Capítulo 4: But you are a masterpiece.
Capítulo 4: But you are a masterpiece.
"Puse mi corazón y mi alma en mi trabajo,
y he perdido mi mente en el proceso."
Jimin se había perdido eternamente,
Pero Yoongi lo amaba, y eso era su arte.
Un universo de caos y paneles blancos rodeaban a Jimin, de manera que él no lograba diferenciar si el realmente se encontraba allí o estaba perdido en una idea dentro de su imaginación.
¿Acaso el tiempo ha pasado? ¿Acaso ese ocre amarillento en su paleta se había secado? ¿Cuándo volvería Yoongi? Todas estas preguntas se disparaban aleatoriamente en el insomnio del castaño. No recordaba si había vivido realmente, o al menos fuera de este lugar, donde ofrecían una ayuda que no pidió y que lo estaba destruyendo no solo a él, sino a su arte.
Jimin sin arte era nada.
Pero los malos días lo alcanzaba de forma más frecuente, y su piel se agrietaba en la ausencia de color. Sus pupilas ardían, y sus pulgares picaban de manera insoportable. La necesidad lo tenía al borde de la sinrazón.
Jimin necesitaba, pero estaba tan triste, y ellos no le permitían pintar.
Se sentía tan incomprendido, él siempre pensó que estaba bien sentirse de esta manera, porque la tristeza siempre ha sido un falso amigo arraigado en su proceso creativo y en su sueño. Sin embargo, aquellos hombres vestidos de blanco e inhumanidad le repetían que debía colaborar, que debía mejorar y recuperarse.
¿Recuperarse? ¿Cuándo Jimin estaba roto? ¿Es porque dejo de pintar?
Jimin solo lograba sentirse vivo cuando un pincel acariciaba sus yemas y el color se asomaba en sus pupilas hasta ordenar formas y naturaleza. El castaño extrañaba esa sensación, pero estar en aquel lugar lo hacía difícil. A pesar de aquellos días en los que medicamentos lo sedaban lo suficiente hasta que olvidaba incluso quien era.
Esos días coincidían perfectamente con las fechas de visita de Yoongi. Por lo que el castaño deseaba adviértele de los métodos de aquel lugar ¿Pero cómo podía si estaba perdido? Su tristeza se encontraba en pausa y su arte moría dentro sus pesadillas. Jimin no podía decirle a su hermano que aún no era feliz, y que tal vez nunca lo seria. Pero las pastillas destruían su razonamiento hasta convertirlo en un molde listo para que las manos del peligrisaseo lo manipulasen.
Entonces, Jimin nunca mejoraba.
Los medicamentos otorgaban una ilusión de sanidad en el pintor que perdía toda noción de realidad. Yoongi se asustaba de su sonrisa, porque si Jimin era feliz, no podría amarlo.
Y eso para Yoongi era devastador.
"Mantén tu amor por la naturaleza, porque esa es la verdadera manera de entender el arte cada vez más."
Había días muy aterradores, donde Jimin no sentía nada, y Yoongi lo visitaba para tomar cada parte de él hasta que dejara de pertenecerse a sí mismo.
Ellos fallaban en los días realmente malos, lluviosos, y sin color.
Jimin perdía contacto con la realidad y Yoongi pintaba sobre su lienzo muerto.
El sexo se había convertido en una suerte de funeral para su arte.
Donde Jimin moría incontables veces hasta venirse y Yoongi besaba su rostro para luego destruir su sonrisa recordándole al joven pintor los motivos de sus tristezas.
Siempre era así, ausencia de color, sudor, gemidos, creación, y las lágrimas silenciosas de Jimin a mitad de la noche donde empezaba a tener uno de esos episodios donde la realidad lo alcanzaba y se sentía tan sucio y perdido.
-¿Jimin?- Preguntó el peligrisaseo sintiendo como la respiración de su hermano se aceleraba y empezaba a apartar las sabanas que cubrían su cuerpo.
Jimin no respondió sintiendo como el aire se escapaba de sus pulmones, y las visiones de su sueño se mezclaban en su realidad. Todo era demasiado real y triste. Se sentía tan débil y absurdo. ¿Qué hacía Yoongi desnudo a su lado? Mierda, todo parecía una maldita pesadilla, y el aire se había extinguido ¿Por qué no podía respirar? Jimin aun podía ver el rostro de su padre, los ojos de su madre, y Yoongi, siempre estaba Yoongi allí. Todo dolía tanto.
"El amor al arte hace perder el amor verdadero"
Sombras sin forma recorrían las pecas de su rostro mientras el intentaba quitárselas de manera desesperada. Pero era inútil. Porque no había nada en su rostro, solo una expresión de vacío y soledad y sus lienzos quebrándose en algún lugar desconocido del universo.
-¿Dónde están mis lienzos, Yoongi?- Preguntó Jimin mientras rasgaba su piel con sus uñas y las lágrimas se acumulaban en sus ojos. En ese momento regreso su rostro hacia el mayor pero no lo reconocía. Estaba tan asustado. Se asomó frente al espejo de su habitación y veía nada. Era un rostro que no le pertenecía y no podía entender quién era.
Jimin solo podía sentir miedo y sus dedos quemándose en las cicatrices abiertas de su piel.
-¿Quién es él?- Preguntó Jimin colocando sus manos sobre su rostro mientras se esforzaba por controlar su respiración.
-Jimin, tranquilo. Yo estoy aquí- Dijo Yoongi intentando calmar al castaño que no le devolvía la mirada.
-¿Quién eres?- Cuestionó Jimin mirando su reflejo sin identidad en el espejo. En ese instante Yoongi se dio cuenta que se había sobrepasado esa noche con el castaño. Tal vez le dijo cosas que sabía que no debía. Pero no podía evitarlo.
Yoongi pensaba que si destruía a Jimin lo suficiente este sería capaz de amarlo.
Pero esa noche Jimin no pintó.
El peligrisaseo tuvo que llamar a aquellos hombres que estaban a cargo del cuidado del joven pintor. Estos acudieron rápidamente para quebrar la poca humanidad que yacía en el cuerpo de Jimin.
Horas después Yoongi se fue sin despedirse. Y Jimin lloró porque estaba solo nuevamente.
Pero lo que Jimin no sabía que, aun con Yoongi robando su beso, estaba en la soledad más absoluta que podía estar un hombre.
[...]
Había pasado alrededor de un año desde la última vez que Yoongi lo había visitado. Y, Jimin estaba totalmente devastado. A pesar de que aprendió a lidiar con los métodos de aquel lugar para curar lo que ellos llamaban su "enfermedad". Cada día se sentía más miserable, y extrañaba tanto a su hermano.
Después del arte a Jimin solo le quedaba Yoongi.
Pero sin pinceles, y el mayor a su lado, aquellos pensamientos sobre el eterno sueño llenaban sus parpados hasta cegarlo sobre cualquier ilusión de creación y amor.
¿Dónde está Yoongi? ¿Yoongi ya no lo ama? ¿Por qué no le envía dinero para financiar sus pinturas?
Todo es demasiado doloroso y solitario.
La mañana finalmente llegó y Jimin encontró los ojos de Yoongi contemplándolo en silencio. Estaba allí. Luego de tanto tiempo, estaba a su lado, con su sensibilidad colgando sobre sus hombros y un sueño en sus ojos. Lo extrañaba tanto.
El castaño se levantó de la cama extendiendo sus brazos hacia el peligrisaseo que mantenía una expresión fría y seria. Esto extrañó de cierta manera al joven pintor, pero decidió ignorarlo mientras aspiraba el aroma de cuello de su hermano. Esto era amor.
-Yoongi, no me dejes solo aquí. Por favor- Suplicó el castaño separándose del mayor para inclinarse sobre el listo para unir sus labios con los de su hermano que lo esquivo colocando una expresión de confusión que desconcertó al pintor.
-¿Qué estás haciendo, Jimin?- Preguntó Yoongi arqueando una ceja mientras detallaba lo delgado que se había tornado el cuerpo de su hermano.
-Yo... solo...pensé que querías besarme- Respondió Jimin inseguro de lo que estaba diciendo. El verbalizar sus deseos lo hacía sentir como una especie de monstruo ¿Cuándo Jimin comenzó a querer esto?
-Jimin, soy tu hermano. Eso es inapropiado- Aclaró Yoongi separándose del agarre del castaño, quien se encontraba en un trance que no podía comprender. Su hermano nunca había rechazado su toque, y sobre todo jamás había sacado a la conversación su condición de hermanos. ¿Acaso Yoongi ya no lo amaba? o ¿Todo había estado dentro de su cabeza?
Pero los besos de Yoongi eran realidad, y sin embargo Jimin sentía sus entrañas quemarse de culpa de solo pensar que ha imaginado todo este tiempo un amor que nunca sucedió, que nunca sucedió, y que Yoongi nunca sintió.
Pero tal vez, esto era parte del plan de Yoongi para destruir a Jimin.
-¿Por qué no me visitaste más, Yoongi? O...¿Nunca me has visitado?- Preguntó Jimin con sus ojos perdidos en algún punto ciego de la habitación. No quería sentirse así. No quería ser este cuerpo sin humanidad, sin arte, y lleno de vacío.
-He venido para llevarte a casa, Chim. Te darán de alta- Respondió Yoongi observando como una luz muy inusual evocó de los ojos del castaño al tiempo que una sonrisa llena de tristeza se dibujaba en su rostro.
"Pues bien, mi trabajo: arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias. -bueno- pero tú no estás entre los marchands de hombres que yo sepa; y puedes tomar partido, me parece, procedente realmente con humanidad pero, ¿Qué quieres?"
-¿Podré quedarme en mi apartamento?- Preguntó Jimin extasiado ante la noticia, no podía esperar por pintar, por ser creador del color, por amar.
-No. Tuve que venderlo, ya que la inversión que había puesto en tus pinturas no me causo ningún beneficio. Así que tendrás que vivir conmigo y con mi esposa- Explicó el peligrisaseo en un tono calmado. Había algo que no se sentía bien. La atmosfera en la habitación era tan pesada. –Pero, no te preocupes, Jiminnie. Me encargare de que sigas pintando. Todo va a estar bien- Prometió Yoongi observando a su hermano que se encontraba de espaldas a él.
-Muchas gracias, Yoongi- Susurró Jimin mientras sus yemas apartaban las lágrimas que yacían en sus pómulos.
-Eres mi hermano menor, Jimin. Nunca te dejare solo- Dijo Yoongi con su voz temblando y su garganta picando entre las mentiras. Jimin no podía comprender porque Yoongi estaba actuando así. Necesitaba comprobar que todos los escenarios compartidos con su hermano no eran solo un reflejo de su imaginación.
Jimin necesitaba saber si Yoongi lo amaba.
El castaño se volteó hacia donde se encontraba su hermano, mientras sus piernas se movían acercándose lentamente a él.
"El sufrimiento es lo que lleva a los artistas a expresarse con mayor energía."
-Yoongi, te amo tanto- Confesó mientras se colocaba frente al mayor que tenía los ojos cerrados al tiempo que el aire se quedaba atascado en sus pulmones haciendo que su respiración se volviese pesada.
Los dedos de Jimin recorrían suavemente los brazos de Yoongi mientras sus ojos se concentraban en su rostro. Podía ver la mentira pintando su piel. Y su piel era armonía absoluta. Era amor.
Poco a poco Jimin decidió inclinarse sobre el mayor hasta rozar sus labios con los gruesos labios de Yoongi. Se sentía tan real, debía serlo, Jimin no estaba teniendo un episodio. Yoongi lo amaba.
-Jimin, no- Tragó gruesamente Yoongi aun sin conseguir abrir los ojos. No podía seguir así. Había pasado tanto tiempo, pero él ahora iba a tener una familia, una de verdad, no esto.
-He soñado que pinto, y cada color pertenece a los espacios perdidos de tu cuerpo en mi memoria, Yoongi. Y todo es tan hermoso. Es arte y tú me amas ¿Me amas cierto?- Susurró Jimin haciendo que el peligrisaseo pronunciara un rápido "mierda" antes de unir sus labios desesperadamente con los de él. Era un beso tan necesitado y descoordinado. Su lengua se hundía en la boca de Jimin recordando todo. Ese era su lugar. Jimin era únicamente suyo, y poco a poco, estaba consiguiendo que su hermano deseara tanto esto como él.
-No puedes hacer esto, Jiminnie. No está bien- Dijo Yoongi separándose de manera brusca dejando a Jimin realmente aturdido y al borde las lágrimas.- Ya no sé qué hacer para que estés bien-
Luego de eso Jimin comenzó a llorar mientras abrazaba a la única persona que podía destruirlo y salvarlo eternamente.
Pero entre la sinrazón y la inmensidad del universo Jimin se sentía amado, y eso era el principio de todo arte para él.
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Hola hermosas lectoras ♡
Falta un capitulo y el final.
G&G.

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