CAPÍTULO 1- EL INICIO DE TODO.
Todo lo relacionado con el manga de naruto y Dragon ball no es de mi propiedad, ni los personajes que se utilizarán en esta historia, los créditos son para sus respectivos creadores.
Todo lo relacionado con el manga de naruto y Dragon ball no es de mi propiedad, ni los personajes que se utilizarán en esta historia, los créditos son para sus respectivos creadores.
- oye whis... cuanto tiempo hiciste dormir a gokú?- habló haciendo una pregunta que debió hacer hace mucho tiempo.
- por que pregunta bills-sama?-
- dijo... ya ha pasado bastante tiempo y el aún no despierta- exclamó algo preocupado.
- he alterado el árbol para que duerma hasta que su memoria se eliminada por completo, además recuerde que no es un sueño, si no una ilusión programada por mi mismo-
- ya veo...-
- pero, incluso para mi me es difícil pensar en la soledad de gokú-san, por lo que junto con mi padre hicimos algo mas...-
- de que hablas...-
- cuando el despierte, si quiere podrá tener la decisión de volver a soñar, por un cierto tiempo, al menos con eso apaciguará la soledad un poco, a demás de que si vuelve a tener otro ataque fuerte, volverá a esa ilusión a la fuerza-
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No importa, todo es un sueño...
Aquella energía que caía del árbol cada mil años seguía alimentando al planeta, mientras el azabache vivía aquella vida que su mente le proporcionó, un engaño total y aquellos residuos que las raíces no podían absorber fueron aprovechadas por alguien más, por muchos más.
Quien sabe de donde vinieron, de hecho... simplemente aparecieron, pudieron haber caído del espacio, pudieron ser residuos de ese líquido que caía del árbol, o átomos que gracias a la energía pura del saiyajin alteraron la estructura de las moléculas, modificando al planeta poco a poco y seguro dando pasó al primer organismo orgánico.
Los años pasaban... cien años, mil años, millones de años?, los dioses no se habían equivocado, puede que para ellos este tiempo fuera desapercibido, pero para aquella alma atada al árbol había terminado de ser separada de todos los pensamientos y recuerdos que le impedían al saiyajin despertar de esa ilusión.
No era de extrañarse, aquel planeta había prosperado, el kaioshin tiene el trabajo de crear y dar vida en los planetas, más sin embargo... esa energía del árbol que caía, era más que suficiente y aprovechada por los seres vivos que deseaban de alguna manera poder sobrevivir, siempre esperando el crecimiento de aquel fruto que caía cada mil años, y mientras que para el saiyajin era simplemente su energía que retornaba a su cuerpo, para aquellos que esperaban en el suelo, era una oportunidad más de prosperidad y cambio.
El último recuerdo se había ido, las peleas con grandes enemigos, aventuras, entrenamientos y momentos felices terminaron, casi al instante de que el saiyajin había despertado y esas ondulaciones en sus ojos desaparecieron, y como si se tratará de un sueño de todos los días, todo esos momentos casi habían desaparecido en un segundo.
- qu-que es esto?... d-donde estoy?- en aquel entonces se le pudo escuchar bastante confuso y lleno de temor.
- ¿go-gohan?, ¿goten?...¿milk?- seguía preguntando, nombres que instantes después desaparecían de su mente al igual que aquel pasado que no debe ya de existir.
Trataba de procesar la situación, juraba que hasta hace unos momentos estaba con su familia, entonces que había ocurrido?.
Trató de encontrar el kí de sus amigos, pero no encontró a nadie... sin embargo lo que se encontró fue mucho más extraño.
Estaba dentro de algo que no reconocía, pero lo que si reconocía era la energía que fluía en el sitio, ya que era la suya, no sólo el, absolutamente todo el planeta.
Desesperado trató de salir de el agarre de eso que parecían ser ramas y enredaderas, pero no lo lograba, causando únicamente aumentar más su confusión, no sabía ni tenía nada, lo único que podía recordar ahora solo eran un par de cosas, entre ellas su nombre, gokú, son gokú, ese debía ser su nombre.
Pasaron meses en los cuales simplemente trato de salir de ese sitio, pero el árbol no le permitía, entre más se esforzaba y se desesperaba el agarre se fortalecía más, comprendió después que entre más confusas y alteradas eran sus emociones, el árbol no le permitiría soltarse.
Pasaron mas de 1 año de mucha concentración para que las enredaderas le liberaron, permitiendo salir al exterior, o al menos eso fue lo que creyó.
Sus piernas estaban algo torpes, supo que para que eso ocurriera tuvo que pasar mucho mas tiempo atrás en ese estado, pero era imposible para el saber con exactitud ese dato.
El brillo al salir de la cueva le cegó momentáneamente, al recuperar la vista su impresión fue tal que cayó de rodillas, donde estaba? Que había sucedido. Ya no recordaba nada de la ilusión de la que había sido prisionero y el motivo por el cual estaba ahí era desconocido.
Sus emociones se comenzaron a alterar nuevamente, una gran fuerza de atracción a ese sitio le comenzaba a arrastrar, las enredaderas se preparaban para abrazarlo nuevamente, así que si no hacía algo pronto, sería condenado a estar en ese lugar.
Trató de calmarse, así dejó de ser arrastrado, una vez mas caminó a la salida, está vez trataría de entender un poco lo que sucedía.
Era un árbol?, estaba en la cima de un gigantesco árbol, las ramas y hojas cubrían gran parte, por no decir toda la luz solar y vista, pero aún así habían varios orificios que dejaban que iluminara el sitio, quería bajar de ese lugar, sólo así obtendría más respuestas, pero sus piernas no estaban listas.
Con dificultad entró a la cueva nuevamente, no la había visto bien del todo, y posiblemente sea al sitio que más respuestas le dé, o eso creía el.
En un extremo había algo parecido a un estanque, pero el líquido que permanecía ahí definitivamente no era agua, al menos no agua limpia, sin embargo decidió beber por curiosidad, sólo para después sostener su garganta y comenzar a escupir, era aceite, de eso estaba seguro.
Llego nuevamente al sitio en donde había permanecido mucho tiempo, simplemente ahí no había nada, pero al momento de querer ir a otro extremo pisó un poco de suciedad y sintió algo duro y redondo.
¿una esfera? ¿el báculo sagrado? Que hacen aquí?, ese sitio le dejaba más preguntas que respuestas, si quería saber algo tenía que salir de ese lugar, no obstante aquella forma de pensar dejó de existir conforme el tiempo pasó, las eras podían pasar una a una, el tiempo seguía su transcurso y al final, vacío fue lo que quedó de aquel ser.
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El momento pronto llegaría, todos los países se preparaban, sencillamente tenían que hacer eso por respeto, aquellos sapos que vivían cerca de el brote de una de las pocas raíces que salían a la superficie tenían más privilegios de sentir ese poder que pronto llenaría de prosperidad al planeta, un fruto nuevo se le sería entregado a la tierra por el Dios árbol.
Simplemente podían agradecer, ver como esa energía que se desprendía del árbol nuevamente fertilizaba la tierra, era maravilloso, habían esperado 1000 años únicamente para ver con sus propios ojos lo que las leyendas y mitos contaban, sabían que era un Dios bueno, pero no le gustaba que le molestaran, pues sabían perfectamente que si se acercaban morirían, ya que como Dios, todo lo que les ha sido dado, el puede arrebatar, y aunque era peligroso, algunos sólo miraban como un motivo más para quedarse con el país en el que él crecía.
Esa noche era normal, excepto por aquella bola de fuego que caía de los cielos, y aquello que en el fondo del cráter había quedado plantado, murió instantáneamente, sólo dejando aquel estruendo y el temblor del impacto.
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Aquella mujer que había llegado quedó petrificada, se suponía que el árbol tenía que haber sido plantado, pero no había rastros de el por ninguna parte, y de ninguna manera podía tratarse de ese ejemplar inmenso del que sus ojos observaban, acaso ya había uno en este planeta?, sin embargo, eso no explicaba el por qué de el que había sido plantado no creciera.
Aunque estaba en una de las casas de los humanos que la habían encontrado, no le prestaba mucha atención a eso y seguía observando aquel árbol, ella sabia que no era su guardiana, estaba tan confundida, y sus pensamientos no la dejaban de atormenta hasta que una voz le hizo volver a la realidad.
La chica llamada aino observó que la dama a la que tenía que prestar sus servicios estaba muy curiosa por el árbol.
- no es muy agradable a la vista, pero es lo más hermoso que puede haber- Dijo la chica.
La hermosa mujer de piel pálida seguí a sin expresión.
- ha-hace poco tuvimos el privilegio de ver como el gran fruto traía prosperidad, últimamente la fertilidad de la tierra era muy baja, pero desde que el fruto sagrado tocó la tierra, nuevamente hay buenos cultivos.-
-¿fruto...?- dijo con la misma expresión, pero esta vez tenía un cierto tono de curiosidad.
- Si, es el regalo del Dios, aunque muchos han querido acercarse ahí, mueren.-
En ese momento la mujer volteó rápidamente.
- pe-perdon, creo que he hablado demasiado - dijo ino
- no te preocupes, es uno de ellos-
Había pasado un tiempo, la mujer no sabia que podía hacer, gracias a aquel rey había cedido a los sentimientos amorosos, pero sabia que esa no era la solución para encontrar la paz que tanto deseaba, así que sin más opción se dirigió a aquel lugar.
En cuanto llegó cierto miedo le recorrió, ese árbol era totalmente desconocido, y no sabia con exactitud si la regla de no acercarse también sería aplicada con ella, pero a medida que se acercaba no noto ningún efecto así que siguió con confianza.
En los alrededores no había mucho, de hecho nada, así que se dio la idea de que tenía que subir para encontrar algo.
Subió con la ayuda de sus poderes varias de las gigantescas ramas y no fue hasta que una extraña figura le hizo detener, el brillo que lograba traspasar las hojas y ramas le echaba un poco la vista, aún así la silueta poco a poco se mostraba.
¿un niño?
Al parecer no se percataba aún de su presencia, a simple vista parecía algo triste, aburrido, su vista vacía a la nada, simplemente sentado en una de las cuantas ramas que habían ahí.
Pero sus especulaciones se fueron al escucharlo hablar.
-¿quien eres?- habló el saiyajin sin voltear a verle.
La bella mujer simplemente no respondió, dejando pasar unos instantes muy silenciosos, esperaba a que el extraño niño de pelos en punta hablará de nuevo, pero nada cambio.
-como supiste que estaba aquí?- dijo ya rindiéndose.
- simplemente lo se, supongo que no eres de por aquí-
- ¿y como llegaste a esa conclusión?- dijo sin aparente expresión.
- cualquier persona que se acerque al árbol morirá, siempre y cuando sean de este planeta, pero tu caso es diferente... ¿acaso me equivoco?-
Era listo.
- no te equivocas, ahora quiero saber que hace este árbol aquí-
- pues crecer, supongo-
- déjate de juegos-
- eso es lo que hacen los árboles, a demás de dar sombra y frutas¿acaso miento?-
- entonces como y quien lo plantó?-
El saiyajin no respondió esa pregunta, dejando un gran silencio que expresaba tristeza.
-¡re-responde!-
(Suspiro)
- yo también quisiera saberlo-
El niño extraño seguía sentado sin hablar, la mujer se posicionó a un lado esperando una palabra de ese niño.
- ¿y que es lo que haces aquí?- pregunto la mujer de labios rojos.
- esperar- dijo
- esperar?, eres el guardián de este shinju?-
- ¿shinju?- dijo confundido pero sin expresión.
- el Dios árbol, incluso los humanos lo veneran, si estas en este lugar debes de saberlo-
- lo supiera... si tan sólo pudiera bajar de aquí-
Ese comentario...
- dime...cuanto tiempo llevas cuidando este árbol?- dijo la mujer volteando a verlo.
- Quien sabe... aquí dentro no hay tiempo, la luz ha aparecido y desaparecido tantas veces que ni siquiera se si es la luz del sol lo que entra.
Esto es demasiado... triste.
- aunque, hoy es diferente, estoy feliz, al menos puedo hablar con alguien- dijo mientras se giraba para ver por primera vez a la mujer.
Esos ojos... simplemente no podía dejar de verlos, hacían juego con su piel y los labios eran tan rojos que se había quedado embobado, en ese lugar no había un color tan hermoso como el que contemplaban sus ojos.
Aunque era un niño sabia por el tono de su voz que no se trataba de un infante, ninguno de los pequeños que conocía con los humanos de esas tierras actuaría de esa forma, por primera vez sentía una cierta curiosidad por saber quien era el chico de cabellos puntiagudos rojizos, de este extraño árbol y obtener las respuestas que inundaban su mente.
Al mirar esos orbes rojos sin brillo notó el vacío que posiblemente la soledad le había causado, ¿acaso ella era la primera en reflejarse en esos ojos?
- cual es tu nombre?- preguntó sin despegar la vista que los conectaba.
- mi nombre es son-goku, creo... ¿y el tuyo?
- mi nombre es kaguya outsutsuki, guardiana del Shinju-
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Los días pasaban, y la mujer del cielo le visitaba de vez en cuando, y el niño del árbol la esperaba, tal vez era la falta de ver y hablar con alguien más, o por esos ojos y ese rojo intenso de sus labios, no sabia con exactitud, pero lo que si sabia es que quería verla una y otra vez.
- y dime, por que no puedes bajar?, simplemente tienes que saltar de rama en rama hasta llegar abajo- decía mientras se sentaba a su lado mirando a "nada".
- hace mucho tiempo lo intenté muchas veces, y no me es posible, el árbol no me permite subir y bajar más de 4 ramas, si trato de hacerlo simplemente soy arrastrado o me paralizo-
- y a que se debe ese efecto?-
- ¿ No lo sé, pero creo que somos uno sólo, y mientras tenga pensamientos de alejarme de el, no tengo opción más que quedarme- decía sin expresión.
- ¿uno sólo?, que no eres su guardián?.-
- el y yo tenemos la misma energía, el la absorbe de mi cuerpo y la procesa para dar pasó a ese fruto que cae cada cierto tiempo, y esa energía que es absorbida por el planeta lo alimenta y también me mantiene vivo, o eso creo.
- dime, si ha pasado tanto tiempo, como es que eres un niño?-
- no lo sé, yo me pregunto lo mismo, simplemente nunca he crecido ni doy señales de que vuelva a crecer-
- eres extraño, este árbol es extraño-
- y que me dices de ti, vienes de otro planeta?-
- si-
- y que a que viniste?-
- a cuidar del Shinju que fue plantado para un día tener su poder y conseguir la paz, pero al parecer no creció-
- es porque no puede crecer en este planeta-
- de que hablas?-
- ya te lo dije, la energía que cae al planeta alimenta al árbol, pero al parecer a el no es el único al que alimenta, y claro...esa energía es mía, si algo que no necesita de mi energía para vivir es plantado, simplemente muere.
- y si tu energía vuelve a ti, cual es la razón de que todos los que se acercan mueren-
Esta pregunta dejó con un semblante serio al saiyajin.
- la razón es que ellos también poseen energía mía, pero al ser tan insignificante el árbol no logra absorberla, pero eso cambia si se acercan, el árbol los detecta fácilmente y les extraerá todo hasta matarlos, he tratado de ayudar con ese problema, pero me es imposible.-
- y cual es la razón de tratar de que el árbol no mate a los seres vivos?-
- para... poder hablar con alguien algún dia-
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aunque ella se sentía extraña al estar en compañía de ese niño, algo más le preocupaba, varias cosas de hecho, como lo eran los conflictos de el país vecino de ka, y la posible llegada de aquellos que también vendrían del cielo a reclamar el poder del árbol, árbol que nunca creció.
-un momento... dijo que "¿no volvería a crecer?"
aunque al rey le parecía extraño los múltiples paseos de su mujer, no le dio mucha importancia, ya que las amenazas del país vecino eran mas importantes, puesto que si no entregaban el territorio del lago y del dios árbol una guerra se desataría, y eso era algo que no le agradaba para nada ya que lo único que le interesaba era la paz y lo lograría de cualquier forma posible, no importando el método.
cada vez mas se hacía mas difícil subir al gigantesco árbol, ya que el ser que tenía dentro de ella le debilitaba sus fuerzas y poderes, así haciendo mas esfuerzo del que normalmente debería.
- te vez extraña- dijo el saiyajin.
- ¿de que hablas?- dijo mientras acariciaba el cabello puntiagudo del niño.
-te ves mas cansada... y ademas siento otra presencia dentro de ti-
-esa es precisamente la razón, estoy esperando un niño-
- yo diría que dos- dijo mientras se ponía de pie.
- ¿d-dos niños?-
- si, son dos presencias a parte de la tuya...- dijo mientras caminaba de regreso a la cueva.
- ¿e-espera a donde vas?- dijo confundida.
- voy por algo, no tardo...- dijo mientras se marchaba
luego de unos instantes el "niño" salió nuevamente, esta vez venía con un objeto entre sus manos.
- que es eso?-
- es un báculo sagrado, crece al instante si el que lo posee así lo desea- dijo mientras lo demostraba haciendo estirar el objeto.
- y que vas a hacer con eso?- dijo confundida.
- dártelo, me gusta que vengas a visitarme, pero no quiero que pongas en riesgo tu vida y la de tus hijos, úsalo para subir y bajar- dijo mientras se lo entregaba.
- pe-pero no puedo llevarlo, pueden descubrirme-
- simplemente déjalo en el suelo junto al tronco, nadie lo tomará...¿recuerdas?-
- de acuerdo-
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los días pasaban y los posibles conflictos entre el país ka al parecer no desaparecerían, pero ella seguía visitando a gokú, y el la esperaba con ansias, siempre kaguya le hablaba de como era el mundo que su energía había creado y como todos veneraban al árbol como un dios, así gokú también le contaba los pocos fragmentos que recordaba de su vida pasada, un día, un mareo muy fuerte se presentó en kaguya, la cual terminó perdiendo el equilibrio y posteriormente cayendo de una de las ramas, pero gracias al saiyajin logro ponerse a salvo antes de que saliera de su rango de alcance, pero eso no fue lo que impresiono a la mujer si no el hecho de que el estaba volando.
- ¿dime te encuentras bien?- dijo haciendo sonrojar por primera vez a kaguya.
- s-si, solo fue un mareo, pero lo mas importante, ¿puedes volar?-
-si- dijo mientras bajaba a la mujer.
- nunca lo mencionaste-
- bueno es una de las cosas que mi energía me permite hacer, claro, para eso tienes que entrenar mucho, saber controlarla-
- ¿cosas?, ¿entonces hay mas?-
- bueno, puedo obtener mucha fuerza, velocidad, resistencia y entre otras cosas-
- fuerza, que tanta?-
- mucha, puedo destruir planetas y mas-
- ¿e-enserio?, ¿eres tan poderoso?-
- eso creo... de hecho, a veces creo que esa es la razón de que esté en este lugar...-
- y dime... utiliazarias ese poder para traer paz o guerra?-
- bueno... sabes lo que dicen, si quieres paz prepárate para la guerra y si es necesario pelear por los que me importan... por ti, pelearé-
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esas palabras no desaparecían, seguía mirando al cielo preocupada, algún día ellos llegarían, y el mundo de gokú podría correr peligro, el mundo estaba dañándose.
lo había decidido, ella ayudaría a gokú a salir de ese lugar, y junto a él traerían la paz.
las palabras de kaguya nunca se le habían pasado por la mente, ya habían pasado posiblemente miles de años desde que se resignó a la idea de poder salir de el, pero no podía defraudarla, trataría de intentarlo una vez mas...
los pocos conocimientos que tenía sobre el shinju, podían servir, si ambos eran uno solo entonces podía tener cierto control sobre el árbol.
gokú era un experto en controlar energía, por lo que no le tomó mucho tiempo en ver resultados, era su propia energía después de todo, así podía mover unas pocas ramas y alguna que otra pequeña raíz, pero nada más, o eso parecía.
gokú se dio cuenta de todo, al sentir y tratar de controlar el árbol vio que algo mas los conectaba, y esa era la causa del por que no podía marcharse, el había sido atado emocionalmente, y tratando de ver que clases de emociones eran, sintió un escalofrió, algo que lo hizo llorar de inmediato, el árbol guardaba dentro de si un mar de ira, miedo, odio, culpa, todo lo que alguien corrompido podía tener en su alma, y la única alma que compartían ambos era la de el.
todo era claro, el árbol absorbía esas emociones acumuladas en su corazón y las purificaba, y para eso se alimentaba de el mismo, mas sin embargo, ¿que era el causante de que esos sentimientos aparecieran?, era desconocido para el, ahora entendía que mientras eso exista dentro de el, nunca podría salir.
pero descubrió algo mas...
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la noticia de que el país vecino atacaría llego a los oídos del rey, así que tenía que marcharse dejando a su bella mujer y a su sirvienta en un refugio, pero eso fue inútil, ya que ahora no solo el país de ka buscaba las tierras del lago y del dios árbol, si no que kaguya también estaba en su lista de deseos, así que los espías le pasaron la información del paradero de la mujer del cielo e inevitablemente fueron por ella.
con los pocos poderes que podía utilizar, ella se defendió de los hombres de ka dejando una masacre que enfadó a aquel que quería quedarse con ella, dejándola ante sus ojos como una bruja muy peligrosa, así que dejaría que su propio rey y país se encargue y no tener mas problemas en el futuro, claro si eso era el deseo del rey de so, lo cual tuvieron que aceptar matar a la mujer del cielo, y esa decisión se confirmó al presenciar con sus propios ojos lo que su concubina había hecho.
junto con aino la cual era una de las pocas personas que valoraba escaparon sin mas destino que ir donde gokú, el cual estaba entrenando.
ella sabía que aino no podía acercarse demasiado, pero la única ayuda que podía esperar era del niño de pelos parados, puesto que gracias a una flecha con cierto símbolo supieron que los que les perseguían era su propio pueblo.
(nota: aquí aino ya sabia del embarazo de kaguya)
- tengo que ir al árbol por ayuda- dijo kaguya a aino.
- yo tratare de convencer a tenji sama, así podré ganar algo de tiempo, si tiene la oportunidad de salvarse a usted y su hijo, por favor hágalo!-
- no te preocupes, volveré!
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- ¡son-kun! - gritaba.
- hola kaguya, que extraño que vengas en la noche, ¡oye acabo de-!- dijo sin poder terminar ya que kaguya habló.
- ¡me persiguen, por favor gokú...-
- no te preocupes... recuerda que nadie puede venir-
- pe-pero... aino esta en peligro, no puede venir, ayúdame gokú-kun...-
-¿que puedo hacer?, lo sabes... ¿no?-
- no tengo a nadie mas... por favor-
- de-acuerdo, ven...-
la mujer se acercó al niño, el se elevó un poco por la diferencia de altura, para después mostrar un orbe brillante de color azul en sus manos.
- ¿que es eso?- dijo asombrada.
- es ki...-
- ¿¡ki!?-
- es la energía que utilizamos el árbol y yo, no puedes utilizarla porque es mía-
- entonces que planeas hacer?-
- te voy a dar mas poder-
- hablas de darme ki?-
- no exactamente... el ki es algo que te hace mas poderoso, pero para eso tienes que entrenarlo arduamente, pero puedo darte algo que he descubierto.
- dijo mientras enseñaba un otro orbe de color verde
- te voy a dar un poco de mi energía, pero si te la doy no podrás utilizarla, esta es la energía que expulsa el árbol al purificar mis emociones, esta será la que te ayudará a canalizar un poco de las tantas cosas que el ki puede hacer, ya te he visto volar y hacer otras cosas, por lo que te mejorará, no puedo salvar a tu amiga, pero tu puedes ayudarla.
- entonces con esto lograré tener los mismos poderes que tu?-
- no, esta es una energía que vagamente queda después de que el árbol me purifique, es lo que caracteriza a cada persona y la hace diferente del ki de los demás, como soy un peleador de artes marciales siempre produciré esa energía, así que el árbol no hace mas que utilizarla para crear ese liquido extraño-
- ¿purificarte?- dijo muy confundida.
- al parecer este arbol me esta salvando... bien, es hora de ver si esto puede funcionar-
- espera...entonces es como la energía que produce el espíritu de cada persona?-
- algo así, supongo que si le entrego esto a cualquier persona que tenga mi energía, puede extraer un poco de lo que el ki me permite hacer, pero tu no tienes energía mía.-
- y que pasará-
- tu eres diferente, tienes energía diferente a la mía, por lo que no funcionará al menos que te de un poco de mi ki, y si te lo doy básicamente terminarás explotando, así que te daré ambas energías para que te sea posible tener un poco de poder y para que mejore tus habilidades- dijo mientras acercaba el ki con esa energía extraña verde.
-pero... si obtengo tu energía no podre volver aquí-
- así es...- dijo con un tono triste
- e-entonces ¡n-no, no quiero!- dijo alejándose un poco de el y los pequeños orbes brillantes
- no te preocupes, ya veré la solución para verte nuevamente, ahora ve por tu amiga, ademas el árbol comparte esa energía, así que puede haber solución, no te preocupes- dijo con un tono que claramente reflejaba que era una mentira.
- y-yo también quiero salvarte, quiero que el mundo esté en paz, quiero que tu mundo esté en paz, y quiero estar contigo cuando eso pase- decía mientras lagrimas salían de ella.
- pero... siempre estaré contigo, la energía soy yo, este árbol soy yo, y estoy en todos lados, así que lo dejo en tus manos- dijo mientras fundía esos dos orbes de energía en el pecho de kaguya.
en ese instante, kaguya brilló, su cuerpo estaba aceptando eso, ya que no tenia malas intenciones al igual que el azabache antes de ser corrompido. dando varios cambios en su apariencia, ahora era mas poderosa.
- te quiero...- dijo mientras unían sus frentes.
- yo también... ahora ve, antes de que el árbol te quite todo-
- ¡si!- dijo mientras un extraño ojo se abría en su frente en ese instante supo de un metodo extraño que el árbol tenía para la soledad de gokú.
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todo el mundo le esperaba en los alrededores, ya que si se acercaban demasiado morirían, ella tenía que salir tarde o temprano, y la chica llamada aino no quería ayudar en nada, pero podían usarla.
un brillo se vio a través de las aberturas de las hojas del dios árbol, para después ver a kaguya salir volando en medio de estas, y ver como se acercaba a ellos.
-por favor... entrégate kaguya, no quiero que haya mas victimas!- dijo el padre de los hijos que ella esperaba.
- deja ir a aino ahora!- dijo con una voz imponente asustando a todos.
- s-si no te entregas la mataré!- dijo uno de los sirvientes del rey de so apuntando con un cuchillo al cuello de la chica.
- kaguya-san, por favor huya- dijo con lagrimas en los ojos.
- no te dejaré aino!- dijo acercándose con intenciones de salvarla.
- di-¡disparen!- dijo el rey dando la señal a sus soldados que lanzaron muchas flechas con fuego.
kaguya utilizó su gran poder evitando las flechas, y acercándose al hombre que tenia cautiva a su única amiga.
cegado por la desesperación, el hombre cortó el cuello de aino rebanandolo profundamente y matándola casi al instante.
- ka-kaguya-san, que tenga un buen y saludable hi...jo- fueron sus ultimas palabras de ino antes de caer muerta al suelo.
sin saberlo todo había terminado, para el padre de sus hijos, para sus soldados, para los soldados que estaban invadiendo el país, para los causantes de la guerra, ¿esa era la manera de utilizar la energía de gokú?, ¿de agradecer su existencia?, todo eso pasaba mientras él vivía encerrado siendo prisionero de aquel árbol?, la única salvación que tenia a la soledad era dormir, lo cual obviamente no era para nada bueno!, el le había dado la fuerza para conseguir la paz, así que lo conseguiría, lo haría para vivir una vida tranquila junto a aquel "niño" que le había robado el corazón, y ahora todos los causantes de la guerra devolverían eso que le pertenecía a gokú, ¡no lo merecían!.
solo había una forma, y eso era que todos cayeran en el sueño del cual gokú había sido cautivo, ahora poseía el poder suficiente del árbol y de el pelipunta para hacerlo, así todo sería regresado.
con lagrimas en los ojos por la muerte de su amiga, se elevó en el cielo y con su tercer ojo otorgado provocó lo que ella nombró como tsukiyomi infinito.
la luz iluminó todo el mundo, y todos los humanos cayeron en la ilusión que el árbol preparaba al saiyajin cada cierto tiempo de soledad, haciendo que ellos vivieran sus mas grandes anelos, provocando que las raíces que estaban esparcidas por todo el planeta salieran para tomar lo que le pertenecía a gokú.
-¿ka-kaguya que eres en realidad?- decía el hombre que pronto dejaría de ser rey del país de so.
ella lo miraba con desprecio
- yo cuidare el mundo de gokú-kun junto a mis hijos- dijo para ver por ultimo como era tragado por la tierra
todas las guerras habían terminado, pero las lagrimas seguían siendo derramadas, había perdido a su única amiga, y ahora no podría ver nunca mas a gokú-
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- la soledad había vuelto, no sabía lo que había pasado, pero levemente podía sentir como un poco de energía había llegado al árbol, pero eso era lo de menos, el quería ver nuevamente esos ojos que tanto admiraba.
kaguya por su parte buscaba la manera de volver al árbol, si este detectaba las energías de gokú, ella terminaría igual que los humanos, pero tenia que hacer algo, deseaba acariciar el pelo rojizo en puntas de ese niño, no... de gokú. ella era la única que podía ayudarle, ella era la única que podía estar con el, si tan solo pudiera quitarse la energía que tenia en su interior... pero una idea se le vino a la mente, posiblemente había una forma de engañar al árbol.
le tomó mucho tiempo, y con su condición de embarazo se le dificultaba, pero la necesidad de ver al pelipunta era mas grande, pero un día logró materializar la energía en sus dos manos, los dos pequeños orbes azules y verdes, sin embargo después de unos segundos quedaba muy exhausta, así que tenía que hacerlo rápidamente.
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el saiyajin estaba sentado mirando al lugar por el cual la mujer de piel pálida solía llegar, era lo único que podía hacer, posiblemente nunca la volvería a ver, pero...
para un humano normal hubiera sido imperceptible, pero para sus oídos entrenados el mensaje era muy claro.
en la linea que dividía el verde pasto, y el arenoso desierto estaba parada, tenía que hacérselo saber, y aunque el árbol estaba bastante lejos, preparó sus pulmones y gritó.
- ¡gokú-kun!-
el saiyajin lo escuchó y muy alarmado se puso de pie en un segundo.
- ¡gokú-kun!, ¡no me rendiré!, ¡te prometo que volveré a verte!-
los ojos del saiyajin se inundaron de lagrimas al instante.
- ¡gokú-kun! ¡prométeme que tampoco te rendirás!- gritaba con todas sus fuerzas con sus manos al rededor de su boca para que se escuchara con fuerza.
el pelipunta no pudo contenerse mas y trató de volar fuera de ese sitio, pero inevitablemente fue detenido.
- !por favor prométemelo!, ¡son-kun!-
impotentemente era arrastrado de vuelta a la cueva , pero con todas sus fuerzas puso sus manos al rededor de su boca y respondió.
-¡lo prometo!, ¡no importa lo que pase!, ¡tampoco me rendiré!-
una sonrisa y un brillo en los ojos de la mujer se hicieron presentes, y con su mano en su corazón dio media vuelta y regresó.
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ahora era mas fácil, casi sin esforzarse había logrado materializar los orbes en sus manos, y ya teniendo bastante control de ellos, comenzó a juntarlos, tenía que estar bastante concentrada si quería lograrlo, por lo que tener calma era vital, pero su motivación era mas que suficiente, por lo que al unir esos orbes una inmensa llama de color azul apareció y la rodeó, esta no quemaba, era la "nueva" energía que ella había creado, así que la absorbió y la unió a su cuerpo y a su propia energía.
ahora tenía mas cambios, algo parecido a cuernos habían salido de su cabeza y su cabello era mas largo, ademas de cambiar su vestido a uno mas ancho con mas detalles.
si todo salía bien, ella podría ver a gokú una vez mas, pero pronto daría a luz, por lo que decidió esperar y no arriesgar a sus hijos si algo llegaba a pasar.
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El tiempo había pasado, desde aquel grito, el saiyajin estaba meditando sin parar tratando de encontrar un método que le ayudará, así pasando mucho tiempo, hasta que un día abrió los ojos.
- creo que lo he logrado- dijo con un tono alegre, muy imperceptible, mismo que se desvaneció después de escuchar esa voz.
- que lograste?- una voz le tomó por sorpresa y le hizo girar, dónde pudo encontrarla y no separó su mirada de ella, los dos pares de Orbes blancos y rojos no dejaban de verse mutuamente, e inevitablemente comenzaron a bañarse en lágrimas.
- creí que nos tomaría más tiempo- dijo la mujer de labios rojos.
- kaguya...- no sabría como describir la felicidad que en ese entonces sintió.
Fin del capítulo 1.
Hola querido lector, aquí el nuevo cap, perdón por no subirlo rápidamente pero creo que la cantidad de palabras lo compensa.
Espero les haya gustado y si es así no olviden dejar su voto para motivarme y traerles los capítulos de esta historia.
Espero que estén bien y sobre todo... gracias por leer.
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- vamos dime como te llamas?-
- vete de aquí si no quieres morir-
- vamos, mi nombre es tsunade y el tuyo?-
- sólo vete-
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