior a través del ojo plata.-- 

--lo único que ha visto (por su propia cuenta) es a konan en el capítulo 19, curiosamente lo pudo hacer un momento antes de que el gokú que controla el cuerpo despertara, por ello mismo afirma no haberla reconocido y fue entonces que comenzó a dudar, irónicamente, konan pensó que ese no era gokú y de alguna forma tuvo razón .

--el no quería a hinata, hasta este capítulo.--

--él posee la mayor parte de la esencia de lo que conforma a "gokú", eso incluye su poder. (ahora todo tiene sentido).--

--cree que konan lo desprecia al ser ella quien evitó que pudiera seguir observando por el lucero gris, ya que gracias a la mujer gokú regresó su confianza en si y le desterró otra vez.--

--huele a limón.--

--las razones por las cuales fue creado se darán más adelante.--

--no sabe nada sobre el pasado de ambos, ya que para cuando fue creado, todos los recuerdos de aquel torneo ya habían sido borrados por el árbol.--

--aunque se pierda el interés por los recuerdos, este no lo hará.--

--afirma que ya está llegando a su límite, por eso mismo muchas veces las raíces toman el control por cierto tiempo antes de que él pueda actuar, el tiempo depende de la intensidad de la emoción, como por ejemplo la muerte de hiruzen o la "traición" de tsunade, tampoco puede hacer mucho si algo obliga a gokú a retomar los recuerdos ya que puede despertar de nueva cuenta varias emociones que por lo general son negativas como en el capítulo 25.

--no mintió cuando dijo que "ese" ente carente de emociones no era él.--

--lo primero que vio, fue a konan.--

--no pudo hacer mucho en la muerte de gato, ya que fue la primera vez que el deseo de matar a una persona se presentó en el saiyajin, por lo que el árbol borró los recuerdos que provocaron esos sentimientos y le llevaron a esa decisión, pero no la forma en la que mató a gato.

hay muchas más que dar, aunque de hacerlo ahora solo sería dar spoilers de lo que acontecerá en los siguientes capítulos, así que hasta aquí lo dejo.


puede que lleve esta sección de "curiosidades" al final de cada capítulo, comenten si quieren que así sea.

grácias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top