Matanza.
Hades se sento en su trono, su legitimo trono, ahora como Dios renacido, observo con gusto a su pueblo, su nuevo pueblo, los oscuros, poderosos guerreros, nacidos para la guerra, con grandes dones en la metalurgia y capacidad magica innata, no era raro que fueran un pueblo que combatio en una gran guerra contra todas las razas en algun momento de la historia, hasta que entraron en guerra contra los dragones, la guerra destrozo el mundo y cambio para siempre el mundo.
Su esposa le miro, Persefone, una oscura que le recordo mucho a su primer amor...tal ves, solo tal ves el destino habia sido misericordioso y era ella, tenia la misma mirda y forma de actuar, y le miro con duda.
Habia dado a elegir a este pueblo 3 opciones, seguirle, enfrentarle o buscar su camino, màs de la mitad juro lealtad, un cuarto de ellos incluyendo la mitad de los generales se retiraron con sus clanes y huian buscando un camino, y el restante le reto.
-Si quieren enfrentarme deben obtener ese derecho- dijo con una calma-la sangre de un dragon-
Observo a los diferentes grupos, cada uno estaba interesado en matarle pero respetaban sus propias reglas, observo a uno de esos grupos.
-Ustedes tendran una gran oportunidad- a todo un batallon de guerreros, un clan dispuesto a lanzarse a la guerra, fuertes, poderosos y habiles-sirvan al ejercito de Eclipse y tendran una oportunidad de enfrentarme en batalla-
Eso habia dicho hacia horas, pero en sus visiones, ellos eran vitales para su plan, era su carne y su sangre lo que iba a crear el futuro...
Observo las lineas del tiempo, la màs grande y fuerte, el mundo sumido en la guerra, con maquinas, ejercitos, ideologias, filosofias y sueños, haciendo chocar el mundo, el mundo cambiaria para siempre.
(creditos quien sea)
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Eran uno de los grandes clanes, habian avanzado hacia donde les ordenaron, era momento de cazar un dragon, su lider el Herrero, en su pueblo tenian sus verdaderos nombres y los nombres que se ganaban, con las que eran reconocidos, su velocidad era como la de un caballo, pensar que estaban recubiertos por armaduras completas y pesadas, eran un grupo de infanteria pesada y de elite, cada uno iba con espadas de una o dos manos, lanzas, cadenas, hachas, arcos, y eran variopinto pero eficientes.
-Muy pronto me coronare como el rey de nuestro pueblo-
-Si señor-gritaron sus hombres
La zona del ataque, ya la conocian, el enemigo se habia atrincherado en un conjunto de casas, incluso usaron magia de tierra para levantar pequeños muros defensivos, seguramente les recibirian con grandes cantidades de flechas y hasta de esas ingeniosas balas, era un pueblo muy interesante los humanos, ingenisoso y de una gran inventiva.
Los hombres se quedaron detenidos, su lider los habia detenido con una orden de su mano.
(creditos a una fan encantadora y sexy XP)
Estaba ahi, una figura envuelto en una armadura dorada, con docenas de espadas y lanzas, observandolos con interes a cada uno de ellos, fue un momento donde sintieron observados y mirados por debajo, pensar que uno de los grandes clanes fuera menospreciado y mirado por debajo era algo que nunca habian sentido.
-Es el-dijo con calma su lider que se quedo observando al poderoso ser que estaba frente a el, lo miro y le observo, no tenia debilidades, entonces solo deberia crear una, por supuesto era un hombre inteligente-Matenlo-
Docenas de hombres saltaron corriendo rapidamente, blandiendo sus armas, y explayados en el espiritu guerrero.
Erick Lidwurd no se movio, solo esbozo una sonrisa, una sonrisa que se volvio en una cruel y sanguinaria y con unos ojos sedientos de sangre...
-Interesante-dijo con la emocion de ver la muerte ante sus ojos.
El primero de ellos, no sintio la muerte, su cuerpo fue partido a la mitad, seguido de otros 3 que perdieron la vida, sus cabezas cercenadas de su cuerpo y ya avanzando estaba Erick Lidwurd, cortando y destrozando rapidamente, los enemigos caian en el suelo, sus extremidades y pedazos de carne, velocidad, rapidez y precisiòn, eran lo que estaban encontrando, nadie era capaz de esquivar o evitar sus rapidos movimientos, era una masacre, pero no se contenian, ellos podrian matar dragones, un solo dragon debia ser presa facil.
Eso pensaron pero fueron asesinados, uno tras otro, Erick Lidwurd usaba sus espadas y lanzas, las usaba hasta que su filo se perdia, eso era facil de notar cuando los cadaveres no eran cortados, eran destrozados, su carne y huesos convertidos en pulpa, la sotaba y sacaba màs armas, su avance fue magistral y una obra de talento y poder, verlo matar y destruir era un espectaculo que rara ves se veia.
Una ves acabo con sus armas, sus enemigos se retiraron, estaban aterrados...era intocable, Erick solto su ultima arma, ofreciendo un duelo con las manos, la presion que emitio era de un calor insoportable, que se expandio por toda la ciudad, desde el aire, el suelo hasta el agua de las casas escondidas comenzo a hervir, pero la presion se desvanecio.
La boca de Erick Lidwurd salia sangre y màs sangre, la fuerza en su cuerpo se fue, todos miraron seguramente habia sido alcazando por alguno de sus guerreros, entonces el hombre no era intocable, pero no sabia que las heridas letales internas que tenia el poderoso guerrero ante ellos, fue provocado por el arma dejado por su padre.
Miro con osadia a sus enemigos, pelear con tantas deventajas era algo que rara ves podria sentir, la adrenalina y la debilidad, el dolor, el cansacio y tambien la emocion de terminar hasta el ultimo.
Le atacaron, hombres posicionados en todos lados, lanzando cadenas, ahora le tenian sometido, o eso pensaron, giro su cabeza a la derecha y crujio y luego a la izquierda tambien sonaron sus huesos, mordio una de las cadenas y comenzo a girar lanzo a sus enemigos por todos lados.
-Ataquen- ordeno el Herrero-con magia de fuego-
Los hombres se unieron y comenzaron a realizar canticos rapidos y directos, un hechizo de fuego combinado, Erick inhalo profundamente, muy profundamente, sus pulmones seguian absorviendo aire, aunque casi moria por el arma de su padre, el mal diseño de su padre habia creado un efecto...aprendio la magia de fuego, ahora sabia como realizar un hechizo correcto de fuego, y ademas ahora queria medirse con estos hombres, era muy raro que enemigos destrozaran tantas de sus armas, y ademas fueran tan divertidos, habia sido alcanzado varias veces, debia mucho a esa debilidad, la emocion de una batalla.
El ataque de una bola de fuego de cientos de metros y tanta magia condensada, era sinonimo que podria destruir la ciudad varias veces, pero Erick detuvo el ataque, simplemente detuvo el ataque y emano una brisa calurosa....
Toda la ciudad tuvo vientos y màs vientos, era de un calor asfixiante, un hechizo grupal de los oscuros era muy peligroso, pero que fuera sometido tan facilmente, decia que ese hombre no era tan facil. Estaban todavia sorprendidos de que hubiera inmovilizado, pero aun màs cuando toda esa energia comenzo a ser comprimida y empequeñceia y seguia volviendose pequeña, hasta que se esfumo en el aire....Erick devoraba el ataque.
Una ves acabo, sintio su cuerpo no solo rejuvenecido, tambien sentia sus heridas ser curadas, su cuerpo se regeneraba, sentia sus organos internos reconstruirse, la magia de dragon podria ser anulada por la magia de dragon, y viceversa, por lo que el hechizo de su padre que mantenia sus efectos asesinos, era disuelto...su cuerpo se regeneraba y sentia sus sentidos encontrar su mayor potencia y fuerza.
Ahora estaba totalmente curado y tambien aburrido, la diversiòn se habia acabado, se quedo mirando a los lugartenientes, se lanzo pero era tan rapido que nadie supo cuando murio, la presion de aire fue tanta que provoco un temblor....y los soldados que aun quedaban salir volando, muriendo, quedando heridos o insconcientes.
El Herrero saco su espada y se preparo para enfrentar, pero solto el arma, y comenzo a huir corriendo, Erick antes tan sonriente...cerro sus ojos, mirando moscas.
Le aplasto la cabeza.
Estaba decepcionado...donde estaban los asesinos de dragones, estos eran solo buenos, pero no tenian nada de especial, se detuvo un momento, una entidad especial una digna de ser enfrentada le miraba desde la distancia, apestaba a los 3 dragones, el de agua, el de tierra y el de aire, pero perdio el interes, estaba debilitado, pelear contra 3 dragones tenia sus consecuencias, ademas el enemigo que estaba cerca y le miraba no tenia intenciones de pelear.
Erick se retiro en silencio, todos los atacantes estaban acabados.
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-Si mi señor-dijo el coronel que se mantuvo a distancia de su señor.
Observo a Hans que sonreia de oreja a oreja, que miraba desde un telescopio desde su base que compartian con los Rusos, se habia unido a la misiòn para reunir muestras, habia obtenido informaciòn interesante, la sangre de los asesinos de dragones tenia un poder y capacidad de adaptacion muy grande, se giro al comandante.
-Quiero todas las muestras posibles-dijo incapaz de controlar sus ganas de gritar en su locura, el habia visto la batalla y observaba que tenia cientos de muestras listos para ser estudiadas.
Quien creeria, que las ruedas del destino giraban màs rapido, el futuro se estaba forjando màs y màs.
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