4. Reencuentro.


En la oscuridad de la mazmorra, donde la vista solo lograba ver hasta la punta de los dedos y un silencio, el cual es interrumpido solamente por las risas de aquellos seres degenerados que llevaría a la locura a cualquier Hombre cuerdo.

En las profundidades de la caverna había un pequeño destello, el hierro resplandecía con el fuego de una antorcha, la cual estaba en las manos de un niño campesino. Aquel Hiero era oscilado, golpeando todo lo que estaba a su paso.

Como si fuesen bolsas llenas de sopas, los estómagos de los Goblins eran reventados al ser cortados con el filo de la espada de Goblins Slayer.

Aquellos jugos gástricos caían al piso causando un sonido mojado atraían la atención de los pocos Goblins que estaba por ahí. Este combate ocurría lejos donde estaba ocurriendo aquel aquelarre. El piso estaba cubierto de polvo, sangre, viseras y de aquel asqueroso y repugnante caldo de los cuerpos Humanos que los Goblins devoraban.

Goblins Slayer: quince.

Apenas el tajo fue abierto en la garganta del Goblin que acaba de atacar, lanzo su espada a la cabeza del que venía a golpearlo con su garrote, al ver que esta espada su filo estaba arruinado por las salpicaduras de sangre decidió lanzarla, una decisión que solo un experimentado aventurero tomaría.

Los novatos mantienen sus armas como si fuesen partes de su cuerpo, pero al no tener el suficiente conocimiento ellos mueren al no verificar el estado de sus armas.

Mayormente, los aventureros novatos mueren por causas absurdas y esta es una de ellas.

Goblin Slayer: alumbra por aquí.

Niño: S-Sí.

El combate se estaba volviendo frenético, de apoco la cámara de la mazmorra donde estaban se llenaba de los cadáveres de los Goblins, haciendo que la caminata sea difícil al poder tropezarse con algún cuerpo, sin mencionar que las vísceras y los jugos en el piso, causaban que el pie se resbale.

Dos golbins aparecieron rápidamente con lanzas.

Uno de ellos resbalo, cayendo al piso, y el otro logro llegar a donde estaba el aventurero. El ataque inicio con el Goblin haciendo el primer movimiento, de un salto trato de incrustar la punta de la lanza en el cuello del aventurero, pero esto ya lo veía venir.

Arqueo su espalda y se inclinó a su izquierda, logrando esquivar la lanza. Con el garrote del Goblin que acababa de matar, lo movió desde abajo de su cintura hasta impactar en la cien del Duende.

Fue una parábola perfecta y un golpe crítico, la fuerza en aquel golpe fue tal, que el cuerpo del Goblin se estrelló en el piso con el garrote en su cabeza, solo falta rematarlo, levanto el garrote y lo dejo caer en su cráneo provocando que sus ojos salieran de sus cuencas y los dientes fuesen destrozados.

Goblin Slayer: dieciocho.

Al levantarse para acercarse al otro Goblin, este rápidamente trato de recuperar su lanza para defenderse de aquel aventurero, pero esto fue inútil, el hombro del Duende fue atravesado por la lanza de su compañero y antes de que este gritara, Goblin Slayer pateo su boca ahogándose con su propia sangre.

Goblin Slayer: diecinueve.

Impacto reiteradas veces su cabeza con el garrote, matándolo sin antes el Goblin comenzara a convulsionar y espuma saliera de su boca.

Rápidamente el par de Humanos continuaron avanzando sin llamar la atención de los demás Goblin.

Por lo oscuros pasillos, cubiertos por las tinieblas, Golbin Slayer iba colocando aquellas bolsas que compro a los alquimistas. Esto lo repetía mientras avanzaban según el plan.

Cada vez que avanzaban, las esperanzas del Niño se iban perdiendo.

No se puede evitar. Aquel lugar era un verdadero infierno, no tiene sentido para él, se supone que los adornos que una persona coloca en sus hogares deberían ser agradables a la vistas o en su defecto traer recuerdos para ellos.

Es lo que el Niño veía en su casa siempre. Pero en esta cueva de tinieblas. Los muros eran decorados por el pellejo de seres Humanos y los cráneos eran utilizados como platos para sus sopas o inclusive para apoyar velas.

Niño: ¿Por qué? Se supone que los Goblins no son peligrosos... como es que nadie advierte por esta maldad.

Sus pasos se detuvieron, la mente de aquel niño ya estaba a punto de romperse. Si el cae en ese abismo de desesperación solo sería un blanco fácil para los demonios.

Pero, podemos culpar al Niño por estar en semejante estado.

Al entender la gravedad y peligro que son estos duendes.

Ese cabello que cuelga del muro, aquellas uñas, ese cráneo, esa piel ¿son de su familia?

Estas preguntas lo carcomen.

Goblin Slayer: no hay alternativa, los Goblins son seres degenerados... El ver a tu Hermana ser usada como un juguete... Nosotros que hemos sido testigos de sus atrocidades compartimos el mismo destino.

La mirada del niño vio como la armadura del aventurero brillaba con la luz de su antorcha.

Era la primera vez que escuchaba algo del pasado de este Aventuro.

Niño: ¿Qué es lo que compartimos?

Dejo de dar la espalda al Niño, se volteo para mirarlo por las rejillas de su casco. Aquella mirada, esos ojos. Son similares a los que el tubo en un momento en su pasado.

Goblin Slayer: nos levantaremos ante la voluntad de los dioses.



---------2---------



Llegaron a un lugar donde los Goblins habían reunido equipamiento, recursos, alimentos y vestimentas.

Este detalle llamo la atención del aventurero. El hecho de que los Goblins tengan este tipo de comportamiento estaba fuera de su saber, lo normal es que al arrasar los pueblos, ellos solamente se llevan los ganados, Mujeres y herramientas.

Pero en este sector de la mazmorra, la acumulación de Oro, Plata y Bronce alertaba a Goblin Slayer.

---¡¡¡GHHHYAAAAA!!!---

Un desesperado Grito hizo que el Niño diera un salto del miedo.

No había razón para pensar a que correspondía ese pavoroso grito.

Goblin Slayer: mantente cerca.

Al ver por el borde del muro, Goblin Slayer encontró un panorama traído desde lo más recóndito del infierno. Esta imagen es lo que hace pensar a uno.

¿Qué tan cuerdo están los dioses para permitir tal salvajismo?

Niño: señor...

Goblin Slayer: no mires, cierra tus ojos y tu boca. También tapa tus oídos.

No veas a aquel aldeano siendo torturado y despellejado, no abras tu boca o alguna mosca puede entrar a ella, también, la esencia a la carne siendo quemada por piensas de Hierro no vaya a tu estómago, no escuches el sonido de la barra de Hierro golpeando las costillas de aquella persona.

Goblin Slayer, intentaba todo lo que era posible para mantener la calma. El odio irracional que él tiene hacia estos seres ya estaba en su máximo nivel.

Solo quería lanzarse y pisotear sus columnas. Abrir sus estómagos y cabezas para buscar más puntos débiles.

Pero en este momento debe mantener su compostura y planificar una forma de acabar a los siete Goblins que estaban ahí.

El primero en ser su objetivo, debía ser aquel Goblin que estaba apoyado en la muralla medio somnolienta. Al ser asesinado silenciosamente le daría una ventaja de solo unos segundos, pero sería lo suficiente para poder incapacitar al Goblin que esta frente a las armas, los otros cinco Goblins estarían desarmados, siendo que sus muertes fuesen efectuadas con mucha facilidad.

Debía esperar, a que asotaran a aquel hombre. Era lamentable, pero sus Gritos ocultarían el sonido de su caminar.

----¡¡¡AAAAAAHHHHH!!!---

¡Inicio el asesinato!

Niño: ¡Papá!

Todos estaban alertas, el asesinato del Goblin somnoliento fue efectuado, pero al instante que el niño grito los demás estuvieron en guardia.

Una piedra lanzada por una honda, golpeo el casco de Goblin Slayer. Fue brevemente incapacitado.

Dos Goblin se le abalanzaron rápidamente sin perder tiempo. Impacto el cuerpo de un con su escudo y el otro fue atravesado con el Cuchillo del Goblin que acaba de asesinar.

Goblin Slayer: uhg...

En su escudo, el Goblin estaba sujeto a él, de esta manera lanzo un ataque hacia el aventurero impactando el filo de su cuchillo en el antebrazo.

Su escudo fue estrellado contra las rocas del muro, reventando el interior del Duende.

Debía actuar rápido, había que verificar si el cuchillo estaba envenenado lo antes posible.

Tomo una pequeña picota y una espada corta, y se lanzó contra los Goblins restantes.

El choque del Hierro de las espadas genero chispas, aquellos ojos depravados captaron este hermoso brillo.

El ver esos ojos, la ira del Aventurero, que intentaba mantener en control, estallo.

Desvió el cuerpo del Goblin con su espada y con su otra mano impacto la picota en su cráneo reventando sus sesos dentro de él.

Solo quedan tres Goblins.

Pero en su campo de visión solo veía a dos de ellos.

La intuición del Aventurero era sorprendente, la experiencia le enseño cual era el movimiento del Goblin Faltante.

La orina del Niño era lo que llamaba su atención.

Al instante de ir a su rescate, un Duende se implanto frente a él. Pero este fue fácilmente golpeado con la picota al no proteger su cuello.

Al no darle el golpe de gracia, el Goblin quedo en el suelo con un agujero donde no dejaba de brotar la sangre. Su regla era siempre rematar, tal vez por el placer de ver como el brillo de sus ojos se apagasen.

Pero esta vez, lo importante es salvar la vida de aquel que experimento lo mismo que él.

La espada fue incrustada en el estómago, el impulso del Aventurero hizo que el corte siguiese hasta que la punta del Acero saliera por su espalda clavándose en el muro de la mazmorra.

Solo falta uno.

No había necesidad de tener prisa.

Aquel Goblin que presencio como fácilmente sus compañeros murieron y el ver las grandes habilidades del aventurero hizo que sus piernas no reaccionaran del miedo.

Niño: ¡Papá!

Mientras que el Aventurero arrinconaba al sobreviviente, el Niño fue con aquel Hombre que llamaba su Padre.

Aquella masa sin extremidades y con cortes en su estómago por los latigazos.

Aquel Hombre, ya no era la imagen de un Padre.

Goblin Slayer: eres el último.

Con su mano, lo agarrado de su cuello arrojándolo al piso y con un cuchillo lo incrusto en su garganta. Movía el filo de un lado a otro y al rotarlo sintió un leve crujido. El alma ya no estaba en su cuerpo.

Niño: Papá... Papá...

Sin sus dientes y su mandíbula rota, no lograba formar alguna palabra.

El aventurero miro a su alrededor, buscando algún sobreviviente.

Pero era tarde para todos.

Una pila de cuerpos quemados y a su costado estaban sus pertenencias.

Espadas, báculos, vestimenta de aventureros eran lo que estaban ahí amontonados.

Pensaba, de seguro son los compañeros de aquel sacerdote.

Mientras el Niño usaba sus mangas para quitar la sangre del cuerpo de su padre. Goblin Slayer seguía con su investigación.

En una zona, donde solamente impedía su ingreso unas tablas.

Ya no había necesidad de buscar sobrevivientes, aquellos aldeanos que fueron cocinados y consumidos, los aventureros que vinieron al rescate, el padre del niño.

Y la Madre y la hermana del Niño ya fueron halladas.

En aquella habitación, estaban los cuerpos desechos de los aldeanos y las mujeres usadas, algunas poseían cortes en sus muñecas y piernas al rebanar sus tendones.

Otras habías sido despojada de sus cabelleras e incluso se les extirparon los órganos. Todas las extremidades, cabellos y un montón de partes del cuerpo estaban reunidas de una manera ordenada y organizada en un sector de esta habitación.

¿Por qué los Goblins hacen esto? ¿Por qué los Goblins reunirían todo esto como ingredientes?

Goblin Slayer: estos Goblins, son Guiados por seres externos.

Este tipo de recursos, podrían ser utilizados por ciertas criaturas.

El cuerpo sin vida de las Mujeres las dejo a otras, cerro nuevamente la habitación con las tablas y fue con aquel Hombre desmembrado.

Su pecho había sido quemado por azufre y la piel fue arrancada con unas tensas calientes.

No había duda, alguien les enseño a como torturar a las personas.

Goblin Slayer: no hay nada que pueda hacer por ti.

Niño: e-espera, él puede salir con nosotros.

Goblin Slayer: morirá por la pérdida de sangre e infecciones.

Niño: p-pero... puedes hacer algo ¿no?

Se le acerco a aquel Hombre moribundo.

Goblin Slayer: puedo acabar con tu sufrimiento ahora mismo.

Los ojos sollozos del Hombre, lo miraba con suplica.

Goblin Slayer: salvare a tu Hijo.

Al escuchar esa promesa, el Padre ya estaba decidido.

Niño: ¡espera!

La punta del cuchillo atravesó el corazón del Padre, solo fue unos segundos de intenso dolor, hasta que expulso su último suspiro.

Niño: Papá... estoy... solo... mi Mamá, ¡¿Donde está Mi Hermana?!

Goblin Slayer: vámonos.

Sus piernas no reaccionaban, el luto por el que estaba pasando debía ser hecho una vez que salieran. Pero era mucho que esperar para un niño.

Cago al Niño y lo llevo lejos del cuerpo de su Padre. Los lamentos retumbaban en su oído, intentaba aguantar sus llantos al saber en la posición que se encontraban, pero era imposible para el.

La misión de rescate fue un rotundo fracaso, el pasar varias horas le permitió a los Goblins hacer lo que quieran con los aldeanos y los aventureros que fueron a su rescate.

Pero aún hay una misión la cual puede ser cumplida.

Mientras caminaban por la oscuridad, Goblin Slayer plantaba las bombas de los alquimistas en puntos estratégicos.

Aún está vigente la misión de matar a todos los Goblins y estallar la mazmorra.

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