Capítulo XIX
La luz se filtraba por el balcón personal de la habitación de la Maou Leviathan. Los ojos amatistas se abrieron lentamente intentando acostumbrarse al brillo natural del día.
Una musculosa espalda familiar fue lo primero que pudo ver, un hombre fornido realizaba algunos estiramientos para despertar por completo su cuerpo.
-¿Goku? ¿ya te despertaste? -preguntó la mujer frotando sus ojos sentándose sobre la cama.
Goku se giró al oír su dulce voz somnolienta, por unos microsegundos quedó colgado viendo su belleza física.
Hermoso rostro, delicada, ojos violetas y un sedoso cabello el cual emitía y rico olor que su agudo sentido del olfato podía percibir.
Además el verla así, hasta cierto punto desarreglada con una belleza completamente natural hizo que solo una palabra resonará en su cabeza.
"Eres realmente linda"
Mencionó sin dudarlo mucho, con el clásico deje de inocencia que siempre tenía.
El rostro de Serafall se llenó de sorpresa al igual que el tinte carmesí sobre sus mejillas, no era tan común que Goku dijera algo así.
Por unos segundos calló mientras una hermosa sonrisa se apoderaba de su rostro.
-Gracias Goku -fue lo único que pudo atinar a decir la diablesa sintiendo su corazón latir más rápido de lo normal.
-Solo digo la verdad -volvio a decir Goku viendo como la mujer se ponía de pie despojándose de su pijama quedando en su ropa interior color negro.
Mucho tiempo había pasado desde que se conocieran y Serafall no era precisamente una mujer tímida por lo que aquella vergüenza que alguna vez mostró cuando Goku la vio desnuda en aquel rio casi había desaparecido.
-Ya veo, puedo decir que me gusta cuando tú lo dices -Serafall mencionó con felicidad.
-Oye Serafall, ¿dónde puedo tomarme una ducha? -preguntó curioso rascando su nuca- Es para poder comenzar con el entrenamiento -afirmó con alegría.
-Oh, pues aquí mismo hay un baño, ¿quieres bañarte conmigo? Yo también pensaba hacer eso -la demonio habló con un tono alto pícaro.
-No le veo el problema jaja -el Son reía divertido caminando hacia la puerta que Serafall había señalado.
El sostén de la mujer ya había caido al suelo dejando ver sus pezones, sus pantis igualmente fueron lentamente despojados por su propia dueña y todo bajo la mirada curiosa de Goku quien se sentía algo extraño, una sensación que nunca sintió en realidad pero que ignoró.
Serafall tomó dos toallas pasandole uno al Son que lo agarro mientras ella se cubría con el otro.
-Listo -murmuró Serafall con un gran rubor en su rostro caminando hasta Goku tomando la mano del chico y posteriormente ingresar al baño.
El lugar era de lujo, prácticamente tenía el tamaño de una habitación con todo tipos de lujos entre un pequeño armario de ropas y demás.
Tenía también un gran jacuzzi el cual parecía tener agua tibia en ella, la zona de la ducha rodeada por una fina capa de cristal semiopaca.
-¡Este lugar es muy grande! -exclamó Goku algo asombrado pues nunca había visto un baño así.
-¿Te gusta? -preguntó la demonio con una pequeña sonrisa mientras caminaba hasta la ducha dejando colgada su toalla y nuevamente permitiendo que los ojos de Goku vean el cuerpo perfecto que tenía- Ven, podemos compartir la ducha -habló la diablesa con un deje de emoción.
-Esto bien -sin mucha importancia Goku igualmente se despojó de sus ropajes notándose su figura sumamente ejercitada por los tantos años de duros entrenamientos.
Los ojos de Serafall bajaron casi por inercia hacia su miembro llevándose una gran sorpresa, sin dudas no era poca cosa ni mucho menos.
Ahora sí se había puesto algo nerviosa, pero buscó ignorar aquello.
El agua caliente mojaba a la pareja, los cabellos largos de la mujer caían por su espalda, hombros y pechos. El líquido recorría con detalle el musculoso cuerpo de Goku.
Eran separados por apenas centímetros de distancia.
El saiyan acercó repentinamente su rostro al de Serafall que se exaltó levemente.
-¿No quieres que te lave la espalda? -preguntó con una sonrisa del Son.
-¡Claro! -la respuesta fue casi instantánea.
Por la espalda de Serafall corrió un escalofrío tras sentir la esponja con jabón estrujarse por su piel en las manos varoniles del azabache.
"¡Huuhmp!"
No pudo evitar gemir un poco preocupando a Goku que no entendió ese sonido.
-¿Estás bien Serafall? -preguntó Goku ladeando su cabeza recibiendo la mirada de la diablesa.
-¡S...sí! Sigue, s...se siente bien -explicó la mujer y el guerrero obediente cumplió.
Sus hombros, nuca bajando lentamente por su espina dorsal hasta rozar levemente uno de sus glúteos.
Con todas sus fuerzas ahogó un chillido.
Sabia perfectamente que el guerrero no era pervertido ni nada de eso, pero su inocencia podría ser peligrosa.
Claramente no negaría que esto se sentía muy bien para ella y claramente le devolvería el favor.
Tras enjugar su espalda era turno de la diablesa para ayudar al Son.
-Date la vuelta Goku -pidió con amabilidad mientras agarraba la esponja entre sus manos.
Goku con tranquilidad lo hizo.
Serafall comenzó a limpiar la espalda de Goku acercándose lentamente a él, sus pechos comenzaron a rozar la musculosa espalda de Goku.
Al final el azabache y no sentía una sola esponja sino tres, era extraño, pero no le molestaba la sensación, de hecho le gustaba un poco.
Serafall sonreía satisfecha por la situación, parecían una pareja hecha y derecha, al menos así lo consideraba ella ya desde hace tiempo.
¿Quería a Goku? Sí, lo amaba por todo lo que es e hizo, no solo con ella. Las hazañas que escuchó en su mundo, todo lo que le contaron.
Además de todo jamás olvidaría ese sentimiento que le apretaba el corazón cada vez que las esferas del dragón estaban por ser completamente reunidas pues eso hubiera sido el fin entre ellos.
Pero no fue así, Goku se aventuró y vino con ella y por las luchas, pero también por Serafall y lo sabía perfectamente, Goku también comenzaba a desarrollar esos sentimientos por ella.
Eran detalles pequeños pero significativos si se trataba del guerrero de la escuela tortuga.
-Es hora de salir -habló Goku mientras dejaba que el agua quite todo el resto de jabón y espuma.
Con una toalla blanca secó su cuerpo ante la mirada de Serafall.
-"¡Mouu! Goku... pudimos ir un poco más lejos esta vez" -pensó la diablesa imitando a Goku bastante dispuesta a darse más que un simple beso.
.
Goku tenía puesto sus boxers negros con una expresión pensativa mientras Serafall terminaba de vestirse.
Su atuendo consistía en una camiseta blanca entre sus pantalones cortos azules que le llegaban poco más que sus muslos. Tenía unos curiosos zapatos con la marca D-vanz color rosado.
-Estoy lista, ¿y tú por qué no te vistes? No me molesta verte así pero dudo que Ross-chan y Koneko-chan lo tomen muy bien -habló pícaramente la diablesa acercándose a Goku que no entendió del todo lo que quiso decir.
-Es que dejé mi dogi en la casa de Sairaorg y no tengo ropa en este lugar, no traje ni una capsula conmigo -respondió el Son rasgando su nuca.
-Eso se soluciona fácilmente Goku -murmuró la mujer como si fuera lo más obvio del mundo.
Su mano fue extendida y el cuerpo de Goku brillo por unos segundos antes de estar completamente vestido con su clásico dogi, aunque rápidamente notó una diferencia.
-¿Está bien hecho? -preguntó la mujer orgullosa sabiendo que era casi idéntico al original.
-Pues sí se parece mucho, pero le falta el peso extra -explicó Goku con sinceridad.
-¡Oh claro! Me olvidé de eso, pero esto que haré es mejor, lo aprendí de tu nuevo amigo hace unos años -explicó mientras ahora extendía sus dos manos hacia Goku.
En sus brazos, piernas y pecho aparecieron circulos mágicos que estaban siendo imbuidos de magia por Serafall.
-¿Esto es suficiente? -preguntó la diablesa a la vez que esos circulos desaparecían y Goku notaba el cambio.
-¡Woah! -Goku movia sus brazos arriba y abajo sonriendo al sentir el peso sobre su cuerpo- Está perfecto, ¡gracias Serafall! -exclamó el chico sonriente- Esto me dio un idea y me vas a ayudar jeje.
-¡Claro! -exclamó la mujer sonriente, estaba emocionada por estar con Goku en sus entrenamientos, poco sabía que ese no sería el caso.
Posteriormente Goku y Serafall salieron finalmente de la habitación, los sirvientes de la casa miraban curiosos al hombre a quien no vieron llegar, además de su peculiar apariencia y la desconocida relación entre la diablesa y él.
Bajaron unas enormes escaleras y allí vieron a las dos albinas nuevas alumnas de Goku preparadas para entrenar, igualmente allí estaba la imouto de Serafall que levantaba una ceja al ver al azabache junto a su hermana, aún no le aceptaba.
Rossweise vestía un traje deportivo rojo con detalles blancos mientras Koneko vestía sus ropajes de educación física en la Academia de Kouh.
-¿Ya están preparadas para entrenar? -preguntó Goku sonriente.
Ellas asintieron.
-Confio en usted, Goku-sama y haré lo que usted instruya -la nekomata habló sin emoción aunque estaba ansiosa de empezar.
-Y... yo quiero demostrarle a Odin-sama su error -afirmó Rossweise asintiendo con determinación.
-Bien, eso está bien, pero primero -el rostro de Goku se puso mucho más serio intimidando a las tres damas menos a Serafall que intuía lo que diría.
-¡Hay que comer! Aún no he desayunado y tengo mucha hambre jajaja -el guerrero reía con alegría.
Las tres mujeres casi caen de espalda.
-Ya mande a algunos sirvientes para que comas algo -le murmuró Serafall a Goku al oído poniendo algo nerviosas a Ross y Sona.
-"Qué atrevida" -pensó la albina nórdica avergonzada.
-Hermana, tú no podrás acompañarnos hoy -Sona llamó la atención de Serafall que abrió sus ojos con sorpresa por tal revelación.
-¡Heh! !¿Y eso por qué?! -preguntó cómicamente preocupada.
-¿Recuerdas todo el tiempo que has estado afuera? Tienes mucho trabajo atrasado y Sirzechs-sama me dijo que te pongas al día lo antes posible -respondió acomodando sus gafas.
Serafall cayó de rodillas impotente mirando a Goku con unas cuantas lagrimitas en sus ojos.
-No quiero trabajar Goku -murmuró en forma chibi causando que el chico se rasque la nuca.
-Hmmm, pero tienes que hacerlo, has estado afuera mucho tiempo, ¿no? Hay gente que depende de ti Serafall -Goku habló con una extraña madurez en sus palabras.
-Esta bien Goku, ¡daré lo mejor de mí para que estés orgullosa! -exclamó la mujer con energías renovadas.
-Sí, pero antes me gustaría que le pongas peso extra a esas dos -Goku señaló con sus dedos a las dos albinas- El peso que tú creas adecuado para ellas, sé perfectamente que tienen capacidades básicas mucho mayores a las de un humano.
-Está bien Goku -Serafall dijo pero fue detenida.
-Yo podría poner ese hechizo Goku-sama, no hay necesidad que la Maou gaste su magia en nosotras que no somos su responsabilidad -se apresuró en decir Rossweise preocupada.
-Como quieras pero no le veo mucho problema a eso -Serafall mencionó con tranquilidad mientras se giraba a ver a su pequeña hermana- Muéstrales los terrenos libres de Sitri, que entrenen en ese lugar, Goku es más que capaz de adecuarse -pidió con tranquilidad mientras un círculo mágico cambiaba nuevamente sus ropas a unas mucho más formales.
-Como digas onee-sama -Sona realizó una pequeña reverencia.
-Nos vemos luego Goku, cuídense mucho -le dedicó una hermosa sonrisa al hombre que simplemente asintió correspondiendo el gesto.
Sona simplemente no se creía que viera a su hermana en aquella faceta, pensó que era algo casi imposible. La maou nunca antes había mostrado interés en algún otro hombre atrás y este hombre lo había logrado.
Robó el corazón de la reina demonio.
Finalmente la Maou desapareció en un círculo mágico.
-Bien entonces -Sona intentó decir pero Goku le calló.
-¡A comer! -exclamó con sus brazos extendidos- Atiendan ustedes dos, la primera lección es que hay que trabajar, hay que aprender, hay que comer, hay que descansar y también hay que jugar, esas son las bases que a mí me enseñaron para volverme fuerte -explicó con alegría el guerrero al recordar las palabras de su maestro y figura de abuelo.
Sona oyó aquello pensando que aunque era bastante básico, no perdía nada de lógica.
Koneko asintió comprendiendo lo que Goku le quiso decir mientras Rossweise anotaba lo dicho por Goku.
Posteriormente la diablesa menor llevo a Goku al comedor donde un gran festín los esperaba. Fue una sorpresa casi desagradable para todos los presentes el ver como el saiyan comía cada plato a una velocidad totalmente anormal.
La nekomata también se asombró bastante pero posteriormente se le unió comiendo también cierta cantidad excesiva para alguien de su tamaño y con mucha mejor etiqueta.
Finalmente Goku suspiró con alivió ya satisfecho.
-¡Listo! Podemos ir a entrenar -aseguró el joven terminando de limpiar su rostro.
-Por fin, yo los dejaré allí y posteriormente iré a buscarlos cuando el día finalice -explicó la joven heredera de los Sitri.
Goku pensó en esas palabras pero en ese momento no dijo nada.
Un enorme círculo mágico color azul apareció brillando con fuerzas en el lugar, tras algunos segundos ya habían desaparecido del hogar Sitri.
Lo siguiente que Goku vio fue algo a lo que ya estaba acostumbrado, un enorme bosque con árboles que triplicaban el tamaño de los que solía ver. La tierra llena de extrañas plantas que nunca había visto antes, pero lo que realmente llamó su atención fue como sus sentidos se exaltaron momentáneamente.
Rossweise miró curiosa como una extraña sonrisa aparecía en el rostro de Goku, estaba emocionado por alguna razón.
Koneko gracias a su raza nekomata pudo sentir lo que emocionó a Goku y eso era la vida salvaje en su máxima expresión. Podía oler a varias bestias demoníacas en el lugar y oler la naturaleza de la zona que la hizo sentir bien y olvidar por unos momentos todos sus palabras.
-Bien, entonces me marcho ya, debo ir a ver a mi séquito -explicó Sona con tranquilidad.
-Oye, no hace falta que vengas a buscarnos hoy -Goku le dijo con confianza en sus palabras.
-¿Heh? ¿y eso por qué? -preguntó la diablesa confundida al igual que Ross y Koneko.
-Creo que servirá más así -fue la simple respuesta que dio el guerrero mirando a Koneko directo a sus ojos avellana.
-Hmm, como digas, pero dudo que mi hermana no vaya apareciendo aquí de la nada -la chica de lentes habló suspirando, conocía perfectamente la personalidad de la Maou.
Tras decir aquello desapareció del lugar dejando solos a Goku, Ross y Koneko.
-¿Q... qué es lo que haremos primero? -preguntó Rossweise nerviosa, estaban solas con el apuesto joven.
-Primero debo ver lo que pueden hacer así que... -Goku esbozó una confiada sonrisa- ¡Vengan! -exclamó posicionándose para la lucha.
Aunque al principio se asombraron no vieron fallas en su logica por lo que la primera en arrojarse fue Koneko conteniendo su fuerza cosa que le saldría caro.
Con gran facilidad Goku esquivó un puñetazo al rostro de la nekomata, no perdió el tiempo pues con tranquilidad incrustó su rodilla en el estómago de la Loli albina que por primera vez sintió una fuerza bruta así contra ella.
La pequeña aceptó que no podría confiarse con el saiyan que la miraba mucho más seria.
Koneko era una torre, sus características más destacables eran su fuerza y defensa por lo que pocos podrían someterla en esos aspectos.
-No te confíes Koneko, podría salirte caro -afirmó el guerrero mientras incrustaba su pie en el suelo causando un pequeño temblor en el área agrietando el suelo.
Esto lo hizo para crear una base para su siguiente ataque.
Rossweise casi sale volando cuando una potente rafaga de aire salió despedida hacia su dirección.
Goku le estaba desafiando a atacarle y ella lo haría. Su expresión cambió a una más seria mientras varios círculos magicos celestes aparecían a su alrededor.
Poderosos rayos amarillos se dirigieron hacia el guerrero que con algo de dificultad pudo esquivarlos hasta que tuvo que desvir uno en el aire.
El saiyan miró su brazo el cual soltaba algo de humo por el ataque, sonrió nuevamente.
-Increible, lanzaste un rayo, yo no puedo hacer eso -habló divertido Goku cayendo al suelo.
Koneko notó como no parecía ni un poco cansado tras todo lo que tuvo que hacer en tan corto tiempo.
El cuerpo de la loli se tensó por completo cuando tras un parpadeó desapareció de su vista.
-Te estoy diciendo que no te contengas, Koneko -la voz del saiyan venía de detrás de ella.
Se giró rápidamente lanzando una poderosa patada esta vez usando más de su fuerza.
"¡PUM!"
Goku sostenía la pierna de la pequeña albina con facilidad entre su mano izquierda, su expresión era seria.
La Tojō sintió como el agarre se hizo mucho más fuerte.
Lo siguiente que notó es que fue mandada a volar varios metros de distancia de allí.
Los ojos azabaches del guerrero se posaron en la Valkyria que tenía una gota de sudor en su rostro claramente nerviosa.
-"Su fuerza y su velocidad son una locura, además la magia de rayos que lancé tenía muchísima magia y no le hizo nada" -pensaba analizando cada aspecto visto en esta pelea llegando a una conclusión mientras Goku caminaba tranquilo hacia ella- "Es un monstruo"
-Oye, lanza más rayos o algo porque esto se está volviendo aburrido y tengo que ver de lo que son capaces -habló el chico algo aburrido.
"¿Huh?"
Goku sintió algo extrañamente familiar, no podía seguir caminando más. Miró hacia abajo y abrió sus ojos asombrados al ver como una gruesa capa de hielo lo estaba reteniendo.
Por unos segundos recordó su batalla contra Serafall esbozando una sonrisa nostálgica.
-Así está mejor -murmuró el guerrero mientras el hielo se iba intensificando.
Varios círculos magicos aparecieron en el cielo y sin dejar pasar esta oportunidad la Valkyria liberó todos sus habilidades elementales.
La explosión fue lo suficientemente grande como para agitar todo el campo de batallas y causar una enorme polvareda que impedía ver algo.
Koneko miraba asombrada todo el despliegue de poderes notando que fue tonta, muy tonta. Pudo haber hecho algo más para apoyar a la valquiria, pero nuevamente fue inútil por su miedo a sí misma.
Apretó sus pequeños puños con frustración.
-No me habré pasado, ¿verdad? -se preguntó nerviosa la hermosa mujer de ojos zafiro mirando la zona de ataque llena de preocupación.
Caminó hacia el lugar para ver si había lastimado gravemente al azabache pero toda esa preocupación se volvió en temor al oír una voz.
"¡Oh no! Acabo de conseguir este dogi y ya está todo roto"
La queja era de Goku que tras disiparse todo el humo se le vio casi intacto de lo que se refería a la integridad física pues su dogi estaba roto, especialmente la parte de arriba pues solo conservaba su camiseta azul con unos cuantos agujeros.
-Ese sin dudas fue un buen ataque, lograste tomarme desprevenido con esa táctica, fue inteligente -Goku reía tras decir eso.
Rossweise tragó seco, su ataque no parecía haberle hecho absolutamente nada.
-Yo... espero que pueda tomar la responsabilidad de pedirme liberar toda mi fuerza -la madura voz de Koneko habló llamando la atención de Goku- Me disculpo por no entenderlo hasta ahora, pero iré en serio Goku-sama.
Unas orejas de gato al igual que una cola blanca se hicieron presentes en la demonio gato cuyos ojos parecían más afilados que antes.
-Eso es lo que quería -murmuró el guerrero sintiendo como el ki de la niña iba aumentando rápidamente.
La pelea estaba aún lejos de terminar y eso lo sabían perfectamente.
Goku levantó una mano en la cual apareció una bola de ki que apuntó a Rossweise, en el rostro del guerrero su sonrisa confiada y retadora dejando lucir su lado amante de las peleas.
La valquiria sintió la energía del ataque y supo que era poderosa por lo que comenzó a prepararse.
-Espero que lo soportes, Rose -Goku le hablo a la valquiria que se asombró por como le había llamado, solo una persona le decía así.
En los terrenos Sitri varios estruendos comenzaron a sonar desde la llegada del trio que buscaban mejorar sus habilidades o mera diversión en el caso de uno pues sabía que poco y nada podría aumentar sus fuerzas con las dos albinas.
Aún así le gustaba la idea de ayudarles a mejorar por lo que se centraría en eso lo mejor que podía.
--Fin del capítulo--
Cumplieron y cumplí. Espero que el capítulo haya sido de su agrado, dejen sus comentarios a ver que piensan del rumbo de la historia, me interesa saber sus opiniones.
Que ganas tengo de hacerle una historia a Rossweise similar a esta xD. Lastima que aquí no le irá bien uwu.
Para el próximo capítulo 190 votos y 2.35 seguidores 😈
Soy re humilde pa.
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