Capitulo 42 •Comico•

El señor Fowler tenia a Dacio a su lado, el habló mientras reposaba su mano en el hombro de Dacio.

"Esta familia necesita mujeres de buen mandar y fuerte actitud. El señor Brooks quien es dueño de la granja y padre de Dacio queremos atar lazos"

Dacio tenia la cabeza agachada, un pequeño sonrojo en su palida piel

"Así que, puedes quedarte con Dacio, Daira"

Abrí los ojos de par en par, ahora tenia un prometido, y era dueña de una granja. La hija de los Fowler, Merine era una niña callada, pero al enterarse de mi matrimonio y ascenso siendo una mujer de raza negra atrajo su atención. Me miraba con curiosidad mientras peinaba su cabello rubio, adornando sus mechones con verdes listones y blanquecinas perlas.

Un dia caí enferma, y Dacio se dispuso a abandonar su trabajo por mi. Era tan sincero. Al termino de mi enfermedad se supone que era cuestin de dias para estar legalmente juntos

Por fin tenia una familia, no volví a saber de los Alcott absolutamente nada y lentamente conci a la familia Brooks, personas humildes de corazón que prometian mucho.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, en mi caso, cayó en picada para no subir jamás.

Caminaba por el jardín de orquideas, en mis manos el perfume caro de la señora. Tenia uno que otro deja vu viendo las personas en el campo de algodon.

Entre a la casa, vi al señor y sonreí, fui correspodida. La puerta estaba abierta para dejar entrar el olor a flores, que gran error

Los Fowler tenian la fama de ser los que mejor trataban a los esclavos, dándoles comida y descanzo. A la mayoría de la gente no le importaba, pero a la alta clasista si. Para ellos, tener una familia de blanca tez generosamente conviviendo con los esclavos, era considerado traición. Que injusto...

Un hombre de rubio cabello y arma en mano alzo el brazo, e impunemente jaló el gatillo, la sangre del señor cayó en mi pecho.

Mire el cuerpo, bombeando sangre desde la nuca. Reaccione y tiré el perfume en el piso gritando corrí a las escaleras agachándose para evitar los impactos del revólver. Escuche entrar a mas gente, al menos un grupo de ocho personas con arma en mano.

Corría desesperadamente con lágrimas de miedo, empecé a escuchar los gritos y disturbios en el piso de abajo, la señora gritó el nombre de sus hijos antes de que oyera el disparo. Al entrar al salon de música encontré a Dacio quien ya iba bajando escuchando el alboroto, con lágrimas en los ojos cai en sus brazos mientras miraba su rostro, llena de desesperación.

"¡Mataron a los señores Fowler! No..No se que esta pasando y-"

Dacio me calló y tomo mis mejillas, con ese toque calido que no sentiré jamás.

"Escuchame ve arriba y escondete en el closet, yo ire a por ellos"

"¡Pero son quizás ocho personas o mas! ¡No quiero que mueras!"

"Solo ve por favor, estaré bien"

Dijo agitado, no me quedo otra que obedecer y corrí hacia arriba, mi vestido desgarrado y manchado con con gotas de sangre y lágrimas en mis ojos.

Me escondí dentro de el cofre donde solian guardar los libros, por mi fortuna estaba vacio. Estaba al lado de la ventana, de reojo veia a los intrusos llevando mujeres sobre sus hombros, sus intenciones claras y asquerosas.

Después de lo que parecía un dia entero, cesaron los diaparos. Titubeante abri el cofre y salí, habia cuerpos por todos lados, en el cuarto la señora Fowler sosteniendo a sus hijos, todos muertos. Sangre en las paredes, el olor a polvora.

Baje silenciosamente, el cuerpo del señor Fowler en el piso y las municiones en piso, una vista horrorosa. Salí al patio, sangre, cuerpos, ropa de mujer desgarrada...

Solo quería saber donde está Dacio, solo faltaban dos días. Solo faltaban dos días. Dos días...mi amor.

En la entrada, arma en mano y un agujero en su frente. Lo miré y me agaché, estaba muerto, su piel fría y seca.

Después de abrazar a mi amado deje ir el cuerpo, mis manos temblando. Malditos villanos, jure venganza y que los extwrminare a todos. Mi brazo estaba rasguñando por la madera del cofre, estaba anocheciendo

Caminé fuera de la mansión y fui a la granja, todos muertos también. Los animales era lo unico que quedaba, pero puedo jurar que seguramente robaron algunos. Mire a la señora Brooks con su recien nacido en brazos, ambos muertos

Salí, con frio por la noche abraze mis brazos, fuera del lugar nadie se encontraba, solo los cuervos y cigarras haciendo ruido. Nada abierto, ni una persona, hasta que divisé una liz amarilla en un edificio alto.

Un hotel de madera rojiza bien cuidado, era lo unico abierto. Realmente no recuerdo que ese hotel existiera en el pueblo, pero aun así entré

No habia nadie, la recepción estaba vacía y tome el ascensor moderno yo sola. Por fin vi a alguien.

Un hombre de piel morena, pelo negro y ojos rojos, pero uno de sus ojos cubiertos por la obscuridad. En las oareder chorreaba un líquido negro desagradable.

Me acerqué, mi cuerpo temblando por el dolor. El hombre me miro de reojo.

"Mataron a todos...todos estan muertos"

El hombre solo me miraba con la mas alta indiferencia. Se paró de su asiento y con sus brazos detras se acercó a mi, me enojó su indiferencia.

"Que carajo eres..."

No se por que, pero sabia que no era humano. Cerré mi puño pero fue detenido, hasta que el hombre enterró sus dedos dentro de mi frente, hablo en voz baja, con falsa simpatía.

"Pobre criatura, hoy me siento bondadoso, asi que no te mataré del todo. Tienes potencial, así que ahora me serviras a mí. Podrás vengarte de esos villanos y de tu marido asesino"

...

Así que tu fuiste el que me hizo creer un pasado falso...

Desde ese dia olvide todo, viviendo una tragedia falsa. Me volví furte y consideré a todos los humanos los malos del cuento. Me alimentaba de mero poder, pero para que, no serviría para nada.

Solo era algo comico, gracioso.

Mi fuerza solo era en vano. Dacio, señor y señora Fowler, Merine y Fermín. Lo siento..

Lo siento..

"Esta bien, Daira. Ahora esta bien.."

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