CAPITULO 2- PROMESA.
todo lo relacionado con el manga de naruto y dragon ball no es de mi propiedad, los créditos son para sus respectivos creadores.
-ya estaban a unos pocos centímetros de tocarla, las marcas en las palmas de las manos pronto terminarían con ella, el equipo 7 ya saboreaba la victoria... o eso creían.
aunque eran pequeñas, esas manos tenían la suficiente fuerza para de tenerlos de golpe, no sabían cuando llegó, ni siquiera los ojos del uchiha lo habían visto, pero lo único que pudieron pensar a ver ese cabello en puntas fue que se trataba de su compañero, había impedido que la diosa conejo volviera a ser sellada.
con una gran velocidad, los 3 fueron golpeados inevitablemente, kakashi que miraba todo un poco alegado supo que contra el nada funcionaría, así que se abstuvo de usar su técnica ocular.
los tres en el suelo estaban confundidos, y mas al ver como ellos dos se abrazaran como si de dos almas que estuvieron separadas por tanto tiempo se tratase.
te extrañe.
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- la tradición del paso de la muerte, ¿que era?, ellos dos impotentes podían ver como hombres y mujeres eran llevados a uno de los pequeños brotes del árbol, y aunque sabían que era un "honor", no sabían la razón por la cual ellos no volvían. No fue hasta que uno de los hermanos vio a la mujer que amaba vistiendo con la ropa que caracterizaba a los elegidos salir en dirección al lugar, la preocupación había crecido, las palabras de aquel pequeño sapo que les dijo que si iban a ese lugar encontrarían la verdad, las empezó a tener mas en cuenta, y después de un tiempo en el cual su madre salía a "quien sabe donde" ambos hermanos tomaron la decisión de ir.
en otro lugar...
ahí estaba el árbol en donde el saiyajin vivía, desde hace un tiempo todo había cambiado, ahora aquel inconmensurable madero que casi tocaba el cielo, había reducido de tamaño, el chico había logrado encoger el tronco, era lo único que había podido lograr, con años de meditación, gracias a aquella mujer los "buenos" sentimientos nuevamente parecían florecer y comenzaron a sustituir poco a poco lo que corrompía el alma de el pelipunta, y utilizó eso para modificar la estructura del árbol.
ahora incluso podía tocar el suelo, pero seguía sin poder alejarse del lugar, sin embargo, mientras ella esté a su lado, todo estaría bien.
Allí, en un lugar de los tantos que ofrecía sombra el Madero se encontraba la extraña pareja, la ojiperla con su gran vestuario cubría el pequeño cuerpo de su amado, estaba feliz, ambos de hecho. En ese momento ella se conformaba con acariciar ese puntiagudo cabello que tanto quería, y él con observar su hermoso rostro y aquellos ojos que solo deseaba que le vieran solo a él.
- como es el mar?- preguntó de la nada mientras observó la lejanía de arenoso desierto que los rodeaba.
- es azul e inmenso, tan grande como el cielo en los días de verano, aunque su agua no se compara con la que tienes aquí- explicó con una sonrisa algo triste, pues odiaba tener que explicarle cosas solo para ver cómo el saiyajin trataba de hacerse una idea en su cabeza, solo aumentando su deseo de salir del lugar.
- como el cielo...- musitó melancolicamente.
El silencio apareció.
Tal vez acababa de cometer un error, hablarle sobre el mundo de allá fuera podia no ser una buena idea.
- dime... como están tus hijos?- preguntó el saiyajin observandole nuevamente..
- han crecido bien, ahora deben de estar en casa, se encargan de todo mientras salgo a verte- respondió con una sonrisa.
- sabes... ojalá pudiera hacer algo para estar contigo, así como tu lo hiciste para venir aquí y acompañarme-
-no te preocupes son-kun, sé que un día saldrás de este lugar, y hasta entonces yo estaré a tu lado- exclamó acariciando su mejilla
- gracias, pero no se me ocurre nada más, el árbol al parecer no terminará de purificarme nunca, y ademas, aunque hayas creado esa nueva energía, solo haces que el árbol no te absorba inmediatamente, pero si te quedas mucho tiempo terminarás muriendo- explicó mientras regresó el gesto de afecto.
- sabes, tengo algo en mente, pero necesito que me des un poco mas de kí-
-sabes que no puedo darte mas, terminarás explotando- dijo con un rostro de seriedad.
- solo necesito un poco, apenas será una pequeña parte comparado a lo que me diste hace un tiempo-
- de acuerdo, pero ten cuidado-
- ¡si!-
Le dio un segundo orbe.
Ella se puso feliz, pues ahora podría posiblemente encontrar una solución.
Debes irte, el tiempo se acaba.-- habló el saiyajin.
Aún hay tiempo, no te preocupes.
Exclamó acercándose al rostro del saiyajin.
--kaguya...- goku habló en voz baja.
" hace tiempo que no lo hacemos" susurro antes de besarle"
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un fuerte grito se escuchaba en el lugar, trataba de despertar a la mujer que amaba, pero su hermano lo confirmó, ella estaba muerta al igual que las tantas personas que yacían bajo ese brote de raíz, de inmediato, los ojos del chico que lloraba cambiaron a un tono rojizo con 3 aspas en ellos, pero seguido, un dolor de cabeza y mucha debilidad se hicieron presentes, haciendo que tuvieran que salir de ese sitio.
regresaron al sitio donde aquel sapo les había dado la idea de ir al ese lugar de muerte y miseria, él comprendió que al parecer ya habían descubierto la verdad, por lo que decidió comenzar con la segunda fase de su plan.
en el país de los sapos cerca de otro brote de raíz aún más grande, gamamaru les mostró lo que podían hacer con la energía del sabio, lo que la piedra de los recuerdos había logrado ver sobre la madre de ambos, incluido lo que había provocado con el tsukiyomi infinito hace varios años atras, y lo que trataba de hacer sacrificando las vidas de los humanos, ya que al parecer planeaba regresar toda la energía al dios árbol, el fin de tofo eso era desconocido, pero si seguía así extinguiría por completo la vida de las personas.
al parecer el sueño del sapo era una especie de profecía, y para lograr cumplirla necesitaba enseñar el poder del sabio a hagoromo, el cual básicamente era utilizar la energía del ambiente, algo que al parecer habían logrado al evolucionar en ese sitio después de mucho tiempo, y ya era hora de darle esos conocimientos al que estaba destinado a derrotar a su propia madre.
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ella tenía la equivocada idea de que si lograba devolver la energía al árbol, gokú se salvaría, por lo que empezó a llevar a las personas que había dejado vivir, a regresar lo que era del saiyajin, debido a eso, ella permanecía fuera de su hogar en el resto de países, llevando a cavo la tradición del dios árbol, debía de hacerlo a escondidas de gokú, ya que puede que él no comparta la misma idea, pero a parte de ello, tenia que defender el mundo si algún día "ellos" venían, así que con los cascarones vacíos de los humanos, y la ayuda del kí de gokú podría controlarlos si esa desgracia llegaba a ocurrir, la preocupación se apoderaba de su cuerpo, y pensó que había sido un error compartir la energía que había "creado" con sus dos hijos, posiblemente también la iba a necesitar.
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el saiyajin miraba impotentemente, su amada luchaba con sus dos hijos, la batalla seguía durando semanas, y el supo que la energía que le había dado, pronto terminaría de consumirse.
gracias a la energía del saiyajin y su conocimiento sobre el shinju, había logrado controlar esa raíz que usaba para sus planes secretos, dando paso una monstruosa bestia que surgió de allí mismo debido a que había mezclado su propia energía en ese lugar, pero eso solo funcionaría si su amado lo permitía, y cuando vio que lo logró, supo que aunque estén separados él la apoyaba, así que tenía que vencer como sea a los hijos que la habían "traicionado".
ya habían pasado meses de una intensa lucha, ella posiblemente hubiera vencido, si en aquel entonces el saiyajin le hubiese logrado dar mas energia, pero no lo hizo, ahora el árbol se lo estaba arrebatando, y la mujer de labios rojos estaban destinada a la derrota, nuevamente un sentimiento de culpa lo llenaba, y tras el, las enredaderas de ese árbol se acercaban para llevarlo a dormir una vez más.
con odio y culpa, lentamente era arrastrado, y aunque quisiera no lograría tranquilizarse al ver a la lejanía como la mujer que le llenaba de felicidad todos sus miserables días era derrotada con unas palabras que resonaban por todo el lugar, y definitivamente nunca las olvidaría.
- "shibaku tensei"-
antes de que la última rama le cubriera sus ojos empezaron a mostrar ondulaciones azules, y uno segundo antes de que fuese prisionero de aquel sueño, pudo ver como kaguya era encerrada en una esfera de tierra, ante eso, una lagrima apareció.
Y su cabello se tornó del color de la sangre.
nuevamente eran separados, o eso pensaron en ese instante.
Los hermanos que habían logrado la victoria cayeron de cansancio en el suelo, no hubo felicidad alguna, pues acababan de encerrar a su propia madre, sin embargo antes de levantarse y decir que todo había terminado al fin, juraron que en el sitio que nacía el dios árbol se escuchó un desgarrador grito.
un temor enorme les invadió, y supieron que si fuesen a aquel sitio, algo malo ocurriría, y dejaron ese sitio en el olvido.
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despertó de la nada, había vuelto al mismo punto que hace varios años, solo ella era a quien necesitaba, y ahora no tenía nada, más miserable no podía sentirse.
los sentimientos negativos lo mantenían cautivo en forma de capullo, solo dejando ver su rostro, la vista vacía había vuelto, lo único que quedaba de la chica, eran recuerdos y lo poco que habían construido juntos, gracias a su amada el árbol era mas pequeño y al menos podía ver el cielo al la lejanía, junto con algunos arboles que se distinguían muy separados... en aquel sitio era donde destacaba esas ropas blancas que ella vestía cuando venía a visitarle.
desde que el árbol redujo su tamaño, los días eran distinguibles, podía ver el sol nacer, y muy de vez en cuando el astro en el que ella estaba encerrada, sin embargo eso era posible solo por unos pocos minutos, puesto que la cueva solo tenía una pequeña abertura por la que lograba ver la roca en el espacio que le recordaba el color de su piel, lo había perdido todo...
empezó a cerrar los ojos, resignado, tal vez fue culpa suya, él no pudo devolver todo aquello que ella hizo por él, de inmediato, unas palabras se cruzaron por su mente, o mejor dicho...una promesa.
"no me rendiré, prométeme que tu tampoco te rendirás",-- esa frase resonó en su cabeza ella lo había cumplido, ella hizo todo por el, no podía dejarlo así como así, ahora era su turno!.
si al menos pudiera hacer algo para alejarse del árbol,-- pensó, pero la purificación seguiría, mientras esté cerca del tronco, y por alguna razón no puede alejarse, si tan solo lograra llevarse el árbol con sigo o que el árbol esté en todos lados.
--¡un momento!.-- exclamó en voz alta para si mismo.
en ese capullo una idea apareció, el árbol está en todos lados, solo tenía que encontrar la forma de que sigan coexistiendo a distancia, ¿una manera para hacer eso?, algo que le ayude, algo que haga que no solo el árbol le absorba...
--¿otro árbol?-- indagó muy concentrado, pero de inmediato la idea aparecía por si sola.
--no, ¡muchos arboles!-- habló encontrando la respuesta
si podía hacer que el mundo se llenara de arboles, lo cual no era necesario,--¡ya existen!-- pensó encontrando las piezas.
los que han evolucionado con su energía podían ser la solución, pero... si lo hacia ellos podían terminar también absorbiendo lo que esté cerca, humanos, animales insectos u otras plantas, sin embargo, si le daba ese privilegio a todo ser vivo vegetal... ¿podría funcionar?, simplemente serán una exención para engañar al gran árbol y al igual que este mismo, solo absorberán su energía, aunque alguien mas se acerque a ellas, no le sucederá nada, ya que son mucho mas pequeñas y débiles, solo contienen una mísera pizca de su energía, diferente al madero, que la comparte directamente con su cuerpo.
tenía que intentarlo, pero no tenía ninguna planta cerca, si quería hacerlo tenía que entrenar más la capacidad que tenía con su compañero, ser completamente uno con él, tenia que hacerlo... si quería volver a verla.
comenzó por desatarse de ese capullo una vez más, esta vez no resultó tan costoso, después de todo ella estaba ahora en su mente y corazón, y con un suspiro que marcaría una meta que una vez comience no descansaría hasta lograrlo, así que con suavidad se sentó teniendo frente al tronco y con una palma de su mano haciendo contacto comenzó a meditar.
los días, meses y años pasaban sin mas, con sus ojos cerrados empezaba a sentir hasta el ultimo rincón de cada raíz, la mínima energía que poseían los seres vivos, ahora desde que kaguya se había ido, el poder que ella fundió estaba presente en muchos humanos, pero eso no era lo principal, lo importante era que las plantas se conectaran a la raíz desl madero principal, sin embargo, eso era mas difícil de lo que parecía, por lo que necesitaría de mucha paciencia.
había encontrado la manera de hacer esa conexión, el árbol podía conectarse a esa casi imperceptible energía de las plantas, así mediante una muy delgada raíz del gran madero podrían crearse grandes redes entre si, esto con el fin de que ninguna planta pueda quedarse por fuera y ser absorbida y morir, así dando comienzo al verdadero y arduo trabajo que le esperaba.
poco a poco, ese suelo arenoso que les rodeaba comenzó a reducirse, haciendo que el verde pasto lo consumiera, los bosques comenzaron a crecer y hacerse mas espesos, ahora ellos se salvaban de la continua absorción de su gran líder, aunque para completar todo ese trabajo debía pasar mucho tiempo aún.
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el sonido de unos pasos, ¿de una pelea?, de unos... ¿niños?. los oídos del saiyajin percibían todo esto, mientras seguía en su clásica postura que no había movido ni un solo centímetro desde ese día, solo esperaba que los que producían esos ruidos se marchasen... espera un momento, ¿Cómo es posible que alguien se acerque tanto?, abrió los ojos que se segaron por un momento y observó... ahora los arboles y el verde pasto casi lo rodeaban, el arenoso y extenso desierto ahora apenas si tenia unos 20 metros de diámetro, y lo mas importante, esas voces se escuchaban muy cerca, como es posible que aquellas personas no muriesen?.
lo comprendió todo, habían pasado cientos de años desde la última vez que sus orbes recibían algo de luz.
- oye tsunade, entonces si encuentro el camino de regreso serás mi novia?- decía un niño de cabello blanco.
- cállate jiraiya-baka, por la culpa de tus estupideces nos perdimos- exclamó la niña rubia golpeando a su compañero.
"vaya, aunque planee esto para que aceptara ser mi novia, terminamos perdiéndonos de verdad" -- pensó el chico albino en su mente.
- y ahora, prometo que si no encuentras el camino de regreso te golpearé hasta matarte!- gritó la chica rubia a lo que parecía ser su compañero.
- lo siento, lo siento, creo que mas adelante hay un campo abierto- dijo el peliblanco.
lo que debía ser un campo abierto, termino siendo un lugar raro, un árbol bastante extraño con un tronco ancho y una abertura como si dentro fuese una gran cueva, además de que no había ninguna planta, y por ultimo un niño de ropas extrañas, meditando con una mano tocando el tronco.
- oye jiraiya, quien es?- preguntó la chica rubia en un susurro.
- como si lo supiera- respondió levantando los hombros de la misma manera.
el saiyajin conocía algo familiar dentro de ellos, aún no se volvía para verlos, posiblemente de esa forma se marcharían.-
- ¿Qué crees que esta haciendo?- dijo la rubia.
- quien sabe, tal vez esta entrenando algún jutsu,-
-pero ese árbol es extraño, me da miedo- habló la rubia algo preocupada.
- no te preocupes tsunade, yo estoy aquí-
-cállate idiota!- dijo golpeándolo nuevamente.
después de dejarlo con la cabeza enterrada en el suelo ella se acercó.
-hola, que es lo que haces?- preguntó alzando su brazo mientras se acercaba, pero sin recibir respuesta alguna.
- di-discúlpame, se que no debo entrometerme, perdóname si te incomodé- volvió a hablar ya estando tras del saiyajin.
- oye, necesitamos un favor, sabes... el estúpido de mi compañero extravío el camino de regreso, y hemos caminado días sin rumbo, ¿podrías ayudarnos a encontrar una ruta para salir de este lugar?.-- interrogó la chica.
el chico seguía sin responder, causando un tick en el ojo de tsunade.
- óyeme idiota, responde- gritó jiraiya que llegaba muy enojado.
en ese momento la mano libre del saiyajin se extendió en dirección del peliblanco.
luego de tener la mano de gokú frente a sus ojos cayó de rodillas muy cansado.
-jiraiya baka, que te sucede!?- decía la rubia preocupada.
- vaya... así que ustedes también tienen esta energía, digan como se llama?- preguntó el saiyajin que tenia una llama azul en su mano, lo cual había sido extraído de jiraiya.
-pe-pero... es el chackra de jiraiya, como se lo quitaste, devuélvelo!- habló la rubia.
- chakra?,¿devolverlo?- dijo él muy confundido.
- no deberías usar ese jutsu, aunque me serviría de mucho contra este baka- dijo pensando mejor lo ultimo.
- así que chackra...- decía mientras miraba al chico retorcerse y toser ya que el árbol también lo estaba absorbiendo.
- bien, eso es todo, ya pueden marcharse- dijo regresando la energía.
- o-oye, que es lo que acabas de hacer, y no me vengas con eso, ayúdanos almenos- decía el chico albino fastidiado.
- que fastidio, largo!-
- vamos no seas así, me presento, mi nombre es tsunade, cual es tu nombre?-
- solo vete...- respondió el saiyajin.
- mira... seguro debes estar cansado por entrenar tanto, si nos ayudas te daré esto...- dijo tsunade sacando una pequeña caja envuelta con piezas de tela.
- eh?, entrenar?, que es eso?- dijo dirigiendo la última pregunta al extraño objeto de tsunade.
- son bolas de arroz que hice para el almuerzo, pero pueden ser tuyas si nos muestras el camino.
- bolas de arroz?- decía tratando de recordar el termino...-¿comida?- terminó diciendo muy confundido.
- ¿eh?, pues claro, no lo digas como si no lo conocieras, entonces aceptas, mira... te daré una para que veas que están deliciosas- exclamó la rubia entregando el bocadillo al saiyajin
- oye pechos planos, y que me darás a mi- dijo jiraiya molesto.
- cállate idiota- gritó dándole otro golpe --vamos... pruébalo- dijo señalando para que tomara una bola de arroz.
- de-de acuerdo- dijo algo tembloroso estirando su mano y tomando una cuidadosamente.
estaba nervioso, nunca había necesitado de comida, y esta era la primera vez en mucho tiempo que se llevaba algo a la boca.
- de...- tartamudeó el saiyajin.
-¿eh?-
-de-delicioso- dijo en un susurro un tanto melancólico, sin duda alguna estaba claro que nunca había probado algo en su vida.
- oye...- dijo un poco nervioso el chico.
- cuanto tiempo llevas en este lugar?-
una imagen de una mujer con vestido oriental se mostraba en su mente, un niño idéntico a el, ¿su hijo?
- ven gokú, la comida ya está lista, hoy te hice bolas de arroz- exclamó la mujer que en una mesa posaban grandes cantidades de comida
- papá, ven, están deliciosas, si no te apresuras todas serán para mi...- dijo el pequeño niño con una sonrisa muy grande en su rostro.
-oye... sucede algo?- preguntó la chica rubia al verlo quieto como una estatua.
de pronto, ambos se alarmaron al ver que lagrimas recorrían las mejillas del chico.
- vaya, no creí que cocinaras tan mal tsunade- dijo jiraiya al ver tal reacción,.
- ¡cállate!- gritó dando otro golpe.
- oye... disculpa si no te gustó- habló la chica agachándose a la altura del pelipunta.
- delicioso...- susurró mirando a los ojos de la rubia.
-e- enserio?-
- que bien, creí que la comida de tsunade te mataría- habló el peliblanco.
- pero...no pueden quedarse aquí, morirán, deben irse-
- ¿morir?- dijeron ambos
- si, deben marcharse antes de que su energía sea absorbida- dijo muy seriamente.
- ah? de que hablas?- preguntó jiraiya.
- digo que se larguen- dijo sin expresión.
- oye, ¿y tu banda?, de que aldea eres?- preguntó tsunade observando con detalle al chico..
- ¿aldea?, ¿banda?--
- oye, oye, no me digas que no eres de ninguna aldea- dijo jiraiya.
- no, se puede decir que aquí vivo- explicó el saiyajin
- y que es lo que haces?, das la impresión de que estas meditando- volvió a decir.
- eso hago-
- y por que razón tienes tu mano en ese árbol?- dijo tsunade.
- es para...- dijo sin poder terminar al ver como la pelirrubia se desplomaba en el suelo.
- ¡tsunade!¡tsunade!, que te pasa?- dijo el peliblanco asustado.
-¡maldición!, aléjala rápido antes de que muera!- exclamó muy preocupado.
- pe-pero...-
- aléjala fuera de este circulo!, antes de que también te absorba a ti!-
- de- de acuerdo- dijo llevando a la rubia fuera de la zona de tierra.
pasaron las horas y la chica no despertaba, jiraiya estaba muy preocupado, y necesitaba respuestas, así que arriesgándose entró nuevamente.
caminaba muy preocupado acercándose al azabache quien seguía "meditando" con la mano sobre el tronco del árbol.
- no te preocupes, ella se recuperará- dijo de repente sin abrir los ojos.
- quien eres, y que le sucedió a tsunade- preguntó el chico
-si se acercan mucho tiempo al árbol, morirán, y si lo llegan a tocar, eso será lo ultimo que hagan- respondió sin expresión en su rostro.
- y que clase de árbol se supone es este?- dijo muy preocupado.
- eso no necesitas saberlo-
- y quien eres tu, por que estas solo en este sitio?, por que no tienes aldea, has visto mujeres desnudas por aquí?- decía haciendo preguntas sin parar.
- eso no te incumbe, ahora vete antes de que mueras- volvía a repetir.
- que clase de entrenamiento haces?- decía creyendo que se trataba de algún jutsu.
- ya vete...-
- oye... hace un rato, perecía que nunca habías probado una bola de arroz, cuanto tiempo llevas en este sitio, si todos mueren por que tu no?-
- digamos que bastante, ahora lárgate, entiéndelo, es por tu bien- habló abriendo los ojos.
- quieres venir con nosotros, en la aldea hay mas cosas que aquí, puedo llevarte a espiar en los baños termales- decía con un cierta pena por el joven.
- gracias... pero no puedo marcharme de este lugar-
- vamos, se que el entrenamiento es importante, pero no creo que sea muy bonito vivir aquí-
- no me entendiste, no es que no quiera, no puedo, no puedo salir de aquí- decía ya fastidiado.
- eso significa...-
- que estoy encerrado en este lugar...- terminó diciendo en un susurro.
la tarde estaba llegando, y la rubia despertaba, muy confundida trataba de saber que era lo que había pasado, hasta que miró a el azabache hablando con su compañero.
ella se acercó nuevamente.
- tienen que irse, no se el camino, pero puedo ayudarles- dijo sin abrir los ojos.
- ¿como?- dijeron ellos confundidos.
- así...-
el suelo comenzó a temblar y de ahí unas raizes emergieron, estas enrollaron a jiraiya y lo elevaron por los aires haciéndole asustar bastante.
- ¡ayuda!- decía en las alturas.
- jiraiya-baka, cállate y mira el camino de regreso!- gritó tsunade furiosa.
después de que jiraiya se ubicara y fuera bajado, ambos se dispusieron a marcharse.
- oh lo olvidaba!...- dijo la rubia.
- ¡que ocurre!- decía jiraiya.
- ten...- habló entregando las bolas de arroz al pelipunta.
- ¿eh?- exclamó él un poco confundido.
- gracias por ayudarnos, te lo prometí- dijo ella.
- n-no es necesario, de igual forma no tengo donde guardarlas- decía un poco nervioso recordando el sabor.
- no te preocupes, volveré por la caja del almuerzo después, hasta pronto!- tsunade gritó saliendo del lugar junto a jiraiya a toda velocidad.
- que molestia... en fin,¡ no recordaba que la comida fuera tan deliciosa!- decía tomando otra bola de arroz y comiendo apresuradamente, como si la vida se le fuese en ello.
esto era visto por jiraiya y tsunade detrás de un árbol, para después marcharse de verdad.
fin del capitulo 2
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te la creiste we.jpeg
los días pasaban, los dos chicos seguían visitándole, al principio no entendían y se asombraban de ver al azabache en esa misma posición cada día que entraban al lugar, y teniendo en cuenta que lo visitaban de vez en cuando, una o dos veces al mes, ya que desde el lugar donde ellos viajaban estaba bastante alejado.
jiraiya le había contado a tsunade lo que el saiyajin le había dicho el primer día, ella se sintió un poco mal, y mas por las palabras que había escuchado esa antes de dejarlo, por lo que ambos seguían visitándole, tratando de animar un poco aquella prisión de la que era cautivo.
la comida de tsunade era genial, y gracias a unos pocos libros que le había regalado jiraiya ahora tenia al menos algo con que distraerse algunas veces cuando se cansaba por el trabajo que trataba de completar, lo cual no era mucho tiempo que digamos, ya que el deseo de volver a ver a la ojiperla era muy grande, aún así las visitas y lo que le enseñaban sus nuevos amigos en parte le agradaba, hasta el punto de dejar de concentrarse en lo suyo para hablar con ellos.
aunque ellos le contaban todo sobre su aldea, el no mencionaba nada de lo que en realidad le ocurría, y cuando le preguntaban muchas veces, el no respondía ni una vez, lo cual les llenaba de mas dudas, y curiosidad, por aquel chico de cabello en puntas color rojizo.
los años habían pasado, los dos niños habían dejado de serlo, pero su amigo del bosque no había dado indicios de crecer, y seguía asiendo lo mismo desde que lo habían conocido, era el limite de su espera, ¿Qué era lo que le ocurría?, ¿Qué era lo que le había pasado?, ¿por que no salía de ese sitio, quien era en verdad?, cuanto tiempo había estado ahí, sabían que tarde o temprano pronto lo descubrirían.
era extraño, por lo general vienen ambos, pero esta vez el chico albino había venido solo.
- hola, te he traído esto, son dangos, son muy deliciosos- dijo un joven jiraiya.
- gracias- dijo él a secas. -tienes algo que decirme no es verdad?- exclamó nuevamente.
-si..-
- escupelo- dijo volteando a verle.
- sa-sabes... he estado haciendo un entrenamiento en un país secreto, le he preguntado al sabio de ese lugar, por tu árbol- explicó el albino.
- mmm yh quhe te diho- decía mientras tenia la boca llena.
- no me dijo nada, pero... me contó una historia sobre un gran árbol que una vez existió, el creó la vida existente en el planeta, y aquellos que se acercaban a su sombra morían, ¿es una coincidencia?- dijo jiraiya.
el saiyajin se quedó en silencio.
- sabes, aunque tu no pienses de la misma forma, tu eres mi amigo, pronto me marcharé a descubrir mi destino, posiblemente no nos volvamos a ver, así que quisiera saber la verdad- demandó mientras se sentaba a un lado.
el saiyajin suspiró
- supongo que te puedo decir algo...-
- enserio?- dijo sin poder terminar.
- pero no quiero que se lo cuentes a nadie-
- lo prometo-
- bien, escucha...-
- en efecto, el árbol de esa historia lo tienes frente tuyo, así que si estas vivo es gracias a el- dijo sin vacilar.
- ¿q-que?- dijo asombrado.
- la razón del por que todos mueren es simple, la energía que corre en los cuerpos de las personas le pertenece a él, él simplemente absorbe lo que es de su propiedad-
- i-imposible, pero... como es que ahora es tan pequeño- dijo retrocediendo.
- es porque yo lo he encogido, es mejor-
- ¿e-el es el dios árbol?, aquel que da el fruto de la vida cada 1000 años, sigo sin creerlo-
- supongo que si-
- y el fruto?- preguntó curioso.
- está dentro del tronco, brilla mucho en las noches, y no quiero llamar la atención- dijo sin expresión.
- ¿pu-puedes dejar que lo vea?- dijo emocionado.
- que mas da, dijo dando un chasquido haciendo que la entrada a la cueva del árbol apareciera.
el chico entró cuidadosamente, y miró como una rama entraba por el lugar, y observó en un extremo el fruto que brillaba.
- pronto caerá nuevamente, pensaba en mostrárselo en agradecimiento por todo lo que han hecho por mi, es lo único que tengo...- exclamó el saiyajin.
- dime... que es lo que haces en este lugar, cuanto tiempo llevas aquí- apretó sus puños al decir eso.
- ya te lo dije el día en que nos conocimos... mucho tiempo, tanto que ni siquiera me tomaré la molestia en recordar-
- ¿tanto?- preguntó con seriedad en sus palabras.
- supongo que desde el inicio, este árbol dio vida, yo estoy antes que eso-
- i-i-imposible, t-tu...-
- no te preocupes, ya me he acostumbrado a la soledad, él y yo somos los propietarios de toda la energía de todos los seres vivos, incluido el chackra-
- tu eres un dios?- susurró el albino.
- no digas tonterías, solo soy alguien que vive encerrado aquí, no pienses que soy malo u algo parecido, si quieres llamar dios a alguien, díselo al árbol, él les dio la vida, yo solo soy un espectador-
- aún así... como puedes vivir solo por tanto tiempo!, si solo eres un niño- dijo él.
- ni yo lo se...-
en ese momento el fruto comenzó a brillar.
- el momento se acerca... por favor... ve por tsunade- dijo el cerrando los ojos y volviendo a su trabajo.
- de acuerdo- dijo marchándose
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la rama que tenia el fruto, estaba lista para alimentar al árbol nuevamente, mejor dicho... al mundo.
los dos miraban atentos como se desprendía del árbol, y caía lentamente, algo que solo ellos eran privilegiados de ver.
el corazón de la rubia saltaba, ahora conocía la verdad de el "chico" del árbol, agradeció a jiraiya por haberse perdido aquel día.
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- bien, creo que me marcho- habló jiraiya al saiyajin.
- regresa con vida, tu también eres mi amigo-
ese fue el ultimo día en que los tres se reunieron.
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lentamente abría los ojos, todo había salido mal, y posiblemente ahora ya estaba muerto, aún así, en esos instantes se había dado cuenta de todo, solo quería estar con el, con el único que le había acompañado su mísera vida, solo eran los dos contra el mundo, sin saberlo, ellos eran una familia, padre e hijo, si tan solo pudiera devolver el tiempo, solo para abrazarlo una vez más esa alma pura que siempre estuvo a su lado, y ahora por sus acciones, ahora eran ninjas renegados, perseguidos por su aldea, con la muerte como su único destino.
... perdóname haku.
- no estas muerto, despierta- se escuchó una voz.
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bien gente aquí el nuevo cap.
si les gustó no olviden comentar y votar, así mismo dar una queja o sugerencia, eso me motiva a hacer esta historia.
espero que estén bien y sobre todo...gracias por leer.
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- bien, debido a que un estudiante nuevo ha aparecido a ultimo minuto, haremos una excepción y habrá un grupo de 4-
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