Capítulo 10.

Goku levantó su ceja a la amiga de su hijo, era fuerte, bastante más que muchos de los seres de este mundo aunque tampoco era la gran cosa para su hijo o él.

-¿Quién es tu amiga? Siento que es muy poderosa, hijo -Goku sonrió con emoción llamando la atención de la pequeña azabache.

Gabriel sudó frío, ¿qué hacía en este lugar aquel dragón? Además era amiga de Gohan, algo que le preocupó de sobremanera.

-Go-chan... ¿es realmente una conocida tuya? -preguntó con nervios sin terminar aquel abrazo aunque ahora tenía más intenciones protectoras.

-A... así es tía -respondió con nervios por fin logrando escapar respirando agitadamente.

La serafín se estremeció al sentir la mirada de la dragón.

-Una hija de Dios en este lugar, eso no me lo esperaba -habló Ophis con serenidad aunque no tardó mucho en ignorarla para centrarse en Goku quien seguía analizandole con una pequeña sonrisa.

-Oye, Ophis, ¿verdad? -preguntó recibiendo un asentimiento- ¿No te gustaría una pequeña pelea? -ofreció con emoción.

Gohan se confundió un poco aunque finalmente suspiró al conocer perfectamente a su padre.

-¿La conoces Gabriel? -preguntó Yasaka con curiosidad recibiendo la mirada preocupada de la otra rubia.

-Esa es Ophis, el dragón del infinito -respondió totalmente segura y la mencionada tampoco intentó negarlo.

Yasaka se asombró por completo al oir tal cosa.

-¿E...el dragón del infinito? -murmuró con preocupación.

-Ella es mi amiga, mamá, desde ya hace muchos años -Gohan habló ahora llamando la atención de todos- No sé cómo la conoce la tía, pero ella no es mala ni nada de eso -aseguró determinado.

Por alguna razón sentía como si todos estuvieran atacando a su amiga y eso no lo permitiría.

-E...entiendo, esta bien supongo -murmuró la madre no tan segura.

Ophis miraba todo aquello restándole importancia, no es que le interesara alguno allí más que Gohan.

Tras unos segundos el mestizo tomó valor para hablar nuevamente.

-Mamá, papá... ¿ella puede vivir con nosotros? -preguntó Gohan desviando su rostro y rascando la nuca.

Yasaka iba a hablar pero las risas de Goku le callaron de inmediato.

-Pues claro, no hay problemas además la casa es muy grande, ¿no Yasaka? -preguntó divertido, algún día podría luchar con esta dragón.

-¿Estás seguro Goku? -preguntó Gabriel acercándose al rubio con preocupación.

-No le veo el problema, además no creo que cause problemas -dijo con total naturalidad poniéndose de pie.

Por primera vez los ojos de Ophis tuvieron un pequeño tic, este sujeto no le veía como un obstáculo en absoluto.

-¿Realmente eres el dragón del infinito, Ophis? -preguntó Kunou acercándose a la azabache curiosa.

-Sí, lo soy -respondió fríamente aunque se confundió cuando la Nina pareció emocionarse e incluso tomarle de las manos.

-¡Eso es genial! Mi madre me ha contado que eres uno de los seres más poderosos -habló con alegría la niña sonriente.

-Dime Gabriel, ¿cuando quiere Michael que me reuna con todas esas personas? -preguntó curioso el saiyan ignorando lo demás.

Podría tener unas buenas peleas con esos reyes demonios o ángeles caídos después de todo.

-Dos días nada mas Goku -respondió feliz la serafín pues el hombre estaba mostrando interés.

-Hecho -el rubio extendió su mano a la mujer cosa que por alguna razón la ruborizó.

Su vista se volvió nostalgia y con delicadeza correspondió el estrechon de manos.

-Entonces nos veremos pronto Goku, me gustó mucho volver a verte y estoy segura que se volverá más regular como antes -ella se abalanzó a abrazarle con fuerzas frotando sus enormes pechos con los pectorales del hombre que simplemente reía nervioso intentando ignorar la mirada de su mujer.

-E...esta bien, también fue bueno verte Gabriel -respondió el saiyan acariciando la cabeza de la serafín cosa que ella disfrutó de sobremanera.

Tras despedirse de los demás miembros de la familia Son la hija de Dios finamente se retiró.

-Gohan, ¿por qué no le enseñas la casa a tu amiga? -preguntó con algo de nervios Yasaka no tan segura de tener a la mismísima dragon del infinito allí, aunque Goku se veía muy relajado cosa que le calmó.

-Claro, ¿nos acompañas Kunou? -preguntó el mayor recibiendo un feliz asentimiento de la niña saliendo del lugar.

Yasaka miró a su marido para regañarle pero entonces lo notó pensativo.

-¿Ocurre algo? -preguntó con preocupación acercándose al rubio tomándole de la mano.

-Cuandi Gabriel habló de los demonios me recordó mi tiempo en el inframundo -comenzó a hablar con diversión- Y los amigos que hice allí...

-Supongo que es bueno, ¿quieres visitarlos? -preguntó con una dulce sonrisa.

-Sí, pero sobre todo a mi primer discípulo -habló con unas risas- Estoy seguro que es muy fuerte ahora, su determinación era increíble para su edad -murmuró.

-¿Tu discípulo? -se preguntó pensativa hasta finalmente recordar- Claro, recuerdo cuando me hablaste de él, incluso Gohan lo conoció, ¿no es así?

-Je... creo que le haré una visita -Goku dijo sonriendo y poniéndose de pie.

-¿Ahora mismo? Pensé que esperarías esos dos días -se dijo confusa.

-No hace falta jeje.

-Goku... -su mujer le llamó cosa que le tensó.

-Sabes muy bien que el asunto de hace rato no ha terminado, ¿verdad? -preguntó con un tono peligroso.

-¡Vuelvo enseguida! -exclamó corriendo cómicamente.

Yasaka simplemente suspiró con resignación esbozando finalmente una risa divertida, amaba a ese hombre pero sabía que era casi un imán para las mujeres y eso le preocupaba.

.

Goku miraba el cielo del inframundo con sus ropas rasgadas y bastante sucias. Llevaba mucho tiempo en ese lugar y su mayor problema no eran los diablos que enfrentó sino el hambre, el maldito hambre y que estaba más que perdido.

-Lo que daría por un trozo de cola de dinosaurio -se dijo con una débil sonrisa.

"¡Grrrgh!"

Su estómago rugió una vez más.

-Estoy seguro que encontraré algo -se dijo poniéndose de pie y comenzando a caminar.

Así estuvo unos cuantos minutos hasta que un ruido llamó su atención, golpes secos, duros a una superficie estática.

Madera golpeada constantemente y pequeños gemidos de dolor infantil. Se asomó para ver de qué se trataba.

Era un niño, probablemente un poco mayor a su hijo Gohan.

Sus ojos violetas se veían cubiertos de lágrimas pero no parecía dispuesto a rendirse.

Lo vio por un buen rato pero ya no pudo aguantar más.

-Tus golpes están mal dados, tu cuerpo no está en la posición correcta para usar su peso en la fuerza puesta -dijo repentinamente saliendo de detrás de un árbol asustando al niño.

-¡¿Q...quien eres tu?! -preguntó alertado mientras se ponía en una curiosa posición de pelea.

Cabellos azabaches desordenados, una ropa elegante pero sucia. Detrás suyo el tronco del árbol magullado por los débiles golpes del mocoso.

-Oh, soy Son Goku, un luchador de artes marciales -se presentó con una gran sonrisa confundiendo al niño.

-¿Artes marciales? -preguntó.

-¿No sabés que son? -preguntó curioso.

-L...lo sé pero, ¿qué haces en este lugar? -preguntó el pequeño con preocupación, estaba muy alejado de su mansión.

-Eso es fácil, estoy desafiando a los demonios fuertes que me encuentro jeje -dijo rascando su nuca.

-¿Heh? ¿por qué? -preguntó entrecerrando sus ojos.

-Para probar mi fuerza -respondió con seguridad- Pero eso no importa, lo que realmente interesa aquí es que sepas dar un buen golpe -dijo mientras se giraba y tras unos segundos daba un potente golpe que mandó a volar el árbol detrás suyo bastante más grande que el del pequeño que quedó asombrad- Justo así.

-¡I... increíble! ¡enseñame a hacer eso! -exclamó corriendo hacia el extraño hombre de ropas rotas.

-Hmmm -Goku posó sus dedos sobre su mentón aunque su rostro se torció cómicamente cuando su estómago comenzó a gruñir nuevamente- ¡Aah! Tengo mucha hambre -se dejó caer de espaldas.

-¡He...he! ¿estás bien señor? -preguntó el niño acercándose al hombre.

.

Ahora las ropas de Goku estaban tiradas en el suelo, su mujer le veía mientras el terminaba de ponerse su clásico dogi de peleas naranja con azul y kanji "Son" estampados en la espalda y pecho.

En su forma de super saiyajin todavía miró a su mujer de forma confiada.

-¿Y cómo planeas ir? ¿necesitas que habrán un portal mágico? -preguntó curiosa pero el saiyan simple negó.

-Todavia no te lo he mostrado, pero aprendí una técnica sumamente útil en un mundo cuando volvía de Namek -comenzó a hablar mientras posaba sus dedos en su frente.

-¿De qué se trata? -preguntó curiosa pero sabía de sobra que su marido le sorprendería.

-La teletransportacion -dijo orgulloso- Volveré pronto Yasaka.

Se concretó unos cuantos momentos y entonces desapareció del lugar sin dejar rastros.

"¡Fish!"

.

Un hombre apuesto, grandes músculos, ojos violetas y expresión confiada estaba en un prado destruido.

Él era el único causante de todo aquello pues estaba entrenando, lanzaba poderosos golpes pesados que lo destruían todo.

Su fuerza era inmensa así como también la habilidad que mostraba en sus movimientos.

-Ese poder de hace unos días era increíble... pero tengo que ser capaz de seguir adelante y superarme -murmuró con determinación por más que la idea fuera estúpida en todo sentido.

Alguien le había enseñado que todo era posible con el esfuerzo suficiente. Una persona a quien admiraba de sobre manera por todo lo que aprendió de él.

Su cuerpo grito alerta repentinamente cuando sintió una presencia sumamente poderosa cerca suyo.

Rápidamente se giró notándose primeramente confundido.

-¿Quién...? -iba a preguntar al ver al rubio de cabellos en punta pero luego vio sus ropajes y el kanji en su pecho.

La expresión del hombre era alegre, feliz por alguna razón que él desconocía por ahora.

-Je, parece que ya sabes lanzar unos buenos golpes, Sairaorg -habló el saiyan alegre- Dime, ¿tienes algo de comer? -preguntó rascando su nuca.

El demonio simplemente no supo qué decir, pero finalmente esbozó una gran sonrisa.

-¡Maestro! -exclamó feliz.

--Fin del capítulo--

Bien, espero que hayan disfrutado del capítulo, dejen sus comentarios, da gusto leerlos.

El harem de milf se acerca jaja😈

Con este capítulo completamos los 10, en muy poco comparado con otras historias xD. Pero el tema es que me gusta bastante esta idea y me puedo dar varias ideas al no tener que limitarme ni nada.

En fin, para el próximo capítulo 230 votos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top