𝟎𝟏 / 𝟎𝟏

Advertencia: Violencia. 


















     Las luces se habían ido apagando, el silencio ensordecedor de las calles ahora era sólo un susurro en sus oídos. Hacia frio, era invierno.

     Kim DoYoung con un suspiro observo la tienda y guardo el dinero terminando de ordenar las ultimas cosas para poder cerrar. Los viejos discos de vinilo se agrupaban en una de las esquinas mas alejadas y aun costado de el un gran mostrador repleto de álbumes se imponía ante su vista.

     DoYoung salió de la tienda y cerrando con llave comenzó a caminar hacia su casa, entonces su teléfono sonó y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Observo la pantalla y el sudor frio comenzó a recorrerle la frente.

          —¿Hola?. -dijo con voz temblorosa escuchando solo una respiración desde el otro lado. Sabia quien era por eso comenzó a caminar mas rápido.



【...】



     Las luces de la calle se habían encendido hacia horas. En un rincón apartado de la calzada se afirmaba un chico alto observando frente a el aquella conocida casa. Escucho los pasos acercarse y a su vista de lince se dirigió furtivamente hacia la persona que ya casi corría por la acera. Su corazon comenzó a latir con fuerza.

     Escucho la reja abrirse y el tintinear de las llaves, hasta podía decir con precisión el momento en que el muchacho ponía un pie dentro y luego cerrando la puerta se dirigía hacia el comedor, dejaba sus cosas sobre la mesa y después caminaba hacia la cocina. Sacando un tazón se servía un poco de te, observaba por la ventana y nuevamente su teléfono comenzaba a sonar.





     DoYoung había dejado su abrigo sobre la mesa temblando por el frio. Se había ido a la cocina y entonces TaeYong se había quedado en la sala observando los cuadros que descansaban sobre la pared y sobre el antiguo mueble de roble.

     Un sonriente DoYoung  le observaba a través del vidrio acompañado por sus padres. En otras el pequeño estaba solo, pero siempre riendo. Sus ojos se veían tan pequeños y entonces el de hebras café sonreía.

          —Ten, hace frio. -dijo el muchacho tendiéndole una taza de chocolate caliente. Sabia lo mucho que le gustaba aquello y besando levemente sus labios acepto lo que le entregaba.





          —Deja de llamarme. -le decía la temblorosa voz. TaeYong no pudo evitar reírse y casi de inmediato volver a su semblante serio.

          —Te estoy observando. -le dijo.

     Kim DoYoung se congelo en el momento. A pesar de que el caliente líquido recorría sus cuerpo tentaba a calentarlo, la impresión lo había paralizado y su temperatura había descendido bruscamente.

          —Detente. -dijo con miedo. Apago las luces y la llamada se corto.



【...】



     Una pareja cortaba su paso y entonces se frustraba al mirar alrededor como el lugar estaba lleno. A TaeYong nunca le habían gustado los lugares repletos de gente, se sentía ahogado entre tantas voces, pero entonces en su cabeza se desprendió de su cuerpo y se marcho hasta su pequeño mundo. Solo podía ver el pequeño objeto reluciente frente a sus ojos. Inconscientemente se acerco y se quedo admirándolo.





     A su lado DoYoung reía y se afirmaba a sus brazo entrelazando sus finos y pequeños dedos con los suyos. Era como si su mano encajara perfectamente con la suya.

     DoYoung se detenía frente a un reluciente escaparate de alguna tienda nueva y apuntaba el pequeño objeto metálico. Un reloj atraía sus atención y TaeYong lo miraba atento a su reacción. Entonces el menor hacia una puchero y se alejaba.

          —Siempre quise uno de esos. -decía en un murmullo lamentándose de no tener el dinero para comprarlo.





     TaeYong miro el reloj. La tienda ya era bastante conocida y las vitrinas ya no parecían tan impecables como antes lo fueron, pero aquel objeto aun estaba allí. Palmeando su bolsillo hasta que encontró su billetera se adentro en el concurrido local.





【...】





     El teléfono repiqueteaba en su bolsillo.

     La lluvia caía afuera, se aproximaba una tormenta. DoYoung tenia frio, pero faltaba poco para que terminara su turno. Los Jueves salía mas temprano, solo un poco, pero al menos no era de noche cuando lo hacia. Aquel día debía estar ansioso, pero extrañamente no lo estaba, en cambio sentía desconfianza, como si algo fuera a ocurrir, por lo que el no quería irse.

     Su teléfono volvió a sonar. Nuevamente lo ignoro y volvió a acomodar discos.




【...】




     El muchacho se afirmaba del viejo poste moviendo incansablemente  su pierna. Había estado esperando hacia quince minutos. Se extrañaba que aun no apareciera. Siempre salía los jueves a aquella hora y volvía por aquella calle, pero aquel día no se presentaba.

     Conocía se agenda de memoria, sabia lo que comía al volver, sabia hasta los problema que aquejaban su cabeza por las noches, pero no sabia que había sucedido aquel día. 

     Jugaba con la pequeña caja color rojo con cinta dorada y un fuerte viento hacia revolver sus cabellos. Había escuchado en la radio de su vehículo que una tormenta se acercaba, pero no le dio importancia.

     Entonces la lluvia comenzó a caer. TaeYong miro hacia el cielo y estirando su brazo sintió la gota caer en su palma. Se escucho un trueno en la lejanía. Miro hacia su derecha, de donde venia el ruido y lo vio.

     El chico caminaba apresuradamente. Traía su rostro tapado por una gruesa bufanda y la mirada se dirigía hacia el piso. Sabia que odiaba cuando llovía. A DoYoung le parecía que el cielo lloraba, entonces se sentía triste.

     TaeYong se paró correctamente y lo observó detenidamente hasta que sólo estuvo a un metro. Allí DoYoung se dio cuenta de su presencia y abrió grande los ojos, dio un paso atrás, pero el mayor se acercó tomándolo del brazo haciendo que se detuviera. DoYoung se soltó fuertemente y dio otro.

          —¿Por qué no contestaste?. -preguntó con voz gruesa. DoYoung se mantuvo en silencio sintiendo un escalofrío recorrerle la columna

          —¿Lo olvidaste?. -volvió a preguntar más fuerte, entonces el peli negro sintió miedo y su respiración se aceleró.

          —Hoy son mil días desde que estas en mi vida. -dijo TaeYong con el ruido de un trueno haciéndose presente cada vez más cerca- Ten... te compré algo. -dijo sacando de su bolsillo el paquete, ahora mojado, y tendiéndoselo.

     DoYoung alzó la vista a la pequeña caja y temblando la tomó entre sus entumecidas manos. Le echó un vistazo y vio la tarjeta escrita por la tosca letra del de ojos amplios- Para mi querido DoYounggie. -Dio un paso hacia atrás.

     TaeYong lo miró atentamente e intentó tomar su mano, pero DoYoung se alejó.





     Ambos corrían por el parque. Era primavera. TaeYong intentaba alcanzar a DoYoung pero este se escurría entre sus dedos. DoYoung comenzó a correr más rápido riendo por la emoción.

     TaeYong se detuvo. Miró hacia el piso. El teléfono del pequeño se había caído. Lo recogió y vio que tenía un mensaje en el buzón de voz. Despreocupadamente miró el nombre en la pantalla: Uno de sus amigos. Entonces leyó el mensaje.

     TaeYong se indignó. DoYoung lo miró sin entender. TaeYong le gritó que lo estaba engañando y el otro intentó responderle, pero el alto le tiró el teléfono y se marchó.

     DoYoung lloró de impotencia.





          —No...— dijo el pelinegro devolviéndole el regalo- No puedo aceptarlo... -agregó casi en un susurro estremecido.

     La lluvia comenzó a caer más fuerte y un nuevo trueno se oyó casi sobre sus cabezas.





     Sus cálidos brazos lo rodeaban. DoYoung sonreía, pero entonces la calidez se hacía tanta que quemaba. Intentó separarse, pero el castaño lo apretaba cada vez más fuerte. Creyó que el aire se iba de los pulmones y con voz casi apagada le dijo:

          —Duele— pero nada cambió. Sentía que ardía y su garganta se cerraba. Sus ojos se aguaron y entonces gritó —¡TaeYong, detente!.

Entonces el aire volvió y por fin pudo respirar.





     TaeYong tomó el regalo sin entender al otro muchacho. Eran mil días, pero DoYoung lloraba y volvía a retroceder con miedo.





     El timbre había sonado. Era la última clase del día. Kim DoYoung salía animadamente conversando con su mejor amigo de la sala. Había planeado la tarde para celebrar el cumpleaños de su compañero, pero entonces TaeYong apareció cuando el otro abrazaba a su amigo fuertemente despidiéndose de él.

          —¡¿Quién es él?!. -le había gritado el castaño. DoYoung tembló de miedo y se volteó separándose de su amigo. Lo miró perplejo. Él sabía quién era, también era amigo suyo, pero ahora actuaba como si no lo conociera.

     DoYoung intentó responderle, pero TaeYong lo empujó y le volvió a gritar algo que el otro no alcanzó a entender. Miró a su alrededor y su amigo se había marchado. Sintió que lo jalaban del brazo y entonces estaba siendo arrastrado hasta el auto del que era unos pocos centímetros mas que el.

     Cayó con un sonido sordo en el asiento del copiloto. Escuchó la puerta cerrarse a su costado y entonces vio como TaeYong se daba la vuelta para entrar. Sintió miedo.

     Pareció un loco cuando el chico entró al auto y arrancó. Con voz temblorosa le dijo "Déjame salir" pero sus suplicas no fuera escuchadas.

     La velocidad aumentó y su corazón pareció detenerse al ver como un auto se anteponía en su camino, pero Lee lo esquivaba velozmente haciendo que chocara contra su costado.

     DoYoung se aterró. Intentó abrir la puerta, pero estaba con seguro y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas. Lágrimas de terror mientras escudriñaba en sus bolsillos por el aparato, pero al sacar el celular a la vista se le fue arrebatado de las manos y con un rápido movimiento TaeYong lo lanzó por la ventana hacia la calle y luego lo empujó hacia su asiento

El auto se detuvo y DoYoung fue empujado hacia la casa de TaeYong. Intentó gritar, pero recibió un fuerte golpe en su cara y desistió de sus intentos de querer arrancar. Luego... oscuridad...





     TaeYong permaneció estático unos momentos. DoYoung aún temblaba. Entonces el castaño lanzó al piso la caja con todas sus fuerzas intentando descargarse. DoYoung dio un salto y se paralizó.

     Sus ojos parecían sin vida cuando los clavó en la mirada del pelinegro. Abrió la boca para decirle algo, pero de pronto sus brazos lo atrajeron hacia su cuerpo y con su mano le tapo la boca. DoYoung forcejeo para soltarse, pero le fue imposible, el otro era demasiado fuerte para él.

     Entonces se calmó y TaeYong creyó que cedía, de esa forma lo abrazó y cerró sus ojos.

     DoYoung estaba inmovilizado por el terror, entonces con todas sus fuerzas se distanció y comenzó a correr. TaeYong también corrió para alcanzarlo, pero la lluvia se había hecho tan fuerte que le costaba ver lo que se anteponía en su camino por lo que se tropezó con la acera y cayó al piso de rodillas afirmándose dificultosamente con sus manos. Levantó la vista y pudo ver la sombra de DoYoung desapareciendo. Desapareciendo de su vida.

     "Sé que tú también me quieres... sé que aún me amas... no te escapes de mí...".















-Fin-

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