Simplemente...


NOTA: lo que van a leer a continuación no tiene "nada que ver" con la historia principal, simplemente es una historia que se me ocurrió al leer un libro y ver una película.

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-Y corte! - un hombre sentado en una silla de director y con una boina en la cabeza pronunció - Buen trabajo el día de hoy Ichika-san, si seguimos a este ritmo acabaremos la grabación muy rápido.

-Muchas gracias a todos por su trabajo... - una hermosa mujer en sus 30, cabello corto y liso, de color rosado como el caramelo.

Un día mas de trabajo había terminado, un día mas de rutina... no, ella debía de dejar de pensar en eso.

Después de todo estaba haciendo lo que le apasionaba, había elegido esa carrera y ahora debía afrontar todo lo que conlleva la vida que eligió, pero eso la hacia feliz?

Ichika Nakano, una actriz reconocida internacionalmente por sus grandes dotes actorales y por su gran belleza.

Despues de haber trabajado en tantos papeles diferentes, se encontraba ahora en Roma, grabando una nueva película.

Estaba emocionada por ir a conocer nuevos lugares por su trabajo, había estado ya en Londres, París, Madrid, etc. Todas ciudades muy hermosas, ahora tocaba la capital italiana.

Siempre había apreciado el encanto que cada ciudad a la que fue tenia. Sin embargo estar en Roma, fue algo difícil al principio.

Cuando se difundió la noticia de que ella grabaría en dicha ciudad, muchos reporteros y fans se amontonaron en el aeropuerto esperando su llegada.

Debía de ser algo rutinario, siempre pasaba algo similar a cada lugar que iba. Sin embargo, lo rutinario lo hacía menos especial...

Esa era su vida ahora, una rutina monótona y aburrida.

Entrevistas, grabaciones, reuniones, comerciales, modelaje, paparazzi, fans acosadores, reporteros, estar en el ojo publico cada semana... en fin son muchas las cosas que habían hecho de de su vida una monotonía.

-En verdad esto es lo que me hacia feliz?

Sentada en el balcón de su habitación de hotel, observando a la gente caminar por las calles de Roma, mirando a los autos circular por las calles. De verdad la vida le había cumplido su sueño, pero con sus sueños vinieron las pesadillas, que ahora la atormentaban.

...

Fuutarou Uesugi, un hombre joven japonés en sus 30 aunque no aparentaba esa edad, parecía mas joven.

Un prodigio de los negocios, que había sacado a su familia de la miseria y se hizo un nombre desde abajo.

Miraba la ciudad en la que se encontraba ahora, Roma. Siempre admiro a Roma por ser la ciudad que albergaba las obras de grandes artistas como DaVinci, Rafael, Miguel Ángel, etc. Todos ellos grandes artistas y genios en sus campos.

El ser ahora alguien rico e importante a tan corta edad era algo... lamentable.

Muchos pensarían que se la pasaría gozando de la vida, como cualquier millonario que gasta su dinero en excentricidades solo para demostrar quien es el rico del lugar.

Pero el no, el sabia que las cosas materiales no lo eran todo, si bien eran algo importante en la vida al igual que el dinero, el ser alguien tan rico lo hacia estar de igual forma ocupado y sumido en sus negocios.

Fue alejado de todo: amigos, novia, familia, etc. Se preocupo tanto en darle lo mejor a su familia que ahora ni siquiera podía visitarlos en Navidad. Las amistades que tenia estaban lejos, en Japón, y nunca tuvo una relación seria por que siempre buscaban algo de su billetera.

"La riqueza consiste mucho mas en el disfrute que en la posesión"

Aristóteles

Sentado en una silla, en una gran oficina adornada con cuadros artísticos, con muebles de la época victoriana que fácilmente encantarían a mas de uno.


-Ya veo, supongo que Aristóteles si era alguien sabio después de todo...

Cerró su libro y se puso a observar la ciudad a través de los vitrales , mirando a una pequeña familia jugar en el parque... le recordaba a su hermana, Raiha que debía ser toda una señorita ahora. Su padre Isanari, que siempre se esforzó en criarlos bien a ambos después de la muerte de su esposa.

Sin duda Fuutarou, había logrado lo que quería, su familia ahora no pasaba ninguna falencia. Estaban seguros en su mansión de Kyoto, su padre no tendría que trabajar nunca mas y su hermana podría centrarse en estudiar y disfrutar de su juventud.

Eso era la felicidad después de todo, pero no era su propia felicidad...

-Me hubiera gustado, enamorarme de verdad... aunque sea una vez...

...


Mirando un vestido, en su habitación y con personas esperándola afuera. Ichika debía asistir a una fiesta que se llevaría a cabo en el estreno en un cine de la ciudad.

De verdad tenia que asistir? Digo era la protagonista de la película pero no tenia ganas de hacer lo mismo, otra vez.

Faltaba 1 hora hora para la gala que se llevaría a cabo en el Teatro de la Opera de Roma. Mucha gente importante, famosos por aquí y por haya, periodistas intentando sacar una exclusiva para las noticias del día siguiente... etc.

Lo mismo de todas las veces, ya era hora de que algo diferente sucediera no?

Sin mas que hacer asistió al estreno de la película, primero fue la alfombra roja y las respectivas fotos. Después al termino del estreno todos aplaudieron a la película, y a la actriz que era la protagonista.

De hecho, el ver que a la gente le gustaba y aplaudía su trabajo, era lo único que de alguna forma la hacia disfrutar aunque sea un momento de la vida rutinaria que llevaba.

Era ya la cena y el baile principal, saludar a los invitados y muchas otras cosas, lo mismo de siempre.

Eso ya no la emocionaba, había perdido su pasión por la actuación?

Quien sabe, o tal vez solo necesitaba algo que la hiciera recordar la emoción que le generaba hacer lo que le gustaba.

Aun faltaba mucho para que la fiesta acabara, y ella ya quería escapar. Fue con su mánager y le dijo que se encontraba indispuesta, así que procedió a salir raudamente del lugar, cosa que los invitados y los curiosos periodistas notaron.

...


-Y con eso cerramos el trato - extendiendo su mano - le parece bien?

-Claro joven Uesugi! - un animado señor que se veía de 50 años.

Fuutarou se encontraba en la Galería Nacional de Arte de Roma, acababa de comprar un cuadro revalorizado en medio millón de euros. Un precio bastante alto, pero para el joven ahí parado valía cada centavo.

"Rosas Rosadas", cuadro de Vincent van Gogh, pintada en los últimos momentos de su vida. El admiraba a Van Gogh por como expresaba sus sentimientos en cada obra que hacia.

En fin, el cuadro que Van Gogh pinto antes de morir era ahora de su propiedad, su gusto por el arte fue una de las razones por las cuales quiso expandir su empresa multinacional a Italia, a pesar de que su empresa estaba dedicada a la tecnología y la energética.

Al ser alguien tan joven y tan rico en un campo donde es difícil sobre salir y mas a tan temprana edad, llamo la atención no solo de los conocedores en el tema, si no de todo el mundo en general, incluso apareció en la lista de solteros mas codiciados del mundo, gracias a su carisma, su buen aspecto físico y su habilidad en los negocios.

El adquirir y admirar las grandes obras de arte de los genios como DaVinci, Van Gogh o Miguel Ángel era lo que de cierta forma llenaba el vacío que sentía.

También era reconocido por ayudar y patrocinar sin algún tipo de interés a jóvenes promesas artísticas, lo que le valió el apodo de "Lorenzo de Medici", un gran defensor de las artes y de quienes las hacían haya por la época del renacimiento.

Después de comprar dichoso cuadro, dio sus pasos hacia afuera de la gran galería sin que ninguno de sus asistentes o allegados lo notara.

Camino por unos minutos, perdido en las calles. Pero le gustaba estar perdido, sumergido en la belleza de la gente y viendo como era la vida de alguien común, añorando alguna vez experimentar dichas cosas.

...


Tan rápido como salió del enorme teatro, una pelirosa se dirigía  rápidamente a un lugar sin un rumbo claro.

Había escapado prácticamente de la fiesta, había escapado la rutina.

Aun con la insistencia de su mánager e invitados a quedarse, salió raudamente tratando de evitar cualquier pregunta o parecido.

Una vez ya en las calles camino los mas rápido que pudo, y se perdió, y a que no conocía la ciudad deambulo por aquí y por allá.

Quedo encantada con la ciudad en la que estaba, Roma, que alguna vez fue la ciudad mas importante del mundo en épocas antiguas.

Admiraba como es que la gente caminaba, como es que eran felices a su manera, quería volver a ser feliz, quería sentir que era aquello que la hacia feliz al actuar.

De tanto caminar, rompió uno de sus tacones, y se lastimo un poco el pie. Con un poco de dificultad camino hasta una plaza, en donde se quedo sentada en una de las bancas, observando las luces de la ciudad, a los niños correr y a la gente comer y reir. Quedo encantada con todo lo que observo, tanto asi que se quedo dormida en su felicidad. 

Ella también, quería contagiarse de esa alegría y felicidad.

...


Perdido como estaba en observar todo lo que pudiese, llego a una plaza.

Llamada Campo dei Fiori, un lugar que reunía a muchas personas de diferentes lugares, si algún día visitas Roma, sin duda debes ir a este lugar.

Aunque no era la primera vez que estaba en este lugar, nunca se cansaba de verlo, tan animado, tan vivo.

De pronto en su campo de visión observo un cuerpo femenino, echado en una de las bancas - seguramente por el cansancio - pensó el.

Fue a su encuentro y la vio ahí...

(Imaginen que esta con los ojos cerrados)

Una hermosa mujer, con cabello rosa, rosa como el nombre del preciado cuadro que había comprado hace unos minutos.

El verla ahí tan bella, tan desprotegida, tan vulnerable hizo que se encendiera algo en el.

Por que una señorita como ella estaba en medio de la plaza durmiendo, estaba con un vestido de gala así que algo tuvo que haber pasado.

-Señorita - moviéndola cuidadosamente - señorita esta dormida? - al no recibir respuesta siguió intentando. Hasta que en una de esas la chica abrió los ojos.

-Hmmh... - dijo despertando, vio a los ojos a la persona que la había despertado y se sorprendió un poco, era alguien apuesto.

-Signorina, va bene? - dijo en italiano.

-S-sì... sto bene - dijo entrecortadamente ya que sabia muy poco de italiano.

-Bene, posso chiederti cosa ci fai addormentato in questo posto? - dijo: que bueno, le podría preguntar que hace dormida en este lugar?

-Eh? - eso si que ya era mucho para su italiano básico - ahora que digo... - dijo esto en ultimo en japonés y con voz baja.

-Oh, usted habla japonés? - un sorprendido Fuutarou respondió algo alegre.

-U-usted también habla japonés? - Ichika estaba algo sorprendida ya que no se esperaba eso.

-Si, de hecho yo soy japonés, usted también es de Japón?

-Si! - dijo con un pequeño grito - l-lo siento...

-No se preocupe - dijo riendo un poco - y que es lo que hace alguien tan bella como usted aquí en Italia? - si que sabia alagar a las mujeres.

-Yo... - un poco sonrojada por la adulación - yo estoy de turista... si eso! - mintió debido a no quería que la encuentren.

-Ya veo, mi nombre es Fuutarou Uesugi, pero aquí en Italia me llaman Lorenzo - sentándose a su lado extendiendo su mano - y usted es...

-Ichika, Ichika Nakano - correspondiendo el saludo - un gusto Fuutarou-kun.

-El gusto es todo mío señorita...

...


Y fue así como se conocieron, siguieron hablando y riendo un poco mas, de verdad que se la pasaron bien. Ichika le explico el porque es que estaba así, así que Fuutarou decidió ayudarla y fueron a una tienda de zapatos, donde compraron unos cómodos zapatos para Ichika.

Después de eso, como en una especie de cita, fueron a caminar y a comer. El peliazul guiaba a la pelirosa ya que el es quien conocía la ciudad.

La noche acompañaba sus risas, las experiencias que tenían y como entre ellos surgía un pequeño sentimiento de felicidad.

Siguieron así por toda la noche, muchas llamadas llegaron a ambos, pero decidieron ignorarlo. Nada impediría que ellos disfruten de lo que tenían entre ellos.

Fuutarou recién se dio cuenta de que la mujer que lo acompañaba era una famosísima actriz cuando leyó un pedazo de periódico.

Esto le sorprendió mucho, pero no por eso el ambiente entre ellos cambió. De hecho mejoró mucho las cosas al ver que ambos tenían gustos por el arte.

Era ya muy de noche, así que ambos se despidieron no sin antes intercambiar números para seguir en contacto.

Al día siguiente Ichika llamo a Fuutarou, decidieron seguir viéndose, la pasaban muy bien juntos y se sentían cómodos.

Fue así por 3 días mas, salían siempre que Ichika o Fuutarou lo decían. De todas formas, esos días fueron los mejores para ambos.

Rieron, jugaron, comieron, conocieron, etc. Y como si no fuera suficiente, en una de esas ocasiones se besaron y no contentos con eso siguieron.

De ahí en los días siguientes su romance avanzo como si no hubiera un mañana. Parecían unos adolescentes enamorados, escapando de sus trabajos solo para reunirse y seguir con lo que ambos tenían. Incluso una noche sus mas bajos instintos los dominaron en una noche de pasión donde ambos se entregaron. Sin duda estaban disfrutando aunque se por un poco aquello que siempre habían anhelado.

Pero como todo lo bueno de la vida es corto, lo mismo fue para ellos.

La estadía de Ichika en Italia por su trabajo había terminado, al igual que su relación con Fuutarou.

Ambos comprendían que a pesar de su amor, venían de diferentes lugares y tenían vidas diferentes.

Ichika encontró la felicidad y la emoción que creyó había perdido.

Fuutarou se enamoró de verdad por primera vez, sintió el calor y el amor de alguien que lo amaba de igual manera.

No se despidieron como tal, ni un adiós, un día Ichika solo dejo de llamar su amado, y Fuutarou hizo igual.

Ichika volvió a Japón, volvió a la vida de la estaba cansada. Pero ahora tenia un nuevo motivo por el cual podría sobre llevar las dificultades, encontró lo que la hacia feliz una vez mas.

Fuutarou se quedo en Italia a terminar de establecer su empresa en el lugar. Ahora tenia un hogar en Italia, tenia un hogar en Roma.

La ciudad que siempre admiro, primero por el arte, y segundo porque ahora ahí conoció el amor.

...


A pesar de lo ocupada y monótona que podía llegar a ser su vida, Ichika siguió haciendo lo que le gustaba.

Después de unos días de haber llegado a Japón, hubo una conferencia de prensa sobre su tan aclamada película.

-Y bien señorita Nakano, de todas las ciudades que visito en Europa, ¿Cuál de las ciudades que visito le gustó mas? - una periodista hizo la pregunta que toco una fibra sensible en Ichika.

Para responder la pregunta, Ichika se tomo unos segundos, a su mente llego la imagen de un pelinegro en traje, encontrándose en una plaza el Campo di Fiori, su sonrisa, su cabello, su gusto compartido por el arte.

Si semanas antes le hubieran preguntado si tenia algún lugar al cual considerar hogar, no sabría que responder.

Sin embargo ahora, tenia a alguien esperando por ella, tenia un hogar, simplemente tenia un hogar con su amado Fuutarou en Roma.

Se acerco al micrófono, y mostro una sonrisa muy pura y sincera.

-Si, Roma... - con una sonrisa que derrochaba felicidad - sin importar que, simplemente es Roma.

FIN


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Ando full ideas estos días 🤑

Esta idea nació gracias a dos influencias, un libro que se titula "El Código DaVinci" y la otra fue porque me fume de la buena XD

Bueno mas posiblemente el domingo o lunes sacare el cap. correspondiente a la historia principal.

Si desean pueden darme su opinión y si les gusto pueden darle a la estrellita :3

Bye

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