Diana sale de la carpa que le asignaron vistiendo un uniforme de soldado raso que Steve le consiguió.

Ella empieza a buscar al Capitán Trevor por la base, y luego de varios minutos preguntando a otros soldados, uno de ellos le informa donde se encuentra Steve.

Después de buscar la carpa donde se encuentra el capitán ella ve que él está en una reunión con otros cuatro hombres, entre ellos ve al Teniente Crawford.

Diana se acerca sigilosamente para escuchar la conversación – ¿Seguro de lo que viste, Capitán Trevor?

– Sí, estoy seguro de lo que observe, Capitán Newman.

– Tal vez se trata de una trampa – sugiere otro hombre mayor de complexión robusta.

– O tal vez, ellos están planeando algo que se volverá de carácter urgente, Sargento Brandon – responde Steve – Necesitamos informar sobre esto al Teniente Jackman, su base es la que está más cerca de la ciudad.

El sargento Brandon niega varias veces al comentario de Steve – Capitán Trevor, no puede llegar así y exigirnos cosas.

– Sargento Brandon, con todo respeto lo que vi ayudara a que ganemos esta guerra, y le pongamos...

– Capitán Trevor – interrumpe un hombre joven de cabello rubio – Primero lo reportaron como desaparecido, y ahora está frente a nosotros sano y salvo.

– Así es, Coronel Lambrios.

– Y con una misteriosa amiga – dice divertido el nombrado.

– Coronel Lambrios – lo reprende el Teniente Crawford – Por favor.

El nombrado sonríe – No podemos movernos de nuestra posición, Capitán Trevor.

– Pero... Coronel Lambrios podemos terminar con la guerra y traer la libertad a Vietnam.

– Capitán Trevor – dice la voz autoritaria del Teniente Crawford, quien se levanta de su silla – Tenemos otras prioridades que atender.

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Diana se encuentra furiosa luego de escuchar la decisión que esos hombres tomaron. La vida de millones de personas puede ser salvar pero parece que a ellos no les importa.

Cuando Steve sale de la fallida reunión, ve a la princesa se acerca furiosa hacia él – Diana...

– ¡No los comprendo!

– Diana, sé que es confuso pero...

– ¡No es confuso! ¡Es inaudito! – Grita ella enojada – Son capaces de sacrificar vidas inocentes aun sabiendo que pueden ayudar a que esto termine.

– Diana...– pero ella lo vuelve a interrumpir.

– En mi tierra, los generales no se ocultan como cobardes.

Él agarra a la princesa del brazo para llevarla a su tienda – Es suficiente.

– ¡No van a hacer nada, y tú solo le diste la información, sin defender que deben hacer lo correcto! – El capitán no responde ante el reclamo de Diana.

Y cuando llegan a la carpa de Steve, él la suelta – No iban a cambiar de opinión, por eso no dije nada.

– Se trata de Ares – responde la princesa – Él no van a permitir ninguna negociación o rendición.

– Diana – murmura él – De todos modos iremos a Hanói.

La princesa guarda silencio evaluando a Steve – ¿De verdad?

– Si, no quiero que esta guerra continúe.

– ¿Lo dices de verdad?

Steve suspira irritado pero comprende la desconfianza de ella – ¿Tienes ese lazo que usaron conmigo cuando hicieron que confesara? – Ella asiente – Úsalo para comprobar lo que digo.

Ella saca de su cintura el lazo de Hestia, y toma una de las manos de Steve para amarrarla en ella – Steve Trevor, ¿de verdad iremos a Hanói?

– Te llevare allá, seguramente moriremos, y estoy comenzando a pensar que es una terrible idea – Ella sonríe al saber que no se quedaran con los brazos cruzados – Necesitaremos apoyo. 

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La princesa se encuentra sentada en una de las pocas mesas que tiene el improvisado bar clandestino que está cerca de la base.

Ella ve como Steve le invita trago a un grupo de soldados. Luego de unos veinte minutos el capitán regresa con ella.

– ¿Ellos serán nuestro apoyo? – Steve asiente – ¿Son al menos buenos guerreros?

– Relativamente – murmura el otro – Conozco a dos de ellos.

Diana voltea a ver a esos hombres – ¿A cuáles?

– Joe Lee, es el pequeño con bigote rubio, y a Brian Smith, es el alto pelirrojo – ella asiente – Fui a algunas misiones con ellos.

– ¿Y los otros dos?

– Ellos los recomiendan, y aceptaron.

– ¿Cuándo partiéremos?

– Hoy en la madrugada.

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Steve está intentando conseguir provisiones para el largo viaje que harán en un par de horas.

– Capitán Trevor.

El nombrado casi deja caer la lata de sopa que tiene entre las manos – Teniente Lambrios.

– Imagino que usted y la señorita están planeando algo que los llevara a la muerte o a la corte marcial.

– E imagino que usted vino a detenernos.

El Teniente niega – Para nada, escuche Capitán, lo que quiere hacer es algo nombre – Steve asiente – Por lo tanto, he venido a ayudarlos.

– ¿Ayudarnos?

– De manera extraoficial, claro – Sonríe el hombre frente a Steve – ¿Cuál es su plan?

– Iremos a la base principal donde el Teniente Jackman se encuentra para informarle de lo sucedido, y como decidirá actuar.

– El Teniente Jackman ahora está en la base en la ciudad de Phnom Pehni – Steve asiente comprendiendo el nuevo cambio en sus planes – Pero un amigo mío, el Coronel Bell es quien está a cargo del lugar.

– ¿Él aceptara vernos?

– Por supuesto, pero para no levantar sospechas mi secretaria la señorita Etta entregara al Coronel Brandon un oficio donde ustedes irán a una misión en mi nombre. Además de que le avisare a uno de nuestros guías que los espere a las afueras de la base para que los lleve.

– Gracias, Teniente Lambrios.

– Cuidado con los rebeldes.