pijamas... fuera.
❝Bang Chan siempre ha estado enamorado de su mejor amigo Felix, y tras una noche donde debían jugar con sus videojuegos, terminan teniendo sexo tras irse la luz.❞
Historia original: SaranghaeYeye. Todos los créditos respectivo a la autora.
Maldita sea, no puede ser que haga tanto calor.
La primavera ha abierto paso a un caluroso verano y así como la electricidad ese día, las relaciones también apestaban.
Era una tarde común, esas que olvidas al otro día y que no son las elegidas para convertirse en anécdotas. La electricidad en su casa era un asco, así que tomo un par de cosas que fuera a necesitar e inició viaje a la casa de su mejor amigo, Christopher Bang.
Todo parecía ir relativamente normal. Bang Chan lo había recibido con esa estúpida sonrisa de siempre y lo invitó a pasar, mientras le traía un refresco y le pasaba el comando del videojuegos. Estaban en una conversación amena, llena de comentarios sin fundamentos y risas fáciles, mientras disfrutaban de alguna que otra golosina y se dejaban abrazar por el aire acondicionado.
Todo iba bien...
Hasta que ese puntual mensaje llegó:
- Necesitamos hablar.
Y a Felix le temblaron las manos, porque un mensaje así nunca es sinónimo de algo bueno y que se lo hubiese mandado justamente Changbin, su novio, le ponía los pelos de punta.
¿Desde cuándo Changbin usaba puntos al final al de una oración? JAMÁS EN LA VIDA.
Definitivamente algo iba mal, muy mal.
- ¿Qué sucede, amor?
- Perdona que sea por mensaje, pero ya estoy harto de esto.
- Me asustas ¿Qué sucede?
- Quiero que terminemos. Ya no te amo.
Y su garganta se cerró luego de emitir un pequeño gemido de asombro. Eso no podía ser cierto.
Changbin era el amor de su vida, llevaban tres malditos años de novios y rara vez discutían ¿Qué había sucedido ahora?
Definitivamente las cosas estaban mal, debía ser una broma de mal gusto.
Se quedó mirando la pantalla de su teléfono celular mientras esperaba un "Lixie, era una broma", pero ese mensaje no llegó. Nada más vino de él.
Sus ojos se cristalizaron y por más de que podía ver a Bang Chan preocupado frente a él, moviendo sus labios velozmente, mientras formulaba una cantidad innecesaria de palabras.
Él no podía oírlo.
Changbin acababa de romper con él.
- Dime que es una broma ¿Qué hice yo para merecer esto?
- Lo siento Felix, ya no siento lo mismo. Me cansé de esperar. Creo que me enamoré de otra persona.
Y un baldazo de agua fría parecía haberlo bañado. Releía el mismo mensaje una y otra vez, algo debía indicar que estaba equivocado y que realmente estaba pensado mal sobre el asunto, pero por más que leía y leía... las palabras eran demasiado concisas.
Una punzada se clavó en su pecho.
¿Changbin estaba enamorado de otra persona? Eso no podía ser cierto, Changbin no podía enamorarse de otra persona cuando él le había dado su amor incondicional desde los 16 años hasta el día de hoy. Era inconcebible que eso sucediera ¿Qué había hecho mal?
Entonces volvió a leer el mensaje y lo comprendió.
"Me cansé de esperar". Todo esto sucedía porque Felix se había negado durante esos tres años a tener relaciones sexuales.
Ojo, no es como si nunca se hubiesen tocado o nunca hubiesen estado al borde de caer, pero... pero Felix no llegaba a dar ese paso, el que lo definiría (Según él) como el homosexual pasivo que era. Felix sabía que amaba al bajito, pero por alguna extraña razón, nunca sintió lo suficiente como para entregarle su cuerpo.
Sabía la urgencia que Changbin sentía sobre ese tema, estaba plenamente consciente de que el bajito se frustraba demasiado con todo el asunto y que incluso había llegado a querer obligarlo a tener relaciones. Felix estaba enterado de las infidelidades a las que Changbin lo había sometido y a pesar de todo, le seguía dando 'segundas oportunidades'.
Habían hablado muchas veces sobre el tema, habían llegado a insultarse o a llorar, pero bajo las palabras "Te amo" ellos seguían apostando a esa relación, por eso no cabía en su mente como es que Changbin decidió dejarlo por mensaje, una tarde cualquiera de verano.
- ¿Esto es por el sexo? -Consiguió responder, luego de secarse algunas lágrimas.
- Esto es por todo, Felix. Estoy cansado de rogar por afecto.
Y quizás Changbin tenía razón; si lo pensaba en profundidad, quizás Changbin tenía razón. Seguramente tendría razón. Porque Felix nunca fue una persona que demostrara demasiado sus sentimientos, no era de los que hacía demostraciones en público y a veces hasta era dificil arrancarle palabras de amor, pero no es porque no lo sintiera, simplemente él era así.
Creyó que Changbin, su novio desde los 16 años, sabría y entendería eso. Luego de tres años, definitivamente debía saber eso.
- Te amo Changbin, perdóname. Quiero ser quien esta vez reciba una segunda oportunidad.
- Lo siento, yo no puedo hacerlo.
Y las decepciones definitivamente estaban marcando ese día, convirtiéndolo de un día común y sin importancia, a uno digno de ser recordado.
Él, que tantas veces había hecho oídos sordos, quien había mirado hacia otro lado y quien había perdonado todo. Él, justamente él, no estaba recibiendo esa oportunidad que creía merecer.
En un ataque de ira, esos que logran disparar los nervios y activar en tu interior ciertas hormonas, lograron que en una euforia de adrenalina y miedo, Felix gritara como un loco y estrellara su teléfono celular contra la pared más lejana. Su respiración se había acelerado y sus pupilas se habían dilatado, esa era la respuesta que menos esperaba.
Pensó que podría salir a correr, se sintió acorralado por un algo invisible y tenía miedo, quería escapar.
Su mente necesitaba escapar.
Cuando hundió su cabeza entre sus rodillas y se abrazó a sus piernas, no esperaba realmente que Bang Chan se acercara a él y le acariciara lentamente la espalda. Emitiendo un susurro como si quisiera calmar un bebé o hacerlo dormir. Extrañamente, se sintió reconfortado y sus lágrimas comenzaban a mermar.
- ¿No quieres saber que pasó? -Murmuró entre hipidos de llanto.
- No te voy a negar que tengo curiosidad, pero voy a esperar a que estés listo para decirme.
- Changbin me dejó. Él no supo esperarme o se cansó de hacerlo, no lo sé. -Balbuceó.
- Changbin es un idiota, ya se arrepentirá.
- No voy a volver con él -Se alarmó.
- Y es por esa razón, que sé que tu no eres un idiota. Demasiado hiciste, Lixie, ya está..
- Eres un gran amigo -Sorbió por la nariz y se limpió con la manga del jersey.
Bang Chan no contestó, sólo acarició la espalda de su amigo por el tiempo necesario como para calmarlo y evitar que sus músculos siguieran tensos.
Cuando la noche cayó, era hora de volver a casa, así que llamó a su madre para avisarle que el teléfono se había 'descompuesto' y que no se preocupara, que estaba por ir de nuevo a su hogar, pero cuando su madre le aconsejó que se quedara donde estaba porque "Aquí seguimos sin electricidad, Lixie", no puso mucha resistencia y aceptó decirle a Bang Chan que dormiría ahí. Su amigo rara vez se negaba.
- Bang Channie. ¿Puedo pasar la noche aquí?
- No hagas aegyo, me causas más escalofrío que ternura. No preguntes, sólo deja tus cosas en la habitación, sabes que no tengo problemas.
Y esa era la clase de amigo que Felix amaba. Bang Chan era una persona excepcional, siempre tenía un hombro a tu disposición para que logres llorar o una sonrisa sincera que te ilumina. Bang Chan es esa clase de persona que te escucha, te aconseja y te brinda felicidad para hacerte pasar por menos tiempo esa sensación de tristeza o de los que te acompañan en cada momento.
Desde los nueve o diez años, ellos siempre estuvieron juntos. Eran íntimos amigos y a pesar de conocerse desde hace una década, ellos seguían teniendo temas de conversación. Jamás se cansaban del otro y seguían teniendo una lista mínima de peleas menores, siendo siempre unidos y raras veces logrando estar disconformes con una situación.
Bang Chan era esa clase de persona... esa persona que jamás quieres perder y que nunca dejaría que te perdieras tú.
- ¿Qué jugaremos hoy?
- Elige tú, yo voy a preparar la cena -contestó Bang Chan y se perdió en la cocina.
Y sí, Bang Chan era un chico que en sus 19 años, vivía sólo. Sus padres se marcharon a Australia a cuando apenas tenía 16 y éste había quedado a cargo de una nana hasta que llegó a los 18 y comenzó a vivir sólo, valiéndose en casi todo a sí mismo.
Bang Chan recibía ayuda económica de sus padres, pero también tenía un trabajo de medio tiempo en la tienda de vídeos juegos y es por eso que era capaz de darse ciertos gustos, como un aire acondicionado, una pila de juegos limitados o un refrigerador repleto de cosas.
Luego de una cena (cabe decir que sabrosa) ellos se tiraron en el sofá y cargaron uno de los tantos juegos, preparados para una noche de chicos.
Era jueves, al día siguiente tenían cursado, pero habían decidido que lo mejor era no ver a Changbin tan pronto y decidieron hacer un fin de semanas largo, saltándose la clase del día siguiente y esperando a que llegue el lunes para el enfrentamiento.
Llevaban una noche tranquila, hacía casi media hora que habían pasado la medianoche y estaban a la mitad de un juego increíble cuando de repente... oscuridad.
La maldita luz se había ido. En la mitad del juego, a mitad de la noche más calurosa de todas..
- ¿Nos damos una ducha e intentamos dormir mientras el ambiente sigue frío por el aire acondicionado?
- Me parece una excelente idea -Dijo Felix y suspiró en voz alta, luego de tambalearse hasta poder tomar el teléfono celular y alumbrar el camino, se dirigieron hasta el cuarto de baño y mientras el rubio se daba una ducha fría, Bang Chan se fue a preparar la cama.
Cuando Felix volvió, con el cabello aún húmedo y su estúpido pijama de dos piezas con imágenes de pollitos, Bang Chan tragó con fuerza y sacudió la cabeza.
Todos menos Felix estaban enterados del amor unilateral de Bang Chan.
Hace tres años atrás, cuando sus padres habían decidido mudarse, Bang Chan se dio cuenta de que no podía irse, no podía estar separado de Felix. Era una tarde de verano parecida a la de ese mismo día, cuando Bang Chan había decidido que lo mejor era contarle a su amigo que creía estar enamorado de él, pero fue esa misma tarde cuando un sonriente Felix le dijo en secreto que se había puesto de novio con Seo Changbin, un estudiante de otro curso.
No hay que mentir, se sintió dolido y hasta ofendido, pero como creía que era sólo algo pasajero, decidió abrazar a su amigo y felicitarlo por eso.
Con el tiempo, no solo la relación de su amigo se había reforzado hasta traspasar el año, si no que su amor también había crecido y comenzaba a dolerle cuando el más bajo le contaba sus experiencias o lo que había hecho con su perfecto Changbin.
Al segundo año de noviazgo del pequeño, comenzaron las peleas en la relación. Changbin había inventado que su amante Jeongin era un primo lejano y había estado engañando a Felix por casi tres meses, luego de eso, comenzó a relacionarse con una chica y ahí se pudieron enterar de la segunda infidelidad.
El corazón de Bang Chan ardía, su mejor amigo (del cual estaba enamorado) no debía sufrir así. Realmente no.
Bang Chan podía ser mayor y hasta imponente, pero era una persona miedosa y que Felix se enoje con él o que se aleje realmente le daba un terror horrible, por lo que se mantenía en silencio y no le llevaba la contra cuando Felix perdonaba, perdonaba y perdonaba.
Esa noche era distinta. Felix había roto oficialmente con Changbin, se había dejado desvanecer en lágrimas sobre sus brazos y esta vez, quizás esta vez, tenga la oportunidad de decir en palabras lo que su corazón tanto ha gritado todo este tiempo.
Definitivamente no lo diría esa noche, no se aprovecharía de Felix en esa situación para abrir su corazón, pero tenía la oportunidad de comenzar a demostrar en acciones sus propios sentimientos.
Luego de salir de la ducha y despejar un poco los pensamientos indignos que habían cruzado su mente cuando pudo ver a Felix todo húmedo, con el cabello aún goteando los restos de una ducha helada, se acercó a la cama donde éste se removía y se acostó a su lado.
El contraste de la piel fría de Bang Chan y el calor que había comenzado a elevar la de Felix era abrupto, por lo cual el más alto intentaba alejarse cada vez que Felix buscaba refrescarse contra él.
- Bang Channie, dame un poco de tu piel -Ronroneó bajo y el otro tembló con fuerza.
Felix no hablaba con insinuación de nada, pero era la elección de palabras más eróticas que Bang Chan hubiese escuchado en años de su vida.
- No digas esas cosas Felix, pueden sonar realmente mal.
Felix se mantuvo en silencio unos segundos, pero luego entendió que todo era un juego y comenzó a ronronear contra el cuerpo de su amigo, pasando una de sus delgadas piernas sobre la cintura desnuda de este y refregando su cuerpo como una serpiente.
- No te sonrojes Channie, sólo somos dos amigos en una cama.
- Somos dos hombres, no te olvides de eso.
- ¿Te da asco estar tan cerca de un homosexual?
- Me causa necesidades tenerte tan cerca, sólo eso.
Y a Felix comenzó a latirle con fuerza el corazón, pues jamás nadie había logrado que sus vellos se erizaran con un simple susurro, pero Bang Chan estaba hablando con una voz grave, en un tono más bajo de lo normal y extrañamente su cuerpo reaccionaba a él.
Bang Chan pudo sentirlo, pudo notar la erección de Felix apretando contra el hueso de su cadera y se relamió los labios con una ansiedad que hasta ese momento, no sabía que tenía retenida.
- ¿Qué sucede Felix? ¿Te pongo caliente?
Y escuchar eso, de la boca de su mejor amigo en un susurro cálido contra el lóbulo de su oreja, logró sacarle un gemido involuntario desde el fondo de su garganta.
El vello de su nuca se mantenía erizado mientras sus poros dilatados lo dejaban sensible a cualquier toque, a cualquier mínimo roce de pieles.
- Bang Chan, tengo miedo -susurró, con un nudo en su garganta.
- Puedo esperarte por siempre, cariño.
- No, no quiero. Hagámoslo.
- Tranquilo, sé que hacer contigo.
Y con un movimiento seguro, grácil, se situó sobre él y se sentó sobre su pelvis, dejando su propio trasero sobre la creciente polla de su amigo. Podía sentirlo removerse un poco incómodo y muy excitado, podía sentirlo latir debajo de él y endurecerse aún más.
Bang Chan acercó su boca hasta los labios acorazonados del más bajo y finalmente cumplió ese deseo de poder saborearlos. La textura suave y esponjosa de sus labios hacían que Bang Chan se inquietara demasiado y fue por eso mismo que con la punta de su lengua fue delineándolos, hasta por fin pedir permiso en ella y poder lamer el borde de sus dientes superiores en un movimiento demasiado erótico.
Felix estaba bajo éxtasis, sintiéndose realmente ardiendo y con una necesidad de más, mucho más; abrió su boca, sacó su lengua y por fin pudo sentir el sabor de Bang Chan.
Bang Chan sabía a chocolates con almendras, sabía a un momento de gloria y cuando su corazón comenzó a desbocarse, decidió que debían profundizar aún más.
El beso comenzó siendo tímido, lento y un tanto vergonzoso, pero cuando Bang Chan hizo un movimiento rotatorio de caderas y el miembro de Felix se vio deliciosamente presionado, un gemido abandonó su garganta y se convirtió en el detonante necesario para hacerse húmedo, necesitado. Una batalla comenzó a liberarse entre ellos.
Bang Chan se arrojó a la mullida cama y trajo consigo a un Felix hambriento que se cernió sobre él y comenzó a moverse lentamente, logrando que sus miembros comenzaran a frotarse.
- D-Desvisteme Channie -dijo entre gemidos
Y Bang Chan pareciera que hubiese llegado al cielo y estuviese siendo recompensado por ese acto, pues se sentía flotar.
No necesitaron más nada. Bang Chan se sentó y aún con su amigo sobre él comenzó a deslizar la parte de arriba del pijama y a dejar a la vista la tersa piel del mismo, mientras comenzaba a besar y dejar pequeños hilos de saliva en el recorrido, llegando a las tetillas y comenzando a tirar de ellas con sus dientes y luego comenzando a succionarlos con delicadeza, logrando que se endurecieran y que los gemidos comenzaran a ser más audibles.
Felix no sabía exactamente que pasaba con él. Su cuerpo estaba reaccionando de una forma extraña, se sentía realmente caliente y prácticamente estaba pidiendo a gritos que lo penetre en ese mismo instante.
Bang Chan se sentía como el indicado.
Cuando la parte superior hubo desaparecido por completo y el calor comenzó a ser insoportable, logrando que las gotas de sudor comenzaran a mezclarse con las del cabello húmedo, Bang Chan decidió que había sido suficiente e invirtió nuevamente los roles, dejando a Felix boca arriba en el colchón mientras él se levantaba y comenzaba a quitarse la ropa con apuro, dejando a la vista un abdomen plano y fuerte, y una exquisita erección que apuntaba al cielo con vigorosidad.
Felix estaba casi sin aire, parecía que iba a desmayarse en ese maldito momento, pero contra todo pronóstico, el más pequeño se quitó la parte baja del pijama y se quedó sólo en bóxers, mientras gateaba sobre la cama y apuntaba el pene Bang Chan a su boca.
El myor sólo logró asentir con la cabeza antes de que Felix metiera toda la extensión en su boca, ensalivando de la cabeza a la base sin problemas.
Definitivamente le daba rabia que la experiencia de Felix se deba a otra persona, pero vaya que estaba agradeciéndole a Changbin en ese momento.
Comenzaron a ser un poco más osados. Felix saco su propio miembro de entre su bóxer y comenzó a masturbarse, mientras que con su mano libre, se ayudaba para que el endurecido miembro de Bang Chan recibiera toda la atención suficiente. La piel del mismo se retraía, mientras que con la punta de su ágil lengua, Felix iba saboreando y delineando el glande de su amigo, para luego meterlo en su boca hasta el borde de la arcada y volver a sacarlo, cubierto de líquido pre-seminal y saliva.
Era un momento erótico y caliente, jamás se había imaginado en esa situación, pero podía jurar que se sentía tan bien que hasta se maldecía haber perdido tantos años al lado de quien no lo merecía, si al lado suyo estaba ese que siempre deseó. Que lo hacía sentir así, pleno y seguro.
Cuando las piernas del más alto comenzaron a fallar, este clavó sus ojos en los de su amigo y murmuró un "Necesito hacértelo", sonido áspero y grave que logró que el pene de Felix se sacudiera y comenzara a desparramar todo el semen que se había acumulado, haciendo que sus testículos se relajaran. Cuando el clímax se apoderó de él, no pudo evitar gemir y boquear en busca de aire, soltando así a Bang Chan y este aprovechando para saltar sobre su amigo y comenzar a limpiar con la lengua todo el líquido que este había desparramado sobre sus propios muslos y pecho. El beso que le continuó sabía a semen y en vez de darle asco, Felix comenzaba a endurecer de nuevo.
Estaba listo. De eso estaba seguro.
Separando sus labios y con una sonrisa avergonzada, Felix se colocó boca abajo y dejó su trasero a disposición de Bang Chan, que gimió de tan sólo saber lo que venía a continuación.
Sin darse demasiado tiempo más, separó las nalgas del menor y comenzó a meter la lengua en su orificio, llenando de gemidos la estancia y de saliva ese lugar que estaba próximo a profanar.
El lampiño trasero de Felix sabía a jabón y podía saborear un poco de las gotas del semen que se habían deslizado hasta allí, por lo cual comenzó a gruñir y a apresurar aún más su lengua, que entraba y salía con facilidad a medida que los músculos anales del otro comenzaban a dilatarse.
Cuando el primer dedo entró, Felix gruño de dolor, pero luego de que el tercero se encontrara adentro, comenzó a desear más y a moverse en necesidad. Bang Chan, quien ya no aguantaba más, escupió un poco de saliva sobre su mano libre y mientras que sus otros dedos se enterraban hasta los nudillos en el trasero de su amigo, él comenzó a lubricar la longitud de su pene y en pocos segundos lo apunto sobre el enrojecido orificio de Felix, que latía a medida que los dedos del alto comenzaban a abandonarlo.
Una vez que se encontró adentro, todo sabía como el mismo y puto cielo. Era perfecto. La forma en la que Bang Chan se abría paso entre ese estrecho trasero o en la que Felix se sentía llenar por dentro; se sentía como el cielo.
Las embestidas rogaban por ser duras y rápidas, pero dado que Bang Chan temía lastimar a su amado, comenzó a hacérselo con lentitud, adentrándose y saliendo a una lentitud apenas soportable. Felix lagrimeaba, realmente su trasero dolía, pero estaba deseoso de más. Quería todo de Bang Chan, y se lo hizo saber, logrando que el otro sonriera como el bastardo que siempre había sido y profundizara aún más en él, aumentando también la velocidad y logrando un sonido sucio cuando golpeaba contra las nalgas del más bajo.
Continuaron así, entre estocadas y gemidos, hasta que el más bajo sucumbió ante el placer y volvió a desarmarse en hilos de semen. Su trasero apretó aún más cuando llegó a su recta final y fue ahí cuando el clímax de Bang Chan fue inminente, comenzando a llenarlo por dentro con una estúpida gran cantidad de semen. Continuó con las estocadas en ese punto interior de Felix que le arrancaba alaridos hasta que la última gota de su esencia se derramó y su pene se volvió nuevamente flácido.
Cuando salió de él (con un ruido obsceno) y su semen comenzó a brotar del trasero del menor, manchando la parte trasera de sus muslos, Bang Chan volvió a sonreír.
Había marcado a su amigo.
Ambos estaban sucios y transpirados. La luz no había vuelto y el calor de su cuerpos había aumentado demasiado en esa sesión de besos y estocadas, pero igualmente se acurrucaron uno contra el otro y se dejaron vencer por el sueño, mientras Bang Chan acariciaba la espalda de su amigo y le decía que estaba bien.
Todo lo que habían hecho estaba bien. Felix logró asentir con la cabeza antes de dejarse dormir.
Las cosas siempre debieron ser así.
¡gracias por leer!
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