Carcajadas en la oscuridad.
Prision.
Eran 5 los encargados de las prisiones,11 guardias y oficial que era el verdugo, todos servidores de los Fatuo, todos sombrios, acostumbrados a la brutalidad, crueldad y deshumanizaciòn, pero a pesar de esas caracteristicas siempre presentes o catalogadas como inherentes de los abanderados de los Fatuo, tambien eran emocionales, racionales y tambien como los otros se aburrian de sobre manera.
Porque se encontraban sin hacer nada, haber venido no era interesante, solo la necesidad habitual de tener guardias en la prision pero seria muy dificil llenarlo de enemigos o de siquiera infractores, la mayoria eran guardias de elite o nobles por lo que se encontraban sin hacer demasiado.
Jugando cartas con 2 barricas vino que ocasionalmente eran cambiadas, y tambien comida de carne, que habian abandonado para jugar cartas, y apostaban sus sueldos entre gritos, y amenanzas y tambien suspicacia, era una buena manera para tener màs dinero o tambien para llegar apenas con un par de monedas de cobre al final del mes.
Por eso todos estaban concentrados, su lider hombre cruel y el verdugo encargado se encontraba leyendo un libro sobre medicina todo por hacer negocios con algunos trabjadores con Hans, a pesar de la prohibicion de estudiar el cuerpo humano o siquiera experimentar debido al peligro de dementes que alzaran ejercitos de muertos, nada desconocido durante la "Peste Negra" donde miles y miles de muertos se levantaron a guerrear y despues de años intensos y tortuosos, se demostro que los nigromantes estudiosos del cuerpo humano habian sido los culpables.
Era culpable pero las investigaciones de Hans eran sorprendentes, describia organos, funciones, describia tejidos y celulas, eran analisis que comprendian la totalidad del cuerpo humano, ademas de una sordida y excesiva muestras de lealtad a Laura Lidwurd catalogandola como una diosa, pero estaba de acuerdo con algunas ideas de ese Hans o Laura, ya no sabia a quien pertenecian esas palabras debido a la fascinaciòn de ese hombre por la princesa.
-Lo que no te mata te hace màs fuerte- dijo con una sonrisa sardonica, a pesar de hablar de muchas cosas sobre el cuerpo la cantidad de filosofia, ideas y pensamientos, eran muy grandes, tan grande que no podria dejar de pensar que habia encontrado su camino.
Se oyeron pasos, uno de los hombres se giraron despues de que iba ganando para ver seguramente algunos guardias escapar por un rato del deber para descansar las piernas.
-Oigan cabrones apuren ese paso y traigan mi dinero- dijo seguro de que hoy era su dia de racha.
-Que raro- dijo una voz calmada y fria, todos se estremecieron-pense que la paga ya se habia dado- todos miraron con temor y rapidamente se levantaron para ponerse en orden-creo que deberia poner màs atenciòn a los tesoreros-
El señor de los Fatuo habia bajado con una calma y tranquilidad pasmosa, se quedo mirandolos, no se impresiono por encontrarlos a todos jugando tan alegremente cartas y estando algunos borrachos, en realidad los que tenian una copa de màs rapidamente se le estaba bajando, la idea de captar la atenciòn del Lord màs cruel del Imperio no seria una opciòn del todo agradable.
-¿Se encuentra la habitaciòn especial habilitada?- dijo con seriedad caminando entre todo el desorden de las tropas, botellas, comida en el suelo, no se habia barrido y era una total muestra de indisciplina.
-Podemos prepararla de inmediato- dijo el Verdugo con una sonrisa siniestra-que clase de servicios necesita Mi Señor- se relamio en ese momento los labios imaginandose a quien haria daño con sus nuevos conocimientos.
-Lo lamento-dijo sintiendo la mano de su señor-pero hoy no sera ese dia, hoy necesitamos la habitaciòn especial, esta a punto de recibir a alguien que no puede ser dañado- miro a las 3 chicas que eran parte de la guardia-sus servicios seran vitales-
Las chicas no comprendian pero se pusieron firmes, siempre habia habitaciones especiales para torturar a gente y sacarle toda la informacion pero ocasionalmente siempre habia nobles o principes que no se podria tener un trato cruel, por lo que no fue raro encontrar que los ingenieros habian dotado de al menos 2 cuartos grandes donde habia un minimo de lujo, las chicas entendieron que si su prisionero necesitaba otras necesidades ellas estarian encargadas.
-Si señor, no habra queja alguna- dijeron las 3.
-Excelente-dijo el noble con algo de prisa que se denoto en sus dedos cuando los tamborileo en la mesa incontrolablemente, lo cual era inusual en alguien que podria estar todo el tiempo con un ferreo control de si mismo-preparense- ordeno retirandose.
-Puedo preguntar a quien tendremos- dijo el Verdugo.
Fatuo se detuvo y luego se giro a mirarlos.
-A Livia Lidwurd...ha intentando asesinar a Erick Lidwurd- se retiro y en la soledad de unos instantes dijo entre dientes-y casi lo logra-
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La idea se le quedo en la cabeza, le rondo una ves, luego otra ves y una ves màs.
Desde que conocio al Dragon Naga, lo penso con tanta dedicaciòn que la idea, se le repetia una y otra ves en su cabeza, habia tomado una decisiòn, lo habia decidido, seria un juego muy complicado,pero antes de eso.
-Traerme màs vino- ordeno Livia que no habia dejado de caminar de un lado a otro en su habitaciòn, desde que se le habia venido a la cabeza esa idea en su cabeza, matar a aun dragòn, el problema no era matarlos, el problema era asegurarse que fuera letal.
Las sirvientas le miraban con interes pero sin saber que estaba pensando.
Que habia visto esa ves con ese maldito espejo, se habia tardado tiempo pero finalmente lo entendio.
Una verdad, una mentira y una verdad/mentira.
La mentira su hija era infeliz con ella o por ella, Laura era la niña era la màs infeliz del mundo.
Entonces quedaban 2.
En una era princesa de una epoca antiquisima y la otra en realidad Erick Lidwurd era el hombre de sus sueños.
Las chicas llegaron con màs vino, Livia se habia salido dejando a Laura tan empeñada en seguir viendo la versiòn de la caida de Troya con la Compañia de las ninfas, a pesar de que todas las chicas parecian venir de un burdel caro, demostraron talento y constancia para crear una puesta en escena excelente, entonces su valor estaba a corde al precio exigido.
Bebio con ganas, pero ahora lo entendia.
Hablar con ese mercenario Danes o era Holandes o Sueco, lo olvido el alcohol la habia nublado, cierto se llamaba Darren si eran Darren, le decia que los dragones moririan uno a uno y que ella podria disfrutar de saber que Erick Lidwurd era tan mortal con otros, las pocas cicatrices que tenian eran la respuesta de su vulnerabilidad.
La respuesta le llego todo era cuestiòn de perspectivas, pero claro antes tenia que ver todo el panorama, ella le conto a ese mercenario todo lo que habia visto y el dio la respuesta que le aclaro todo...parecia ilogico que alguien pudiera notarlo tan facilmente y ella lo dejaba de pensar al embriagarse.
¿cual era la verdad? Y cual la ¿Verdad/mentira?
La verdad era la princesa de antaño, de una epoca antiquisima los recuerdos perdidos de una època esa era la verdad, por que el dijo algo interesante, una cosa era mirarlo en primera persona y otra cosas ser la persona que lo vivio.
La segunda era la verdad/mentira en ese caso estaba invertido, le hizo darse cuenta.
EL sueño feliz de estar con Erick Lidwurd enamorandose y viviendo un mundo de hadas era muy hermoso...pero luego ese sueño supuestamente habia una cosa, Erick uso magia para hacerla olvidar y tener en su mente el sueño de ser torturada y violada casi rota, en el suelo entre orines, excrementos, sangres, llantos y dolor mucho dolor, la respuesta entonces fue obvio, lo hermoso y bello era la mentira mientras lo que supuestamente fue creado con magia....era la verdad.
Entonces se dejo de hacer ilusiones, realmente todo cobraba sentido, Erick Lidwurd, siiiii aquel hombre....esa bestia, ERICK LIDWURD, era un cabron hijo de puta del cual ella y como cientos de mujeres en el recondito de su corazòn deseaba matarle, estaba aterrada, todas sus sentimientos, sensaciones y temblores era porque tenia miedo de el, pero tamboien le odiaba, le despreciaba y lo unico que le provocaba era repulsiòn.
Se tambaleo, mientras buscaba entre sus ropas, y saco de entre una seda, el pedazo de espada, estaba tentada darle la espada a su hija, pero luego una idea le llego a la mente y ahora iba a hacer su jugada, tomo un poco de vino, sentia demasiado calor, desde hace horas desde que en su mente cuajaba la idea, por eso despues de un rato, fue hacia la habitaciòn, las chicas le siguieron curiosas por su inusual silencio y ademas de que iba en una capa negra que le cubria totalmente.
Se dirigio hacia la zona donde estaba Erick Lidwurd, las sirvientas y guardias estaban confundidas, Livia se paro enfrente de los soldados que cerraron el paso, al parecer tenian ordenes muy precisas de no dejar a nadie pasar y ademas tampoco se veian del tipo de individuos que las palabras surtieran efecto.
-Quien se atreve a cerrarme el paso- dijo con una insual cantidad de confianza en si misma
-Disculpenos princesa pero no puede pasar-
-¿Y quien les ha ordenado eso?-
-El Señor de la guerra, Erick Lidwurd-
Ella sonrio, no penso que seria dificil.
-Debo hablar con el-
-No puede-
-Debo hablar con el-
-Lo sentimos pero no puede-dijo con rudeza uno de los guardias, cansandose de tener que soportar a alguien que no entendia algo tan sencillo.
-D-E-B-O-H-A-B-L-A-R-C-O-N-E-L-dijo lentamente y tambien se quito la capa negra, dejandola a la vista que no iba precisamente con vestido, recordo algunas palabras de su maestra "ser mujer te abrira muchas puertas" tal ves su maestra no se referia a esto pero...
Estaba ahi con lenceria negra, y ademas un baby doll totalmente transparente, se quedo ahi pasando lentamente de unos ojos a otros que se pusieron nervisos, removieron las lanzas y mirada fija al frente.
-Gracias caballeros- atraveso la puerta con facilidad y su cuerpo temblando.
Se mordio su cachete hasta sentir sangre, un poco de dolor para controlarse.
El hombre frente a ella se encontraba sentado con una botella en mano y tambien una mirada que no dejaba de visualizar a la oscuridad de la noche que seguia asomandose en todo su esplendor.
-Livia de Baden- dijo con calma Erick sin mirarla-pero que te ha traido ante mi- se giro lentamente mirandola finalmente en unos segundos que parecieron una eternidad,
-Livia de Baden, a veces se me olvida que yo pertenecia a ese lugar- dijo con calma-un hermosos lugar, ademas de que decir de la vista, es hermosa los Alpes son preciosos todo el tiempo con su blanco, ademas no era inusual que oficiales de Leva vinieran a nuestro pueblo para hombres que sirvieran como mercenarios Suizos-
-Livia de Mecklemburgo, te quedaria mucho mejor- dijo mientras servia con una cordialidad una de las copas que estaban en un mueble, era impresionante su capacidad para ser un hombre cruel o alguien atento con suma facilidad pero siempre salia su lado siniestro y aterrador.
Le señalo con el brazo la silla, ella se acerco y dejo que el acomodara la silla, paso cerca de ella, incluso oliendola en su cuello, sujeto sus manos intentando controlarse mientras el la olia, incluso paso su mano alrededr de su rostro.
-Sin duda eres la mujer màs hermosa de toda Alemania- se dirigio a su silla, Livia se dedico a tomar un largo trago de vino-que puedo hacer por ti-
-Esta arma-dijo dejando la espada rota enfrente de Erick Lidwurd-¿Què es esta arma?¿Tiene magia?- fingio ignorancia.
Erick fruncio el ceño.
-Pensar que hace años que no veia esta arma, la espada de mi padre-sonrio-hay muchas historias que tiene esta espada, quieres saber....-
Toco el arma sin conocer el peligro, pero fue como un rayo toda la habitaciòn se encendio con una luz potente, Erick fue lanzando contra la pared rompiendose atrás en pedazos y cayendo al suelo, su cuerpo habia perdido ropa, se veia todo quemado y tambien se veia un charco de sangre.
Livia tomo la jarra y bebio todo lo que pudo....lo habia hecho, lo habia hecho, lo habia hecho estaba medio ciega por la potencia de esa explosion...siguio bebiendo, mientras gran parte del liquido caia al suelo, todo de ella temblaba y tambien lagrimas, cuando recupero la visiòn, vio que el arma estaba al rojo vivo y Erick estaba en el suelo.
Se levanto y camino paso a paso hasta que se paro en frente de Erick Lidwurd, lanzo un pie al frente...luego otro y luego otro, hasta que los leves movimientos se volvieorn rudos ydirectos unas autenticas patadas.
-Jajajajajajajajaja- Livia reia como loca mientras daba patadas al cadaver de Erick Lidwurd.
Se sento en la mesa mirandolo ahi muerto...era una sensaciòn agradable, lo miro con frialdad en sus ojos, tantas chicas asesinadas y violadas por su diversiòn, y tambien placer, sigio riendo mientras lagrimas tambien salian de sus ojos, se limpio los ojos.
Cuando abrio los ojos...una mano le sostuvo del cuello levantandole....el seguia vivo.
Mirandole con ira, odio y de sus ojos, boca, nariz, orejas salia sangre, su cuerpo estaba regenerandose.
Con solo una mano le seria tan facil matarle pero el...lentamente presionaba cerrando sus dedos alrededor de su cuello asfixiandola lentamente.
-¿Porque has traido esa arma?- le miro inmisericorde
Ella aterrada y mirandole a sus ojos frios solo se le ocurrio la unica respuesta que habia escuchado hacia mucho tiempo y el siempre repetia.
-Porque....parecia "Interesante"- la arrojo contra la cama violentamente, sino fuera por el colchon...tal ves tendria un par de huesos rotos, solo fue dolor.
El rio, la respuesta de Livia era digna para mantenerla con vida, y Livia reia porque los nervios le habian destrozado la poca cordura con la que entro.
2 carcajadas se mantuvieron, mientras la noche y la oscuridad de extendian por la ciudad.
(creditos a https://twitter.com/isakishi, denme pelirojas o esp)
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