the stalker.

Historia original: rabbitsweet. Todos los créditos respectivo a la autora.

El pelinegro se arregló los lentes y simuló mirar su libro, el cual por cierto era sólo una fachada para ocultar lo que el realmente estaba haciendo. Observando al chico rubio. Él era hermoso, piel pálida, labios rosas y hermosos ojos azules que complementaban su apariencia angelical. Él era todo lo que el pelinegro deseaba, y lo que él nunca tendría.

El rubio miró en su dirección y el pelinegro le miró durante unos segundos antes de bajar su mirada al libro tenía en sus manos. Él no quería ser tan obvio. Aunque si lo pensaba bien, el hecho de estar sentado en el lugar más apartado de la cafetería mientras vestía de negro no era lo más casual de la vida.

Oh, bueno. La gorra tampoco ayudaba pero Bang Chan no deseó deshacerse de su traje.

No todavía.

El rubio le miró una vez más y salió de la cafetería con un café en su mano derecha. Bang Chan esperó dos minutos y se levantó. El salió de la cafetería y vio que el rubio estaba mirando una tienda. Le miró por el rabillo del ojo y sonrió levemente.

El corazón de Bang Chan palpitó al mismo ritmo que su hombría. Eso ya no le sorprendía. No desde que el hermoso Lee Felix era el protagonista de sus sueños más húmedos. Y bendito dios, sí que eran húmedos.

Felix retomó su caminata y fue tomando sorbos de su café mientras miraba las tiendas. El rubio continuó hasta que giró en la esquina. Bang Chan esperó un poco y luego siguió caminando; el peliazul ya iba lejos, no tanto para perderle de vista pero si lo suficiente para que no fuera tan obvio lo que Bang Chan estaba haciendo.

Él tomó su cámara y apresuró su paso para ir por otra calle la cual le permitiría llegar a la casa del rubio mucho antes. Si, habían dos caminos. Felix sabía eso también pero usualmente tomaba el camino largo el cual le permitía ver a las personas caminar de un lugar a otro.

Bang Chan llegó a su destino y se escondió entre algunos contenedores de basura mientas que el rubio llegaba a su casa. El pelinegro esperó unos minutos, y cuando vio la silueta de Felix cerca de la ventana, él sonrió con gusto.

El show estaba por comenzar.

El rubio dejó sus cosas sobre el escritorio y tomó un último sorbo de café para luego comenzar a desabotonar la camisa blanca que tenía puesta. El miró el espejo y comenzó a detallar su clavícula así como su pecho pálido.

Bang Chan gruñó debido a la excitación. Eso parecía ser intencional, lo cual era imposible porque el rubio no sabía que estaba siendo observado por Bang Chan el cual ahora era catalogado por sí mismo como un stalker. Uno muy loco si se considera lo que está haciendo justo ahora.

El pelinegro enfocó la cámara y tomó varias fotos. El rubio se desvestía con lentitud mientras se miraba en el espejo. Quizás era un poco narcisista ya que sonreía con satisfacción mientras detallaba su cuerpo con los largos dedos que poseía.

No es que estuviese haciendo otra cosa, no se trataba de darse a sí mismo placer carnal. Al contrario, era sólo darse el placer de verse como deseaba. O eso supuso Bang Chan mientras seguía tomando fotos.

El rubio se miró una vez más y se acercó a la ventana. Bang Chan se escondió bien entre los contenedores y debido a que vestía de negro no se notó su presencia. Era de noche, toda la calle estaba a oscuras y eso le favorecía enormemente.

Felix cerró los ojos y parecía estar sintiendo la poca brisa que hacía en la calle. Bang Chan aprovechó de tomarle una foto y debido a que se escuchó el "click" el rubio abrió sus ojos; Bang Chan se agachó y esperó que el chico no le haya visto.

Que buen problema se armaría si el rubio se enterara que estaba siendo perseguido y acosado por el stalker más obsesionado de la historia, Bang Chan. No es que él fuera un mal chico, sólo que su nueva obsesión por el chico rubio que iba a la misma universidad que él, estaba llegando a un nivel que Bang Chan nunca creyó llegar.

Bang Chan miró hacia la ventana del rubio el cual ya no estaba allí. Él había entrado al baño posiblemente. El pelinegro salió de su escondite y guardó su cámara para comenzar a caminar hacia la avenida principal donde tomaría el bus hacia su casa.

El comenzó a caminar y de repente se giró de nuevo al sentir que alguien le miraba. No se trataba de nadie. Bang Chan le restó importancia y siguió caminando hasta la avenida, el vio un chico de cabello oscuro el cual le miró con cierto interés para luego retomar su camino.

Bang Chan se le quedó mirando para luego negar con su cabeza. Él debía llegar a casa pronto, él estaba caliente, y coger a cualquiera que se le pusiera enfrente no era opción. El sólo podía pensar en el rubio. Bang Chan se acostaba con chicos que solían parecerse a Felix sólo para disfrutar un poco del sexo el cual acababa con su ánimo tan rápido como llegaba.

El pelinegro ya estaba un poco estresado por ello.

Pajearse en su casa pensando en Felix, o cogiendo a cualquiera no le hacía feliz. Él quería al rubio, el necesitaba devorarlo tan sólo una vez para así sacarlo de su sistema. Aunque Bang Chan tenía la leve sospecha de que eso incluso sólo empeoraría su obsesión por Lee Felix.

Tan jodido. Si, Bang Chan estaba muy jodido.

Él llegó a su casa y fue directo a la habitación que solía usar como estudio. Allí pasó las fotos de su cámara a su portátil la cual estaba conectada a un reflector. La foto de Felix mirándose en el espejo apareció en la pared y Bang Chan no pudo evitar suspirar.

El comenzó a caminar de un lugar a otro mientras las fotos pasaban una detrás de otra. El día de hoy tenía 25 fotos nuevas, las cuales hacían un total de 300 fotos. Bang Chan se dijo a si mismo que estaba loco, pero al ver la sonrisa traviesa de Felix en cada foto todo dejó de tener importancia.

Siempre era así.

Bang Chan miró hacia abajo y decidió que era mejor solucionar ese problema primero. Ya luego pensaría en como detenerse. Ser un stalker no era divertido, pero tenía que admitir que cada pequeña cosa que él lograba, se sentía condenadamente bien. Cada foto de Felix era como un premio para él. Felix era el premio gordo. Él era ese premio de la lotería que por más que lo quiera no lo puede tener.

Así de jodida era su situación.

Bang Chan llegó a la universidad y de inmediato subió al tercer piso donde tenía una buena visibilidad. Sacó un pocky y comenzó a comerlo mientras preparaba su cámara. El limpió el lente y se sintió feliz al terminar. El miró su reloj y se colocó frente a la ventana.7:40, esa era la hora en la que Lee Felix solía hacer su aparición.

── Bingo, bebé ──dijo sonriendo.

El usó el zoom para poder ver bien a Felix el cual iba caminando mientras saludaba a todos; él era el chico lindo que todos deseaban tener de amigo, él era un chico popular mientras que Bang Chan era un 0 a la izquierda.

No es que Bang Chan fuera un nerd. Al contrario, tenía tatuajes y solía tener un aura un poco amenazante. Él era el chico de aspecto peligroso que solía volver locas a las mujeres las cuales no le interesaban en lo absoluto.

── ¿Sabías que das miedo? ──preguntó alguien en su espalda.

── ¿Y qué más puedo hacer? ──él tomó un par de fotos más antes de mirar a la persona que le hablaba──. No todos somos correspondidos como tú, Jisung ──concluyó.

── Tú ni siquiera le has hablado así que no has sido rechazado ──suspiró──. Por otra parte, tengo buenas noticias. Hoy habrá una reunión el bar de mi hermano, un cumpleaños muy especial. Ellos quieren un fotógrafo y pensé en ti.

── No me interesa realmente, gano suficiente vendiendo mis fotos a la página de Minho ──contestó Bang Chan.

Su amigo sonrió mientras miraba por la ventana.

── Es para celebrar el cumpleaños de Yang Jeongin, el mejor amigo de Felix ──le miró──. Así que quizás puedas obtener un par de buenas fotos si aceptas el trabajo.

Bang Chan inmediatamente sonrió.

── Me has convencido entonces ──tomó sus cosas──. Nos vemos en la noche.

7:45, hora en que Felix llegaría a su locker para tomar sus libros de historia del arte.

Bang Chan bajó por las escaleras y justo cuando bajó el último escalón el rubio iba pasando; ambos se miraron unos segundos y una sonrisa burlona apareció en el rostro de Felix antes de seguir caminando con destino a su locker.

El pelinegro le miró unos segundos mientras se deleitaba con la vista. Felix llevaba unos pantalones color beige que resaltaban su respigado trasero. Eso, junto a la camisa color rosa pálido, hacía que la vista fuera mejor ya que el peliazul no había abotonado los primeros tres botones.

Su pálida piel del pecho expuesta junto con su trasero bien marcado por los pantalones, hicieron que Bang Chan fuera al baño antes de ir a su clase, y no fue exactamente por razones sanas.

Bang Chan revisó las redes sociales de Felix y se quedó confundido con varios estados que el rubio había estado posteando últimamente. Algunos de ellos hablaban sobre lo que ocultaban las miradas y sobre como deseaba ser devorado por su persona favorita.

¿Acaso él tenía un nuevo novio?

Eso hizo molestar a Bang Chan el cual comenzó a buscar señales de ello. Sin embargo, el no encontró nada. Eso le molestó más.

Bang Chan miró la hora en su celular y fue a darse un baño para luego debatirse entre las opciones que tenía. Él no quería ir demasiado elegante pero tampoco tan informal. Al final mandó todo al diablo y se puso un pantalón negro con una camisa blanca que no dejaba nada a la imaginación.

La tela era un poco transparente, su formado pecho y abdomen estaban a la vista mientras que los músculos de sus brazos y piernas también eran evidentes. Él tenía un buen cuerpo. El hacía mucho ejercicio cada día en el gimnasio al cual Felix también asistía.

Sí, así de acosador era él.

Se miró una última vez en el espejo y luego salió de su departamento con su chaqueta y cámara en la mano. El encendió un cigarrillo y fumó mientras caminaba al bar del hermano de Jisung el cual estaba a 10 minutos desde el departamento de Bang Chan.

Él llegó silenciosamente y pidió un trago fuerte. Subió a la terraza y esperó a que su víctima apareciera. El vio al rubio llegar al lugar, el estaba hablando un chico de cabello color naranja; Bang Chan gruñó con molestia y se dijo a si mismo que luego buscaría al chico para asustarle un poco. Él estaba celoso, él no iba a negar eso.

── Sabía que estarías aquí ──dijo Jisung──. Vamos, debo presentarte.

Bang Chan terminó su trago y siguió a su amigo.

── Chicos, les presento a Bang Chan ──dijo Jisung──. Él es un fotógrafo excelente, se encargará de hacer buenas tomas para ustedes ──sonrió.

── Gracias por eso, Jisung ──el chico de cabellos dorados sonrió──. Y el bar es increíble. Fue buena venir a celebrar mi cumpleaños aquí ──concluyó.

── Entonces tú serás nuestro fotógrafo personal ──dijo Felix──. Interesante ──sonrió──. Soy Lee Felix, es un gusto.

Bang Chan asintió con la cabeza.

── Bueno chicos, vamos a tomarnos muchas fotos. ¡Es momento de celebrar! ──gritó el chico de cabello naranja el cual ya tenía el odio de Bang Chan.

Bang Chan se puso a trabajar mientras tomaba fotos sin parar. Luego de unas horas el cumpleañero se emborrachó y tuvo que ser llevado a casa por sus amigos, por todos excepto uno de ellos. El que tenía toda la atención de Bang Chan.

── Aún quedan dos horas de tu servicio. ¿Cierto? ──Bang Chan asintió──. Bien, salgamos de aquí entonces.

Bang Chan terminó su bebida y siguió al rubio. Ambos salieron del bar y caminaron por las oscuras calles de la ciudad las cuales apenas eran iluminadas por las luces de la avenida. Ya eran las 3 de la mañana y no había mucha gente caminando por el lugar.

── ¿Qué tal una foto aquí? ──preguntó Felix quien abrazó un poste de luz mientras reía──. O quizás así ──se sostuvo con un brazo mientras daba vueltas.

Bang Chan rió y tomó varias fotos.

── Eres más agradable de lo que pareces ──comentó Bang Chan──. Sueles parecer un chico muy popular y educado.

El rubio se rió en voz alta.

── Como un corderito que no podría correr del lobo si lo tuviese en frente ──dijo mientras miraba burlonamente a Bang Chan──. O como un corderito que desea ser devorado.

El rubio tomó la cámara con ambas manos y con un movimiento suave hizo que Bang Chan enfocara su cámara en su entrepierna. Bang Chan le miro a los ojos y Felix le guiñó un ojo levemente.

── Vamos, quiero otras fotos en mi casa ──dijo sonriendo mientras tomaba de la mano a Bang Chan.

El pelinegro se dijo a si mismo que estaba soñando. ¿Acaso Felix le estaba coqueteando? Eso no parecía ser real.

El rubio detuvo un taxi y ambos subieron. Una vez en la casa de Felix el rubio abrió la puerta y dejó entrar a Bang Chan. El pelinegro pasó con cuidado y observó el lugar detalladamente, nada fuera de lo común pero lucía bonito.

Felix sonrió mientras caminaba de espaldas hasta su habitación.

── Quiero una foto aquí en la ventana ──dijo animadamente mientras posaba.

Bang Chan preparó su cámara y le tomó varias fotos.

── Me siento como un modelo, es genial ──comentó el rubio.

Bang Chan se preguntó si estaba en sus 5 sentidos o si se había pasado de tragos. Al final decidió no darle importancia a ello.

Luego de un par de fotos en distintos lugares y posiciones Bang Chan decidió tomar un descanso.

── Ten, es jugo de naranja ──Felix le dio el vaso y se sentó a su lado mientras tomaba de su propio vaso.

Bang Chan tomó todo el contenido y sintió un sabor amargo que no podía ser de la naranja. El miró el vaso confundido ya que no era un vaso sino tres. El movió su cabeza y miró el lugar, todo daba vueltas.

El intentó levantarse pero Felix se lo impidió.

── Yo siendo tú no me levantaría ──río mientras hacía que Bang Chan se acostara.

── ¿Qué diablos hiciste? ──preguntó.

── Nada que te mate, tranquilo ──sonrió──. Sólo quiero jugar.

El rubio le quitó la camisa a Bang Chan el cual estaba aturdido por ser atacado de esa manera.

── ¿Cómo es que tu...? ──Felix le besó.

El beso era dulce y un poco agrio debido al jugo de naranja. Era interesante y exquisito. Bang Chan por supuesto que le correspondió, él quería saborear más del chico que estaba encima de él mientras meneaba su trasero sobre el miembro del pelinegro.

Felix se alejó y sonrío con burla.

── ¿Cómo es que un corderito como yo está atacando tan fácilmente al lobo? ──rió──. El cual además es su stalker ──él se quitó la camisa──. ¿O qué? ¿Creíste que no lo sabía? ──preguntó.

Felix pasó sus dedos por su pecho, su clavícula y sus pezones. Él le guiñó el ojo y tomó la mano de Bang Chan para que así tocara su piel. El pelinegro se sorprendió de la tersura de su pálida piel y se preguntó cómo sería poder tocarle con los labios.

── Tú sabías todo... Tú lo hacías a propósito ──dijo Bang Chan en un susurro.

Felix asintió.

¿Cómo fue tan estúpido que se dejó engañar por el corderito? Eso incluso tenía sentido, esas sonrisas traviesas y burlonas que solía darle a Chan cuando sus ojos se encontraban eran señales que daban a demostrar que el peliazul estaba al tanto de su acosador. Y que incluso le gustaba la atención que Bang Chan le daba.

── Ahora que entiendes la situación... ──Felix puso su cabeza sobre la de Bang Chan──. Debo añadir que me he estado aguantando todo este tiempo, eso no ha sido divertido ──Se bajó de él y comenzó a quitarle los jeans al pelinegro──. Creo que mis bolas están tan azules como mi cabello y es tu condenada culpa.

Bang Chan río por el comentario. Él estaba consciente aunque su cuerpo se sentía un poco pesado y caliente. ¿Qué era lo que Felix le había dado de tomar? Él debía preguntarle luego. Por ahora tenían cosas más importantes que hacer.

El pelinegro miró a su acompañante el cual se estaba desvistiendo a sí mismo. Bang Chan se mordió los labios al ver el miembro del rubio. Él estaba tan excitado como Bang Chan. El rubio se subió a la cama de nuevo, justo en el regazo de Bang Chan.

── Supongo que el efecto del mareo ya pasó ──dijo mientras se acercaba a la oreja del pelinegro──. Ahora sólo sentirás placer.

── ¿Afrodisiaco? ──preguntó.

── Y uno de muy buena calidad según me dijeron ──contestó riendo mientras colocaba su cabeza sobre el hombro de Bang Chan──. Aunque con o sin él de igual manera la pasaremos bien.

── De eso no tengo duda ──dijo el pelinegro antes de tomar el mentón de Felix para así acercarle a sus labios.

Fue un beso lento. Sus lenguas se rozaron al igual que sus miembros desnudos, y eso hizo estremecer al rubio el cual gimió en los labios de Bang Chan. El pelinegro acercó sus manos al trasero de Felix y le apretó lo suficiente para suspirar al sentir los músculos del chico.

El definitivamente hacía ejercicio y Bang Chan amó eso. Él estaba en forma y ese respingado trasero era prueba de ello. El no dudó en manosear al rubio, él tenía la oportunidad justo al alcance de su mano y desperdiciarla no era opción. Felix parecía gustarle la atención ya que se arqueó de tal manera que empujó su trasero hacia las grandes manos de Bang Chan el cual, a pesar de estar todavía un poco mareado, aprovechó para acercar posar sus labios sobre el hombro del rubio. El mordió lo suficiente para dejar marca pero no tanto como para romper la tersa piel que poseía Felix.

El rubio rodeó el cuello de Bang Chan con sus finos brazos mientras buscaba fricción y gemía suavemente en el oído del pelinegro. Eso terminó de matarlo. Bang Chan, quien ya no estaba mareado, se levantó lo suficiente como para girarles a ambos y hacer que el rubio estuviera debajo de él. Su miembro palpitaba con necesidad pero se controló. El iba a hacer esto bien. Felix pareció darse cuenta de ello y estiró su mano hasta debajo de la almohada donde sacó una botellita transparente junto a un par de condones. Lix se los entregó al pelinegro. Bang Chan sonrió y tomó lo que le habían ofrecido. Sin embargo, el primero quería besar al hombre debajo de él. Quería probarlo por todas partes y ver todas las reacciones que el rubio tenía para mostrar.

Bang Chan le besó de nuevo, pero fue corto y precioso. Felix se quejó por la pérdida pero el pelinegro le compensó con besos cálidos y húmedos en el cuello. Fue descendiendo, poco a poco. El estaba trazando un mapa imaginario con sus labios y lengua hasta que llegó al pecho del rubio. Besó uno de sus pezones y con la punta de lengua le rozó suavemente. Felix gimió mientras se aferraba a las sábanas. Bang Chan río dentro de si y mordió con cuidado y suavidad el pezón hasta dejarlo de un rosa brillante. Le dio la misma atención al mientras que su mano acariciaba uno de los muslos del rubio los cuales eran tersos y bien tonificados. Eso le dio curiosidad. El quería probarlos también.

Fue desciendo entre besos hasta llegar a sus muslos. El besó ambos en la parte inferior, justo donde la piel es la suave. Felix le miraba mientras se mordía los labios. Eso le hacía ver el triple de sexy. Bang Chan tomó el lubricante y acercó sus dedos al frunce mientras que sus ojos estaban puestos en su acompañante. Adentró un dedo y el rubio suspiró. El estaba estrecho, como si no hubiera tenido a nadie desde hace un tiempo. ¿Era eso así? Bang Chan le preguntaría después. Él adentró un segundo dedo y los movió en busca del punto dulce del rubio. El tocó esa suave protuberancia que hizo a Felix gemir con fuerza mientras se aferraba de las sábanas. Era increíble verle así, tan excitado. Bang Chan quería más, quería verle perder la cabeza. El pelinegro acercó su boca al miembro de Lix y con su lengua hizo círculos imaginarios mientras se burlaba con sus dedos del rubio. Felix gimió con más fuerza y frecuencia hasta que intentó detener a Bang Chan con sus manos. El subió la mirada y el rubio intentaba recuperar el aliento.

── No... No quiero correrme... Si no estas dentro de mi ──dijo con dificultad.

Su cabello estaba despeinado, sus labios tenían un rosa brillante y sus ojos poseían un brillo indescriptible. Bang Chan sintió un tirón y sabía con certeza que el estaba enamorado de ese hombre. Era su amor platónico. El cual tenía en sus manos justo ahora.

Bang Chan asintió con la cabeza y adentró un tercer dedo. Ya no había tanta resistencia así que dio por finalizado la preparación. Se enderezó un poco y buscó un condón, una vez puesto cubrió su miembro con aquel liquido espeso y brillante. Entonces miró a Felix unos segundos.

── ¿Lo quieres así? ──preguntó con suavidad.

Para el rubio sólo era sexo así que era posible que quisiera otra posición. Bang Chan vio como el asintió con su cabeza y eso hizo sentir al pelinegro un poco de ansiedad. Sin embargo, su sorpresa fue grande y agradable.

── Quiero estar encima de ti ──susurró.

Bang Chan le miró y juró ver un rubor en las mejillas del rubio. Bang Chan asintió con la cabeza y se quitó de encima para luego sentarse cerca del copete de la cama. Felix se subió a su regazo y tomó el miembro de Bang Chan con su mano para posicionarlo. Mientras el bajaba de a poco se mordía los labios y el pelinegro se deleitaba con los pequeños jadeos que salían entre sus dientes.

Cuando estuvo cerca del final se quedó quieto, como inseguro de continuar. Bang Chan puso sus manos en las caderas del rubio y sonrió levemente invitándolo de seguir. Felix le devolvió la sonrisa y bajó hasta que los vellos del pelinegro pegaba del trasero de Lix. El se quedó estático mientras se acostumbraba. Bang Chan aprovechó entonces para acercarle a él y devorarle la boca como lo estaba haciendo minutos antes. Sus besos eran pausados y suaves, como si en lugar de sexo estuvieran haciendo el amor. Como si ambos desearan estar en la piel del otro. Bang Chan sintió que su corazón de hinchó de felicidad ante esa posibilidad.

── Siempre mas gustado ──susurró Bang Chan.

── No más que yo, debo decir ──contestó el rubio.

Bang Chan quiso preguntarle al respecto pero Felix subió un poco sus caderas para luego bajarlas. La presión y calidez del interior del rubio eran exquisitos, y el movimiento lento de Felix era ilegalmente sexy. Era evidente que Felix le estaba provocando con sus movimientos. Bang Chan sonrió con gusto y con fuerza tomó ambos globos del trasero del rubio y le hizo subir y bajar con más rapidez y fuerza. Felix se aferró a los hombros del pelinegro mientras se arqueaba. Bang Chan se deleitó con sus gemidos y jadeos, y besó su cuello con fervor hasta dejarle rojo. Felix aumentó el movimiento de sus caderas y con una de sus manos se acarició hasta derramar su semilla en el pecho descubierto de Bang Chan. Ese gemido placentero y el hecho de que el cuerpo del rubio se tensó, fueron suficientes para aumentar el ritmo de sus penetraciones hasta que por fin sintió su propio placer llegar a la cima. El gruñó y se aferró al cuerpo del más pequeño, con su rostro en el hueco del cuello.

Ambos trataron de regular su respiración mientras jugaban con sus manos entrelazadas. Ambos seguían duros, eran conscientes de que irían por una segunda ronda y quizás incluso en busca de una tercera.

Bang Chan abrió los ojos y vio que ya era de mañana. Esa no era su habitación, pero se sintió cómodo. El tocó el otro lado de la cama el cual estaba frío y vacío. Bang Chan se levantó con rapidez en busca del rubio el cual se escuchaba cantar desde la cocina. El pelinegro buscó su ropa interior y salió de la cama. Fue hasta el baño a lavarse la cara y al no encontrar una toalla salió de allí en busca de una. Miró el armario y se debatió entre si buscar una toalla por si mismo o esperar a que Felix regresara. Al final optó por la primera opción. El encontró una toalla en el primer cajón que buscó y agradeció a dios por eso. Cuando tomó la toalla una cajita cayó al suelo y todo su contenido se esparció. Eran fotos. Pero lo sorpresivo no eran las fotos sino la persona que estaba en ellas. Era Bang Chan. El estaba en el gimnasio, en su casa, en la universidad, el parque, el bar, en la casa de Jisung y en muchos otros lugares. Incluso habían fotos de cuando el estaba en la preparatoria.

── ¿Has escuchado la frase: Cazador, cazado? ──preguntó el rubio desde el marco de la puerta sonriendo.

── ¿Tu has estado siguiéndome y tomándome fotos? ──preguntó Bang Chan sorprendido.

Felix fue hasta la cama y debajo de ella había una caja, de allí sacó una cámara y se acercó a Bang Chan el cual estaba sentado en el suelo mirando las fotos. Felix tomó una foto y sonrió. Luego les mostró las fotos recientes que había tomado.

── Es por eso que sabías que te seguía... ──susurró el pelinegro.

── Lo supe desde la primera vez ──admitió. Felix se acercó y puso ambas piernas a los costados del pelinegro, sentándose así sobre su regazo. El besó sus labios con suavidad, sabía a café.

── He estado enamorado de ti desde que estábamos en tercero de secundaria. Tu no me recuerdas porque siempre fui invisible, un patito feo ──ríe──. Cuando ingresé a la universidad cambié por completo y tu pareciste notarme. Eso me hizo feliz. Era divertido ver como mi objetivo, mi crush, ahora era mi stalker.

Bang Chan río ante semejante ironía.

── Creo que ambos haremos una buena pareja ──comenta mientras adentra sus manos por dentro de la ancha camisa que Lix tiene puesta.

El rubio sonríe y posa su cabeza sobre el hombro derecho de Bang Chan.

── Definitivamente lo seremos ──añadió.

El colocó la cámara cerca y tomó una foto de ambos. La primera de muchas que no serían tomadas mientras se hacían pasar por un stalker. Al final ambos lograron llegar a su respectivo objetivo y ahora era cuando el romance realmente comenzaría.

¡espero que les guste! <3

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