Epilogo: El Dios de la destrucción y el alcance de su malicia...
El impacto que las acciones de Kaminari tuvieron repercutieron por todo Japón, su malicia y crueldad, su mente retorcida y desquiciada hicieron temblar a toda la población, tanto civiles, héroes o villanos que no formaban parte de su amplio grupo de seguidores, y el miedo recorrió los cuerpos de aquellos que conocían de lo que ahora era dueño: el One For All.
Muchos intentaron rastrear su ubicación y terminar con sus desquiciados planes, pero después de aquella horrible presentación televisiva a nivel nacional, desapareció sin dejar rastro, como si fuese nada más que un fantasma.
El bajo mundo era ignorante de sus próximos movimientos, los héroes patrullaban nerviosos de ser los próximos objetivos de sus maquinaciones diabólicas, el país entero se sumió en una tensión que fácilmente podías cortar con un cuchillo.
Mientras Japón se sumía en una miedosa expectativa que erizaba los cabellos de su cuerpo, Denki se encargaba de recuperar a un valioso compañero, alguien que estuvo con él en este camino de maldad desde siempre y a quien orgullosamente podía considerar un hermano.
Kirishima tardó días en recuperarse del todo, con su orgullo manchado y sintiéndose humillado al ser derrotado por el ataque suicida de Katsuki, se concentró más que nunca en su misión de cuidar y proteger al cerebro de su pequeña gran organización.
Algunas semanas después el segundo ataque de Kaminari llegó con más fuerza que nunca y con un resultado que ningún héroe esperaría.
La UA fue atacada de imprevisto, con los villanos formando una emboscada en pinza, atrayendo primero la atención de los maestros y héroes profesionales al frente de la institución, para tiempo después atacar por la parte de atrás, llendo a por los dormitorios y alumnos para usarlos de rehenes y así aniquilar su espíritu de combate y opciones.
Era una estrategia que le encantaba usar al rubio: ve a por los débiles y usalos de escudo, amenaza sus vidas no sin antes dar un ejemplo de qué tan serio eres con tus acciones, explota su rol como héroes, ellos no te atacarán de inmediato si amenazas a un inocente, y en ese momento de titubeo, despedaza sus cuerpos uno por uno, lenta y minuciosamente.
Un héroe pondrá la vida de los demás sobre la suya.
Un héroe no ataca para matar, por lo que tienden a limitar su poder inconscientemente.
Un héroe confiara en tus promesas, no importa que tan vacías sean.
Los héroes son estúpidos y podemos aprovecharnos de su estupidez.
Con su estrategia los héroes eligieron la rendición a cambio de perdonar la vida de sus estudiantes, ingenuamente creyeron en las promesas de Kaminari ante su rendición, y cuando ya se sentían seguros de salir sanos y a salvo de esta pequeña guerra, él, con una maliciosa sonrisa en su rostro, dijo: "Yo no tomo rehenes, sólo sacrificios" y frente a sus ojos ordenó la aniquilación de todo aquel que ostentara el título de 'héroe'
La sangre y muerte que se esparció ese día fue suficiente para pintar de rojo la entrada principal de la UA y formar una pequeña montaña de cadáveres.
Muy pocos fueron los que sobrevivieron para volverse prisioneros o meros juguetes para los villanos realmente despiadados, y si por alguna razón seguían con vida, era para volverse parte de los desquiciados planes de Kaminari.
[…]
Izuku se mantenía apenas consciente, con la locura invadiendo su cabeza, creando ilusiones de Katsuki, los profesores, niños y su madre rondando por aquella habitación, reprochandole su debilidad, culpandolo de sus muertes y de su sufrimiento.
Ya apenas podía mantener algo de razón, ya casi se estaba quedando sin cordura, poco le faltaba para suplicarle a la muerte que acabe con su miserable vida.
Los gritos que se escuchaban en la habitación nunca cesaron, gritos de fantasmas agonizante y súplicas ya muertas, persiguiendolo sin descanso, impidiéndole conciliar el sueño hasta caer desmayado por el agotamiento, e incluso en la inconsciencia todo estaba plagado de pesadillas.
Un sólo atisbo de cordura quedaba en su mente, aquella que se preguntaba por los días que pasaban, si alguna vez lo rescatarían o si moriría pronto. Esa pequeña e ingenua parte de él que aún sobrevivía muy apenas, estaba a punto de desaparecer…
De pronto la habitación se sumió en silencio, las luces se apagaron y un segundo después alguien entró en la habitación abriendo de un golpe la puerta.
—¡Midoriya! —una voz diferente, una que ya comenzaba a olvidar, le llama con urgencia mientras quita las cadenas que aprisionan su cuerpo y un minuto más tarde se encontraba en los brazos de quien le salvó.
Le toma un tiempo procesar lo ocurrido, su conciencia se despeja lentamente y entonces dirige sus ojos para ver el rostro de su salvador.
—Shi… Shinsō-kun… —pronuncia su apellido con una voz apenas audible, afónica y rasposa.
El pelimorado frunce el ceño ante aquel sonido tan lamentable, arruga la nariz al percatarse del repugnante olor a excremento y orina que inunda la habitación, causado por Izuku al no tener un baño al cual ir o de siquiera poder moverse lo más mínimo.
—No te preocupes Midoriya, ya todo estará bien… —promete Hitoshi con la culpa carcomiendo sus entrañas, ¿todo estará bien? Nada lo estará con ese maldito de Kaminari tras ellos.
Un cálido sentimiento se posa en el pecho de Izuku, se siente a salvo en los brazos de su amigo de la clase '3-B' se da el lujo de sentir esperanza y quiere agradecerle por salvar su vida, pero la pequeña parte aún lúcida de su cabeza llega con una duda.
—¿Cómo… Cómo encontraste… este lugar…? —le pregunta al muchacho, recordando vagamente que Kaminari le dijo que esta base era secreta.
Shinsō se retuerce ligeramente y muerde su labio inferior, en su interior se odia y desprecia por lo que iba a hacerle a su amigo y compañero.
—Midoriya ¿podrías perdonarme? —consulta tragando en seco.
El peliverde no entiende la pregunta, no tenía nada que perdonar, él era su salvador, ¿por qué se disculparia?
—¿Por qué… —Sus palabras se detienen en el acto, sus ojos se vuelven opacos, de un verde blanquecino y su mente es invadida por la particularidad del pelimorado.
Un suspiro tembloroso sale de los labios de Shinsō, una gota de sudor surca su mejilla al sentir la penetrante mirada de quien estaba tras su espalda y tomando una gran bocanada de aire se traiga la culpa.
—Obedeceras cualquier orden que Kaminari Denki y/o Kirishima Eijirō te dé… —ordena al pecoso, quien ya estaba bajo los efectos de su quirk.
Una risa viene desde atrás completamente divertida, erizando los cabellos de su nuca.
—¡Excelente, espléndido! —exclama el rubio desbordante de felicidad — ¡un reencuentro tan emotivo y lleno de esperanzas! ¡Para luego clavar el puñal en la espalda! Simplemente fantástico —elogia con una desquiciada sonrisa en su rostro.
Un repugnante escalofrío recorre la espalda de Shinsō y tiene el impulso de poner a Kaminari bajo su control, pero Kirishima que está a su lado en completo silencio detienen ese impulso. Denki no era estúpido, le dijo a su amigo que no emitiera palabra alguna para evitar caer bajo el control mental del aspirante a héroe, y en caso de que Hitoshi decidiera cometer la idiotez de usar su habilidad contra el rubio, asesinarlo en el acto.
Gruñe por lo bajo completamente frustrado, sin salidas y sólo con un único camino si tenía la esperanza de vivir un día más; obedecer a Kaminari.
—Ya he cumplido mi parte del trato —masculló dejando con cuidado el cuerpo de Midoriya recostado en el piso — ahora cumple con la tuya.
—Si, si —dice con desinterés sin dejar de sonreír mostrando sus dientes —, sólo déjame estar seguro ¿él está bajo mi total control? —interroga al pelimorado.
—Ordenale algo y averigualo —suelta con rabia reprimida.
Sin esperar un momento camina hasta ganarse a un lado del pierde — Izuku-kun, parpadea una vez si me entiendes —ordena, siendo obedecido en el acto con un movimiento lento y mecánico —. Abre la boca —el pecoso la abre —, cierra la boca —nuevamente cumple sus instrucciones.
Una sonrisa satisfecha cruza sus labios, viéndose complacido por tener al mejor héroe, ex aspirante a número uno, bajo su control.
—¿Cuál es el alcance de tu Kosei? ¿Cuál es el límite de lo que puedo ordenar? —pregunta en dirección de Hitoshi.
—Él hará todo lo que le órdenes y que sea humanamente posible o dentro de sus posibilidades —responde el aspirante a héroe a regañadientes, ya queriendo salir de ese lugar y nunca más volver a ver al rubio desquiciado.
—¡Perfecto! —exclama Kaminari — entonces ya puedes irte y te prometo que te dejaré en paz —asegura haciendo una ligera reverencia al viejo pupilo del muerto Aizawa —. Gracias por prestar tus servicios a mi causa Shinsō-kun.
—Bastardo enfermo… —murmuró Hitoshi dirigiendole una mirada de odio a Denki y una de completo arrepentimiento a Izuku.
—Sal de esta base pronto antes de que me arrepienta —amenaza el rubio con el ceño ligeramente fruncido.
Con un chasquido de lengua y una maldición Shinsō se retira de la habitación para poder salir de ese condenado lugar, con la culpa carcomiendo sus entrañas y la esperanza de ser libre de ese desquiciado.
—Ya dobló en la esquina —menciona Kirishima tras ver a su antiguo compañero desaparecer por una esquina del pasillo.
—Acabo de arrepentirme, que lo maten nada más salir de la base —ordena con una amplia sonrisa maliciosa, sacando una pequeña caja que contenía una jeringa con un extraño líquido trasparente dentro — ¿sabes lo que es esto? I-zu-ku-kun —le pregunta al pecoso tirado en el piso, sin recibir respuesta —, esto, mi querido amigo, es una sustancia que puede hacer los efectos de un quirk permanentes —explica apuntando al objeto, para medio segundo después clavarlo en una de las venas visibles del delgado brazo de Midoriya —, lo que significa, que a aunque Shinsō muera, tu seguirás bajo su control mental y tendrás que obedecer su última orden.
Una estruendosa risa sale de Kaminari, viendo con un extasiado placer la cara sin emociones del pecoso producto del quirk, pero sabiendo que por dentro estaba sufriendo, gritando, llorando y suplicando por su muerte.
—No es nada personal en tu contra Midoriya —comienza a decir Denki, acariciando cariñosamente la mejilla con rastros de viejas lágrimas del pecoso —, te odié desde el primer momento que te vi y te hubiera dejado en paz dándote una muerte rápida, si no fueras el maldito pupilo de All Might —se detiene un segundo para besar su frente y pasar su mano derecha por su cabello. Un disparo de un rifle francotirador se escucha a lo lejos —, quiero que ese bastardo se retuerza en su tumba, que arda ante la desesperación de ver todo lo que él a creado, por todo lo que a luchado, ser destruido por quien se suponía debía seguir su legado.
Una suave risa desquiciada sale de su boca, con un lento movimiento besa la mejilla de Izuku y después susurra en su oído:
—Vamos Izuku… destruyamos todo lo que representa a All Might, así como él destruyó todo el imperio de All For One…
Con una sonrisa se levanta del abdomen de Midoriya donde estaba sentado, por su auricular llama a sus demás seguidores para llevarse al pecoso y limpiar su cuerpo y volver a ponerlo en forma y así poder servir a sus despiadadas órdenes.
Kaminari ya casi lo tenía todo: el poder, la influencia del bajo mundo, el temor de los desdichados y ahora a un aliado contra su voluntad, listo para llevar el caos y muerte en su nombre.
Y esto, no era más que el comienzo…
_____________
Yay, último capitulo de esta historia, espero les haya gustado 💗💗
Perdonen las faltas de ortografía, lo cortito y feo que quedó >//////<
Si, la maldad de Kaminari no tiene un límite y siempre buscará hacer el mayor daño posible, y espero que si llega a ser el verdadero traidor de la UA, sea al menos un cuarto de lo desquiciado y sin corazón que lo hice aquí. No pierdo las esperanzas >//////////<
Nuevamente, espero que les haya gustado este capitulo final en donde el bien no gana (por qué así es el mundo real) y hayan disfrutado tanto como yo de este desquiciado y bastardo Kaminari.
Gracias por sus comentarios y votos, los amo muchísimo y nos vemos en otra historia en donde gane el mal que se me ocurra. Bye Bye >////////////<
💗💗💗💗💗💗💗💗💗
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top