El señor de la guerra.

Lo se, lo se, todos pensamos que cuando Mèxico llego a jugar..........

Seria como un casting Porno,  la primeriza con un monton de altos y expertos

Amos del Balon Pie.


Claro ejemplo de cuando pensabas que te ibas a follar a Mèxico, 

perooooo  te quito toda la virginidad  (de no haber perdido en tu primer partido)jajajajajaja

Y la golosa de Mèxico........¿Continuara con su racha? (con las corenas como no serlo)

Creditos a Accel Art, busquenlo en Facebook y me encantaron las imagenes (ojala hiciera una donde la Mexicana besa a una rusa rikoooooo jejejejeje)

A Laura Lidwurd al ser Mexicano de su vida pasado pero Aleman(a) en esta vida, hubiera entrando en Shock algo comooooooo:......O.O...............................................O.O..................................................................O.O......................O.O...........Las rusas son sexys n.n.

-Pero el partido lo gano Mèxi....-

-Las rusas son sexys, esta bien genial el beso de la Mexicana con la Rusa- cara enojada-las rusas  son sexysssssssssssssssssssss-

-Pero gano Mèxico-

-Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa- corriendo a los brazos de su querida madre

O.O ......... asi es señores, negacion de la realidad pero es verdad esta bien rikolino el beso de la Mexicana con la Rusa, busquenlo o ya lo vieron pervertidos jajajajajaja y sin màs que decir, dejo la lectura abajo.

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-Que piensas Anciano- dijo ruda y de mal tono Mist Fatuo dijo al estar esperando impaciente el que bajaran los oficiales de alto rango que tenian el privilegio de acompañar al general.

-¿Anciano?- dijo con un tono de burla-yo ayude a forjar a esta naciòn- en su expresiòn habia desden-no me pongas al mismo nivel que tu niña- el hombre a pesar de los años, no habia cedido de tamaño y portaba una gruesa armadura defensiva como 2 espadas a sus lados, el simbolo de los Pferde estaba en sus insignias, y no era el tipo de sujeto que pudieras intentar matar Segismundo se llamaba en honor al Principe Segismundo Lidwurd, y a pesar de que todos conocian el asesinato de Segismundo a manos de Erick siempre mantuvo su nombre sin cambiarlo, una muestra de respeto pero tambien desafio al actual señor de la guerra-yo en la guerra de los ducados hice una matanza y en la guerra contra los Francos yo dirigir la vanguardia del ejercito en la gloriosa batalla de Mars La Tour, ¿tu que has hecho?-

-Cuidar la casa y llevarme bastante bien con la princesa- declaro de buena manera

-Pero no tan bien como mi nieta- dijo el viejo Pferde con una sonrisa sardonica, incluso palmeo repetidas veces el hombro de Mist que se mantuvo calmada-es una lastima que la princesa priorize a los pelirojos-

-jajajajajajaja todavia no llegamos y ya estan peleando-era la voz de un hombre poco dispuesto a escuchar y preferentemente dedicar sus actividades entre los apetitos de un buen alcohol y los carnales pero siempre eran bienvenidos sus instintos basicos para dormir, de una altura similar a su padre, era Frederick Pferde, el unico de los grandes señores de la casa que habia mantenido bastantes de sus acitividades alrededor del gran señor de la guerra que era Erick Lidwur, de cabellos rubios cuerpo musculoso, no usaba una camisa pero si una gigantesca capa de lobo que revoloteba en el aire, sentado sobre la proa del barco denotaba que estaba alcholizado.

Por los lados empezaron a bajar las tropas de choques, la mayoria nobles de alto rango y de alta cuna, adultos, jovenes e incluso algunos ancianos que eran competentes oficiales en el campo militar pero todos sobresalian en habilidades marciales capaces de barrer unidades enteras por si mismos.

EL emperador era uno de los 4 grandes barcos de la flota Alemana, tal ves suficiente potencia para poder despedazar varios barcos en guerra, pero la superioridad del mar era legitima a 3 potencias navales, a Inglaterra y a los Leviatan y los Barbarroja,

Por lo que su cantidad de tropas no era desdeñar, un total de 2000 hombres, sin contar a la tripulacion de marineros, lo hacia util y funcional y ahora en esos momentos descargaba a sus poderosas tropas de choque, unidades que eran capaces de despedazar a ejercitos enteros, hombres que minimo tenian altas cantidades magicas a pesar de sus grandes energias en la magia, tambien era alta la cantidad de muertes, unas docenas de muertos por la misma batalla y unas centenas por el desgaste de la magia, algunos destruidos por las enfermedades exteriores de sus magias y los otros por los efectos màs crueles y destructivos de un poder que era capaz de modificar la naturaleza y sus leyes fisicas el desgaste mental, ya fueran enloquecidos, aterrados, nerviosos, desesperados, compulsivos, cansados, aquello provocaba que dejaran ser sensatos y murieran en batalla al dejar de tener racionalidad, no tenian sus sentidos a su servicio y terminaban muriendo por los efectos de la magia, a pesar de las ventajas que ofrecia el que sus cuerpos produjeran tanta magia, no era la solucion y una respuesta real a largo plazo.

Los soldados que avanzaron todos vestian el uniforme militar estandar, el famoso casco pickelhaubecon una armadura de hierro negro e insignias de su cuerpo militar un dragon devorando un Leòn,portaban espadas y escudos, algunos soldados que iban al frente portaban lanzas del doble de longitud y entre los soldados avanzaron unos con fusiles seguidos de compañeros que llevaban ballesta,de otro extremos se preparo una rampa donde empezaron a bajar caballos, guiados por los Husares y Lanceros alemanes que caminaban adelante de sus monturas, todos soldados curtidos rellenos de cicatrices, incluso las mujeres que bajaban tenian un par de heridas en el rostro, ya fueran simetricas o asimetricas su heridas, verticales o perpendiculares, una o 2, una pequeña o una grande, habian forjado su puesto en medio de las guerras, todas esas eran mejores medallas que las que se entregaban en las ceremonias, las hazañas de las guerras eran cantadas por aquellos que habian vivido en el campo de batalla no por aquellos dictados segun las absurdas ceremonias impuestas en el Imperio, uno era la manera oficial del Imperio y la otra era la ideologia de quienes servian al imperio.

De los soldados que estaban dando el recibimiento se abrieron rapidamente, mientras corrian desesperadas 2 pequeñas, ambas de caballos plateados que se pusieron inmediatamente al lado de Mist, se podria ver el vapor de sus rapidas respiraciònes y tambien cansacio, la de mayor altura era de cabello plateado un tanto resplandeciente tenia un rostro ovalado de ojos vivaces color verde, vestida con el uniforme standar militar pero con variaciones a su tamaño y puso sus manos en la cintura al mirar algunos de los hombres que bajaban, tratando de lucirse, su nombre era Hildr una bastarda de Rilgurd Fenix.

Al lado de ella se encontraba su hermana de otra madre, que era màs bajita, de cabellos plateados màs obscuros su cabello era corto pero s rostro era màs afilado yla seriedad en su rostro la hacian notar màs responsabile que su hermana, llevaba puesta el casco pickelhaube y al lado el casco de su hermana mayor, ella portaba su espada al lado, mientras con la mano izquierda portaba la espada de su hermana,respiraba fuerte y dificultosamente, pero se mantenia ergida mientras su hermana mayor mostraba menos decoro militar, su nombre era Brisa la otra bastarda de Rilgurd Fenix.

-Hola anciano- dijo Hildr que movio su mano afanosamente como si el estuviera muy lejos, parecia tan adorable.

-Como estas pequeña- dijo el hombre con una sonrisa-veo que has crecido mucho màs- dijo con la voz paternal de un abuelo-me recuerdas a mi Hrist- palmeo la cabeza de la pequeña a pesar de sus guanteletes que hacian màs dificil un tacto humano-tu tambien has crecido grande- toco a Brisa.

-El señor de la guerra- se oyo a un portavoz ante el que los soldados y todos tomaron orden incluso el viejo Segismundo se formo, menos su hijo mayor que se encontro tomando su botella con la tranquilidad de un hombre que no debe de temer nada.

Mirando de un lado se asomo el mayor oficial de todos, el comandante de todos ellos, su principe por derecho, su amo por poder, un legitimo descendiente de la dinastia de los Lidwurd, un gran Dragon de Fuego, Conde y Duque de docenas de titulos, apodado la Peste por sus masacres, el Gran Señor de la Guerra y Principe Elector Erick Lidwurd, uno de los grandes generales del Imperio Aleman, destructor de pueblos y genocida, su presencia era terror de docenas de hombres y Heroes, pero para su pueblo a pesar de una adversiòn natural a su presencia tambien era un lealtad absoluta a este dragon.

De sus impresionantes uno noventa y tantos, algunos decian que eran 2 metros, pero era casi imposible mirarle al rostro, su presencia y poder era tal que intentar mirarle el rostro haria que olvidaras tu propio nombre y toda tu vida, un raro consejo era mantener los ojos mirando al suelo, pero quienes estaban acostumbrados a conocerle, sabian que no podrian fallarle uno por el castigo de ser asesinados y otro por el deshonor de fallar miserablemente en sus misiones.

Camino como el ser invencible que era, pasos a pesar de lentos lo hacian avanzar rapidamente, manos a su espalda, sonrisa de superioridad, caminado en medio de la fila de tropas que le hacian una entrada triunfal con espadas desenvainadas apuntando al suelo, apenas sus pasos alejaron del barco este subio al menos medio metro de altura, era su peso, y demostraba que realmente era un dragon, pesada varias toneladas, vestido de manera militar pero sin casco dirigio sus pasos a los oficiales de menor rango, los saludo con total tranquilidad.

Finalmente llego a quienes portaban la carga de ser descendientes de las grandes familias que servian a los Lidwurd, paso y mantuvo una pequeña mirada con Segismundo, paso ahora con quienes esperaban verle de nuevo.

-Mist Fatuo- la tomo del hombro-que placer volver a verla, nunca es perdida tomar el tiempo para admirar a una bella mujer, la felicito por sus proximas bodas, su primo y prometido sera un hombre dichoso de casarse con usted-

-Gracias Señor de la guerra- dijo con el mejor autocontrol que tenia de si misma, ser siquiera tocada por el gran dragon de fuego era de las cosas que màs anhelaba, por lo que cualquier muestra de euforia o excitaciòn se hundieron en lo mejor de un rostro calmado.

Avanzo hacia las pequeñas niñas Fenix que por ser hija de sirvientas comunes no eran reconocidas todavia como Fenix, por lo que cualquier ambicion de tomar el mando era inexistente.

-Hildr que gusto volver a verte- se arrodillo ante la pequeña chica-has crecido bastante bien-le toco la mejilla y luego giro mirando a su hermana

-Siempre tan seria, pero no debes de cargar las cosas de tu hermana solo por ser mayor- su heraman reacciono y tomo rapidamente toda roja el casco y la espada que le habia dejado a Briza sostener

-Pero es mi oficial superior- dijo rapidamente-debo de cumplir con mi deber-dijo laconicamente la pequeña de 8 años.

-Asi debe ser pero solo en el campo de batalla- dijo Erick Lidwurd que habia captado la atenciòn de una docena de chicas y mujeres que se encontraban en el campo de batalla, parecia tan guapo y tan irreal que los rumores y chismes de su personalidad un tanto retorcida parecian realmente.....un monton de mentiras, guapo, alto, con una cicatriz en el rostro que duplicaban su atractivo natural al hacerlo parecer un hombre bastante rudo, miro a las 2 niñas que se mantuvieron todo el tiempo lo màs perfectas-¿ustedes han sido reconocidas?-

-No-dijeron al unisono

-Ha sido por la esposa de nuestro padre que no se nos ha dado reconocimiento- dijo con molestia Hildr-tenemos el cabello de nuestro padre, tenemos la belleza y tenemos el poder, deberiamos ser reconocida en ves de ser unicamente consideradas como ayudantes, pajes o sirvientas-

Erick Lidwurd se levanto, en realidad nada le importaba si no fuera interesante, pero sentia un fuerte interes, en ver hacia   donde llevaba el conflicto, seria una pequeña matanza o seria una guerra interna entre los Fenix, seria el hijo legitimo o alguna de las chicas levantandose sobre el cadaver de su propia sangre, el se baño en la matanza y la barbarie de cientos de seres humanos.

-¿Pequeñas les interesaria servir a mi hija como damas de compañia?, por supuesto- se callo como sabia hacerlo para enfatizar sus palabras-como verdaderas Fenix- las 2 chicas se miraron la una a la otra contentas, en realidad no sabian que todo era para diversiòn, del Señor de la guerra.

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