Capítulo 35


todo lo relacionado con el manga de naruto y dragon ball no es propiedad mía, créditos a sus respectivos creadores.

pudieron sentir miedo, no había nada más en ese instante, la enrojecida retina del chico les advirtió que habían colmado su paciencia, no quería estar ni un minuto más en ese lugar, por ello mismo debería acabar con todo cuanto antes.

las inconmensurables raíces se alzaron en las alturas, sobre el cabello de gokú, sobrepasando los complejos cercanos y superando el tamaño de la misma torre del hokage, el calor de los rayos del sol desapareció de la piel de los ninjas de konoha porque las tinieblas anunciaron que debían retroceder, que todo sería inútil.

--está usando su kekkei genkai!.-- sakura exclamó, y al igual que todos, entendieron que el separarse del suelo nunca les mantuvo a salvo, ellas podrían alcanzarles donde sea, con ello solo pudieron verse estúpidos, kurenai llegó a la conclusión que nunca le mantuvieron prisionero y siempre estuvo jugando con ellos.

shikamaru no supo que hacer, el chico era un completo misterio, no había crecido ni un solo centímetro en 3 años, no utilizaba sellos de mano, no había patrones que le lleven a una salida y si bien logró descubrir el punto débil de la técnica de hidan, con el saiyajin era completamente imposible, parecía que no habría nada que pudiera hacer para pararle, él mismo se lo decía con su mirada, su venganza nunca llegaría y todos estarían destinado a perecer como lo hizo asuma sarutobi.

--te dije que lo pagarían caro.-- anunció, y lo que pasaría de ahora en adelante solo sería conocido por aquellos que le desafiaron.




el lugar se tornó silencioso y más oscuro de lo normal, las hyugas yacían en el suelo completamente inconscientes y aunque estuviesen protegidos completamente, aquel mal presentimiento nunca se marcharía de sus corazones.

--el vendrá, nada le detendrá.-- tsunade habló, se había quedado dentro de la torre para apoyar a hiashi, quien vigilaba a sus hijas, le conocía más que cualquiera, incluso se sintió estúpida por esta farsa.

--está dudando de los shinobis de konoha?.-- interrogó con algo de molestia en esas palabras, no obstante, tsunade solo se limitó a cerrar sus ojos. --la voluntad de fuego de nuestra fuerza militar nos hace temibles, pero, él parece tener una voluntad más fuerte.-- cuando abrió sus luceros castaños, estos señalaban a las hyuga, se preguntó qué era lo que había visto en ellas como para haber llegado tan lejos.

un quejido se escuchó salir de la boca de hinata, sus ojos perla se abrieron con dificultad, lo primero que pudo ver fue a su padre, si desviaba la vista podía notar a la hokage mirandola fijamente, se preguntó qué hacía ahí y que había pasado, pero tan pronto se hizo esa pregunta recordó todo, debía hablar con su padre y tsunade, tenía que encontrarse con gokú para explicarle las cosas también a él, tenía que asegurarse si gokú había cometido todos aquellos crímenes de los que se le acusaban.

--hija, no te esfuerces!.-- hiashi habló tratando de evitar que la chica se pusiera de pie, podía notarla algo confusa posiblemente aún afectada por el golpe que le había enviado a dormir.

--pa-padre, te-tengo que hablar con gokú-kun...-- logró articular, parecía mareada y apenas logró dar un par de pasos antes de caer. --no digas disparates, estás segura de él, estás fuera de su alcance.-- explicó, pero esas palabras solo hicieron alterar aún más a hinata.

--no, no, tengo que hablar con gokú-kun, él no es quien ustedes creen, él no podría haber matado a los guardaespaldas del señor feudal!.-- si bien hizo mal en ocultar sobre su compromiso, creyó mejor opción el aclarar todo con gokú cuando la visitara nuevamente, pero desde aquel festival él nunca volvió y la verdad se guardó.

aquel comportamiento parecía algo extraño, tsunade arqueó una ceja, pues el que gokú sea un criminal que porta la vestimenta de akatsuki ya lo muestra como un criminal que es capaz de eso y más.

pero algo atravesó la mente de la hokage cuando se preguntó aquello, pues esa es la idea que puede tener cualquiera y hinata no debería ser la excepción, a no ser que ella supiese que gokú ya era un akatsuki y sus manos temblaron solo de creer que todo era así, pero no podría salir de esa duda, porque el tiempo se había acabado.

--tengo que hablar con él, tiene que saber!.-- bramó la chica, quería salir, debía aclarar todo antes de que pasase a mayores, pero su padre no se lo permitiría, tampoco es que pudiese hacer mucho, pues ya era completamente tarde y lo supo en ese instante.

el fuerte estruendo estremeció el lugar, fue tan poderoso que logró despertar inmediatamente a la hyuga menor, sus ojos mostraron confusión cuando un intenso destello les deslumbró por un segundo, a todos de hecho, porque la luz del exterior les bañó inmediatamente, hanabi solo pudo observar las paredes del complejo destruirse brutalmente, las barreras de madera no habrían podido contra el mokuton del chico que desprendió todo obstáculo que le impidiera ver a hinata, porque todo afuera había terminado y lo supieron cuando la visión del sitio regresó a sus ojos.

el último en caer había sido yamato, aquel que se asemejaba en cierta parte a gokú, pues también podía controlar el elemento madera, no obstante su técnica estaba muy por debajo del control del dios árbol que aquel akatsuki tenía y todo esfuerzo fue en vano, porque no pudo proteger la torre del hokage, estaba derrotado y sujeto por una de las tantas raíces que emergían del suelo, suspendido del aire y apenas respirando.

--hola hinata, he vuelto.-- la silueta se miró un poco alejada que a pasos lentos se adentraba a la ya destruida torre, sus primeras palabras estuvieron acompañadas por una pequeña sonrisa, porque tenía confianza, konan se la había dado y no se preocupó si se veía de la misma manera que hace tres años, solo le importaba ver a su chica que ahora por fín la tenía frente a él, era bella, su cabello ahora era largo, y vestía distinto que hace tres años, su corazón palpitó con rapidez, estaba feliz,  tanto que poco le importó la expresión facial de la mujer, porque decidió perderse nuevamente en esos ojos perla, mirada en la que a diario deseó reflejarse una vez más.

pero no todo era como él lo miraba, porque todos se horrorizaron de verle, todos sin excepción alguna, porque cuando se acercó lo suficiente notaron que la sangre le bañaba completamente, tanto que apenas se reconocía su rostro, su ropa negra húmeda por el mismo líquido escurría gota a gota en sus extremos, tras suyo, muchos de aquellos que habían tratado de cuidar la torre yacían golpeados, enrollados por la técnica del chico, acribillados por el paraguas de gokú y golpeados por el objeto que le había dado su sobrenombre, pero eso no era todo, si extendía su vista más atrás, podía ver la destrucción que en el trayecto de gokú se había dejado, casas destruidas con cuerpos regados por la calle, mismos que habrían perecido a manos de gokú.

--te han hecho daño?.-- interrogó, poco a poco comenzó a acercarse, pisadas que podían sentirse viscosas, el goteo de la sangre podía escucharse cada vez más cercano y esos ojos rojos parecían brillar en la oscuridad. --veo que hanabi también está aquí, eso es bueno.-- comentó, por fin apartó su vista de la hyuga mayor para observar a la menor, cuya vista temblaba por lo que observaba, miles de dudas habían nacido en ella, pues gokú bajo ese manto de muerte parecía ser el mismo que aquel que le regaló esa esfera, porque incluso ella había crecido y podía tener la misma altura de gokú, la edad que les separaba parecía haber desaparecido, incluso ella se podía ver mayor.

tsunade apenas podía respirar, pero escuchar cada vez más cerca a gokú le sacó de su trance, sacudió su cabeza y sin perder tiempo saltó al frente lista para luchar, hiashi hizo lo mismo y ahora una senju y un hyuga tendrían que enfrentarle.

gokú observó la acción de ambos, la rubia fue su principal atención, casi había olvidado su rostro por completo y vagamente recordaba su nombre. --hokage-sama...-- masculló con algo de enojo, recordando la última vez que la miró, irónicamente había sido en ese mismo edificio.

--maldito criminal, no lograrás-!.-- gritó hiashi quien con sus palmas arremetió decidido a proteger a sus hijas, pero no pudo hacer nada, porque una raíz emergió del suelo y le estrelló brutalmente con la pared más cercana, recordó las palabras de hinata hace tres años, donde le contó que su clan le había impuesto aquel compromiso, su padre no hizo nada al respecto y por ello mismo no le daría importancia.

--papá!.-- gritó hanabi corriendo a auxiliar a su padre, mientras que la vista vacía de hinata aún no podía comprender lo que miraba.

--acaso planea enfrentarme hokage-sama.-- su nombre no existía para él, solo le recordaba como aquella mujer que le engañó y manipuló, por ello mismo no sintió compasión cuando le tomó del cuello con su técnica, recordaba aquellos instantes en que decía ser su amiga, cuando le visitaba en esa prisión, eso mismo le hacía despreciarla más, porque al final solo se sentía como una vil mentira.

tsunade no pudo evitarlo, el chico estaba en todos lados, no pudo esquivarle y ahora permanecía suspendida en el aire, su cuello era prisionero y su aire cada vez escaseaba mucho más, no podía articular palabra alguna, no podría tratar de hablar con él ni mucho menos explicarle la situación, no podría disculparse nunca si esto significaba su fin.

pero gokú no estaba dispuesto a asesinarla, no lo hizo antes ni mucho menos ahora, dejó de ver su rostro y se concentró enteramente en hinata, cuyos ojos parecían enterrarse dentro de sus cuencas, aquel ente que miraba no era a quien esperaba, él no era gokú, al menos no era el que recordaba.

--ya no tienen que estar tristes, ya he vuelto.-- con inocencia completa anunció, girando a ver a hanabi, quien entre algunos escombros buscaba a su padre. --todo estará bien a partir de ahora.-- siguió hablando, pero todo lo que creía se alejaba bastante de la realidad, lo entendió cuando las lágrimas se desbordaban de los ojos perla de hinata, mismos que le señalaban solo a él, como si por su culpa aquel sentimiento hubiese emergido, porque no eran lágrimas de felicidad ni mucho menos de tristeza, era líquido causado por el pánico que en ella se había generado.

--que pasa hinata, que te sucede?.-- preocupado interrogó a la que debía ser su esposa, pero no pudo dar un paso, pues un kunai se interpuso en su camino. --aléjate de ella!.-- hanabi exclamó con un fuerte grito, su tono era amenazador, pero la verdad era que temblaba, porque bien ella podía soportar mejor la imagen de gokú, pero el miedo que causaba el solo verle seguía presente enteramente en ella, sus dientes se apretaban evitando pensar en lo que sucedería el estar junto a gokú, no negaba que una vez llegó a sentir algo por el chico, pero ese algo se desvanecía con cada gota de sangre que caía, con cada cuerpo regado en las afueras, con la destrucción realizada y con esa tranquilidad que poseía, tan tranquilo como una vez le conoció, pero eso mismo era lo que le hacía repugnarle, porque ahora sabía la clase de persona con la que todos trataban hace 3 años.

--no actúes de esa manera hanabi.-- trataba de no aceptar que ellas le miraban con asco, el pensar que aquella mirada de repudio iba dirigida a otra cosa era la mejor opción. --hay que irnos cuanto antes, el mundo exterior nos espera, he visitado muchos sitios...-- comenzó a relatar, una pequeña sonrisa adornó su rostro, estaba animado por llevarlas a muchos lugares, porque ya había llegado a un acuerdo con los kages, no obstante, tanto esa sonrisa como ese sueño desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.

--acaso crees que  iremos con alguien como tu?!.-- con una voz desgarradora la hyuga menor aclaró, por fin entendió que la mirada de asco siempre se le fue dirigida a él, el total odio solo era causado por su presencia, el temor nació a partir del momento en que la mirada de los tres se cruzaron. --eres un monstruo, no, eres peor que eso, deberías morir!.-- arremetió sin piedad alguna al ser demoniaco que se encontraba frente a ella, pero, por alguna razón supo que algo andaba mal.

en ese momento no supo cómo describirlo, pero cuando los orbes de gokú se abrieron hasta más no poder solo indicaron una cosa, no era muerte, no era deseo de sangre, solo había tristeza.

se quedó estático, mientras fijamente observaba a hanabi, la chica que le ayudó a salir de su miseria le había dicho las mismas palabras que ino le arrojó hace tres días, más que sentirse culpable, sólo entró en confusión, ¿acaso esto no era lo que ellas querían?, acaso todo lo que había hecho no valía nada?, en verdad era un monstruo?.

sus armas se estrellaron contra el suelo, hanabi era importante para él, siempre lo había sido, porque cuando nadie le ayudó, ella le sacó de su tristeza, si bien no la consideraba como a su prometida, quería regresarle todo ello, quería hacerla feliz, pero como hacerlo si le odiaba por encima de todo.

de inmediato sus manos temblaron, sus pupilas apenas podían mantenerse estáticas por aquella declaración, sin saber que hacer buscó refugio en la mirada de la hyuga mayor, pero ahora que la volvió a ver fue bastante distinto de la última vez, porque con total seguridad la vio más aterrada que nunca, como si frente a ella tuviese a un demonio, pero no había nada que hacer, porque ella así le miraba.

--quién eres...-- le musitó al akatsuki con el que cruzaba miradas, pero no recibió respuesta, con ello solo solo se escuchó una última petición. --lárgate...-- dijo apretando sus dientes con fuerza. -- lárgate.-- la palabra resonó con más fuerza hasta que no pudo contenerse más. --¡lárgate!, ¡no quiero verte, no me casaré con alguien como tú!-- sus labios soltaron aquel grito desgarrador, una simple frase que pudo haber destruido la cordura de gokú, porque lo único que entró en él fue confusión y angustia, sentimientos que junto con la imagen del rostro de hinata comenzaron a desbordarse cada vez más y más, hasta que en un punto notaron como su retina desapareció por completo, dejando ojos completamente blancos como si hubiese sido poseído por un espíritu maligno, luego de eso no quedó nada, él no habló, sólo esa expresión horrible le señalaba a hinata.


el agarre que sostenía a tsunade se debilitó, con ello fue liberada de las raíces que la estrangulaban, el silencio que se había formado fue opacado por la tos generada de la garganta de la rubia quien trataba de retomar el aliento, pero contrario a hinata, preocupación nació en ella por verle en tal estado y sin pensarlo dos veces corrió hasta donde él se encontraba.

--gokú, te encuentras bien?!.-- la senju le tomó de los hombros y comenzó a agitarle, no obstante no hubo cambio alguno, parecía solo un cuerpo vacío cuya alma le ha sido retirada, si bien hace tres años presenció cómo sus ojos fueron los que le mostraron vacío absoluto, esto parecía ser peor, parecía haber muerto en vida.

--gokú reacciona por favor!.-- la hokage le sacudió con más fuerza, sus cabellos se mecían de atrás hacia adelante salpicando a ella de sangre, pero eso no la hizo detener, siempre estuvo preocupada por el saiyajin, y aunque hubiese causado todo ese desastre, no quitaba que konoha se lo buscó en primer lugar. 

la voz de la hokage hizo entrar en razón, el ver a la senju tan preocupada por el saiyajin le dio indicios de que había hecho algo mal, su respiración se agitó al instante observando cómo desesperadamente la rubia trataba de regresarle en si. --gokú, despierta!.-- gritó con voz fuerte la mujer, pero el ver su cabeza mecerse como si no tuviese soporte alguno, le alarmó aún más, no comprendía bien las cosas, no entendía por-qué había terminado de repente en ese estado, pero la respuesta llegó cuando aquella foto se escapó de sus prendas, porque los movimientos se tornaron más bruscos en su desesperación al tratar de hacerle despertar y frente a sus ojos miel, compartió los sentimientos que habían matado a son gokú, entendió el dolor que su corazón debe haber soportado.

la cabeza de gokú se dejó caer, si tuviese mirada, de seguro no vería nada más que el suelo del lugar, porque los movimientos de tsunade habían cesado, ya que ella se agachó lentamente para recoger el objeto que grababa un bonito recuerdo para el Son, una foto junto a hinata, cuyo escenario era aquel carnaval que se celebraba cada año, no importaba que aquel chico estuviese enmascarado, era gokú, de eso no había duda, pero no hubo alguno de esos eventos que se haya dado mientras aún vivía en konoha, todos se habían celebrado después de su huida.

--qué has hecho...-- tsunade con voz llena de rencor masculló a la causante de todo lo que había acontecido, hinata le miraba sin poder moverse, porque solo con esa imagen se daba a conocer todo lo que una vez pasó, ella siempre supo que gokú trabajaba para akatsuki e indirectamente le obligó a causar cada acontecimiento que involucraba al que debía ser su esposo, la hyuga fue la motivación de gokú y aún con ello, al final le terminó repudiando, le terminó dejando en un camino en donde estuvo 3 años buscando la felicidad que le prometió, de alguna u otra forma él le cumplió, pero la ojiperla rompió esa promesa.

--siempre lo supiste no es así?!.-- interrogó con voz fuerte, hanabi dirigió su mirada a su hermana con decepción, porque si era así, hinata fue la causante de crear aquel monstruo, mismo que de seguro no debe entender por que ha terminado todo de esa forma. --y aún así tienes las putas agallas de decirle que se largue?!, aún así te atreves a rechazarlo?!.-- sin poder contenerse la senju caminó hasta tener a la ojiperla frente a ella, odio total esbozaba su mirada.

--yo-yo.-- tartamudeó, pero no pudo seguir, pues tsunade le tomó de su chamarra y le separó del suelo con su fuerza monstruosa que le había caracterizado. --él hizo todo esto por ti, se convirtió en un criminal por ti y aunque lo sabías, nunca le detuviste, nunca pensaste en él, esto lo has provocado tu, no quieras huir ahora!.-- reclamó la mujer, hinata solo desbordó en llanto, era verdad que no le detuvo en aquel entonces incluso cuando ya sabía que akatsuki era quien le había reclutado, pero no sabía mucho de aquella organización, tampoco se preocupó al enterarse que akatsuki buscaba a las bestias con cola, pues el chico nunca vino por naruto, no fue hasta que se informó de la muerte de los guardianes que comenzó a dudar, por ello mismo quería hablar con él, pero verle de tal forma le dio todas las respuestas que necesitaba, la sangre que manchaba a su prometido corroboraba que el futuro de ambos solo se sentaría en muerte y más muerte, por eso mismo no podría irse con él.

--maldito sea el día en que gokú te conoció.-- masculló la mujer rubia antes de soltarle, donde la última mirada que le ofreció fue de desprecio total, el estupor fue tal que se quedó estática, incapaz de llorar, todo mientras sus ojos perla observaban al cuerpo de su prometido que parecía estar a punto de colapsar.

muchas figuras comenzaron a rodear el lugar, más ninjas parecían haber regresado por la repentina llamada de hace una hora, tsunade supo que gokú en ese estado sería presa fácil del país que le trató de convertir en un arma, no debía ser así, nunca debió haber pasado tal cosa.

--tsunade...-- una débil voz se escuchó, aquel que musitó su nombre no era otro más que gokú, parecía haber retomado la consciencia una vez más. --go-gokú!.-- con un alivio la senju le sacudió suavemente tratando de ayudarle a volver en sí. --tsunade...-- susurró una segunda vez, solo ese nombre era lo que podía articular. --vete gokú, tienes que irte, debes marcharte, regresa a tu hogar, este mundo no te merece, nadie te merece, nada vale la pena en realidad.-- la mujer le habló, pero el chico parecía haber entrado en algún tipo de trance, por ello mismo le tomó de sus mejillas y le obligó a verla, pero se quedó congelada, pues el frío que desprendió esa mirada le congeló inmediatamente.

--quiero desaparecer, tómame, toma todo de mi!.-- gritó de repente, sonido tan fuerte que resonó en cada sitio que casi desgarra su garganta, pero no se dirigió a tsunade ni mucho menos a las hyuga, parecía dirigirse a aquel que miraba a través de los ojos plata.


fin del capítulo 35.

bueno, f pal kokun


si les ha gustado no olviden votar y comentar, nos vemos en el próximo capítulo.

ayer publiqué un nuevo fic de dragon ball x kakegurui, donde gokú llegará a esa academia donde apostar y ganar es lo único que importa, si les gustaría darle un vistazo pueden encontrar la historia en mi perfil.

hasta la próxima.

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