Capítulo XX.

La mujer voluptuosa sudaba nerviosa, esa pequeña bola de energía, aunque no podía percibirlo en su totalidad como la nekomata lo sabía, era sumamente poderosa.

Su mente pensaba mil por hora como pararlo, tenía que hacerlo pues el rostro sel guerrero le decía que ella sería la receptora de tal ataque.

Buscaba hechizos tras hechizos para defenserse pero se le hacía tarde, tendría que improvisar.

-Espero que lo soportes, Rose -Goku sonrió con cierta diversión, era clara que la energía que puso en su ataque no era letal, pero buscaba poner en aprietos a la bella albina.

La pequeña esfera de ki fue arrojada hacia la Valkyria quien lleno de magia su cuerpo mientras en su mente un hechizo habia sido improvisado por pura necesidad de supervivencia.

Una explosión detonó en todo el lugar tras aquello. Supo que la mujer estaba bien pues su ki no había disminuido en un punto crítico, se giró lentamente a la nekomata quien ahora tenía sus orejas y colas blancas visibles y un notable aumento en su energía.

Goku sonreía con emoción, lo que siempre le provocaban las luchas, pero había otra cosa.

Sus dos "alumnas" estaban demostrando sus verderas capacidades.

La pequeña torre lanzó su poderoso golpe que el saiyan recibió de lleno en su pecho causando que retroceda unos metros.

Koneko pensó que aquello le haría aunque sea algo de daño, pero sus esperanzas fueron destruidas cuando el azabache levantó el rostro lentamente con una sonrisa socarrona llena de confianza.

-Eso fue mucho mejor, vamos. ¡Sé que puedes más! -exclamó el guerrero arremetiendo hacia la pequeña que no pudo más que cubrir su cuerpo con sus brazos en x siendo fuertemente mandada a volar.

Goku se asombró un poco pues cuando apareció nuevamente detrás de ella un codazo fue lo que obtuvo en su rostro.

-Supuse que volvería a usar su velocidad, Goku-sama -la pequeña murmuraba con un tono de voz seco, tuvo que hacer el intento de predecir los movimientos del azabache y por suerte le salió bien.

-Estoy siendo predecible eh -murmuró el azabache divertido.

El brazo de la nekomata sintió el tremendo dolor que la patada que Goku le incrustó llevándola a estrellarse contra un gran tronco que al instante se desquebrajo.

-Eres fuerte y resistente, sin dudas tienes buenas capacidades para las peleas -Goku posó sus puños en su cintura con orgullo ajeno- Casi pareces estar hecha para pelear -finalizó con emoción de lo que podría hacer esta niña con el entrenamiento de sus maestros.

El saiyan caminaba sereno hacia la albina que se ponía de pie sosteniendo su brazo con algo de dolor.

-"Mis golpes no le hacen absolutamente nada" -pensaba la muchacha con cierta preocupación aunque con estoicismo analizando al oponente en frente suyo.

Había subestimado un poco a su maestro, creyó que simplemente tenía conocimiento, pero no era así. El mismo parecía ser la prueba de sus metodos.

La caminata de Goku fue interrumpida por unas flamas mágicas arrojadas por la Valkyria que vestía su armadura nórdica con expresión seria pero nerviosa tras presenciar como sometía a la diablesa yokai.

-¡No se olvide de mí, Goku-sama! -exclamó determinada levitando por los cielos.

-¡Woah! Estás casi intacta Rose, increíble, ¿cómo lo hiciste? -preguntó interesado el Son.

-Pues tuve que usar unas runas mágicas para formar una defensa mágica -explicó con nervios, fue puesta en graves aprietos.

-Ya veo, eso es genial, lo que dijo ese anciano de ti no creo que sea verdad -comenzó a hablar Goku con algo de seriedad- No creo que seas inútil -finalizó de la nada algo que tomó por completo desprevenida a la albina.

Muchas veces era casi tomado como chiste para algunos, pero el hecho era que le afectaba ser llamada así por su vivir familiar.

Un tenue rubor apareció en sus suaves mejillas al oír ese halago, pocas veces era elogiada así sumado al hecho que provenía de un apuesto hombre como lo era el saiyan no hacía jada más que agravar sus nervios.

Repentinamente la Tojō apareció en frente del Son con una expresión totalmente seria estando bastante magullada por los golpes. Dispuesta a golpearlo lanzó una patada al rostro de Goku que dio completamente de lleno.

Logró tomarlo desprevenido o eso parecía.

La pobre joven palideció levemente cuando la mano de Goku, quien apenas había movido la cabeza, se dirigía hacia su rostro.

La sombra de la mano cubría levemente sus ojos avellana rasgados, pero no sintió dolor, simplemente una calidez que le esparció el cabello.

Goku le estaba acariciando.

-Lo hiciste muy bien, Koneko -habló con amabilidad Goku sonriendo- Pero es hora de dejarlo aquí, ya he visto suficiente y creo que han avanzado bastante también -finalizó mirando de igual manera a Ross.

La Valkyria suspiró con alivio, la "prueba" no fue larga, pero sí muy intensa.

Son Goku sin dudas era un guerrero digno del Valhalla, lo notó en la pelea, el sujeto amaba las luchas, su sonrisa, movimientos y poses de pelea se lo demlstraban.

Su estilo fue refinado en entrenamiento y luchas duras.

-Entiendo Goku-sama -Rossewise asintió de acuerdo.

-Pero al menos mientras estamos en este lugar sería bueno que te mantengas en esa forma tuya -Goku señaló las orejas de Koneko quien se exaltó levemente por ello.

-Pero... -intentó decir no tan segura.

-Puedo percibir que tienes una extraña capacidad que te permite absorber el ki de tu alrededor -Goku explicó- Tu problema es que no puedes controlarlo a voluntad y para ello necesitas entrenar en esa forma -finalizó algo pensativo, era lo mejor que se le ocurría.

Poco sabía el guerrero de otro mundo que esa misma práctica algún día le sería de utilidad a él mismo y sus semejantes.

-Si usted lo dice Goku-sama, lo haré -la loli respondió con un deje de preocupación, aunque por lo visto el guerrero podría lidiar con ella si llegara a perder el control.

Se lo demostró en más de una ocasión.

-¡Bien! Pero es raro, es como un gatito jaja -se reía el guerrero comenzando a caminar hacia el bosque, más específicamente hacía un gran árbol.

-¿Qué hará? -le preguntó Rossweise curiosa siguiendo al chico.

-Pues fácil, prenderé una fogata para cocinar -respondió con simpleza a la vez que con un simple tajo con su mano partía el tronco del árbol para posteriormente patearlo hacia el cielo y dar un salto.

Las albinas vieron asombradas como los troncos caían perfectamente cortados y acomodados en el suelo.

Ambas aplaudieron tras la finalización de aquella demostración.

-Pe...pero, ¿de dónde sacaremos los alimentos para cocinar? -preguntó la hermosa nórdica con leve preocupación.

-Me gustaría chocolate con galletas -murmuró la nekomata sin cambios en su expresión.

-No creo poder conseguir eso aquí, pero sí algo de carne -el saiyan sonrió con confianza mirando en la profundidad del bosque.

Las dos mujeres siguieron su vista y Koneko fue la primera en notar la presencia hostil en el lugar.

-"¡Heh! ¿Será al menos comestible?" -se preguntó Ross mirando los peligrosos ojos azules en las sombras.

-Es una bestia mágica -murmuró la nekomata mirando con sus ahora ojos rasgados.

-¿Crees poder con eso? -preguntó Goku con tranquilidad posando sus manos en su cintura.

-Sí -fue la corta respuesta de la diablesa.

La pequeña corrió hacia el lugar con rapidez adentrándose al espeso del lugar.

Tras algunos segundos Goku comenzó a colocar los troncos en una zona seca.

-¿Necesita fuego? -preguntó la Valkyria intentando ayudar.

-Claro -el saiyan le dedicó una sonrisa agradecida a la mujer, podría lanzar un poco de ki, pero mejor se lo dejó a la guerrera.

-Pero primero -el cuerpo de la mujer se rodeó en un intenso brillo azulado que cegó momentáneamente a Goku.

Lo siguiente que vio fue que la ropa de la albina había cambiado a un buzo completo de color rojo con detalles blancos.

-Es más cómodo así -ella sonrió con satisfacción.

-Ya lo creo, esa armadura de antes se veía incomodo para la lucha -Goku expresó mientras se sentaba sobre un tronco esperando paciente que Koneko traiga la comida.

-Ya me acostumbré jeje -la chica imitó al hombre sentándose en frente para posteriormente generar algo de fuego prendiendo la fogata- ¿Usted no quiere que arregle sus ropas? -preguntó amablemente.

-¡Claro! Me vendría bien -el azabache asintió.

La Valkyria sonrió satisfecha extendiendo sus brazos y casi lo mismo ocurrió, las ropas de Goku fueron restauradas por completó.

-Luego tendré que tomar una ducha para limpiar la suciedad -Goku dijo con tranquilidad- Ustedes igual y luego de un pequeño descanso retomaremos el entrenamiento.

-"¿U...un baño?" -por alguna razón algunas imágenes comenzaron a pasar por la mente de la nórdica.

Nuevamente un rubor apareció en sus mejillas así como algo de humo de su cabeza.

Era claro que el hombre tenía un buen cuerpo, era fornido, esculpido por su entrenamiento.

-Cuando Koneko vuelva tendrás que usar esa magia tuya para agregar peso extra en sus cuerpos -el azabache le dijo tranquilo.

-¿A...ah? S...sí, claro -ella asintió saliendo de sus pensamientos.

Ahora que se daba cuenta estaba completamente sola con el hombre.

Detalló al chico que miraba las llamas con una pequeña sonrisa, era muy amable, honesto también. No había notado alguna mala intención desde que lo conoció, sin dudas era un buen hombre.

Así quedaron en un cómodo silencio, aunque ciertamente la mujer tenía algunas preguntas para el azabache, cierto interés por él había surgido en ella.

Aunque antes de que pudiera decir algo la diablesa volvió cargando sobre sus hombros lo que parecía ser un extraño jabalí con un pelaje carmesí cuatro veces más grande a lo normal pero no sorprendió a Goku por eso.

-¡Bien! Lo capturaste -el saiyan sonrió con satisfacción poniéndose de pie.

-Sí, no fue un gran problema -respondió con simpleza la nekomata.

-Ya veo, probablemente tus sentidos son más agudos con esas orejas, ¿no? -preguntó el guerrero tocando las orejas de la loli quien simplemente asintió.

Luego de eso hicieron que correspondía para que el animal demoníaco pueda ser cocinando. Goku empaló la carne por un trozo de madera y lo puso a asar ante le vista de las dos mujeres.

-Parece tener experiencia cocinando por esta clase de ambiente -habló Rose curiosa y antenta a las acciones de Goku.

-Sí, lo he hecho desde niño, fue mi abuelito quien me enseñó todo -respondió con tranquilidad el joven.

-¿Dónde está ahora él? -preguntó la nekomata serena.

-Falleció ya hace mucho tiempo -respondió sonriendo con nostalgia Goku.

Ambas mujeres se sintieron incomdoas ante esa respuesta, en especial koneko quien hizo la pregunta.

-Lo siento, Goku-sama -la diablesa se disculpó levemente apenada.

-Entonces... estuvo solo desde pequeño, ¿verdad? -preguntó con leve tristeza la Valkyria sintiendo empatía por el joven.

Goku simplemente asintió, claramente al principio fue duro para él estar completamente solo, pero lo supo sobrellevar y salir adelante como pudo, además luego apreció Bulma en su vida.

-No te preocupes, luego de eso pude despedirme de él como es adecuado e incluso pude pelear en su contra mostrándole cuanto mejore -les sonrió con alegría.

-¿Como es eso posible? -preguntó Rose totalmente confundida.

-Gracias a la abuela baba que la trajo del otro mundo como su guerrero por un día -respondió Goku como si fuera obvio.

-¿Es esa abuela baba una diosa o algo? -cuestionó nuevamente la nórdica.

-No creo que sea un Dios la verdad -respondió divertido el saiyan- Pero es una bruja según me dijeron mis amigos.

-Y...ya veo, qué poderosa bruja si es capaz de traer a los muertos a la vida -murmuró Rosse bastante asombrada por las capacidades de la hermana de Roshi.

Mientras tanto, en mundo de Goku, la abuela baba estaba bebiendo algo de té con algunos de sus luchadores.

"¡Achuuuu!"

Repentinamente estornudó mirando el cielo algo irritada.

-Alguien estará hablando de mí -murmuró con seriedad- Más vale que no sea nada malo o lanzaré algunas maldiciones -amenazó a la nada con molestia.

Algunas horas habían pasado desde que la carne comenzó a cocinarse. Goku en ese tiempo les contó algunas de sus historias, en especial de Inochikacho quien vino a sus recuerdos al ver su almuerzo.

Ya era el medio día y tras finalizar su almuerzo un círculo mágico violeta se hizo presente en el lugar llamando la atención de todos, aunque Goku sonrió con alegría al saber de quién se trataba.

-¡Goku! Por fin pude liberarme de todo aquellos documentos del mal -habló con algo de molestia una voz infantil.

Lo siguiente que vieron las dos albinas fue como Goku fue abrazado con fuerzas por una mujer de cabellera negra vestida con ropajes verdes oscuros.

-Ya viniste Serafall -habló Goku con tranquilidad acariciando la cabeza de la hermosa diablesa que levantó su vista violeta a Goku.

-Claro, me esforcé en terminar pronto, aunque solo pude terminar la mitad para luego escaparme jeje -sonrió pícaramente la chica extendiendo sus brazos con el símbolo de amor y paz finalizando el abrazo.

-Me alegra mucho verte -afirmó Goku alegrando a la mujer de sobremanera.

-Te traje esto -habló la diablesa mientras hacia parecer unas cuantas cajas de distintos colores- Son postres que me gustan mucho de la ciudad de Lilith -explicó.

Koneko realizó una pequeña reverencia de respeto a la poderosa reina demonio al igual que Rossweise, aunque esta última se sentía extrañada.

No por el hecho de ver la interacción entre ellos, era bien sabido que Goku y Serafall parecían tener una relacion más allá de la amistad sino por la sensación que surgió en ella, casi como un disgusto que rápidamente ignoró.

-¿Y qué te parece este lugar para entrenar? -preguntó la diablesa curiosa.

-Es perfecto, me recuerda un poco a las montañas Paoz -respondió Goku abriendo una de las cajas comenzando a comer.

Rose y Koneko tuvieron que reaccionar rápido cuando dos de esos paquetes fueron dirigidos hacia ellas.

Fue la pequeña loli quien abrió primero la envoltura para ver unos panecillos con crema blanca en ellas lo que ciertamente le agradó bastante a la torre de Rias.

-Eso creía, a mí me pasó lo mismo en tu casita -Serafall dijo alegre- ¿Cuándo planeas volver a la mansión? -preguntó la mujer interesada en salir por allí con el chico a pasear.

-Oh, justamente de eso te quería hablar, creo que estaré aquí con las chicas unos cuantos días, ya tengo una idea de como ayudarlas a ambas -respondió Goku con emoción.

-¡Heh! ¡Pe...pero eso es mucho Goku! No me gusta la idea -se quejó infantilmente la Maou cruzando sus brazos y resaltando su busto.

-No te enojes Serafall, puedes venir cuando quieras, ¿verdad? -preguntó Goku levantando una ceja por la actitud de la mujer.

-¡Ya sé! Pero planeé muchas cosas para hacer juntos -refunfuñó molesta.

-Pero si tendremos mucho tiempo para esas cosas, no te preocupes -Goku se puso algo nervioso al sentir la mirada molesta de la chica mágica.

Serafall lo miró fijamente por unos cuantos segundos y finalmente suspiró resignada.

-Esto bien, no creo que te haga cambiar de opinión después de todo, eres muy testarudo -la chica sonrió golpeando el hombro del hombre.

-¡Gracias Serafall! -exclamó el hombre con mucha alegría al punto de abrazarla y levantarla del suelo para girar sobre su eje, algo que le gustó bastante a la diablesa.

-Se llevan muy bien -mencionó Koneko a nadie en específico comiendo del postre con gusto.

-Sí... eso parece -respondió Rose con una expresión seca en su rostro.

Serafall se quedó junto al grupo por un par de horas riendo y pasándola bien con Goku hasta que un círculo mágico apareció en su oído.

Ella puso una expresión nerviosa al oír la voz de su hermana menor reganandola.

-Ya me tengo que ir, Sona ya se dio cuenta de mi fuga -en forma chibi Serafall mencionó.

La mujer se ruborizó un poco ante la acción que estaba por realizar pero finalmente lo hizo, un beso fue lo que le dio a Goku que fue tomado algo desprevenido, pero ya se estaba acostumbrando.

-Nos veremos luego Goku, chicas -la Maou se despidió desapareciendo así como vino.

Goku miró el lugar donde había estado Serafall sonriendo levemente bajo la atenta mirada de zafiro de la Valkyria.

Los ojos azabaches chocaron con los de Rose dedicándole una gran sonrisa.

-¡Bien! Luego del descanso viene el entrenamiento -habló el guerrero confiado.

-Sí -ambas chicas respondieron descansadas para poder comenzar.

Por alguna razón Rossweise se sintió más cómoda con la idea de que Serafall ya se hubiera marchado.

-Rose, ¿puedes poner el peso extra sobre sus cuerpos? -preguntó Goku a lo que ella simplemente asintió.

-Sí, Goku-sama -ella extendió sus brazos hacia Koneko cuyos brazos y piernas fueron marcados por unos círculos magicos azules antes de sentir el peso extra.

-Pon 5 kilos más, Koneko podrá soportarlo -afirmó el guerrero a lo que la pequeña albina asintió con una expresión que transmitió determinación.

Posteriormente Rosse se puso el peso adecuado sobre su cuerpo y le otorgó a Koneko una vestimenta similar a la suya solo que este era blanco con detalles rosas.

Fue allí que comenzó el calvario para las dos albinas, fue tortuoso el entrenamiento que Goku les puso. Claramente fueron llevadas al límite de lo físico, además Goku les prohibió sacar el peso extra sobre sus cuerpos incluso al dormir.

Aunque gracias a sus físicos sobrenaturales rápidamente se fueron acostumbrando.

Durante los dos días siguientes fueron visitados constantemente por Serafall que traía varios tipos de comida para consentir a Goku y claro que lo hacía.

En ese tiempo conocieron más al joven notando algo peculiar en él, era sumamente inocente, no demostraba interés en ellas como muchos hombres.

Koneko era más familiar con ese tipo de sensaciones pues estaba acostumbrada al ambiente lleno de adolescentes pervertidos en su academia.

El tercer día pasó con normalidad, pero en el cuarto un acontecimiento aturdidor para la Tojō y Ross ocurrió.

No supieron cómo, no supieron por qué. Ni mucho menos entendieron la razón de la presencia de tan aterrador ser en sus frentes.

Un tamaño que superaba algunas montañas, un cuerpo cubierto pos escamas carmesí, unos cuernos enormes de color negro dorado a unas enormes alas que cubrían el sol artificial del inframundo.

El ser de poder abrumador que causó que los ojos de las dos albinas se abran de par en par y que las veía con curiosidad con aquellos orbes rasgados color lavanda oscuro.

Un dragón había llegado al campo de entrenamiento.

Aunque lo que más aterró a las dos mujeres fue el hecho de que su maestro de ropas naranjas ya había saltado hacia el ser destrozando el suelo que pisaba y lo que las hizo palidecer aún más fue el poderoso golpe en el hocico que dio tumbando al escamoso ser al suelo causando un gran estruendo en los terrenos del clan Sitri.

"¡¿Qué demonios acabas de hacer Goku-sama?!"

Fue la pregunta de las dos discipulas atónitas ante lo que sus ojos veían.

--Fin del capítulo--

No llegamos aún a la meta pero igual, espero que hayan disfrutado del capítulo. Dejen sus comentarios si gustan, me complacería saber sus opiniones del rumbo que va tomando la historia.

Gracias por el apoyo a la historia incluso luego de tanta tardanza.

Para el próximo capítulo 210 votos y 2.36 seguidores y probablemente actualice DxDragon cuyo capítulo ya estoy escribiendo.

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