Capítulo 11.

Sairaorg Bael miraba al super saiyajin que le sonreía divertido por su reacción. Este simplemente le levantó el pulgar mientras el joven demonio se acercaba rápidamente para darle un fuerte abrazo.

-¡Es un gusto verle maestro! -el demonio exclamó con felicidad.

El Son simplemente correspondió con uno de sus brazos, no le molestaba que su alumno le muestre esa clase de gestos.

-Lo mismo digo Sairaorg, puedo sentir como te has fortalecido mucho -habló el rubio con una sonrisa confiada.

-Así es, he seguido sus consejos, pero... -el joven miró el cabello en puntas del guerrero- ¿Qué es esa forma suya? -preguntó curioso mientras se apartaba y pasaba su antebrazo por sus ojos.

-Oh, esto, es una transformación de mi raza -respondió con simpleza tomando uno de sus mechones.

-Ya veo, yo también estoy seguro de que su fuerza ha incrementado de sobremanera -expresó sonriente el chico.

-Así es, ¿qué dices? ¿una pequeña pelea? -preguntó emocionado el saiyan.

-¡Por supuesto! -exclamó sin dudarlo el ojivioleta mientras liberaba todo el peso extra de su cuerpo que se hinchó por unos momentos.

Su cuerpo se rodeó de un ki blanquecino que generó un viento que rápidamente se esparció.

Goku analizaba todo aquello con algo de asombro, sí que había estado entrenando como se lo esperaba.

El muchacho compartía esas ansias de superarse con él, algo que le agradaba mucho.

Volvió a su forma base, con esto podría divertirse más.

-¿Por qué...? -preguntó Sairaorg casi ofendido.

-Quiero poder disfrutar correctamente el encuentro con mi único discípulo -fue la respuesta que asombró al demonio.

-Supongo que está bien, maestro -el esbozó una sonrisa, sabía perfectamente que no tenía que cuestionar a Goku, lo aprendió hace años.

-¡Ven! -exclamó Son Goku al mismo tiempo que el demonio se arrojaba directo hacia él.

El suelo se destrozó al instante justo cuando Goku recibió de lleno el golpe en su rostro que ni siquiera lo movió.

-¡Buen golpe! -exclamó Goku- Me toca -murmuró mientras regulaba su fuerza e incrustaba un potente puñetazo en el estómago del chico que fue mandado a volar al instante.

Sangre se esparció por el suelo a la vez que intentaba detener su arrastre con sus pies.

Respiró agitadamente analizando el dolor en su cuerpo. Era una maldita locura, era casi absurdo el daño que recibió por un simple golpe.

Lo que él ignoraba todavía era contra quien estaba luchando, Goku era un ser capaz de destruir mundos con facilidad y el hecho de que haya podido mantenerse consciente siquiera ya era un gran logro.

Veía borroso, algunas de sus costillas estaban rotas pero aún así sonreía bestialmente.

"¡Pum!"

Goku apareció en frente suyo.

-Es imposible que eso sea todo, ¿verdad? -no le subestimaba, pero tenía que sacar toda su fuerza.

-¡Nunca! -exclamó el domador de leones barriendo el piso haciendo que Goku pierda su equilibrio o eso parecía.

Sairaorg se abalanzó tomando el rostro de Goku para estamparlo contra el suelo, aunque tuvo que usar su antebrazo para cubrirse de una patada del guerrero.

Sus huesos chillaron y su rostro se contorsionó. Jamás se rendiría ante ese dolor.

-¡Argh! -el ki brotó nuevamente de su cuerpo dando un fuerte pistón.

Goku se repuso nuevamente justo para recibir el puñetazo del demonio en su abdomen ante lo cual simplemente sonrió.

Justo allí el joven comenzó a arremeter con todos los golpes posibles, patadas, punetqzos e incluso cabezazos que eran recibidos por Goku que se emocionaba más y más.

"¡Aaaargh!"

Rugió bestialmente ignorando toda la destrucción que causaba con sus fuertes golpes y liberación de ki que Goku mismo le enseñó en antaño.

Ante tal alboroto varios demonios fueron rápidamente al lugar, se trataba del séquito del noble demonio quienes se preocuparon al instante al ver a su amo luchando tan ferozmente contra alguien desconocido.

Uno de ellos era un chico de pelos naranjas que sin dudarlo corrió hasta su amo y señor, lo necesitaría después de todo

La batalla ya había ascendido hasta los cielos donde Goku simplemente se cubría recibiendo los golpes.

-¡Vamos maestro! ¡ataque! -pidió algo molesto.

-¡Bien! -al terminar de decir eso el demonio ya estuvo escupiendo sangre nuevamente tras recibir una patada en su costado que lo mandó de bajada contra el duro suelo.

-¡Lord Sairaorg! -exclamó con preocupación una rubia llamada Kuisha Abbadon dispuesta a ir.

-¡Qué nadie venga! -exclamó el rey mientras se ponía difícilmente de pié limpiando la sangre de su rostro.

-¡Sairaorg-sama! ¡Úsame! ¡Por favor, "úsame"! -exclamó el muchacho con preocupación ante lo cual simplemente recibió la mirada de su amo quien suspiró levantando la vista a su maestro que estuvo curioso ante aquello.

-¿A qué se refiere Sairaorg? -preguntó bajando a unos metros del demonio.

-A partir de ahora usaré todo lo que tengo para entretenerlo -habló el chico cerrando sus ojos- ¡Regulus! -exclamó fuertemente.

El chico de cabellos naranjas se volvió una esrela de luz dorada que impactó rápidamente con Sairaorg rodeándose de toda se energía.

-¿Qué es lo que harás? -se preguntó el Son sumamente interesado.

-¡Mi león! ¡Rey de Nemea! ¡Tú que cargas con el nombre del rey Leon! ¡Escucha mi llamado y préstame tu ser! -exclamaba fuertemente lleno de determinación- ¡Balance Breaker! -finalizo generando un gran brillo que cegó por unos segundos a Goku.

Él azabache miró curioso que fue lo que pasó llevándose una gran sorpresa al ver a su primer discípulo ahora envuelto en una imponente armadura dorada y una sonrisa de emoción.

-¡Esto es todo lo que tengo! -gritó fuertemente mientras comenzaba a caminar hacia el Son.

-Ya veo, entiendo lo que tratas de decirme Sairaorg -Goku soltó unas risas, pero no de burla ni tampoco engreída, simplemente reía.

Su ki comenzó a brotar de su cuerpo, sus ojos se tornaron esmeraldas y su cabello dorado en puntas.

La energía dorada rodeaba ahora a los dos guerreros.

-Quieres que yo también vaya con todo -murmuró con una expresión más seria.

A él tampoco le gustaría que alguien le subestime y Sairaorg tampoco se lo diría abiertamente pero entendió sus palabras.

Los demonios menos el rey se estremecieron al sentir la misma energía de hace unos días en aquel sujeto rubio. Tenían miedo, estaban aterrados de que algo pudiera pasarle a su amo pero este seguía caminando hacia el super saiyajin con una expresión determinada.

El saiyan se elevó e iluminó en los cielos que por alguna razón se había nublado. Aquello parecía ser el ascenso de un Dios.

Sin pensarlo más el heredero de los Bael se arrojó brutalmente en un único ataque que cargaba con todas sus fuerzas, energía y emociones dispuesto a hacer arder su propia alma en este amistoso encuentro.

-¡Lord Sairaorg! -su séquito exclamó con terror.

"¡Aaaaaaaaaaargh!"

Todo terminó en menos de un segundo. Kilómetros fueron destruidos detrás de Goku, la potencia del demonio era avasalladora en todo aspecto, pero en ningún momento tuvo oportunidad.

Nadie pudo ver el momento en el que Goku hizo un contraataque o algo similar pero todos los sabían, Sairaorg Bael había perdido.

-S...solo tres golpes -murmuró el azabache respirando agitadamente a punto de caer de rodillas, pero fue sostenido por uno de los brazos del Son que sonreía casi con orgullo.

-Lo has hecho muy bien -fue lo único que dijo antes de que el joven demonio cayera inconsciente.

Los demonios vieron como el guerrero misterioso aparecía en frente suyo cargando a su amo intentando ponerse en guardia.

-Cuidenlo por unos momentos, ya vuelvo -habló con completa calma antes de posar sus dedos en la frente.

Nuevamente desapareció.

Lord Phenex estaba totalmente preocupado y serio, ese poder había brotado nuevamente y ahora en el infierno.

-¿Qué es lo que haces a...? -iba a decir pero se asustó cómicamente cuando el mismísimo Goku apareció en frente suyo- ¡Go...Goku! -exclamó intentando recuperar la respiración.

-Oye, ¿no podrías llorar unos momentos? Lo necesito -preguntó rascando su nuca.

-¿Heh? ¿q...qué es lo quieres? -preguntó suspirando.

-Oh, es que tengo que curar a alguien -respondió con simpleza- Te lo explicare luego, ya sabes -le restó importancia al asunto.

-Mira que causar todos estos alborotos y aparecer de la nada con ese pedido -el rubio Phenex se frotó la frente con frustración.

Se acercó a un estante y de allí tomó un contenedor de lagrimas de Phenex que arrojó a su amigo.

-Gracias, luego vendré a comer algo jeje -dijo antes de volver a desaparecer.

El séquito de Sairaorg ya habían traído a su amo en la mansión Bael dispuesto a tratarlo cuando el saiyan apareció nuevamente.

-Esto ayudará, ¿no? -preguntó enseñando las lagrimas.

Le miraron con precaución y luego entre ellos mismos.

.

Sus ojos violetas se abrieron lentamente acostumbrándose a la luz.

-¿Donde...? -se preguntó el joven demonio con somnolencia.

-Esa pelea fue muy buena Sairaorg, lo has hecho muy bien -habló una voz familiar levantando su vista viendo la sonrisa de Goku en su forma base con las ropas rotas pero sin heridas notables.

-Ma...maestro -el domador de leones sintió como su cabeza fue acariciada algo que simplemente dejó pasar- Gracias.

-Jeje, no fue nada, me divertí mucho -fue lo único que dijo mientras comenzaba a comer.

-¿Heh? Este es mi cuarto... -murmuró notando aquel detalle.

-Tus amigos me dijeron que te traiga aquí -respondió Goku con sus mejillas hinchadas sentándose en una silla de madera.

-Ya veo... -murmuró rememorando la pelea- Maestro, ¿fue usted uno de los que libertó todo ese poder hace unos días? -preguntó al fin.

-¿Pelea...? ¡Claro! Ya sé, sí, fuimos Gohan y yo en un pequeño calentamiento -respondió con simpleza limpiando su rostro.

-¿Gohan? ¿también se ha hecho tan fuerte? -preguntó asombrado- Sabía que tenía un gran potencial, ¡me alegra! Jaja -reia con honestidad.

El pequeño a quien veía casi como un hermano pequeño, era claro que estaba orgulloso de él. Había compartido muchas veces con el hijo de su maestro y rápidamente le tomó aprecio por su comportamiento honesto y humilde, similar a él pero carente de ganas de pelear.

-De hecho Gohan ahora es más fuerte que yo -reveló con una sonrisa socarrona asombrando al demonio.

-Increible -murmuró atónico, un chico menor que él mismo supero a su maestro, aunque bueno, era su hijo después de todo- Maestro, tengo algo que pedirte -llamo la atención del guerrero.

-¿Qué es? -preguntó curioso.

-¡Por favor vuelve a entrenarme! -pidió agachando su cabeza casi en súplica.

-Pues claro, para qué crees que he venido, tengo muchas técnicas que enseñar, ¿sabes? Sería bueno si aumentas tu fuerza y luchamos de vez en cuando -fue la respuesta de un tranquilo Goku que alegró de sobremanera al heredero Bael.

-¡Muchas gracias! ¡muchas gracias! -exclamó al borde de las lagrimas.

Rompería sus límites una vez más.

-Oye, ¿y dónde esta Misla? No la he visto y estoy seguro que se hubiera preocupado por ti -preguntó mirando los alrededores- Siento su energía algo alejada de este lugar -murmuró mirando hacia cierta dirección mientras daba un mordisco a un trozo de carne.

La mirada del demonio se volvió triste y melancólica.

-Mi madre... ella ha caído enferma -murmuró con frustración apretando sus puños.

-¿Misla? ¿hablas en serio? -preguntó Goku con seriedad y preocupación- Vamos a verla -habló llamando la atención del diablo.

El chico vio como Goku puso sus dedos en la frente y posteriormente lo sostuvo del brazo.

Antes de darse cuenta estaba en el cuarto donde su madre reposaba completamente dormida.

Los ojos de Goku se volvieron de preocupación al verla, claramente se veía cansada incluso estando dormida. Ahora podía percibir mejor como su energía estaba sumamente baja, eso era peligroso.

Sairaorg apretó los dientes al verla nuevamente así.

-Maestro, a mi madre ha caído en una enfermedad peligrosa y rara en los demonios -comenzó a hablar- Según dicen solo queda esperar su muerte -el mismo se giró, no quería ver a su mamá así.

-¿Recuerdas lo que te enseñé del ki? -preguntó mirando a su discípulo.

-Claro, es la energía que todo ser vivo tiene dentro suyo y que al entrarlo se puede usar de diversas formas -dijo confundido- ¿Qué tiene que ver eso con el estado de mi madre? -preguntó serio.

-No soy doctor, pero he aprendido como reunir ki de los alrededores, energía vital de la naturaleza misma y demás personas -comenzó a hablar cerrando sus ojos y concentrándose- No estoy seguro si fuera a funcionar pero... podría darle esa energía a ella, quizás para alargar su vida o para que pueda despertar también -dijo serio.

-¿Ha...habla en serio? -los ojos del demonio se abrieron llenándose de esperanza.

-Lo haré por ella, es mi amiga y tu madre -dijo con determinación el saiyan.

El Son apartó las sábanas de la mujer y levantó parte de su camiseta para dejar ver el abdomen de la castaña posando suavemente su mano.

Sairaorg conocía perfectamente a Goku y sabía de sobra que no tenía ninguna mala intención. Confiaba plenamente en él.

-Por favor, por... favor maestro.

El diablo sintió como si su energía fuera drenada levemente, nada peligroso pero estaba allí, si pudiera daría todo su ser para que la mujer despierte.

Goku comenzó a reunir energía en su propio cuerpo y posteriormente pasarlo directamente en Misla.

Ambos se rodearon de una cálida luz azulada blanquecina. Por varios segundos Goku estuvo pasando energía a Misla, incluso la suya propia.

El ki es la energía vital de los seres vivientes, todos lo poseían y era el motor mismo de una vida. Si la drenan por completo es lo mismo que la muerte para todos.

Sairaorg tuvo que cerrar sus ojos por el brillo emanado, no duró mucho para que pueda abrirlos nuevamente notando a su maestro que miraba fijamente a su madre.

-Ya está... su energía fue restaurada -murmuró suspirando- Creo que... -iba a decir.

"Mmgh"

Un suave gemido somnoliento fue expresado llamando la atención de los dos hombres.

--Fin del capítulo--

Bueno, estoy a full con la historia, probablemente saque otro capítulo hoy mismo pero no prometo nada uwu.

En fin, dejen sus comentarios como siempre.

Para el próximo capítulo 200 votos.

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